Changmin se encontraba acostado en su cama descansando después de una agitada mañana en la compañía, trataba de dormir, pero al ser tan temprano, no podía conciliar el sueño, odiaba cuando le pasaba eso, porque por muy cansada que estuviera, el sueño simplemente no venía a él. Decidió pararse e ir a la cosita en busca de un té o algo que lo ayudara a conciliar el sueño, y ese era su plan hasta que alguien tocó el timbre de su departamento. Se dirigió con pasa lento y pesado hacia la puerta. La abrió y sus ojos se abrieron de la sorpresa. Ahí en frente de él estaba ese chico… ese chico que era una de las razones por la cual no podía conciliar el sueño. Ese chico que ocupada su mente, las 24 horas de día, los 7 días de la semana.
-Hyung…- el chico le habló sacando a Changmin de su ensoñación - ¿P-puedo pasar?
-¿A-ah? Ah sí, claro pasa Minho. Y… ¿qué te trae por aquí a estas horas? ¿No deberías estar en casa?- Changmin preguntó.
-Yo… necesitaba hablar contigo, Hyung. Quería esperar hasta mañana, pero no pude. Al salir del instituto mis pies solos me trajeron hasta acá. Aunque si molesto, creo que es mejor que me vaya, yo…-
-¡N-no! Tranquilo, no es necesario que te vayas, además no puedo dejar que te vayas solo por ahí a esta hora… aunque no es muy tarde en realidad, pero igual.- Minho se quedó viendo a Changmin sin decir nada.- Bueno, ¿quieres algo de tomar o comer? Me imagino que no has comido y…
-Sólo un café… sólo un café estará bien.- Changmin se dirigió a la cocina mientras Minho se sentaba en el sofá de la sala. Mientras que hacía el café Changmin veía a Minho desde la cocina, sabía que algo le pasaba al menor, estaba muy decaído y callado y normalmente él no era así. Changmin se acercó a Minho ya con el café en su mano.
-Ten Minho… ten cuidado, está caliente.- Minho agarró la humeante tasa se café y con cuidado la llevó a sus labios-
-Gracias, Hyung.- Minho sonrió.
-De nada, Minho.- Changmin le devolvió la sonrisa y luego se sentó a su lado- Ahora dime, ¿qué querías decirme.- vio como el chico se puso un poco nervioso en cuanto le preguntó eso-
-Yo… bueno…- Minho puso la tasa de café sobre la pequeña mesa de centro – Para mí no es fácil decir esto, sabes que soy muy malo con las palabras, pero ya no puedo esperar más… a lo mejor te parecerá tonto o al final…- hizo una pausa y luego continuó- Al final puede que me odies por lo que te voy a decir. No quiero llegar a incomodarte con mis palabras ni nada, eso es lo que menos quiero. Pero no puedo seguir ocultándolo… yo…-
-Sólo dímelo, Minho. Sabes que no podría odiarte, dímelo con confianza.-
-Hyung, mírame.- lo agarró de las mejillas y giró su rostro hacia él – Hyung…
-Dime, Minho.- Minho bajó su rostro un poco avergonzado y luego volvió a subirlo con ese hermoso brillo en sus ojos – Habla.
-Changmin Hyung… tú… tú me gustas desde hace mucho tiempo… no, puedo decir con seguridad que desde hace mucho tiempo estoy enamorado de ti.- su rostro se tornó de un rojo intenso, pero aún así no bajó su mirada.- Sé que esto puede ser incómodo para ti, pero…
-Al fin lo has dicho, Minho.-Changmin le sonrío y tomó las manos de Minho que se encontraban agarrando su rostro y las entrelazó con las de él - Estaba esperando que lo dijeras…
-Hyung…- Changmin se acercó lentamente a ese rostro que lo observaba entre emocionado, avergonzado y confundido, de a poco unió sus labios con los del otro, cerró sus ojos y se dejó llevar por esa dulce sensación que le acusaba los labios del menor. Se separó lentamente y con la misma suavidad y lentitud se acercó al oído del contrario – También te amo, Minho. Más de lo que crees. Pero eres tan tonto que no te das cuenta.
-Changmin Hyung.- Un par de lágrimas comenzaron a caer por su rostro.-
-Hey, ¿por qué lloras? Tonto…- limpió las lágrimas del menor y lo abrazó.-
-Por nada, Hyung… sólo soy un tonto.- se separó lentamente del mayor y lo vio a los ojos- Te amo, Changmin Hyung.- Se acercó a los labios del mayor y lo besó.
-También te amo, Minho…-