Joey iba detrás del moreno, que aun no se daba cuenta que era seguido por el rubio hasta que lo abrazó por la espalda después de entrar al cuarto.
-demonios! Me espantaste Joseph!- le decía el moreno, Joey por su parte se paro enfrente del moreno y le tapo la boca con los dedos, Seto solo arqueo una ceja, que pretendía?.
-Jo…seph…no- trataba de corregirlo, y se señalo a el mismo –jo…ey- mientras tomaba el rostro del moreno con ambas manos, mirándolo a los ojos, esperando que le haya entendido que ahora se llamaba Joey!.
-Así que mi hermano ya hizo de las suyas eh?- le decía mientras lo apartaba y se ponía a buscar algo, Joey se quedo quieto por esa reacción, el esperaba que le dijera que se escuchaba bien, que le preguntara que había hecho y ahora sí!, mostrarle su hoja llena del nombre de Seto.
Pero no, el moreno pareció no hacerle tanto caso como siempre, así que decidió el mismo empezar el juego de siempre, se acerco a Seto nuevamente por la espalda y lo abrazo.
-Espérate, estoy ocupado, no encuentro mi móvil- decía ignorándolo y soltándose del agarre del rubio.
Eso puso triste al rubio y solo se sentó en la cama observando como el moreno iba de un lado para otro buscando algo, después de tanto buscar, tomo su teléfono y marco a su móvil, del otro lado de la línea le contesto su hermano, explicándole como es que llego su celular ahí, después de colgar miro seriamente al rubio.
-No vuelvas a tomar mis cosas sin mi permiso!, entiendes!?- reprendió al cachorrito que lo miraba con los ojos llorosos, este solo como niño regañado viendo como el moreno salía de la habitación.
.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.
En la sala Seto se topa con su hermano entregándole su celular, Mokuba lo veía molesto, seguramente algo le ha de haber hecho o dicho a Joey porque no bajo con él.
-y Joey?- pregunto queriendo indagar.
-está arriba y ahí déjalo solo- dijo secamente.
-lo regañaste verdad?- pregunto molesto el niño, no era justo que por algo tan inocente y de buena manera saliera regañado su nuevo hermano, así ya lo veía, ese chico tenía un imán, pocos días de conocerlo y ya le agradaba a media mansión, por sus actos.
-como sea, no me gusta que toquen mis cosas, ya perdí suficiente tiempo por culpa de ese salvaje- decía molesto.
-no le digas así a Joey, el no tiene la culpa de que tu le hallas gustado mucho!- reprochaba el pequeño enojado, cuando se trataba de negocios su hermano se podía muy irritable.
-como sea, y encárgate de que no me moleste de nuevo- decia cortantemente Seto mientras regresaba a su estudio a terminar con el mini receso que tuvieron.
El moreno estaba molesto por el mal rato que lo hizo pasar el rubio en su video conferencia, tuvo que dar explicaciones a los presentes, algo que a él no le gustaba para nada, dar explicación alguna y más de su vida íntima.
Minutos más tardes bajo el rubio donde se encontraba Mokuba, traía sus ojos rojos delatando que había estado llorando por el trato tan seco del moreno con el.
-Joey!- grito el niño feliz porque había vuelto a la sala, seguiría enseñándole a leer y escribir, aunque el rubio ya lo sabía, solo le falta más práctica.
-Joey mi hermano no quiso portarse así contigo- explicaba el niño, -Él siempre se pone serio cuando es cosa del trabajo, pero cuando termine sus reunión veras que vuelve a ser el mismo-el rubio sonrió por lo último.
Así pasaron el resto de la tarde, genial el rubio no solo era bueno con las letras, con los números era mejor, también se le ocurrió enseñarle un poco de inglés y le resulto fascinante que el rubio entendía perfectamente cada frase que le decía el pequeño.
En cuanto el moreno salió de la oficina el rubio se levantó a seguirlo, si era como Mokuba se lo había explicado hace unas horas, el moreno volvería a prestarle atención.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
En la Habitación por un momento el moreno se había olvidado de la presencia de cierto rubio hasta que alguien le llamo -¿Seto?- era el cachorro, parado en la puerta, lucia temeroso, poco a poco se adentró en el cuarto para pararse enfrente del dragón.
Seto enarco una ceja mientras lo observaba de pies a cabeza, vio que traía puesta su ropa interior y su playera, se veía bien, hizo que tuviera una semi erección, debía vestirlo adecuadamente, no podría andar semi desnudo por toda la mansión causándole problemas de ese tipo vergonzoso, no se imaginaba algún día teniendo una erección enfrente de su hermano solo porque el perro no andaba vestido correctamente.
ya suficiente tuvo para molestarse con recordar que había mentido al pasar por la interrupción de la junta, había dicho a los de la videoconferencia que el chico era su amante, para que no trataran de indagar más en el asunto.
Ese recuerdo hizo que el moreno mirara feo al que tenía enfrente y como por reflejo lo tomo del cabello. Joey se asustó por el agarre pero pronto sintió como sus labios eran devorados por el más alto, definitivamente ese individuo le causaba una casi enferma curiosidad, quería saberlo todo de el, quería domarlo, dominarlo, hacerlo y educarlo como a él le gustan las personas, sumisas!!!.
-Seto- decía el rubio con trabajos, sus ropas habían sido casi arrancadas con rudeza de su cuerpo, -Seto!-, el moreno no sabía qué demonios era lo que quería al decir asi su nombre aunque después callo en cuenta, eso!, su nombre!!!
–Dilo de nuevo- ordeno y el rubio repitió con un poco de pena y dificultad
–Se..to-, se separaron un momento y Joey recibió una cálida caricia en su mejilla.
–Bien hecho cachorro-
Felicitaba el moreno para luego salir de la atmosfera que se había formado siendo rudamente lanzado hacia la cama.
Era cierto que le alegro escuchar su nombre pero al mismo tiempo le dio un pinchazo muy fuerte que se convirtió en una erección dolorosa, porque ese tipo salvaje le producia sacar sus instintos animales con tanta facilidad, se veía así mismo chupando y mordiendo todo lo que tenía a su paso, la piel blanca del cachorrito estaba ya toda amoratada por los chupetones que dejaban a su paso.
El rubio a pesar de que no podía seguir el ritmo del moreno, estaba feliz de estar debajo de él sintiendo sus caricias.
Seto por su parte estaba que ya necesitaba estar dentro del perrito asi que lo volteo un poco brusco, escupio en su mano y tanteo la entrada para lubricarla un poco y meter dos dedos dentro de él, el rubio se retorcía y de vez en vez se impulsaba para sentir los dedos más dentro de él.
Eso fue lo que termino por calentar aún más al dragón que se veía que en cualquier momento sacaría fuego por la boca, saco sus dedos rápidamente sin darle tiempo al cachorro de acostumbrarse y se insertó de dos embestidas hasta el fondo.
Joey solo pudo gemir fuerte y sostenerse con fuerza a las sabanas de la cama, trataba de tener su cadera erguida pero el peso del moreno junto con la fuerza que imponía sobre el hacía que esa tarea fuera muy difícil.
Seto por otro lado sentí delicioso estar ensartando su miembro en las entrañas del rubio, que no hacía más que gemir y gemir, su garganta estaba seca, su espalda adolorida pero el placer que sentía lo valía. El dragón no dejaba de probar cuanta piel le quedara cerca, sus dientes clavados en esa pálida piel, sería un recuerdo, no un recuerdo no, sería una marca, si, una marca de que ese perro le pertenece y de nadie más.
Unas embestidas más violentas hicieron que ambos terminaran casi al mismo tiempo, el rubio se vino antes haciendo que su cuerpo se convulsionara en unos pequeños espasmos que hicieron que el moreno tuviera un delicioso orgasmo.
Cansado el moreno se tumbó aun lado del rubio que aun tenia pequeños temblores pos orgasmo y quedaron profundamente dormidos.
Esa noche hizo un poco de frio, el cachorrito como pudo quedo debajo de las sabanas y pegado lo más que pudo al moreno, este solo por reflejo lo abrazo sintiendo ese calorcito cerca de él.
En la mañana el primero en abrir sus ojos fue el rubio, que se sentó en la cama y observaba a Seto dormir. Quería grabar todos y cada uno de los detalles de ese hombre, debía admitir que al principio tenía miedo porque lo había atropellado pero ahora se daba cuenta que era demasiado emocionante.
El moreno abrió sus ojos lentamente y poco a poco pudo enfocar a un rubio que lo miraba serio para después cambiar su rostro por una sonrisa.
-buenos días Seto- decía el rubio al momento en que se le acercaba y le daba un beso en los labio.
Kaiba abrió enormemente los ojos, no por la acción del rubio, sino por la soltura en que decía las palabras. ¿Acaso había recuperado la memoria y con eso la habilidad para hablar?.
-que dijiste- pregunto nuevamente el moreno con un rostro serio.
-buenos días, buenas tar..tardes Seto- tras escuchar esas palabras el moreno volvió a respirar al parecer solo habían sido cosas que su hermano le había enseñado al rubio.
-no vuelvas a asustarme cachorro- decía mientras le acariciaba una mejilla suavemente, para después jalarlo con violencia y besarlo.
Su plan de un mañanero con el perrito se vio saboteado por un pequeño que toco la puerta, al parecer iba por su pupilo para seguir con las clases.
El rubio rápidamente se bajó dela cama para abrir la puerta pero Seto lo alcanzo a jalar antes de que abriera.
-debes vestirte, no puedes andar por ahí desnudo, ¿entiendes?-
-sí- respondió el rubio mientas buscaba los bóxer y la playera que le habían prestado el día anterior.
Después de volver sido regañado por el moreno por quererse poner la misma ropa, salió cambiado con prendas nuevas. Ese dia el moreno no iba a ir ala empresa, tomaría el dia libre para descanzar, lo que no sabían es que su cuerpo esaba super adolorido, ese rubio hacia que el sexo fuera demasiado descarado e intenso, y el! Obvio no era un robot tmbien sentía.
Apenas se iba a costar de nueva cuenta en su cama cuando la puerta se abre rápidamente y dejaver a un pequeño niño con cara de molestia.
-¿qué sucede Mokuba? Pregunto extrañado, lo que parecía ser un día planeado para su descanso se había ido a la basura.
-¿qué le hiciste a Joey?- preguntaba molesto el niño, -de que hablar, no le he hecho nada- respondía, -hermano- cambiando su semblante por un puchero triste –Joey no puede hablar, amaneció ronco y al parecer tampoco puede estar mucho tiempo sentado- le reprochaba asu hermano de manera tranquila.
Al parecer alguien se había ensañado con el perrito la noche anterior y eso! Tenía molesto al pequeño de los Kaiba.