Como si no lo hubieras esperado.
Capítulo 13: Cool Heat.
–Dormiremos. – dijo rompiendo ese silencio que había surgido luego de ese sutil beso.
Era hora de dormir. Ese momento en cual el cuerpo se relaja y la mente se deja llevar entre los sueños. Eso era dormir. Pero no era lo que le inquietaba sino la idea de que había una sola cama en esa cabaña, claro se podía improvisar, sin embargo, no sería lo mismo.
–No te preocupes por ello. – susurró adivinándole los pensamientos. –Dormiré en este sillón.
–Pero aquí hace más frío. Puedes… –entró en cuenta de lo que estaba a punto de decirle. Indirectamente lo estaba invitando a dormir con él. – Creo que iré a dormir. – dijo más nervioso y olvidando esa posibilidad.
Cada uno de ellos quedó en su lugar: Roy con sus almohadas en ese sillón incómodo y Alphonse en esa cama que parecía más que acogedora.
No tenían idea de la hora pero ambos podían asegurar que el tiempo no pasaba. No llegaban a conciliar el sueño, por alguna razón pensaban si ese sueño terminaría al despertar.
El castaño fue el primero en perder la batalla con el sueño y se dejó llevar sin impedimentos.
Pero Roy estaba inquieto. Notó que el castaño llevaba el cabello suelto y que ya andaba por el quinto sueño. Sin hacer mucho ruido, se aproximó a él. Ver sus facciones cuando dormía era algo que adoraba. Parecía más tranquilo de lo que era. Sin querer, se sentó a un costado de la cama y lo movió. Se sentía tentado cuando veía sus labios al aire libre, era extraño pensarlo. Sabiendo que podría llegar a despertarlo, se acercó de a poco hasta que llegó a sus labios propiamente dichos. Sentía la respiración calmada incluso sus leves latidos. Como había pensado, asaltó a esos labios nuevamente sin el permiso de que se hallaba dormido. Había comenzado lentamente, saboreando ese dulce sabor que tenían como esa suave textura que poseían. Era un arte besarlo tan así, con tanta liberad.
Con algo de rapidez pero a su vez, sumo cuidado, se puso arriba de él. No había detenido ese roce pero de a poco se fue aproximando a la comisura de sus labios, bajando lentamente. Hasta casi llegar al borde de la determinada parte a la que llamaban cara. Viendo que no reaccionaba, pensó en seguir con cuidado. Quizás estaba llevando las cosas con un ritmo demasiado acelerado, sin embargo, al primer movimiento saldría de donde estaba a como dé lugar.
Siguió avanzando con esa lentitud hasta llegar al cuello. En ese punto ya podía sentir con más claridad los latidos. Besó esa parte con suavidad hasta que vio que no había vuelta atrás. De a poco, fue quitando los botones de su camisa para seguir hasta su pecho latente pero en ese mismo instante, Alphonse despertó y se sorprendió por lo que ocurría.
–Roy… –musitó más notó como su cara se ponía caliente.
El mencionado se levantó de donde estaba y no tuvo cara con cual explicarle lo que sucedía.
…