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Como si no lo hubieras esperado por Dark_Elric

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Notas del capitulo:

Hola, Hola~

Y bien, ahora si. Este es definitivamente el capítulo final.
Con algunos contratiempos y cambios, pude terminarlo :)

 

Esa noche continuó en silencio.

Como Roy aún estaba preocupado por el estado de Alphonse, le propuso que durmieran juntos. Podía ser una idea un tanto inesperada y brusca por lo que solo se lo tomó como una burla. Sin embargo, Al no se negó y con cierta timidez, dejó que se quedara a su lado.

Con esa cercanía, pudo darse cuenta de esa diferencia. Se quedó pensando en que no tenían casi nada en común. Solo Edward, asuntos militares y la alquimia. Suspiró al resignarse en que todo ese asunto podía fracasar en cuestión de algún tiempo.


–Deberías dormir y dejar de pensar aunque sea un rato.


No obtuvo respuesta ante lo que dijo. Pero para su sorpresa, Alphonse ya había caído rendido ante el sueño.

 

Lo tapó mejor con las sábanas y se acercó nuevamente a él para besarle la frente. Aunque le inquietaba el asunto de esa ‘pesadilla’, procuró mantenerse calmo. No era algo como para caer de nuevo en desesperación.
Cerró los ojos e intentó dormir.

Solo le faltaba ese detalle, descansar.

 

 

Habían pasado días tranquilos luego de aclarar su situación sentimental. Lo ocurrido en esa noche, no había pasado a nada más. Cada vez que alguno de ellos intentaba plantear el tema, el otro cambiaba de conversación tan radicalmente que parecía que estaban hablando de tabúes. Ambos intuían que sería algo que solo surgiría, aunque eso tomaría tiempo y paciencia.
Y claro, en cierto modo también faltaba convivencia. A pesar de que habían estado trabajando meses en la investigación, solo se veían, hablaban, compartían algunos momentos relevantes y el trato aún debía ser el de superior y subordinado. Ninguno de los dos había tocado fondo con el otro.

Era un ambiente incómodo.

Tampoco podían ignorar el extraño sueño de Alphonse, habían encontrado indicios de que la Puerta de la Verdad pudiera abrirse con otros métodos que no incluyeran las temidas transmutaciones humanas.

–No todo está perdido. –le dijo Mustang mientras le quitaba los informes de las manos. –Has estado muy callado, ¿sucedió algo?

Ambos estaban en la ‘sala’ de esa cabaña. Habían improvisado, como en muchas ocasiones, con la mesa de madera multiusos como si fuera su escritorio compartido, uno al lado del otro. Al igual que tuvieron que despolvar algunos archivos que habían permanecido intactos por bastante tiempo.

Calló por unos minutos más hasta que se animó a hablar. Había reformulado su respuesta en su mente tantas veces que se decidió por ser directo.

– ¿Nosotros vendríamos a ser una pareja? –titubeó sin mirarlo a los ojos.

–Es decir…

–Bueno, ya sabes… –dudó sin quererlo por lo que debía ser más específico.

–No sé a qué te refieres.

– ¿Seríamos novios?

–Supongo que sí. –

 

Contestó con simpleza y con una rara sonrisa. Sabía que Alphonse intentaría encarar el asunto por allí. No debía olvidar que ese chico tenía la mitad de años que él. Seguramente, esta era su primera relación. En su caso, él ya había tenido una amplia experiencia de la cual podría utilizar ciertas artimañas para ver a qué tanto podía llegar con él. No debía jugar con él pero la idea era tan tentadora que no le importaba mucho si Al le seguía el juego o no. Sin embargo, desistió.


–No tienes que forzarte mucho.

–No es eso. Siento como que, bueno, no sé cómo debería seguir. – notó como sus palabras le daban seguridad.

–Solo sé tú mismo. –Le tocó la cabeza y despeinó algunos de sus cabellos castaños. Y continuó leyendo algunos reportes y murmuró –Al, solo dale tiempo al tiempo.

 

El mencionado con cansancio apoyó su cabeza sobre la mesa en donde estaban todos los informes y papeles que debía releer.
Roy lo vio y solo una idea se le vino a la cabeza. Se levantó con cuidado y luego fue detrás de él, lentamente intentó sacarle la gabardina que llevaba. Le susurró al oído consiguiendo que sintiera escalofríos.

Alphonse con una cara adormilada, se movió y le dirigió una mirada un tanto molesta.

– ¿Esta es tu forma de darle tiempo al tiempo? –cambió su semblante y solo sonrió. Se había levantado con pereza ahora estaba enfrente para afrontar las consecuencias.

–No seguiré si tú no quieres, aunque para empezar no debí comenzar… – se disculpó y antes de que volviera a irse para el otro lado de la mesa, Al lo tomó de la mano y con un ligero tirón, lo acercó como para decirle algo.

–No me niego a esto.

 

 Roy aprovechó de esa distancia para robarle otro beso para luego llevarlo con lentitud  y recostarlo sobre el sillón. Al, consciente de lo que sucedía, sentía como sus mejillas se encendían y como de a poco su respiración se agitaba. Tenía curiosidad pero a la vez, ese miedo de no saber qué era lo que podía llegar a pasar exactamente. El pelinegro continuó en donde estaba luego de haberse acomodado como estaba antes. Como veía que la camisa que llevaba Al le podía estorbar, se encargó de desabrocharla lo suficiente y tocó con la palma de su mano ese cálido pecho. Nuevamente, siguió besando toda esa parte como antes y cada vez que descendía iba sacando esa camisa, la iba dejando de lado. Cuando llegó hasta el momento en que tenía todo ese pecho descubierto, notó como esa piel clara también había tomado color. Al se mostraba bastante nervioso ante lo que sucedía.

 

–No te preocupes. –le susurró cerca de su oído una vez que se había acercado allí.

 

Estaba haciendo todo lentamente pero no sabía hasta que momento podría controlar esa calma fingida. La verdad tenía una pecaminosa obsesión de seguir de una manera salvaje; sin siquiera hacer todo con cuidado como lo estaba haciendo, sin embargo, recordaba que se trataba de Al…

 

Con la yema de sus dedos, acarició los botones rosados que veía en ese cuerpo. Cuando vio que Al se estremeció por ese contacto, notó que había hallado un punto débil. Los siguió tocando hasta que se pusieron los suficientemente erectos. Incluso, había tenido el atrevimiento de usar su propia lengua para recorrer toda esa delicada zona.

Sus manos siguieron descendiendo hasta que llegaron al borde y comienzo del pantalón. No se sentía con el valor suficiente como para continuar en esa parte, pero el toque de una de las manos de Al, lo hizo notar que le daba permiso. Le estaba concediendo seguir.

Como ya se había deshecho de la camisa, pretendió hacer lo mismo con ese pantalón. No era difícil. Lo desabotonó y con sigilo, lo comenzó a deslizar por el largo de esas piernas. Ese ritmo de a poco lo estaba volviendo loco, podía sentirse como él también comenzaba a entrar en calor.

Cuando dejó a Al en paños menores (?) pudo notar su pena marcada en su cara. Lo evitaba, tal vez la causa misma era que podía ver algo que nadie más había visto en situaciones como esa. Como en un inicio, con la yema de sus dedos comenzó a bordear la forma de su miembro sobre la ropa. Notaba que cada toque, ponía más nervioso al castaño y escuchaba en silencio, sus suspiros. Entrando en más confianza, sin prevenirlo, metió su mano debajo de esa simple tela y terminó acariciando directamente. Notaba su excitación, sentía como en sus ojos, se relejaba una mirada inocente.

 

–Al…

 

Dejó ese simple impedimento para verlo completo y lo volvió a besar. Sin darse cuenta, su propio sexo estaba rozando sobre la ropa de Alphonse. Había notado como se había tensionado por eso. Sin descuidar el beso que le daba y la posición que mantenía, él mismo se quitó lo que llevaba arriba y despegándose un poco más del castaño, bajó sus propios pantalones, lo que llevaba.

Se estaban deshaciendo de lo que tenían puesto muy apenas.

Terminando con ese simple roce, siguió a donde antes estaba y masajeó su miembro. A un ritmo lento para luego ser algo más veloz. Oía los nítidos gemidos de Al y como intentaba opacarlos con sus manos pero su instinto era más fuerte.

Podía hablarle y decirle todo eso que se estaba ocultando pero sus propias palabras eran ahogadas con sus acciones.

Estaba yendo en serio y pensaba llegar hasta el final y a la vez, haciéndolo sentir bien a él.

Con otro movimiento de improviso, se aproximó hasta donde estaba esa prenda y la quitó del camino para que luego su lengua junto con su lengua se encargaran de la hombría de Al. Como era de esperarse, el castaño reaccionó, impactado y quiso evitar el movimiento pero, su cuerpo se halló en medio de un espiral de placer. No podía retener sus impulsos y se sentía liberado. Cada vez que Roy metía su miembro a la boca, su boca profería un ligero gemido. No había conocido jamás esa parte del mismo. Era raro pensar que las cosas podían ser así pero lo eran.

De pronto, sintió una fuerte presión conllevada por todo eso que estaba experimentando hasta que percibió como se había venido… Así de simple, Roy que se había encargado de ello, estando más que seguro de lo que debía hacer y saboreando de la esencia de la persona a quien quería. No dijo nada y vio apenas la cara más sonrojada del castaño, con más pena de la que antes mostraba.

 

Humedeció uno de sus dedos con esa misma esencia y pudiendo ver la pequeña entrada de Al, con un gesto y mirada lascisiva le indicó lo que proseguiría.

 

De Nuevo se estremecía. Solo podía sentir una sensación punzante en esa zona hasta que por segundos, esa sensación había cambiado. Sentía como ese dedo o más, querían entrar más. Aprovechando de esa sensación, en medio de su embriagador éxtasis, se relajó y dejó que Roy prosiguiera.

 

– ¿No quieres que me detenga? – le preguntó amable y deteniéndose de todo.

 

Dudó de su respuesta pero sabía que su cuerpo les estaba pidiendo seguir, no podía dejarlo ansioso… Aunque a la vez, sentía que se estaba entregando por Amor. Como suponía, Roy no haría nada que el negara, así con solo asentir de nuevo su cabeza, le permitió continuar.

 

El pelinegro se acomodó mejor entre las piernas de Al y viendo ya esa entrada humedecida, se quitó lo último que tenía, mostrando tal vez, sin temores, su propio miembro ya excitado por todo.

 

Con cuidado y riéndose por dentro, porque el castaño se había quedado a mirarlo completamente sin nada como a su vez, él también observaba de Al y su desnudez.

 

Tomó su propio miembro y siendo paciente, de a poco, comenzó a adentrarse a esa cavidad. Percibió que Al se mordía sus propios labios para no quejarse, entonces, con su mano libre, le acarició sutilmente una mejilla. Lo había tranquilizado y distraído momentáneamente hasta que pudo penetrarlo totalmente y ver que el castaño había ocultado un par de gemidos~

 

Con su propia fuerza y recordando que se trataba de Al, tomó de su cuerpo y comenzó con tranquilas embestidas hasta que vio que se había acostumbrado. Siguió con un ritmo tranquilo hasta que sintió que su propio miembro le pedía más. Comenzó a ir más rápido y más envuelto dentro de su placer, hace tanto que había dejado de hacer cosas como esas… Su miembro estaba aprisionado por esa cavidad que era latente y húmeda, cada vez sentía que llegaría hasta lo más profundo de esa zona, hasta esa parte donde lograría que Al ser regocijara en el placer mismo. Lo sentía pero a su vez, notaba que había perdido a Al en medio de ese vaivén, el se hallaba aferrado a su pecho, gimiendo de placer, al igual que él que se demostraba más reservado en ello.

Entrando y saliendo, entrando y saliendo, en medio de gemidos de los dos, ambos estaban a punto de terminar.

Al se sentía extasiado, podía notar como el frio que en momento había sentido, ya no existía. Esa sensación lo volvía a alterarse aun tal punto que cuando, sintió que Roy había terminado, poco después, el también lo había hecho.

Roy en el interior de esa estrecha cavidad y Al sobre el abdomen del primero.

Casi exhaustos, terminaron agitados y a su vez, el pelinegro terminó abrazando al castaño para luego recostarlo de nuevo, en medio de ese abrazo, tomados de la mano y pensando cada uno en el otro.

 

–Al, Te amo. –susurró cuando lo tuvo bien a su costado y pudo sentir su cálido cuerpo al lado de él.

El mencionado respondió seguido, intentándolo mirar en ese instante un sencillo – “Yo también te amo”

 

Todo había ocurrido como si no lo hubieran esperado porque, quien iba a pensar que las cosas podían darse así.

No habían sido capaces de admitir que desde un comienzo, ambos se necesitaban y a la vez, se querían de una manera excepcional.

 

Quedaron abrazados de sus propios recuerdos, divagando en futuros posibles y en palabras que dirían sus miradas.

 

 

Sin embargo, ante tanta entrega y sentimentalismos, podían apreciar como en el fondo, en lo más profundo de sus mentes, la presencia de Edward se opacaba y se desvanecía lentamente.
¿Y si él volvía, todo cambiaría?

Notas finales:

Fin~
Después de mucho, pude terminar un fanfic de los varios que dejé en suspenso ;  ;
Como siempre, disculpen algún que otro error e incoherencia que pueda aparecer. A pesar de que lo revisé un par de veces, lo que menos modifiqué fue la parte del lemon. (Originalmente debía ocurrir en la cama pero fue en el sillón xD)

Y bueno, hasta aquí llegamos con esta historia RoyAl~


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