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El Exquisito Dragón por Pandora_Von Christ

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Notas del fanfic:

Los sucesos descritos en este fic ocurren después del séptimo libro de esta entrega: Harry Potter y las reliquias de la muerte y después del sexto tomo de Viewfinder de Yamane Ayano.

Disclaimer: Como ya deben saber los personajes no me pertenecen ni a mi ni a la nena que escribió esta maravilla (A juicio personal).

Link al original: http://www.fanfiction.net/s/6795984/1/View_Finder_drabble

Notas del capitulo:

Quiero darle las gracias a enchanted nightingale  de Grecia, que de manera tan amable me permitió no solo traducir, si no también  modificar el fic un poco para que quedara mejor redactado (Al español por supuesto)

No me vayan a asesinar con sus comentarios fanáticas de Potter y de Fei Long... Es bueno de vez en cuando hacer que el chino interactue con otros hombres. ¿No creen?

Disfrutenlo!!

El chino aún permanecía de pie, en la cubierta del lujoso crucero en el cual habían tenido lugar los sucesos que terminaron por marcar otra cruel etapa de su vida. Su cuerpo estaba apoyado en la barandilla, el sol apenas comenzaba a asomarse en el horizonte y la seda de su ropa no ofrecía calidez alguna a su cansado cuerpo, aun así no se sintió de humor como para entrar y solicitar un abrigo a alguno de sus hombres. La tranquilidad que reinaba en el barco pronto terminaría. Los pasajeros despertarían, el personal iniciaría sus labores, y los cuerpos en las habitaciones pronto serían arrojados fuera del barco; la escritura del casino estaba segura  y  los rusos ya habían desaparecido. En sus dominios todo estaba en orden, al menos por ese momento.

Harry había escuchado la conmoción a bordo. Trató de no prestar atención a los rostros de preocupación del personal, a los extraños ruidos que el mago podía jurar habían sido disparos o al sonido de un segundo barco aproximándose. Algo importante había tenido lugar en aquel barco y el heredero de los Potter tenía la sospecha de que era algo grande  y probablemente turbio. Harry abandonó la seguridad de su lujosa suite y se dirigió hacia la cubierta principal. A pesar de que su habitación era bastante amplia, el encerrado lugar le estaba haciendo sentirse un poco débil. Quizás el frio aire en la cubierta le ayudaría a componerse. Eso y por supuesto un cigarrillo. Últimamente, la nicotina le ayudaba a sentirse menos ansioso.

Fei Long abandonó su embelesamiento al sentir el olor a cigarrillo proveniente de algún lado de la cubierta, levantó la mirada y vio a otro hombre de pie a pocos metros de él, apoyando su espalda a la barandilla. El hombre tenía el cabello oscuro y un rostro bien bronceado. Vestía una camisa negra de manga larga que parecía muy costosa y unos jeans. En sus largos dedos tenía un anillo con una insignia en él. No parecía asiático, y cuando el otro hombre abrió los ojos y miró hacia el líder de la triada, Fei Long se encontró con unos intensos orbes color esmeralda.

Al llegar a la cubierta, Harry vio que ya estaba ocupada, pero de todos modos optó por quedarse allí. El otro hombre no parecía estar buscando compañía  y esto a Harry le pareció bastante adecuado. Pasaron bastante tiempo escuchando sólo el sonido de las olas golpeando contra uno de los costados del barco, pero al transcurrir algún tiempo Harry se sintió extraño y un tanto cohibido. Fue entonces cuando sintió unos ojos en él e inmediatamente supo que el otro hombre le estaba examinando. Decidió hacer lo mismo y abrió sus ojos, observando con mayor atención al hombre a su lado. Era alto, sin duda más alto que Harry que solo media 179 cm; con largo cabello negro que parecía tan suave como la seda del extraño traje oriental que el hombre vestía y que parecía indudablemente costoso. El hombre además parecía estar armado, y si el mago podía leer bien los expresivos ojos de aquel ser supo también que era tan peligroso como un salvaje dragón.

Al llegar a tal deducción, Harry dio una última calada a su cigarrillo y lo arrojo por la borda antes de quitar su culo de la solitaria cubierta.


***


La Sala VIP estaba bastante atiborrada esa noche. Fei Long rechazó la cabina que usualmente utilizaba y se dirigió hacia la barra. Casi siempre bebía solo, en su habitación, pero esta noche, cuando ya Takaba Akihito no estaba allí, prefirió buscar la compañía de extraños aunque solo fuera para compartir el mismo espacio. Yoh también le había traicionado, y Tao, el pobre muchacho aun se encontraba en el hospital. Estar en el bar, de alguna forma daba al pelilargo la ilusión de que tenía compañía. El barman de inmediato le reconoció y se apresuró a servirle, normalmente Fei Long hubiera visto tal acto de buena forma, pero al notar que su empleado había ignorado deliberadamente a otro cliente en el otro extremo de la barra por darle prioridad se sintió un tanto irritado, por lo que sacudió la cabeza a modo de queja y le ordenó al hombre atender al otro cliente primero.

–Sí, jefe– dijo el barman mientras desaparecía.

Harry se sobresaltó notablemente cuando el barman, después de ignorarlo, regreso a tomar su orden.

–Escocés, llénalo hasta arriba– dijo en chino. Su acento era perfecto. La magia funcionaba perfectamente para tales asuntos.

Un vaso se situó prontamente frente a él y Harry no perdió tiempo en terminar su trago y pedir otro después. Por el resto de la hora el barman rebotó entre Harry y un hombre extraño que no podía reconocer claramente en el otro extremo de la barra. Al dar el mago un leve respingo observo que era el mismo hombre de aquella madrugada. Estaba allí, de nuevo, y en esta ocasión también estaba solo. Un astuto plan empezó a formarse en la cabeza del mago y antes de que el ex Gryffindor pudiera terminar siquiera de considerarlo, se encontró levantándose y caminando hacia el otro lado de la barra, deslizándose en uno de los asientos junto al hombre de largo cabello antes de ordenar su tercer trago.

Fei Long se sorprendió cuando el hombre de los ojos memorables se sentó a su lado. Había visto al hombre devorar su primer trago de un solo sorbo y luego el segundo, con el cual al parecer había tomado un poco más de tiempo. Ahora estaba ordenado su tercer trago lo cual hizo que el lider de la triada se impresionara un poco ya que el pelilargo aun no podía manejar muy bien los efectos del alcohol, y  después de aquel embarazoso incidente de su juventud en el que  Asami tuvo que ayudarlo, Fei Long había procurado ser más cuidadoso cuando bebía algún trago en público.

Aunque, nada le sorprendió más que escuchar al evidente hombre extranjero ordenando en un chino perfecto, lo cual le hizo abrir la boca incluso antes de que pudiera pensarlo dos veces.

–Eres extranjero, y sin embargo tu acento es perfecto–

Harry parpadeó sorprendido cuando el hombre vestido de fina seda se dirigió a él –Gracias– respondió honestamente. El hechizo que había usado era uno difícil de lograr y asemejar un lenguaje era complicado. Harry se sintió bastante orgulloso al haber  logrado tal hazaña.

–¿Cuál es tu nacionalidad?– preguntó el chino

–Soy de Inglaterra– respondió Harry.

–Estás muy lejos de casa– contestó el pelilargo

–Es por eso que he elegido este destino para mis vacaciones– dijo el mago mientras levantaba su vaso –¿Te gustaría acompañarme a tomar uno o dos tragos. Generalmente odio beber solo–

A modo de respuesta el desconocido asintió ligeramente con la cabeza.

–Por cierto mi nombre es Harry Potter, aunque si gustas puedes llamarme Harry–

–Liu Fei Long– dijo el chino –Y no te atrevas a llamarme de otra forma. No concedo tan fácilmente esa clase de confianza–

El mago sólo sonrió –Esta bien para mi–

 

***

Era el segundo día de Harry en el crucero y despertó con una resaca tremenda. Maldiciendo el hecho de haber olvidado empacar algunas pociones, el mago se resignó a lidiar con su dolor de cabeza de la manera Muggle. Decidió vestir ropa casual y pidió que le llevaran el desayuno hasta el cuarto. Después de eso, decidió ir a la enorme piscina cubierta que a esa hora del día acostumbraba estar vacía. Solía nadar y le gustaba la idea de no tener que lidiar con los niños y con sus neuróticos padres en la enorme piscina al aire libre situada en la cubierta.

Fei Long había encontrado un lugar apartado cerca de los cristales de la sala de la piscina cubierta. Sacó el libro que por aquellos días estaba leyendo y se acomodó en la silla. Realmente deseaba tener un momento en el cual distraerse de todos sus pensamientos. La noche anterior había intentado tomar como una forma para dejar de pensar en el problema que había tenido con los líderes de las mafias japonesas y rusas, aunque aún no había pensado en la manera del vengarse de Mikhail por haber intentado apoderarse de la escritura del casino. Para entonces los borrosos ideogramas frente a sus perdidos ojos parecían no tener sentido y lo único que logró sacudirlo de los pensamientos en que nuevamente se había sumido fue el sonido de salpicaduras de agua en contra de los baldosines, por lo que el chino levantó la mirada y abrió los ojos.

Allí se encontraba aquel extranjero, Harry Potter, el de la noche anterior. El pelinegro se había deslizado dentro de la piscina graciosamente y ahora le estaba dando algunas vueltas. Fei Long fingía leer su libro mientras observaba al hombre ir y venir dejando de lado todas las pretensiones, aunque cuando el hombre salió de la piscina y todo ese cuerpo bronceado y musculoso fue descubierto a su vista Fei Long interesadamente le estudio. Estudio el delicado cuello, la tonificada espalda, esos fuertes brazos y el negro dragón que decoraba su brazo derecho; su trasero bien formado, sus fuertes muslos... en ese instante  su libro oficialmente quedo olvidado.

Harry había olvidado su palpitante dolor de cabeza, su adolorido estado de animo, todo en realidad tan pronto como cayó en el agua. Había empezado a hacer ejercicio tras terminar Hogwarts y descubrió que le gustaba cómo esto había llegado a hacerlo más saludable y menos escuálido, formando incluso algunos músculos. Esta era la razón por la cual no se había dado cuenta inmediatamente de que tenía compañía en aquella silenciosa habitación. Cuando estaba secando las gotas de agua que escurrían por su piel fue que observó al asiático con el que había compartido algunos tragos la noche anterior. Liu Fei Long le había prohibido tratarle con familiaridad por lo que durante la noche fueron entablando una amena conversación acerca de cuales eran los mejores lugares para visitar en Hong Kong y cuales eran los mejores restaurantes. La conversación no había sido aburrida y Harry sospechaba que ese hermoso hombre podía ser más encantador de lo que ya era si solo intentaba dejar su fingida indiferencia.

–¡Hey! ¡Buen día!– saludo el británico alegremente, estremeciendo con su grito un poco a Fei Long.

–Sí, eran buenos hasta ahora– respondió el líder de la triada friamente. –¿Cuántas vueltas  hiciste?–

–¡Ah, veinte, creo. Ese es mi promedio– contesto Harry –¿Por qué no estás en tu traje de baño?–

Fei Long levantó su libro para quel el otro hombre lo pudiera ver claramente –Vine hasta aquí solo para leer–

El de ojos verdes asintió con la cabeza –Ya veo. Sí, es más tranquilo aquí que en la cubierta. Todo ese ruido, los niños corriendo alrededor, tutores y padres gritando...– explicó el mago sin dejar de mostrar su ávido interés.

Fei Long trataba de concentrarse en las palabras del hombre pero ese cuerpo perfecto le estaba distrayendo; ni siquiera pudo darse cuenta cuando el otro hombre empezó a acercársele, vistiendo aún el apretado y azul oscuro traje de baño que cubría solo su parte trasera y el área de su entrepierna. La mirada de complicidad dibujada en el rostro de Potter al descubrirlo mirándolo hizo a Fei Long sentirse un poco irritado y bastante nervioso.

Harry sabía que era guapo. Muchas veces le habían dicho que parecía un modelo con su increíble cuerpo, sus expresivos ojos verdes y su desordenado cabello. Hacia girar cabezas casi todos los días,  sin importar si eran hombres o mujeres; pero de alguna manera, tener a un hombre tan extraordinariamente hermoso como Liu Fei Long admirándole descaradamente hizo sentir a Harry especial. Esta fue la razón por la que se acercó al chino en lugar de abandonar la habitación. Y mientras esos hermosos ojos color violeta continuaban recorriendo cada centímetro disponible que Harry exhibía, el mago decidió ir a por ello. Ciertamente, no tenía nada que perder.

Fei Long estaba a punto de decir algo, aunque no tenía idea de que era lo que iba a decir pero en ese momento el hombre de ojos esmeralda se arrodilló delante de él y su garganta enmudeció completamente. De cerca, Harry Potter se veía mucho mejor y ante esto el líder de la triada se encontró luchando contra las terribles ganas que ahora tenia de tragar para despejar no solo su garganta sino también sus propios pensamientos.

–Quiero intentar algo– dijo el hombre, y antes de que Fei Long pudiera reaccionar estaba siendo asaltado de la más erótica y ardiente manera.

Si a Harry se le hubiese pedido que describiera cual era el sabor que tenían los besos de Fei Long el mago hubiese tenido que deambular por horas y aún asín no hubiera podido responder dicha pregunta. El hombre sabía a poder, a belleza, a calor. Era picante y dulce. Cuando el chino empezó a devolverle el beso a Harry fue un poco agresivo y atento y mientras su largo y delicado dedo se deslizaba en el grueso cabello de Potter, sumergió al mago en un profundo beso que era enérgico y embriagador. Al besar a este hermoso hombre sintió un millar de cosas a la vez que le hicieron tambalear ante la poderosa sobrecarga.

Fei Long no solía besar a las personas con quien se acostaba, el acto creaba una cercanía que sabía no existía, que era falsa. Aquel joven japonés al que trataba de olvidar había sido lo más cercano que había tenido a alguien y aun así sus besos se redujeron al mínimo, después de todo no era  sabio apegarse a los prisioneros que utilizaba como garantías; por eso cuando esos cálidos labios estuvieron sobre los suyos no pudo sentir otra cosa que asombro. Después sintió ese húmedo y bronceado cuerpo apretarse contra el suyo, ruborizándose totalmente, y  cuando esa curiosa lengua penetró sus labios no pudo evitar excitarse, sintiéndose al mismo tiempo molesto por tal intromisión. Tal acto nunca antes había logrado excitarle, no hasta esa mañana,  fue por esto que cuando se separaron para respirar,  el líder de Baishe no pudo apartar sus ojos del inglés.

–¡Guau!– jadeó Harry cuando al fin logró estabilizar su respiración, observando al pelilargo para encontrarlo igual de ruborizado y con su changshan de seda totalmente arruinado por la humedad de su cuerpo. Parecía que el otro hombre apenas estaba dándose cuenta de aquello.

–Lamento lo de tu ropa– el mago se disculpó.

–Olvídate de la ropa– ordenó Fei Long, extendiendo sus manos para situarlas sobre los hombros de Potter antes de jalarlo y aprisionarlo con sus labios en otro profundo beso.

 

***

La banda sonora de  'El Padrino' resonó en la lujosa habitación, Harry dejo de afeitarse para responder a la llamada mientras hacia una nota mental que le recordara cambiar la melodía que Luna había programado sin que él mismo lo supiera. La voz de George Weasley sonó después e inmediatamente una dulce sonrisa apareció en el rostro del mago de ojos verdes.

–¿Cómo esta mi Lord favorito?–

–Soy el único Lord que conoces– respondió Harry.

–No es cierto–  George era bastante rápido para responder.

–Soy el único con el que estas en buenos términos– añadió después Harry. Las risas que escucho de parte del gemelo Wesley sobreviviente hicieron a su animo iluminarse por completo, aunque todavía tenía una agenda apretada y así se lo hizo saber a George.

–Oh ¿Acaso tienes una cita ardiente esta noche?– preguntó el travieso pelirrojo.

–De hecho así es, tengo que darme prisa con esto, todavía tengo que vestirme– Dijo mientras agitaba la cuchilla en su mano como gesto para enseñarle al pelirrojo que era lo que se encontraba haciendo.

–¿Para qué? Mi tercer ojo prevé que no necesitarás tu ropa para la mayor parte de la noche– Respondió el Weasley  soltando pequeñas risitas

Harry sonrió. –Espero que tu "tercer ojo" tenga razón–

En ese momento las risas de George se hicieron escuchar y no cesaron a pesar de las amenazas de Harry, instándole a que le comunicara el motivo de su llamada.

 ***

 
Fei Long estaba vestido de manera impecable para aquella noche. Había decidido no usar sus ropas tradicionales a favor de un traje occidental hecho a la medida. El traje era completamente negro, incluso la camisa, salvo por la corbata escarlata que le daba al traje un aire menos sombrío. Su usualmente suelto y largo cabello estaba recogido en una cola de caballo baja con un broche de plata. El chino hizo girar muchas cabezas mientras entraba en el comedor, incluso sus guardaespaldas le habían contemplado por más tiempo del necesario cuando su jefe salió de su habitación. Fei Long se veía impresionante con cualquier cosa que vistiera, pero la ropa occidental añadía a su encanto un toque más masculino y misterioso. El líder de la triada ignoró en aquel momento cada una de las sugestivas miradas que se posaban sobre su cuerpo tratando de desnudarlo mentalmente, ya que sólo había una persona cuya reacción quería ver y cuya reacción no le decepcionó.
Harry Potter ya estaba en el salón y enderezó su encorvada espalda de un solo y rápido movimiento tan pronto como el chino puso un pie en la habitación. Sus ojos esmeralda recorrían de arriba a abajo el cuerpo de Fei Long y el agradecido brillo que se reflejaba en ellos pronto hizo sonreír al pelilargo con aire de suficiencia. Luego el chino observó las ropas del inglés. También vestía un costoso traje negro con rayas grises hecho a la medida, una camisa de color negra y no llevaba corbata. Realmente lucía como un modelo haciendo al hombre incluso salivar.

Harry estaba acostumbrado a los juegos políticos, a discernir significados ocultos detrás de las palabras, a manipular, a intrigar, y esta cena con Fei Long exigía todos los recursos de los que Harry disponía. El pelilargo era sensual, la comida era increíble, el vino era dulce, toda la atmosfera gritaba seducción.
Palabras y charlas triviales fueron intercambiadas. Las miradas que se lanzaban el uno al otro eran bastante sugestivas y pronto cada palabra tuvo un doble significado, haciendo de cada mirada incluso una abierta invitación. Harry fue el primero en soltarse, a mitad del postre fue imposible para él reprimir sus instintos.

–... Potter?– preguntó el líder de Baishe.

–Sabes– en este punto Harry ya ni siquiera podía prestar atención a las palabras del chino, ignorando la pregunta y centrándose principalmente en el tema que le interesaba –Si vamos a dormir juntos puedes llamarme Harry–

–¿Qué te hace estar tan seguro de que vamos a tener sexo?– preguntó Fei Long.

Harry sonrió. Se levantó elegantemente y se acercó al otro hombre, inclinándose sobre él para susurrarle al oído –Que me dices, ¿Quieres que me adelante y te espere en mi habitación o quieres que te siga a la tuya?–

En ese momento el mago no tuvo la necesidad de mirar hacia atrás para saber que Fei Long también se había puesto de pie y le estaba siguiendo.

 

***



Fei Long hizo que Harry le siguiera a su cuarto y el inglés no se negó a ello. En la privacidad que aquellas cerradas puertas les ofrecían los dos hombres estuvieron casí el uno encima del otro, besándose con fervor mientras se acercaban lentamente a la cama, y cuando estuvieron a una corta distancia Harry empujo a Fei Long en ella. Después, de un solo movimiento se desprendió de su chaqueta y zapatos, antes de proceder a arrastrarse sobre el cuerpo del otro hombre, besándolo vorazmente mientras acariciaba cada parte de su cubierta y suave piel.

–No tienes idea de cuanto tiempo desee hacerte esto– susurró el mago.

–¿Cuanto?– preguntó el pelilargo en medio de gemidos.

–Desde el momento en que entraste en el restaurante quise arrancar todo lo que cubre tu cuerpo– dijo Harry, mientras deshacía cuidadosamente la corbata de Fei Long, arrojándola descuidadamente de la cama, mirándole con deseo ya que sus ojos ni por un solo momento se habían apartado de los del chino. Con cuidado sus manos recorrían esa pálida y elegante garganta, desabrochando el botón con el que sus dedos se toparon mientras sus labios continuaban descendiendo sobre las ropas que cubrían ese magnifico cuerpo  –Sabes, te ves maravilloso cuando usas trajes,  pero te vez mejor en esas ropas extrañas que sueles vestir… la seda en tu piel es un maravilloso pecado–

Fei Long abrió sus labios para responder al comentario, pero pronto la cálida boca de Harry comenzó a recorrer su pálida piel siguiendo el camino que sus dedos habían trazado, impidiéndole modular palabra por los gemidos que sentía le quemaban la garganta.

A Harry no le escaseaban los amantes. Su fama y dinero habían servido para atraer a muchos y aunque cuando estaba en Gryffindor había rehuido a tales experiencias, últimamente había aprendido a explotar a aquellos que habían tratado de usarle. Este era una de sus características más astutas, su lado Slytherin por así decirlo, y uno que sus amigos de Gryffindor, especialmente Hermione, no apreciaban. Pero Harry no cargaba  ningún sentimiento de culpa por esto y prefería siempre pasar un buen rato que reprimir sus instintos y comportarse como todos esperaban que lo hiciera. Su lista de amantes incluía una Veela -una de las escasas dos mujeres con las que Harry había estado en su vida- y uno de los amigos vampiros de Sanguini. El mago de ojos verdes siempre había tenido buen sexo. Fue por esto que se quedó perplejo por la manera en que este simple muggle mortal  de todas las personas y criaturas a las que había llevado a la cama se las arreglaba para tenerlo caliente y mojado solo con unos cuantos besos, solo con revelar una parte de su blanquecina piel. Para ese momento Harry ya estaba más que decidido a averiguar que era lo que hacia exactamente tan especial a este hermoso y exquisito dragón.

Desde hacía un buen tiempo Fei long no enloquecía de tal manera, de hecho desde esa noche hace siete años en la que Asami le había complacido no había experimentado algo igual. Takaba lo había intentado sin duda, pero el joven era inexperto. Sin embargo Harry, este desconocido se las arreglaba de manera perfecta para hacerle  gritar  y gemir usando únicamente algo tan poco como su boca y sus dedos. Mientras Fei Long yacía en la cama, aún vestido, ruborizado y excitado el inglés se cernía sobre él mirándole con un aire de absoluta presunción. En ese momento el chino quiso realmente golpear al hombre para borrarle esa sonrisa del rostro.

–Quiero terminar de desvestirte– dijo Harry –¿Puedo?–

–¿Ahora pides permiso?– preguntó Fei Long con una mirada astuta

–No realmente– respondió el mago –Si quiero puedo rasgarla simplemente, dime esto te excitaría más?– dijo Harry mirando abiertamente la cubierta entrepierna del chino que para aquel momento estaba casi tan dura como una roca.

Al escuchar tal respuesta y al observar hacia donde apuntaban los ojos del mago, el pelilargo lo fulminó con la mirada, pero el otro hombre solo ignoró aquel intenso resplandor continuando con sus menesteres.

–Sabes algo, te ves más sexi cuando te enojas– dijo, logrando sobrecoger incluso a Fei Long de su ira. Lentamente esos hábiles dedos estuvieron nuevamente por todo el cuerpo del mafioso, despojándolo cuidadosamente de su arrugada chaqueta y camisa. Su cinturón y pantalones siguieron a los zapatos y a los calcetines en el lío que ahora se agrupaba en el suelo.

–Divino– esta fue la primera palabra que salió de la boca de Harry al ver al chino completamente desnudo, una palabra que describía perfectamente a Fei Long. Esa cremosa y suave piel blanca casi resplandecía bajo la escasa luz, el largo y negro cabello contrastaba completamente con su piel, con esa palidez exquisita que embriagaba y con el suave rubor que ahora adornaba su rostro por todas las cosas que antes Harry le había hecho.

Fei Long parecía burlarse de la palabra, pero el mago no estaba siquiera apenado por ello, no iba a retractarse de su pronunciamiento.

–Voy a mostrarte cuan celestial puede llegar a ser esto– Harry le prometió en medio de besos y jadeos mientras continuaba besando el elegante cuello del chino.

–¡No uses frases tan cursis!– exigió Fei Long con su agitada respiración.

–Tengo toda la noche para probártelo– el mago le declaró y justo como lo había sentenciado así lo hizo...



***

Fei Long despertó al escuchar una voz fuerte, sonora y masculina cantando en algún lugar de la habitación. Al principio, su cerebro estaba demasiado dormido como para registrarlo completamente pero luego las palabras tuvieron un significado. Era una canción en Inglés, una popular, una que Fei Long fue capaz de comprender perfectamente. Todo su cuerpo le zumbaba. Sus músculos estaban un poco adoloridos, su trasero le palpitaba, pero antes había sentido dolores mucho más fuertes que estos como para no ser capaz de soportarlos. Dolores amargos, dolores que quería olvidar y que no evocaría al recordar aquella noche, porque el placer que el mago le había hecho sentir con sus caricias no se comparaba en absoluto con aquellas agrias experiencias.
Abandonó la cama y se dirigió a la ducha, con la intención de unirse al hombre de ojos verdes. Harry había sido bastante petulante sobre sus talentos en la cama y al final había dado lo que le había prometido,  realmente adoró el cuerpo de Fei Long e hizo al chino enloquecer de deseo. La mayoría de la noche la había pasado en una bruma de placer y lujuria que ahora, el líder de la triada esperaba pudieran continuar por una parte de la mañana.

Harry disfrutaba el agua caliente deslizándose sobre su piel, calmando sus adoloridos músculos y articulaciones, limpiando los fluidos corporales que cubrían todo su cuerpo. Trató de no pensar en cómo el asiático había respondido perfectamente a sus caricias. Su pene se sentía un poco entumecido y su cuarpo también. Había pasado bastante tiempo desde la ultima vez que había tocado fondo y Fei Long no solo tenía un perfecto trasero firme y estrecho, sino que también era fuerte y viril a pesar de su delicado aspecto, no una buena combinación cuando alguien estaba fuera de práctica. La puerta del baño se abrió y después se cerró rápidamente y Harry pudo ver como una figura alta y delgada atravesaba la espesa niebla que el vapor había creado. El pelilargo se unió a Harry en la ducha, suspirando al meterse bajo el agua. Harry sin decir palabra le entregó una barra de jabón, observando con ávida atención como el hombre comenzaba a enjabonar su cuerpo.

–Déjame ayudarte– dijo el mago sin apartar su mirada del esbelto cuerpo y extendiendo su mano para que el chino le entregará nuevamente el jabón.

Fei Long le entregó el jabón a lo que Harry comenzó a enjabonar su espalda, masajeándola suavemente mientras trazaba su camino hacia el sur. Cuando llegó hasta la delgada cintura de Fei Long, se dio cuenta de como el pelilargo estaba temblando a pesar del agua caliente que les estaba rociando, Harry le dio una maliciosa mirada, sonriendo, al ver como el otro hombre se excitaba por su simple contacto. Bueno, el mago deliberadamente había presionado ciertos puntos de la espalda del hombre que sabía debían ser las zonas erógenas de Fei Long.

–Parece que alguien se esta levantando– dijo Harry observando esta vez su propia entrepierna.

Fei Long se burlo –No voy a dejar que me tomes otra vez–

–No seas malo– dijo Harry mientras mordia su cuello –Que tal si usas solo tu mano. ¿Dime cuan agiles son tus dedos?–

Aquel contacto le hizo estremecer por lo que Fei Long simplemente sonrió y dándose la vuelta atrajo el hábil cuerpo de Harry hacia el suyo. Trazó su camino desde los duros abdominales de Harry hasta su entrepierna, cubriendo cuidadosamente la carne que con su toque continuaba endureciéndose lentamente. Tendría que esmerarse para lograr que Harry se endureciera como era debido, pero al pelilargo esto no le importaba, después de todo era parte de la diversión.



***

 

Yoh estaba agradecido por seguir con vida. Asami había sido su jefe y había espiado a Fei Long por ordenes del japonés, pero esto no significaba que no respetara a Fei Long. Lo había conocido en la cárcel e incluso con el cabello corto y el espíritu ensombrecido, el chino le había parecido interesante, con un atractivo que hacía que incluso los hombres heterosexuales le miraran dos veces. Fuera de la cárcel, de esa gris indumentaria, en la seda que parecía haber sido fabricada perfectamente para su cuerpo, Fei Long parecía casi un dios; y al poseer una mente aguda el hombre había ascendido rápidamente, tomando el liderazgo de su organización, deshaciéndose de los estrobos en su camino, reviviendo Baishe y llevándola a sus días de gloria. Cuando el chino había desarrollado esa pequeña obsesión por Asami y su nuevo juguete, Yoh se había sentido bastante incomodo, pero ahora que todo se había acabado parecía que un nuevo hombre había aparecido en el horizonte. Un extranjero que acababa de pasar toda una noche con su amado maestro.
Yoh asintió ligeramente a lo que sus compañeros le dijeron cuando llego a relevarlos de sus turnos. Allí permaneció por un tiempo cuando el sonido de la puerta le sacó de sus pensamientos. Solo habían transcurrido dos horas de su guardia cuando finalmente las puertas se abrieron.

–... No lo olvides– una voz que no había escuchado antes llego hasta sus oídos, haciéndole sobresaltarse.

–Almuerzo, en tu habitación– respondió Fei Long.

Yoh trató de no mirar pero le fue imposible no hacerlo, especialmente cuando su maestro dio al otro hombre un ardiente beso que solo termino cuando los dos hombres se encontraron jadeando, en busca de aire. Luego Fei Long volvió a entrar en su habitación y cerró la puerta y el desconocido se marchó, dejando a Yoh con el corazón encogido y mirándolo con sus inexpresivos ojos marcharse.

 

***


Casi unas veinte llamadas perdidas solicitaron la atención de Harry  tan pronto como el mago regresó a su habitación. La mayoría de ellas eran de George y Ron, el resto de Hermione, Luna, Neville y Teddy. Todos habían dejado mensajes en su buzón de voz, pero el que su pequeño y lindo ahijado le había dejado hizo a Harry sonreír dulcemente. Se dedicó a responder a cada uno de ellos y luego se concentró en las llamadas que debía responder relacionadas con su trabajo, incluso en vacaciones parecía que no podía escapar de todo ello.

Fei Long escuchaba con atención el reporte de sus hombres. Ahora que la escritura del casino estaba a salvo  nuevamente sus negocios legales e ilegales eran su prioridad. Aunque también debía ocuparse de otros asuntos con Mikhail que se había atrevido a desafiarle en nada menos que su propio territorio, y con Asami, por supuesto, ya que todavía debía vengarse de este hombre. Tal vez era cierto que el japonés no tenía responsabilidad alguna en el asesinato de su padre, pero Fei Long tenía otro asunto, uno más personal y que debía resolver frente a frente con él. Todo esto podría esperar, por ahora solo se dedicaría a disfrutar del viaje en compañía del extranjero.

 

*** 

 

El crucero llegó a su fin y Harry no pudo dejar de lamentarse a causa de esto. Sus cortas vacaciones habían concluido con este viaje y ahora tendría que pasar todo un mes negociando con sus actuales y futuros asociados en Hong Kong.  Cho Chang, su antiguo amor platónico, se había convertido en una buena asesora de negocios después de todo, al parecer todos en Ravenclaw eran buenos con los números. Cho le había aconsejado invertir en varios negocios por todo el mundo. Hong Kong era el quinto destino hasta el momento en su itinerario y el último del año.

El barco ya había llegado a tierra  y uno de sus empleados estaba cargando la última maleta que conformaba su equipaje. Había intentado viajar solo con una maleta multidimensional, pero Hermione le había aconsejado no hacerlo para no llegar a levantar sospechas  aceptando finalmente hacerlo de la manera muggle. Después de todo, estaba tratando de hacerse pasar por un simple muggle que se dedicaba a sus negocios.

Una negra limusina se detuvo detrás del chino que aún permanecía de pie en el puerto observando el espeso mar. Después sintió un golpecito en el hombro que le hizo abandonar sus cavilaciones y voltear para encontrarse con un hombre conocido. Harry vestía un elegante traje negro y unas gafas de sol que ocultaban sus ojos color esmeralda, sonrió a Fei Long entregándole un pequeño trozo de papel, al mirarlo el chino se dio cuenta de que se trataba de una tarjeta de negocios.

–Estaré en Hong Kong por veintisiete días. La tarjeta tiene mi número personal por si alguna vez deseas ir a almorzar, cenar o disfrutar de un delicioso postre– dijo el hombre mientras una vez más se disponía a dirigirse hacia su coche.

El líder de la triada sonrió y guardó la pequeña tarjeta en uno de sus bolsillos –Ha sido un verdadero placer conocerte– le dijo a Harry.

Al escucharlo el inglés sonrió y entró en el coche, conteniendo su respiración, y anhelando volver a encontrarse con Liu Fei Long, a quien recordaría desde aquel día como su exquisito dragón.

Notas finales:

¡Bueno esto es todo por hoy, espero que lo hayan disfrutado!

¡Auf Wiedersehen ^_u!


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