En la ciudad de Seúl, capital de Corea, cerca de las nueve de la noche, muchas personas volvían a su casa después del trabajo, otras, salían a hacerlo, y unas cuantas iban a pasarlo bien.
Al oeste de la ciudad, en la zona de familias adineradas, vivía la familia Lee, formada por un hombre ex-futbolista y entrenador de la liga K Daejun de fútbol, junto a su esposa, una modista muy reconocida, y sus tres hijos. De los cuales solo era biológico el mediano, los otros dos eran adoptados pero sí que eran hermanos. KiBum el mayor, estudiante excelente, carácter complicado aunque cariñoso, con complejo de diva y también de madre, ojos felinos, tez clara y cabello negro con mechas. MinHo el mediano, a pesar de ser menor que KiBum es un poco más alto que éste. Es un chico, usualmente, de pocas palabras, pero dulce y carismático, ojos grandes (a menudo sus hermanos cariñosamente le dicen rana), tez morena, cabello castaño y algo largo, lo suele recoger en un moño un poco desordenado, apasionado de los deportes y muy competitivo. Taemin el menor de los tres, dulce, travieso, y aunque parezca un ángel es un pequeño diablillo. Le gustan mucho los peluches y animales, así como los dulces. Es de piel clara, cabello con corte de hongo, castaño tirando a pelirrojo. Al ser el más pequeño, la mayoría de las veces consigue lo que quiere con solo usar un poco de su aygeo. Toca el piano desde muy pequeño, y realmente bien. Como sus padres no están mucho en casa, su hermano mayor actúa como umma. Tiene una relación muy especial con su hermano MinHo, a veces cuando no puede dormir, se va a su cama y él lo abraza hasta quedar dormidos.
A los tres les encanta el baile y es sus ratos libres es lo que hacen para no aburrirse, también cantan y suelen componer canciones.
Esa noche, sus padres tenían que ir a una cena muy importante, así que se quedarían solos… otra vez.
-Tesoros, nosotros nos vamos ya, portaros bien, ¿si?- les decía su madre mientras les daba un beso en la mejilla a cada uno.
-Tranquila mamá, nos iremos a dormir pronto- le contestó KiBum con una sonrisa
-Eso espero, adiós- Dijo y se fue a reunirse con su esposo, que la espera ya en el auto, ni siquiera había ido a despedirse de sus hijos, pero no estaba del mejor humor.
En cuanto sus padres se fueron, KiBum fue a la cocina a preparar la cena y los pequeños se fueron a la sala y encendieron la TV. Taemin después de hacer un puchero había conseguido el mando y había puesto los dibujos que quería ver.
Pov. KiBum
Nuestros padres de nuevo nos dejaron solos, no es una novedad, pero a veces me gustaría que estuvieran más aquí. Por suerte aprendí a cocinar, si no, tendríamos que haber pedido comida a domicilio, y no es nada saludable.
-¿Otra vez dibujos? ¡Tae yo quiero ver un partido!- oí como MinHo comenzaba a quejarse.
-¡No! Anda hyung, por favor, quiero ver mis dibujos…-replicaba Taemin, después suavizo el tono de su voz, seguro hacia uso de su aygeo para conseguir poner sus dibujos.
-Toma…-terminaba diciendo MinHo, había ganado Tae lo sabía, me reí por ello, siempre era igual, no podía con sus pucheros, bueno ni MinHo ni yo.
Termine de hacer la cena, Kimbap, bulgogi y Kimchi. Tenía un olor muy bueno, esperaba que supiera igual. Lo serví en platos y los puse sobre la mesa. Me asomé a la sala y allí estaban viendo los dibujos de Taemin.
-Chicos la cena ya está lista, vamos- en cuanto lo anuncié, Taemin ya había desaparecido.
-Siempre tan rápido con cuestiones de comida- decía MinHo. Yo reí y le contesté.
-Claro, es Taemin- ambos reímos y fuimos de nuevo a la cocina. Taemin estaba esperándonos sentado en su silla. Nos sentamos y comenzamos a comer.
-¡Esta muy bueno Kibumbie hyung!- habló Tae después de comer un poco.
-Me alegro ¿y a ti que te parece?- dije mirado a MinHo
-Como siempre, te salió muy rico- contestó con una sonrisa mientras seguía comiendo kimchi.
Después de la cena, MinHo se encargó de limpiar los platos, y Taemin y yo fuimos al salón y encendimos la tele. Esta vez puse un canal de música, y comenzó a sonar de BEG ‘’Abracadabra’’ no pudimos evitarlo y nos pusimos a bailarla.
Cuando MinHo entró íbamos por la parte del suelo, lo miré un poco de reojo, no quitaba su vista de Taemin. Yo ya sospechaba que a pesar de ser como hermanos a él, por mucho que lo negara, le gustaba el más pequeño. Yo no estaba en contra, es más, lo apoyaba porque la verdad es que lo que uno no puede evitar es enamorarse de alguien sin elegir.
Al terminar la canción, vinieron más y estuvimos bailando mucho. Estaba todo sudado así que me fui a la ducha y después fueron MinHo y Taemin. Ya con el pijama, nos sentamos en el sofá y vimos un video musical.
Si-Si-Si Si me sigues entonces lo entenderás, te lo prometo
Te-Te-Te Te mostraré una fantasía como en un cuento de hadas
Wooh Oh Oh~
Era muy extraño.
(Oh Tú~) Sólo Voy a ir Contigo
(Una fantasía que no está lejos)
Por este mundo lleno de imaginación~
Sin un Final, ¡Nunca Terminará! ~ ~ ~
¡Este es el país del Nunca Jamás! ~ ~ ~
Se llamaba Neverland. Mis parpados se hacían más pesados.
Vamos, Vamos no lo dudes y toma mi mano
A través de los bosques y edificios en el cielo volaré (Volar)
Todo en lo que crees es la realidad
Hay millones de estrellas dispersas bajo tus pies (Hey!)
Es todo lo que puedo recordar, pues después, me quedé dormido.
Más noches, a través de más noches (Hey!)
Serás una niña por siempre, y para siempre seremos jóvenes
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Oí un ruido en la ventana, por lo que me desperté y me levanté del sofá. MinHo y Taemin dormían tranquilamente. Divisé como una luz se movía rápidamente por la cocina, así que fui a ver que era.
Me quedé en la puerta, medio escondido, pero con una sartén en la mano (había aprendido que eran bastante útiles y no solo para cocinar), por si era un ladrón. Las cacerolas cayeron encima de algo, y una no paraba de moverse por el suelo.
Sujeté la cacerola en el suelo y lentamente la levante un poco para coger lo que fuera aquello. Mi sorpresa fue al ver a un mini chico brillante, moviéndose e intentando librarse de mi agarre. Lo acerque más a mis ojos. No podía ser verdad. ¡Esa cosa tenía alas!
-¡Ya! ¡Suéltame!- decía esa cosa, aunque parecía más como un tintineo.
-¿Qué eres?- le pregunté soltando a eso y apartándome.
-¿Qué crees que soy?- preguntó irónico, wau esa cosa tenía mal genio.
-No lo sé, si lo supiera no preguntaría- le contesté rodando los ojos.
-Soy un hada, babo- nadie me llama así, nunca. Le mire fijamente, con mi mirada de rayos laser.
-¡Oye! ¿¡A quién llamas babo, pulga con alas!?- dije agarrándolo.
-Vale, vale, a nadie, suéltame ¿si? Por favor~- me rogo esa cosa, me estaban entrando ganas de aplastarla, pero algo me detuvo.
-Nhh… ¿Qué haces Kibumbie? – apareció Taemin en la cocina, restregándose los ojos. Me descuidé y afloje mi agarre y esa cosa voló.
-¡Aygo~! ¡Qué lindo!-dijo esa cosa acercándose a Taemin.
-¡¡¡Waaa!!! ¡¡Un bicho!!- gritaba Taemin dándole un manotazo y escondiéndose detrás de mí.
-¿Por qué hacéis tanto ruido??- se asomaba MinHo a la cocina, también restregándose los ojos.
-Auch~…-se quejaba el ‘’hada’’ en el suelo.
-Wau, ¿es un hada?- dijo MinHo mirando hacia al suelo y agachándose a recogerlo.
-Sí, y ese chico me ha estampado contra el suelo, auch~…-le contestaba la cosa con alas.
-¿No es un bicho?- preguntaba inocentemente Taemin separándose un poco de mi.
-No, esa cosa, asegura ser un hada- dije mirando como MinHo le quitaba el polvo.
-Lo siento hadita- se disculpaba Taemin poniendo su cara de arrepentimiento.
-No te preocupes, solo no me des más manotazos- le contestó con una gran sonrisa. Vaya, solo iba a ser borde conmigo.
-¿Cómo te llamas?- le preguntaba MinHo.
-Yo soy Onew, ¿y vosotros?
-Yo soy Taemin, él es MinHo y aquel es KiBum, ellos son mis hermanos mayores.- nos presentó un ahora muy contento Minnie.
Ellos se pusieron a jugar en nuestro cuarto con Onew, mientras yo limpiaba lo que había liado en la cocina aquel bicho con alas parlante.
Me agaché a recoger las cacerolas, y pude ver por la ventana de la cocina pasar una sombra rápidamente. No, no podía ser más cualquier animal, nada por lo que preocuparse. Pero justo después de abrir la puerta del armarito, y meter las cacerolas, oí como se cerraba la puerta corrediza de la cocina. OK, ahora si estoy asustado, tengo miedo de que me aparezca algo al levantarme, así que cogí la sartén que por suerte estaba cerca y me preparé para lo que fuera que hubiera entrado.
Fui asomándome poco a poco. Allí no había nada. Terminé de levantarme. No podía ser, claramente había escuchado como se cerraba…
-Sabes… es peligroso si le das a alguien con esto- dijo una persona a mi espalda agarrando la sartén. Me volteé rápidamente. Vi a un chico de mi misma estatura, con el pelo castaño y las puntas rubias, tez morena, voz dulce y una sonrisa encantadora. A ese chico no lo conocía de nada, pero es más… ¿¡¡Qué hace en mi casa!!?
Rápidamente intente escapar de allí, quien me dice que no es un violador o algo peor, pero me tenía acorralado entre el mueble y su cuerpo, ¡¡ay!! ¿¡¡Y ahora que hago!!?