Como si no lo hubieras esperado.
Capítulo 5: Reacción.
Sin perder más tiempo y juntar más frío, tomó con cuidado el cuerpo helado de Alphonse con el fin de llevarlo entre sus brazos cubriéndolo lo mejor posible. No sabía cómo había podido caer tan enfermo solo por una cuestión de tomar frío pero los cambios de ambientes eran muy repentinos. También estaba la posibilidad de que hubiera ocultado el estar enfermo solo para seguir adelante con la investigación que estaban llevando a cabo. Al siempre tenía que ir a su cabaña en donde siempre nevaba y luego volver por un sendero donde la temperatura cambiaba abruptamente.
No quería dejarlo tan descuidado por eso se lo llevaba.
…
Pero la cuestión era a dónde.
…
Igualmente, no fue necesario que lo pensara detenidamente, ya había comenzado a caminar con dirección a su cabaña.
Se golpeó mentalmente por eso, se suponía que debía llevarlo a donde se hospedaba, era más factible que allí se pudiera recuperar más rápido que en una cabaña que a veces terminaba enterrada por la nieve.
En el largo camino se dio cuenta por todo lo que tenía que pasar Alphonse cada vez que lo tenía que ir a visitar. En verdad, no era un camino ligero o corto y mucho menos cuando la nieve impedía moverte con rapidez. Árboles, muchos árboles, nieve y todo cubierto de lo mismo era lo único que se podía destacar de la vista al paisaje de alrededor. Terminado ese largo trayecto, sintió como si hubiera luchado como en sus viejos tiempos, vaya que le faltaba ejercitarse...
Acomodó al castaño en el único lugar posible, su cama, y se encargó que el ambiente se mantuviera cálido encendiendo la chimenea. Nuevamente, se quedó cerca de la misma mirando el fuego moverse. No podía hacer mucho, aunque nunca hacía algo en verdad. Se dio la vuelta y miró como dormía con un respirar algo agitado. Se preocupó por aquello hasta que recordó que tenía en algún lugar una medicina que tal vez pudiera ayudar a Al a recuperarse. Dejando las llamas por un rato, lo buscó en medio de los estantes, en medio de los libros, en medio de los papeles y no, no lo buscó en medio del fuego porque allí seguramente no estaría. La desventaja de encontrar eso se debía a que era un frasco pequeño. Solo era eso pero no lo encontraba. Pensando en que lo hubiera podido perder, se rindió cansado de no poder tener nunca lo que buscaba hasta que lo vio a un costado de su escritorio. Así que es allí donde estabas.
Lo abrió para comprobar si era realmente lo que buscaba. Lo era… aunque notó que no tenía un agradable sabor que se pudiera decir.
Sin esperar más, se acercó al Alphonse dormido y lo levantó para despertarlo. Logró que se mantuviera consiente pero estaba demasiado débil como para reaccionar o eso parecía hasta que pudo oler ese líquido de esa cuchara…
–No tomaré eso… – musitó con esfuerzo mientras intentaba alejarse del Coronel. No recordaba cómo había llegado allí, sin embargo, solo quería evitar aquello que le estaba obligando a tomar.
–Lo Harás para que te recuperes. Hay que continuar con la investigación, no podemos quedarnos en la mitad de algo cuando estamos tan cerca de alcanzar nuestro objetivo. –insistía a la fuerza mientras se mantenía sentado en esa cama. Quería lograr que Alphonse le entendiera, entendiera su interés de que se recupere solo para poder cumplir con su ilusión.
–Pero… huele mal. – se quejaba y, a la vez, comenzó a tironear de su brazo que había sido agarrado por Mustang. Evitaría “tragarse” eso, al menos su mente eso procesaba.
–Créeme que hay cosas peores…
-No..., no tomaré eso. –luchando contra el agarre, logró soltarse e ir hasta el otro extremo de la cama para luego cubrirse con todo lo que pudiera.
Realmente odiaba cuando las cosas no se daban como él quería. Se levantó de esa cama y dirigió su mirada a Alphonse quien tenía razón con respecto a la medicina. Suspiró en señal de rendirse, por lo tanto, dejó el frasco y la cuchara en donde los había encontrado. Tenía un plan; aunque no sabía si estaba haciendo bien al hacerlo porque era raro pensarlo, más bien, el método. Nuevamente, volvió a tomar ese frasco y evitando que Al le pudiera ver debido a que se había destapado por completo, bebió un poco. Si no había querido cooperar por las buenas, tenía ese plan arriesgado y nada lógico para hacerlo.
Disimulando, se volvió a sentar en donde estaba y enfrente del castaño. Parecía que no sospechaba de nada y así tenía que ser. Lo vio con seguridad y segundos después, con un movimiento rápido y preciso, lo tomó de los brazos y lo tiró a la cama. Estaba empleando su fuerza contra un enfermo y eso, no se veía bien. Evitando que Al volviera a forcejear, se acercó a su rostro lo más que pudo y escuchando sus quejas y lo demás, logró tomarlo del mentón y besarlo con la intención de que Al cediera a beber el medicamento que tenía retenido en su boca.
Pensando en la posibilidad de que se negaría, lo acercó más a él y usando su propio peso detuvo cualquier intento de moverse. Sin embargo, no esperaba que Al reaccionara de la manera en que reaccionó. Se había quedado quieto y asombrado según la expresión de su cara, como a la vez, no se interpuso al beso. Se dejó llevar que ni fuerzas tenía como para alejarse de él. Tragó ese líquido que en un momento, le había parecido horrible pero apenas sentía su sabor. No pensó que Roy tomara una acción tan extrema. Notó que en serio se preocupaba o eso quería creer... Habiendo bebido todo lo que Roy había tomado, se quedó quieto mirándolo en silencio mientras que Mustang, rompió con esa unión y se levantó de encima del castaño. Había sido algo repentino y algo que podría recordar sin dificultades.
Aunque había sido un sencillo beso para que Al pudiera beber la medicina, había podido sentir como se agitó y como su cara se tornó más roja de lo que estaba antes. Tal vez… había sido el primero beso de Alphonse, no lo sabía y no se pondría a saber los detalles. Solo había sido algo que había pasado y debía quedar atrás, debía ser así a pesar de que su mente hubiera distorsionado un poco la realidad y le hubiera jugado una trampa al imaginarse a Edward en vez de ver a Al.
El menor quedó tendido en la cama sin reaccionar ante lo sucedido. En verdad, ¿lo había besado? No se lo podía creer, podía ser que por la fiebre se lo hubiera imaginado pero esa sensación tan real no podía ser mentira. Aún sentía como eso perduraba en sus labios. Con sigilo, se levantó y evitó mirar al Coronel. No lo podía ver, se sentía apenado por lo ocurrido. Quería disculparse pero no podía articular ni una palabra y cuando lo intentó ya era demasiado tarde…
El dueño de esa cabaña había vuelto a salir de allí. Necesitaba aire fresco y no se quedaría allí sabiendo que se convertía en un pedófilo por lo que había hecho y que no dejaba de pensar. Había hecho bien y mal, sin embargo, sentía que era otra cosa más que podría tomar para sentirse culpable…
“Equivocarse… ¿cómo…? No es Edward. No lo es.” – pensó segundos antes de terminar quemando un árbol con una simple chispa lanzada con furia…
…
–Lo siento…– susurró segundos antes de volver a cubrirse con las mantas y evitar todo, solo quería dormir y encontrar las palabras correctas para disculparse cuando lo volviera a ver, cuando despertase.