Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Mi pasión por Jekiwis

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Buenas! Aquí he llegado con mi segunda entrega, este fic que consta de unos 10 capitulos, aun no está terminado, pero está bastante avanzado, así que espero poder actualizarlo rápido.

*Debo decirles que Naruto y sus personajes no me pertenecen, son propiedad de Masashi Kishimoto.

*Este fic contiene expresiones sexuales y vocabulario grosero, sin ánimos de ofender a nadie.

*Contiene pensamientos de Sasuke que estarán en cursiva y entre comillas.

*Contiene letras de canciones, pero no en todos los capitulos.
 
Sin más que decir disfruten!

Notas del capitulo:

En este primer capitulo se verá a Sasuke descubiendo, por culpa de un castigo, su verdadera pasión, pero no es capaz de compartila con alguien.

"Siempre me sentí perdido, desde que tengo memoria que me he sentido así. ¿Será que la muerte de mis padres me ha afectado más de lo que pensaba? Debe ser una razón. Hasta hace poco seguía sintiéndome perdido, sin saber qué hacer con mi vida, qué esperar de mi futuro, qué camino seguir. No tenía ningún tipo de sueño, meta o pasión. Caminaba con una vida totalmente vacía, sin sentido. Cumplí mis 16 años y aún no sabía qué hacer. Mi vida, ante los ojos de los demás, era perfecta: buenas calificaciones, buenos ingresos económicos, buena cara y físico, popular entre las chicas, menores o mayores, les daba igual.

"Mi vida era así: en el colegio me iba excelente, tenía las mejores calificaciones de todos, nadie era suficiente competencia para mi; tenía millares de chicas y mujeres atrás de mi, me mandaban regalos, cartas de amor, insinuaciones indecorosas, y yo no soy de fierro, con eso creo que se entiende; no tenía padres, pero mi hermano mayor heredó las empresas de nuestra familia, las cuales, siendo un genio, ha controlado demasiado bien, lo que significa que tenemos buenos ingresos económicos y somos una pequeña familia bien acomodada. Todo eso era lo que podían ver los demás, pero nadie podía ver en mi interior, como me siento, el vacio que crecía en mi… Pero en estos momentos, me siento muy agradecido que ese vacío esté desapareciendo… desde aquel día."

Terminaba el primer día de ese nuevo año escolar, todos se marchaban satisfechos a sus casas luego de pasar por los nervios que el primer día significaba… Todos se marchaban menos una pareja que se besaban descaradamente entre los pasillos del instituto ya vacíos. El chico, de negros cabellos, arrinconaba a la rubia escolar contra la pared mientras se entrometía en su boca con su traviesa lengua. Sus manos las mantenía ocupadas recorriendo el cuerpo de la chica, con una en su espalda a la altura de las caderas y la otra en un muslo, elevando la pierna de aquella, presionando su cuerpo contra el de la rubia para rozar su evidente erección contra el monte de venus. Pero fueron interrumpidos al escuchar unos pasos, al parecer faltaba que se fuera un poco de gente o debía ser algún maestro.

-Rápido, por aquí.

El joven interrumpió aquel encuentro, tomándola de la mano y guiándola a entrar en la primera puerta que encontraron. Entraron a un gran salón, con un escenario y la respectiva galería para los invitados que iban a presenciar los espectáculos del alumnado. Dirigió a la chica hasta los asientos de la primera fila, se sentó y montó a la chica encima de él y comenzaron nuevamente con los besos desenfrenados y las manos palpando todo lo que podían. Y es que a los 16 años, aunque era muy temprana edad para comenzar con una vida sexual activa, las hormonas estaban presentes constantemente. Además de que ya había pasado algún tiempo sin tener algún encuentro con alguna chica y era demasiado lo deseoso que se sentía.

-¡Cómo me encanta la juventud! Pero no en estas condiciones –se oyó una voz junto a ellos.

Ambos asustados miraron de quién se trataba y pudieron observar a un sujeto en mallas verdes, cabello negro en corte de hongo y grandes ojos igual negros. Pronto ambos se pararon y se arreglaron las ropas al darse cuenta que estaban ante un maestro. La chica se estiró la falda, se abrochó los botones de su camisa que el chico alcanzó a desabrochar y se arregló la larga y rubia cola de caballo; por otro lado, el joven solo se dignó a estirar su camisa para tapar su "problema".

-Señorita Yamanaka, señor Uchiha, me sorprende verlos en estos actos –los reprendió el maestro.- Me parece bien que gocen de su plena juventud, pero de verdad que son demasiado jóvenes para esto. ¿Qué tienen que decir a su defensa?

-Lo siento mucho, Gai-sensei –la rubia hiso un pequeña reverencia con sus mejillas totalmente sonrojadas y con una expresión muy apenada.

-No es para tanto, tengo condón –contestó Uchiha descaradamente, sin ningún tipo de expresión en su rostro.

-¡¿Qué clase de respuesta es esa? –ya comenzando a enfurecerse, le cruzó una idea por la cabeza- Señorita Yamanaka, se ve arrepentida por lo que se lo dejaré escapar. Que nunca más vuelva a ocurrir.

-¡Muchas gracias, Gai-sensei! Con su permiso, me retiro –hiso una reverencia, le guiñó un ojo al Uchiha y se marchó.

-En cuanto a ti… -miró al pelinegro- no le diré nada a Tsunade-sama si…participas en mi academia por un mes.

-Y ¿cuál sería esa? –preguntó dudoso.

-Mi academia se desarrolla en este hermoso escenario… -se mostraba orgulloso- Teatro, baile y canto –le dedicó sonrisa triunfal.

-Esas cosas son para mujeres y maricotas, me niego –protestó cruzándose de brazos molesto.

-No, no tienes derecho a negarte, es eso o Tsunade-sama.

Estaba perdido, tan solo nombrar a la directora del instituto daba miedo. Corrían rumores de los castigos crueles que encomendaba a los que tenían mal comportamiento, aquellos castigos arcaicos como pararse fuera del salón con baldes de agua en las manos, trotar un sábado en la madrugada por las canchas de la escuela, golpes en las manos con una vara de madera gruesa...

-De acuerdo, lo haré –cedió al recordar aquellos mitos.

-¡Bien! –levantó su dedo pulgar y guiñó un ojos- No te arrepentirás, comenzamos la próxima semana, te quiero aquí el martes después de clases.

"Por más extraño que parezca, de verdad no me arrepentí, aunque al principio no me gustaba la idea, con el tiempo me pareció interesante. ¿Qué elegí entre teatro, canto y baile? Pues, por descarte: gracias a mi falta de emociones y expresiones el teatro no era para nada algo que me venía; canto, en verdad no canto ni en la ducha, no tengo el talento para ello y al intentarlo hice el ridículo; para qué decir que el baile no me convencía, lo veía muy femenino y además no tenía los dones para eso, pero fue lo que opté cuando oí que Gai-sensei me permitió usar antifaz en la presentación que debía montar al terminar el mes de mi castigo. Además, viendo a otros chicos bailar, algo se movía en mi interior, algo me decía que debía intentarlo; además que me parecía que más que verse femeninos, se veían más masculinos de lo que aparentaban diariamente… olviden ese comentario, sonó raro.

"En fin, cumplí con mi castigo de un mes, sumado a la presentación donde era parte de un gran grupo de personas bailando. Por suerte no era solo yo y creí poder camuflarme con todos. Era lo que pensaba, pero en realidad todos se dieron cuenta de mi presencia en el escenario, pero saqué algo bueno y algo malo: me hice mucho más popular y codiciado, pero también entre los hombres, personas de ambos géneros me mandaban cartas de amor y se me insinuaban. Pero fue raro, después de que me pillaran con Ino, ya no quise tener nada que ver con alguna persona, aparte de no tener tiempo entre los ensayos, al finalizar mi castigo me sentí raro durante todo un mes, como que ese vacío había aumentado en mi interior, comencé a sentirme perdido con más intensidad que antes."

El timbre escolar sonó, dando por finalizado un nuevo día escolar. Todos se levantaban de sus asientos y tomaban sus pertenencias para marcharse a su hogar y disfrutar de un nuevo fin de semana con entusiasmo. Pero había una excepción, Sasuke se quedó sentado en su asiento, sin moverse, con la mirada perdida, pareciera que estuviera mirando su malísima calificación en el examen que le acababan de entregar, pero en realidad no pensaba en nada concreto, solo estaba ahí con su mente ida. Una mano se cruzó frente sus ojos, concentrándose en el dueño de aquella.

-Sasuke, ¿piensas quedarte aquí? –le preguntó su maestro.

-Aquí o allá, ¿cuál es la diferencia, Kakashi-sensei? –suspiró y apoyó sus brazos cruzados sobre la mesa.

-Vaya que has estado raro, Sasuke –el joven maestro tomó una silla y se sentó al frente de su alumno apoyando sus manos en el respaldo de ésta- ¿Qué te sucede? ¿Te puedo ayudar en algo?

-No es nada… -su mirada demostraba un poco, solo un poco de tristeza.

-¿Nada? ¿Cómo le puedes decir nada a esta horrible calificación? Casi repruebas este examen, Sasuke. Tu puesto de primer lugar está siendo reemplazado por el chico nuevo del otro salón.

-Tsk –chisteó la lengua disgustado- No me recuerde a ese…

-Bueno, si no quieres que te compare con él, estudia, Sasuke.

-Si lo hago, solo que no logro concentrarme del todo –ahora comenzaba a mostrarse molesto

-Porque algo te está molestando y debes deshacerte de eso. Resuelve tu problema, enfréntalo.

"Pero qué debía hacer exactamente, eso no sabía, no estaba muy seguro de qué era lo que me molestaba realmente… No, me estaba mintiendo durante todo este último mes que ha pasado, todo el tiempo que transcurrió luego de mi castigo me engañé pensando que el baile fue una pérdida de tiempo, que era de niñitas y maricotas, pero en realidad encendió algo dentro de mi. Ese mes, aprendiendo del baile, ensayando una coreografía junto a un grupo, trabajar en equipo, fue muy satisfactorio, casi lograba llenarme por completo. Pero tenía miedo, ¿qué hacer con mi reputación? Sasuke Uchiha no es niñita, ni mucho menos un maricotas."

Una idea surcó por su cabeza, ¡ya sabía que hacer! Podía llenarse de esa pasión que le entregaba el baile, pero sin que nadie se enterara, excepto una persona, claro. Se levantó de su asiento, sorprendiendo a su maestro por su repentina acción luego de minutos en silencio, tomó sus pertenencias y, despidiéndose con un Gracias, salió corriendo en busca de alguien, ese alguien que lo ayudaría a seguir su camino satisfactorio. Corrió por los pasillos del instituto, mirando por cada puerta para encontrar a ese alguien, hasta que dio con él.

-Uchiha, ¿qué te trae ante mi? Deberías estar en casa disfrutando de la ardiente juventud.

Trató de tranquilizar su respiración, apoyando sus manos en sus rodillas, respirando agitado. Una vez que logró recuperar el aliento suficiente como para poder hablar, se paró derecho mirando decidido al adulto frente a él.

-Gai-sensei, tengo una petición que hacerle…

-¿De qué se trata? –le preguntó asombrado.

Sasuke le había pedido que le permitiera bailar nuevamente en ese escenario, que le enseñara, lo corrigiera y guiara en el baile, que lo ayudara lo máximo posible, pero que no fuera en la academia con los demás. Para Gai-sensei era difícil disponer de tiempo libre que no fuera el martes después de clases cuando hacía su academia, así que le sugirió que mejor fuera a una academia profesional. Pero Sasuke dijo que no podía inscribirse en una academia ya que necesitaría que lo inscribiera algún adulto y por nada del mundo Itachi, su hermano mayor, debía conocer sobre su nuevo gusto por el baile o si no sería una vergüenza. Después de pensarlo, el maestro accedió a su petición, diciéndole que jueves por medio podía ayudarlo, y que los demás jueves, si quería, podía practicar solo.

"Y por esa petición es que me encuentro hoy sobre este escenario, con la galería vacía, bailando al ritmo que me dictaba la música. A partir de ese día comencé a venir todos los jueves después de clases a este glorioso salón a practicar mi baile, mi pasión. Me sentía tan bien conmigo mismo, me sentía casi completo, aprendiendo cada semana algo nuevo, ganando cada vez más soltura en mi cuerpo. Quería abarcar cada estilo de música, pero Gai-sensei dijo que fuera despacio. Todo me parecía tan excitante. No tengo idea de cuánto tiempo he pasado practicando, pero debe de ser mucho ya que solo falta una semana para llegar a mitad de año y comenzar con el mes de vacaciones de verano. Pero eso no me interesa ahora, estoy bailando y debe ser lo único que importe…"

Terminó con sus movimientos al tiempo que terminó la música que lo había estado acompañando, arrodillado, con la manos extendidas hacía arriba y mirando al cielo. Escuchar unos aplausos lo sacó de su posición y rápidamente se puso de pie, entre asustado y sorprendido, viendo de quién se trataba, se sonrojó notablemente. No sabía si salir corriendo o inventarse alguna excusa, pero eso no era digno de un Uchiha, ¡¿qué hacer?

-Eso fue grandioso, de veras –dijo el chico acercándose al escenario y apoyando sus manos en éste- Eres genial, tienes mucho talento, debes de practicar desde pequeño, ¿o me equivoco?

"¡Maldición! Tenía que ser justo él, como lo detesto. Más bien, no lo conozco, es primera vez que me dirige la palabra, pero suficiente para mí con saber que es el que compite conmigo en calificaciones y popularidad. Nadie le gana a un Uchiha, ¡nadie!"

Al notar que Sasuke no le decía nada y solo se le quedó mirando, creyó que el muchacho era extraño, no le daba mucha confianza.

-Humm, ¿has visto a Gai-sensei? –solo recibió una mala mirada- Planeo unirme a su academia luego de las vacaciones, así que supongo que seremos compañeros –le sonrió amablemente.

-¿Lo ves por aquí? No, no está, así que déjame de molestar. Además, yo no estoy en su ridícula academia, es solo para niñitas.

-Hmmm, pero yo no te veo en muy buena posición para decir eso, ¿no estabas bailando hace un rato? –preguntó confundido.

-¡Eso qué te importa! –gritó avergonzado subiéndole los colores a la pálida cara- Imbécil.

-¿Imbécil? ¡Quién te crees tú para decirme así, maldito! –le devolvió el grito, cambiando de un rato a otro su amable personalidad.

-¡Ya te dije, no tiene por qué importarte algo de mí!

El recién llegado solo lo miró enojado, mientras el otro sacaba el cd del reproductor de música en un rincón del escenario y tomaba su mochila, listo para marcharse.

-Por lo menos me puedes decir cuándo encontrarlo, ¿no?

Ambos se miraron de muy malas ganas, si las miradas mataran… El Uchiha resopló y comenzó a dirigirse a la puerta dispuesto a salir.

-Martes, después de clases, inútil –fue lo que alcanzó a decir antes de cerrar la puerta tras de sí.

-Gracias, maldito bastardo… -refunfuñó el rubio.

Notas finales:

Hasta aquí llega el primer capitulo, lo siento si les pareció corto, pero espero pronto volver con otro ^^

Dejenme sus comentarios, acepto criticas constructivas. Si tienen dudas también las responderé. Cuidense, chaitoo!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).