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Brotherly Love por Bithae

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Notas del capitulo:

Dedicado completamente a Thaluuu ^^

Esto iba a ser un oneshot pero como no soy buena en estos temas de incesto todavía, decidí hacerlo un fic e ir poco a poco...

Espero les guste :D

“El amor fraternal en su sentido estricto, es el afecto entre hermanos, aunque puede extenderse a otros parientes. Nace de un sentimiento profundo de gratitud y reconocimiento a la familia y se manifiesta por emociones que apuntan a la convivencia, la colaboración y la identificación de cada sujeto dentro de una estructura de parentesco.”

 

—¿Entonces, esto que siento está bien, no? —murmuró Taemin, volviendo a leer aquello que parecía explicar sus dudas en el computador.

 

Es el afecto entre hermanos.

 

Con un suspiro de alivio y recargando la cabeza en el borde de la silla, se obligó a creer que el nerviosismo y los deseos por tocar más allá de un abrazo a su hermano, era algo común.

 

Si claro, y los elefantes eran rosas.

 

Con un gruñido de frustración se pasó las manos por la cara, ¡Dios lo ayudara!, había estado confundido desde que recordaba, siempre era lo mismo, cuando su hermano le sonreía, le hablaba, lo tocaba o simplemente lo miraba, le cosquilleaba el cuerpo como si un batallón de hormigas estuviera sobre él bailando tap y sinceramente se estaba cansando de eso. Sentía como si el pecho le fuera a explotar por callarse lo que sentía y más al ver como su hermano llevaba a su novia en turno a su casa y convivía con ella. No soportaba ver cuando se tomaban de las manos y se despedían con un beso que carecía de ternura en la boca. ¡Joder! Si hubiera nacido siendo mujer, estaba seguro que le habría valido una mierda y se hubiera lanzado sobre ella para arrancarle unos cuantos dientes y aprendiera que debía mantenerse alejada de su hermano, pero claro, aun así, ese acto carecería de lógica.

 

De cualquier forma, necesitaba platicar con alguien sobre esto, estaba aturdido y no sólo por el hecho de que lo que sentía por Minho lo hacía verse como un completo enfermo, sino que también estaba la parte en donde se había enamorado de un hombre. ¡Genial!, era absolutamente un enfermo homosexual y la única persona en la que confiaba para desahogarse era su segunda madre.

 

Kim KiBum.

 

Se frotó los ojos y sacudió la cabeza para concentrarse en el computador otra vez, con suerte su umma estaba en línea y así evitaba la llamada de una hora, hablando de cualquier cosa que estuviera a la moda y menos de lo que a él le importaba decir. Soltó una maldición cuando no había rastros de Key en el chat. ¡Lo que le faltaba!, ahora tenía que hablarle por teléfono, su peor pesadilla.

 

Justo cuando se estiraba para alcanzar el aparato, la puerta de su habitación se abrió.

 

—Taemin —se giró rápidamente cuando la voz gruesa y masculina retumbó por el cuarto. Y ¡maldición!, ahí estaba de nuevo ese cosquilleo mientras veía a Minho recargado en el marco de la puerta, con los brazos cruzados frente al pecho, una sonrisa de medio lado que era como una invitación a caer rendido a sus pies mientras sus enormes ojos se paseaban por su cuerpo, haciéndolo sentirse desnudo frente a él, el cabello azabache ondeado cubriéndole hasta las orejas, los músculos resaltados debajo de esa playera negra ceñida que le quedaba tan bien, y sus largas piernas en unos jeans ajustados, definitivamente su hermano era una jugosa tentación y no podía hacer nada para apartar la vista de él.

 

—¿Taemin? —volvió a llamarlo.

 

—¿Qué? —contestó, frunciendo el ceño, poniéndose a la defensiva con sus instintos de querer correr hacia él para abrazarlo y enredar sus manos en ese cabello mientras lo besaba y le decía cuanto lo amaba.

 

¡Despierta idiota!

 

—¿Qué quieres?

 

—Mi Young y yo iremos al cine. ¿Quieres venir?

 

Seguro y luego ¿Qué?, ¿Él les iba a tocar el violín mientras se besaban?

 

—No gracias, tengo cosas que hacer —Minho frunció el ceño y se acercó a él.

 

Taemin tragó fuerte, cuando su hermano se inclinó y apoyó las manos en la silla en la que él se encontraba sentado, haciéndola girar para que quedaran frente a frente. Y cuando vio esos enormes ojos tan cerca, Taemin sintió que su alma lo abandonaba. Dios, la nariz de Minho rozó la suya y su masculino aliento lo golpeó cuando habló.

 

—¿Qué cosas? ¿Con quién? ¿Y a dónde? —Taemin se echó hacia atrás cuando Minho se inclinó un poco más y le rozó la frente, pero no llegó muy lejos en su intento de hacer más grande la distancia entre ellos, pues su espalda tocó por completo el respaldo de la silla, y cuando lo hizo, con una fuerza que salió de Dios sabe dónde, lo empujó.

 

Minho retrocedió dos pasos, y cuando se disponía a acercarse de nuevo, Taemin le puso el pie derecho sobre el abdomen.

 

—Alto ahí —se cruzó de brazos, tratando de ocultar su nerviosismo. Si se hubieran quedado en esa posición un poco más, habría besado a Minho sin importarle nada, pero por suerte su razón no lo abandonó y lo hizo reaccionar —Tal vez vaya a hablar con Key a su casa, ¿contento? —dijo, respondiendo a cada una de las preguntas que le había hecho su hermano.

 

—¿Por qué?

 

—¡Eso no es de tu incumbencia!

 

—¡Claro que sí, eres mi hermano, todo lo que hagas es de mi incumbencia! —Taemin se puso de pie completamente furioso.

 

—¡Ay, por favor! No vengas ahora a jugar el papel de hermano mayor preocupado, Minho, no te queda —lo miró a los ojos por unos segundo y luego continuó—. Además, estamos hablando de Key, es mi mejor amigo y prefiero estar con él que contigo y tu… —con un esfuerzo tremendo, se tragó la palabra maldita que quería gritar para que llegara hasta la sala y Mi Young pudiera escucharlo, pero decidió no hacerlo, no quería que su hermano la defendiera, eso no lo soportaría —y tu novia —concluyó.

 

Taemin observó como la cara de Minho se deformaba a una llena de tristeza, sus ojos repentinamente habían perdido el brillo y su voz perdió la fuerza cuando le habló otra vez

 

—Bien, si eso deseas —y sin decir nada más, giró y salió del cuarto

 

—Minho —murmuró, sintiéndose arrepentido.

 

Caminó unos pasos, decidido a pedirle perdón por haberle dicho aquellas palabras, pero el ruido de su celular lo detuvo; con un bufido de disgusto, contestó sin ver quién era.

 

La voz de Key le irritó los oídos.

 

¡Bebééééééééééé! —Taemin tuvo que separar el aparato de su oreja para evitar quedarse con sordera el resto de su desgraciada vida.

 

—Key, deja de gritar —suplicó, levantando la mano hacia su sien. El teléfono quedó muerto durante unos minutos, ninguno de los dos dijo nada hasta que el mayor de los dos rompió el silencio

 

Bien, dime ¿qué es lo que te sucede? —Taemin soltó un suspiro cansado.

 

—Nada.

 

Taemin —dijo con tono de amenaza en su voz.

 

—Está bien —contestó él, resignado. Key tenía un sentido maternal tan elevado que, inclusive hablando por teléfono, se daba cuenta de que algo no andaba bien—, pero te lo diré en persona, ¿sí?

 

¿Quieres que vaya a tu casa?

 

—¿No tienes problema con eso? —preguntó, mientras se dirigía hacia su cama, la verdad era que se sentía cansado hasta para caminar dentro de su habitación.

 

Ninguno —Taemin se rió, dejándose caer sobre el colchón.

 

—Te estaré esperando, umma.

 

Perfecto bebé, te llevaré tu postre favorito.  

 

 

 

Minho salió del cuarto de su hermano dando zancadas, no entendía porque se molestaba tanto cada vez que Taemin mencionaba a Key, ¡Oh, demonios! Al diablo con eso, sabía perfectamente lo que sentía, estaba tan celoso que, el simple hecho de pensar que su pequeño hermano prefiriera a Key, hacía que le doliera el pecho.

 

Antes de llegar a la sala trató de tranquilizarse, lo último que quería era que su novia lo interrogara acerca de lo que le pasaba.

 

—Maldición —murmuró, recargándose en la pared. Mi Young era tan hermosa, pero no sentía nada más que cariño por ella, y así como el sin fin de relaciones que había tenido, ésta iba a terminar muy pronto. Definitivamente era un imbécil egoísta ¿Pero qué podía hacer?, de alguna forma tenía que lograr que su amor por Taemin fuera “normal”.

 

Cerró los párpados y dejó que sus recuerdos lo inundaran.

 

La visión del momento en que conoció a su hermano, fue la primera que llegó. Vio Taemin en los brazos de su mamá, y él, de tan solo cinco años, entrando de la mano de su padre completamente emocionado, tanto, que le fue imposible el contenerse y salir corriendo hacia el pequeño bebé.

 

Lo observó con admiración, el color rosáceo en su cuerpo lo hacía verse tan hermoso y encantador que, no pudo evitar sonreír hasta que sintió sus mejillas doler.

 

—Minho —le había dicho su madre —este es tu hermano, quiero que lo cuides y ames mucho, ¿de acuerdo? —él había asentido frenéticamente mientras su padre le acariciaba la cabeza.

 

La habitación se esfumó y el otro recuerdo llegó, el recuerdo en donde todo había cambiado.

 

Él y Taemin se encontraban en la sala de su casa, mirando la película El Rey León. Su padre estaba en el trabajo y su madre en la habitación tomando una siesta.  Él tenía once años mientras Taemin estaba en los seis; todo iba muy bien, los dos estaban desparramados en el suelo comiendo chocolate y palomitas, hasta que el momento culminante llegó. Simba se sostenía de una rama mientras Mufasa iba en su ayuda sin importarle ser arrollado en el proceso. Taemin estaba abrazando sus rodillas, mientras escondía la boca y dejaba sus ojos escasamente descubiertos, ya había lágrimas en ellos cuando Mufasa se sostenía con sus garras y pedía ayuda a su hermano para que lo ayudara a salvarse. A esas alturas, Minho no estaba diferente, aunque ya había visto la película, siempre lloraba en esa escena, pero se obligó a ocultar las lágrimas mientras se acercaba a su hermano y le rodeaba los hombros con su brazo. Taemin recargó la cabeza en su pecho y gritó cuando Simba lo hizo en el momento en que Mufasa caía.

 

—No, Mupasa no —sollozó, aferrándose al cuello de Minho.

 

—Shhh, despertarás a mamá —susurró, mientras le acariciaba la espalda para tranquilizarlo. Lo cual no funcionó, pues Taemin empezó a llorar mucho más cuando Simba trataba sin éxito alguno de despertar a su padre. El resto de la película no fue vista, Taemin tenía demasiadas lágrimas en los ojos y se preocupaba por tratar de respirar entre su llanto —Ya pasó Tae, fue solo una película.

 

—Mupasa —murmuró, sorbiendo su nariz.

 

Minho soltó un suspiro y dejó a su hermano llorar hasta que se tranquilizara, mientras él devoraba una barra de chocolate.

 

Cuando Taemin se calmó, Minho lo agarró de los hombros obligándolo a erguirse, su pequeño hermano le sonrió con las pestañas mojadas y la nariz roja.

 

—Pocholate —dijo, abriendo los ojos, completamente maravillado.

 

Y antes de que Minho pudiera corregir lo que había pronunciado mal, Taemin se acercó y le mordió la orilla de la boca y parte de su mejilla.

 

Minho no pudo reaccionar hasta que Taemin se retiró lamiéndose los labios.

 

—Dico —dijo, inclinando la cabeza—, quiedo más.

 

Minho parpadeó, sintiendo la humedad que su hermano había dejado en su mejilla, lo más seguro es que fuera baba, pero eso era lo de menos. Taemin había hecho algo que cambió por completo su interior. Oh sí, porque a partir de eso, él ya no vio con los mismos ojos a su hermano, el amor hacia él, pasó a ser algo más que fraternal.

 

—Loco enfermo —farfulló, sacudiendo la cabeza y alejando los recuerdos de su mente.

 

—¿Minho? —Giró la cabeza, encontrándose con su madre —¿Qué haces?

 

—Nada mamá, ¿por qué? ¿Qué pasa? —su madre bajó las cejas y lo miró detenidamente.

 

—¿Cómo que qué pasa?, Mi Young ha estado esperando por ti un buen rato.

 

—Si mamá, ya voy —se inclinó y le dio un beso en la frente —saldré con ella, ¿está bien?

 

—Ve y diviértanse —Minho asintió y caminó hasta la sala, rogando porque Mi Young hiciera lo que ninguna otra mujer había logrado hasta ahora…

 

Hacer que se desenamorara de Taemin.

Notas finales:

Gracias por leer jiji... será cortito, tal vez 3 caps y ya :D

Bye~ esperaré sus reviews 


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