NO ME VERAS
-Ya voy… - Dijo Shuichi a su manager que lo presionaba – Además, ni siquiera quería dar esa entrevista, no me siento bien – Resopló y se sentó en uno de los sofás
-Pues tendrás que hacerla, está todo listo – Shuichi miró hacia otro lado y asintió desganado
Su entrevistador corrió la puerta de su camarín y se sentó frente al peli rosa, éste ni siquiera lo miró.
-Por favor que no sea extensa, estoy cansado – Pidió algo suplicante, y en cuanto miró a la persona que tenía en frente su estado anímico cambio por completo - ¡¿Qué haces tú aquí?! ¡Qué significa esto!
-Ya que no querías hablar conmigo no me quedó de otra que mentir – Sonrió con suficiencia
-Yuki… No quiero verte ¿No lo entiendes?
-Pues es necesario que me veas para poder explicarte todo
Su garganta formó un nudo doloroso que amenazaba con liberarse en pequeñas gotitas saladas, tragó en seco para que eso no ocurriera.
-Pues sea lo que sea que quieras decirme, te diré que ya no me vas a ver mal por tu culpa, prometí no llorar más por ti, me quitaste la sonrisa que alguna vez dijiste te gustaba tanto – Su mirada era nada más que de odio hacia el rubio
Ya no me verás llorar
Ya no me verás mentirte
Ya no me verás reír
-Podemos arreglar esto Shu, solo tienes que escucharme y tratar de comprenderme
-¿¡comprenderte!? ¡¿Comprender el por qué te vi revolcándote con esa puta en tu departamento?! – Escupió las palabras quizás más hirientes que Yuki haya escuchado en su vida – lo siento, pero al menos yo creo que no tiene explicación
-Nos amamos Shuichi, eso puede ser más fuerte que cualquier cosa
-¡¿NOS amamos?! ¡Por dios Yuki! ¡Si ya no existe un nosotros!
-¿Entonces por qué trataste de matarte?
-Eso fue una estupidez – Shuichi le quitó la vista – No volverá a ocurrir – Volvió a mirarlo – aunque te puedo decir muchas cosas… Y nadie te asegura que sea cierto
Ya no serás mí..., Ya no seré tú...
Ya no me cortaré las venas por ti.
Aunque me digas que si
Aunque te diga quizás, tal vez, no sé, quién sabe
-Deja de decir estupideces, yo sé que me quieres todavía, no me lo niegues, no me hagas esto
-Te quiero quizás tanto como te estoy odiando ahora – Shuichi sonrió de medio lado – Aunque ambos sentimientos son extremadamente perfectos, a veces llego a cuestionarme que es lo que siento realmente
-Vuelve a quererme, Shu… - Yuki se acercó a él de un brusco movimiento y atrapó sus labios en un beso cálido y suave que Shuichi le respondió por un par de segundos – Lo nuestro puede seguir funcionando, cometí un error, soy un ser humano… Las personas nos equivocamos… Dame una segunda oportunidad
-Es demasiado el dolor que siento Yuki, no puedo perdonarte así de fácil – Una lágrima traicionera rompió la promesa del peli rosa y dejó que Yuki viera el verdadero dolor por el que estaba pasando, la retiró rápidamente de su rostro y desvió su vista de la dorada mirada – Me estás destrozando el corazón
-Déjame remediarlo
Aunque te quiera tanto
Al mismo tiempo ya no comprendo, porque te odio tanto
Si es tan perfecto, lo que yo siento
Y me hace daño que digas que lo nuestro, te odié tanto
Al mismo tiempo ya no comprendo, porque te amo tanto
Si es tan perfecto este dolor, que me destroza el corazón
-Pero porque insistes en seguir conmigo, si antes eras tú el que me echaba a patadas del departamento, el que decía que le molestaba lo ruidoso que era, el me alejaba cuando trataba de besarte, de acariciarte, el que no me respondía nada cuando decía te amo…
-Es porque no entendía cuanto me amabas… Yo siempre te amé Shuichi, es solo que tenía miedo de aceptarlo, de que me hirieran otra vez… De que tuviera que cerrar mi corazón al amor por segunda vez
-No lo cierres, pero olvídate de mí porque ya no iré detrás de ti como solía hacerlo, no será necesario que sigas escapando de mí, eres libre desde ahora, y desde antes, cuando decidí irme de tu lado
Ya no me verás soñar
Ya no me verás seguirte
Ya no tendrás que escapar
-No puedo vivir sin ti…
-¡Pues ahora no se trata de ti, Yuki! Es hora de que piense en mí, de que deje de arrastrarme para conseguir una miserable caricia de tu parte, una mísera palabra que me demuestre que te importo… Las cosas cambiaron, y no seré yo el que se ponga de rodillas a tus pies esta vez
-¡¿Quieres que te ruegue?! ¡Lo haré si es necesario! Para que entiendas que lo que digo es cierto… Que no estoy diciendo mentiras Shuichi…
El peli rosa lo miró a los ojos fijamente, consciente de cómo la mirada dorada comenzaba a tornarse cristalina, pero concentró su mente en lo que de verdad importaba, Yuki estaba acostumbrado a que él le hiciera las cosas fáciles, de cometer un error tras otro consciente de que luego sería perdonado, pero esta vez sería diferente, no estaba dispuesto a ser como antes.
-Quiero comenzar a vivir de forma diferente, y esa forma no te incluye ni a ti ni a tus errores
Ya no seré yo
Ahora serás tú, el que se ponga de rodillas a mis pies
Ya no se trata de ti
Ahora se trata de mí
De todo lo que yo quiero comenzar a vivir
-¿Y si no es a mí quién? – Yuki se atrevió a tomar las manos de Shuichi, pero éste las retiró casi al momento
-Estoy saliendo con alguien más – Se puso de pie, dejando a Yuki recargado en la silla donde él estaba sentado, pensando en nada, sin saber que decir ante eso
-No te creo
Espero que no lo tomes como algo malo
Como algo personal, porque ya existe alguien más
-¿Qué no crees? ¿Qué pude rehacer mi vida, o que esté con alguien que no seas tú? – Y cuando Shuichi pensó que eso molestaría a Yuki y haría que se fuera, ocurrió todo lo contrario, Yuki se acercó a él con una lágrima bañando su mejilla, y mirándolo directamente a los ojos susurró las últimas palabras
-Te amo - Y con una sonrisa triste miró por última vez los ojos amatistas y salió del camarín destrozado
-Yo también – Susurró Shuichi cuando se encontró solo – Pero no puedo perdonarte
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