Un hombre que no aparentaba más de 20 años se tocaba el rostro con gran pesadez, había tenido varios sueños en los últimos días, que no sabía calificarlos como premoniciones o recuerdos.
Se levanto de su cama con bastante flojera, el ruido de unos niños jugando en el pasillo lo habían despertado. Se dirigió a la cocina, sabia de sobremanera que esa no era hora para estar durmiendo, y que los demás en su equipo estarían realmente nerviosos acerca de lo que había pasado el día anterior.
Encontró a un Gamma muy concentrado sentado en la mesa de la cocina discutiendo con la que era su salvadora. La muchacha de muy corta edad que cabellos verde azulados y largos con ojos azules que le daban cada vez una sensación de falsa seguridad, se encontraba realmente nerviosa. “La causa será por el ataque de ayer, probablemente”, pensó Byakuran mientras sin dirigirles alguna palabra abría la puerta del refrigerador a depredar algo. Las premoniciones de su jefa eran bastante acertadas y como uno de los jefes de equipo ya le habían comunicado que hoy 2 grupos serían descalificados. Deseaba que uno de esos grupos eliminados no fuese el suyo, deseaba con todo su corazón salvar a esa niña. También se sentía nervioso por la situación, la maquina que verde había creado , haciendo las ilusiones reales, les traería bastantes problemas.
Los Vongola habían sido convocados por Uni, debían de ser comunicados de la situación de inmediato, después de todo eran aliados, y necesitaría todos los que pueda tras haber perdido a varios de sus compañeros en la anterior batalla.
Lograron quedarse con los escombros de lo que eran las ilusiones de Mukuro, y le enviaron una parte a lo que sería en un futuro el “Centro de Investigación y Desarrollo Vongola”, se había comunicado por teléfono, el chico que le contestó reconoció inmediatamente su voz y se puso muy nervioso. Le contó a Sho-chan de toda la situación, tratando de no omitir nada, aun sentía cierta confianza hacia él. Cuando hubo colgado el auricular no pudo evitar esbozar una sonrisa, que a muchos les pareció bastante aterradora, como si temiesen que estuviese planeando algo en su contra. No podía culparlos, después de todo el era la persona que había tratado de destruir el mundo y que lo logró en muchos otros mundos paralelos. Pero era inevitable ponerse feliz al enterarse que muy pronto podría ver a la persona que le causaba todas esas emociones en sueños, aquel que siempre aparecía cuando cerraba sus ojos, muy pronto vería a Shoichi.
Tras haber estado perdido en sus cavilaciones, percató que Gamma estaba furioso, por la falta de interés que mostraba el Gesso y le pidió que se preparara y que preparara a su equipo para la batalla que Uni acababa de predecir, sería muy pronto, tal vez en menos de una hora y todavía los Vongola no llegaban. Mostro una sonrisa burlona al ex capitán de los Black Spell y acato las ordenes sin mucho discutir.
Mientras se dirigía de nuevo a su habitación, no pudo evitar sentirse aun más ansioso, vería de nuevo a su mejor amigo, como le había dicho a Gamma el día en que se volvieron a ver, o mejor dicho cuando se vieron por primera vez, seguía siendo raro sentir que esos recuerdos no habían sucedido aun. En ese momento recordó uno de sus sueños.
º♦º♦º♦º♦º♦º♦ºFlash Back♦º♦º♦º♦º♦º♦º♦º♦º
En una habitación no tan ordenada, en alguna parte del edificio Sur, donde se encontraban los dormitorios de los alumnos becados, Gesso estaba comiendo malvaviscos sentado al frente de Shoichi que se encontraba muy concentrado tecleando en una laptop. El peliblanco sabía muy bien que cuando ese muchacho se concentraba en una cosa, no había manera de que se distrajese, el hambre o el sueño no eran motivo para dejar de trabajar, pero sí lo era Byakuran. Una palabra del de ojos violetas y el pelirrojo alzaría la mirada solamente a atenderlo, era algo por lo que estaba orgulloso, ser el único motivo por el que Irie se distrajera.
-Dime, Sho-chan – comenzó a hablar el peliblanco, con su típico tono cantarín. A diferencia de las otras veces, su compañero no alzaba la mirada del ordenador y seguía tecleando de manera continua.
-SHO!- El mencionado alzó la vista de improvisto con un aire de nerviosismo, se acomodo los lentes y dijo.
-Di-disculpeme Byakuran-san, no te había escuchado, diga… umm… dime ¿qué sucede? - el antes mencionado esbozó una sonrisa, le gustaba molestar a su compañero, provocarle esos exaltos y sobretodo la ingenuidad de este. No se acordaba de cuanto le había repetido a ese chico que le hablase con más confianza, y escuchar cómo se tropezaba con las palabras al querer tutearlo, le daba una sensación realmente satisfactoria.
-Sho-chan – reanudó – según lo que leímos y nos enseñaron en aquella clase de física, si nosotros tenemos la oportunidad de elegir entre dos cosas o más, este mundo se ramifica en las muchas otras alternativas que no elegiste, ¿verdad?
-Si es verdad, la teoría de los mundo paralelos… – no sabía a dónde iba la explicación de su amigo come dulces, pero siempre eran conversaciones de bastante importancia o al menos muy interesantes, así que decidió seguirle la corriente - …¿A dónde quieres llegar?
- Pues… - continuó – pueden existir mundos en los cuales nunca nos hemos conocido, tal vez tu nunca viniste a esta universidad, tal vez fui yo – dejo de ver fijamente al ojiverde para hurgar dentro de la bolsa casi vacía de su dulce preferido - la idea es que siento que si no hubiese pasado de esta forma, el de hacernos amigos, yo hubiese hallado la manera de conocerte, aun sin saber lo que estoy buscando… - encontró el ultimo malvavisco, se lo puso en la boca y no pudo ni masticarlo cuando vio a su amigo, Shoichi se encontraba bastante sorprendido, sus ojos se habían abierto como platos, su boca se encontraba entre abierta y estaba ¿sonrojado?.
-Por que me dice estas cosas – de nuevo su forma de dirigirse a él se había vuelto distante, le gustaba cuando él lo tuteaba, pasó el dulce que tenía en la boca y continuó.
-Solo quería saber qué es lo que piensas acerca de lo que te he dicho – Concluyó como si no hubiese dicho nada extraño, tan solo un tema de conversación mas.
-Bueno… - lo dijo cerrando los ojos como tratando de ignorar que había sido totalmente embarazosa la declaración previamente dicha por su compañero de ojos violeta, trató de calmarse y dejar de pensar en cosas innecesarias - algo como lo que me describe Byakuran-san… - no se sentía seguro con lo que iba a decir pero de igual manera continuó – es como la cultura árabe describe como el “Destino”, “ya todo estaba escrito”, si usted siente eso, es probable porque estábamos destinados a conocernos.
La respuesta de Shoichi le pareció bastante interesante, no esperaba que le respondiese con una explicación tan poco científica – Y tu Sho-chan, ¿Crees en el destino?
-Yo…-lo dijo como pensando bien su respuesta- yo creo que el destino si se quiere puede reescribirse, cada uno es dueño de su propio destino, he dejado de creer que es correcto lo que alguien más te imponga.
Byakuran quedó anonadado, la ultima parte de la respuesta de su compañero había sido tan apasionada, dicho con total seguridad cosa que se reflejaba en los ojos verdes de Shoichi, un chico tan tímido que el mismo peliblanco había sentido la necesidad de querer protegerlo, ahora le hablaba como si esa fuese la única verdad del mundo.
Irie no se había dado cuenta cuando había subido la mirada a enfrentar con los ojos directamente a Byakuran, pero después de esa demostración de valentía, se sentía completamente desprotegido. Bajó la cabeza y miro la pantalla de su computadora, como queriendo volverse a concentrar en lo que estaba trabajando. Cuando sintió que su amigo, antes sentado en la silla de al frente, ahora se encontraba a su lado izquierdo. Quería morir, “tal vez Byakuran-san está molesto conmigo por haberle hablado de esa manera”, fue uno de sus pensamientos, no había manera, no quería verlo a los ojos.
-Sho-chan mírame – le decía con una voz calmada, sin aire de burla.
No pudo evitarlo, simplemente acató la petición de aquel que estaba a su costado, y pedirle disculpas, no sabía en sí de qué, pero sentía que había hecho algo mal.
-Dis… - sus palabras fueron cortadas por un beso casto. El pelirrojo trato de empujar a su compañero con la fuerza que tenía, para que se detuviese, se separo de sus labios muy sonrojado – By-Byakuran- san ¿Qué es lo que está haciendo?
- Reescribiendo mi destino… -dijo esto para de nuevo tomar prisioneros los labios de su adorado pelirrojo, esta vez ya no mostraba resistencia y se dejó llevar.
º♦º♦º♦º♦º♦º♦ºFin Flash Back♦º♦º♦º♦º♦º♦º♦º♦º
Era frustrante, podía recordar absolutamente todo de aquel sueño-recuerdo, las expresiones de Sho-chan, las palabras exactas que él mismo dijo para provocarlas, pero después de ese beso su mente se nublaba. En las mañanas amanecía tan excitado que necesitaba un baño de agua muy fría para que se le pasase, o tenía que hacerse el favor él mismo, pero no podía recordar.
El timbre lo había hecho salir de sus pensamientos, los Vongola ya habían llegado. Se fue directamente al encuentro de estos y en el camino se encontró con Gamma que de seguro estaba haciendo exactamente lo mismo. Gamma empezó a discutir con él, pero no estaba de humor para seguirlo escuchando, realmente no le caía nada bien. Al abrir una puerta, pudieron ver claramente a Uni, Tsunayoshi, Yamamoto, Gokudera y Reborn sentados en una mesa. Gamma se encargó de explicarle los pormenores de la batalla anterior y el poder del enemigo, vio claramente que los ánimos se ponían tensos, e intento aplacarlo hablando alguna estupidez siendo él. Les dijo que tenía una idea para aplacar los efectos de la máquina de Verde, fue cuando aparecieron.
Byakuran’s pov.
Sho-chan estaba allí y entro a la habitación muy feliz por haber visto a Tsuna. Todo mundo lo conocía pero no estaba de mas volverlos a presentar, aun así pude evitar mencionar que aparte de ser mi mejor amigo había sido la persona quien me había traicionado, aunque haya sido por el bien del mundo me dolía de sobremanera su traición. Fue cuando el chico de anteojos dijo algo que me dejo más dolido aún.
“…para decirte la verdad, hasta que te vi ahora mismo, me dolía el estómago pensando que habías sido secuestrado o algo así”- dijo Sho-chan, dirigiéndose a Tsunayoshi- kun.
“¿Secuestrado? Vamos Sho-chan ¿Haría tu mejor amigo, yo, una cosa así?” Traté de defenderme, ya no era la persona que habían conocido y quería demostrarlo.
“Claro que sí. La crueldad de Byakuran-san no conoce límites. ¡Incluso hacia su mejor amigo!”.
Oh me sentía realmente feliz, no pude evitar sonreír de corazón al escuchar a Sho-chan decir eso, echando de lado el hecho que me había dicho cruel sin límites, no había negado nuestra amistad, sentía regocijarme de júbilo en mi interior, inclusive la voz de mi querido amigo había salido agrietada. No me odia, estoy seguro de eso pero aún me siento inseguro si siente lo mismo por mí. No importa, tal vez sea mejor, tal vez fue nuestro destino el conocernos como lo hicimos en las diferentes dimensiones, siempre Sho-chan venía a mí. Pero tal vez nuestro destino nunca fue el podernos quedar juntos. Vi como mi pelirrojo amigo bastante sonrojado carraspeaba, tratando de aclarar su voz para continuar con la conversación acerca de la maquina que tanto les interesaba a los otros presentes.
Los relojes sonaron, y ahora yo sería el jefe. Shoichi me preguntó asustado si era necesario el que peleara. Le dije alegre que podía esconderse, mi buen humor crecía a cada instante, a la primera persona a quien acudió para preguntar algo así, fui yo. Mukuro estaba cerca y era mejor ir a detenerlo.
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Byakuran’s pov.
La batalla se ha tornado en completa desventaja para nuestros equipos. Se lo que desea Uni y conozco la voluntad de Tsunayoshi-kun, rio ante la declaración de mi salvadora ante Gamma y cuando el segundo disparo del arcobaleno se hace inminente, yo soy el único que no tiene nada que perder. Evito que Reborn y el jefe de los Giglio Nero salgan a atacar, el único capaz de recibir el ataque soy yo.
Tsunayoshi-kun está sorprendido por mi iniciativa, pero quien no, le explico la razón de mi proceder y este entiende. Al igual que Uni ese niño tiene un corazón bondadoso que sabe perdonar y no dejaré que sea en vano.
La fuerza del disparo es muy poderosa, siento como mis alas son destrozadas, desintegrándose, hasta que mi fuerza se agota y el crujido del reloj de jefe me advierte que ya he perdido. Le dejo toda mi esperanza a Tsunayoshi-kun. Mientras me desvanezco, recuerdo todo lo que vivi, todo el sufrimiento que causé, y todo lo que amé. Recuerdo como el miedo me calaba los huesos, antes de morir en el futuro, recuerdo como deseaba tener una segunda oportunidad y haberme divertido aún más y recuerdo que el poder al final no me satisfacía porque siempre me faltaba algo, algo que pensé que se llenaría al conseguir el verdadero poder del Trinisette. Oh ahora me doy cuenta, “Yo también Sho-chan”, trato de decirlo, pero es casi un susurro, “El tiempo que más me divertí, fueron los años que pasé contigo”.
Antes de tocar el frio pavimento, escucho que llaman mi nombre a lo lejos, es Sho-chan. Oh mi querido Sho-chan discúlpame por no haber sido tan fuerte, me alegra que aún ahora te preocupes por mí, espero que al igual que esa preocupación tu amor siga allí, espero que el destino me sonría.