Y lo había notado antes, solo que no sabia como expresarlo bueno si sabia pero no quería porque en el momento en que yo lo aceptara todo pasaría a ser mas real, ya nunca mas podría decir que es mi imaginación, porque ya nunca podría recurrir a ese recurso, nunca mas, en mi mente ahora estaría instalada la verdad…hay alguien.
Tal vez es mi culpa, no lo se, tal vez ya habíamos empezado a caer en la rutina y alguien mas era lo que ocupabas para desintoxicarte un poco de esta absorbente monotonía que no hace mas que succionarnos la vida, lo note desde hace un tiempo , sonríes mas, ¿donde quedo aquel demonio a quien todos tenían miedo?, ¿quién eres tu?, no eres mi esposo de eso no me cabe la menor duda.
Lo peor es que no te puedo culpar, eres feliz tu cara lo dice…¿Cómo podría yo oponerme a tu felicidad si es cierto que te amo tanto?.
Me volteo en la cama y te veo totalmente relajado, pero dándome la espalda, ¿Aun somos la misma pareja que no podía dormir si no estaban abrazados?, parece que no. Tu espalda sigue siendo perfecta, todo tu cuerpo lo es, eres un monumento a todo lo que es hermoso en este mundo, lo sabes muy bien.
Siempre supe que si no te cuidaba alguien mas iba a llegar y te iba a apartar de mi lado, pero tu decías amarme tanto que no me preocupe por nada, solo por ser alguien a quien tu quisieras, lo triste es que yo no me preocupe por quererte mas. Tal vez fue eso.
Últimamente tus ojos brillan, tu cara esta sonriente, te levantas animado e incluso te has vuelto mas vanidoso, vigilas tu peinado y cada aspecto de tu vestuario, tomas un café y te vas temprano. No es que no quiera tu felicidad pero, ¿donde quedo mi esposo amargado al que tenia que sacar a fuerza de la cama y plancharle la ropa porque si no era capaz de ir con lo primero que encontraba?.
Tu ya no eres el, escucho tu alarma sonar y veo como te paras perezosamente de la cama y te estiras, no es que me duela pero ni siquiera volteaste para decir buenos días o para verme, tal vez es que trabajo tanto que parezco una sabana ya mi piel he palidecido demasiado, tal vez eso ayuda a la ilusión dime Hiro, ¿Aun puedes verme?.
Me paro siguiéndote y llego al baño donde tu te lavas los dientes y te abrazo por la espalda, aun tengo la esperanza de que correspondas a mi cariño pero en vez de cualquier cosa que pudiera esperar lo único que sale de ti es una pregunta sobre sino tenia hoy que ir mas temprano al trabajo, la verdad es que no pero quisiera irme y seguir ignorante a continuar soportando tu indiferencia.
No soporto mas esto, simplemente, bajo a la cocina. Por lo menos seré yo quien te prepare el café. Te veo bajar esplendido como siempre canturreando una cancioncilla que no te había oído en años, desde que empezamos a salir tal vez.
Anda restregarme tu felicidad en mi cara, dime que ahora alguien te hace feliz y no soy yo, dime que te quieres ir de mi lado para escapar con tu misterioso alguien.
No soporto verte tan feliz y saber que no fui yo quien provoco esa sonrisa, la ira me domina y aviento mi taza hacia la pared donde impacta y se hace añicos, me observas con tu hermosa cara de niño sorprendido y hasta ahora me doy cuenta que es la primera vez en el día en que me vez, si creía que ya nada me podía hacer enfadar mas el fugaz pensamiento, ese conocimiento de que ni siquiera ya tu mirada se posaba en mi me saco de mis cabales. Me observaste preocupado y un tanto asustado, tus ojos interrogándome mientras yo intentaba regular mi respiración, tu mirada sobre mi persona solo duro unos segundos mas antes de que me dieras la espalda y te enfocaras en arreglar tu corbata, todo el enojo se vino abajo y la tristeza tomo su lugar, una tristeza infinita de esas que te absorben y te dejan, te quitan cada gramo de tu ser, una tristeza que no era comparable con nada mas de lo que hubiera conocido antes.
“Suerte con tu berrinche, nos vemos” dijiste poniéndote el saco y tomando tu portafolio.
“Espera” dije en un susurro que daba muestras claras de ser una suplica.
Evidentemente me escuchaste porque te paraste mientras tomabas el tomo de la puerta. Avance con cuidado midiendo bien mis palabras, ya no me iba a quedar aquí ni un momento mas, no quería ya este dolor que jugaba tan cruelmente conmigo. No quería que tu siguieras jugando conmigo.
“Por favor, te ruego, dime quien es” Dije en un hilo de voz, eran las palabras mas dolorosas que alguna vez hubiese pronunciado.
“No te hagas esto” fue tu respuesta y cualquier dejo de esperanza que habitara mi interior se fue dejándome una sensación de vacío en mi interior, ya no había nada, con mi mano sujete tu brazo, mis ojos no querían hacer contacto con los tuyos solo miraba al suelo esperando que si mi vista se mantenía fija en el este se abriera y nos succionara dejándonos en el mismo centro de la tierra. Tu, yo y nadie mas.
“Por favor” dije sin soltarte. Cruzando mi mirada con la tuya, tus ojos caoba que antes eran tan cálidos ¿a dónde se fue todo el amor? .
“No quieres saberlo, no quiero dañarte mas” Dijiste con una voz calmada , tu siempre tan histérico, tu el que es conocido por todos como el “demonio”, tu Hiroki Kamijou solo me diste una dolorosa sonrisa y una caricia en el rostro, soltaste mi agarre y saliste por la misma puerta por la que tantas veces te había visto salir, pero hoy era diferente .
“Tal vez no lo haz notado, tu nunca notas nada de lo que hago, pero hace tiempo que me he estado llevando mis cosas poco a poco, hoy ya no voy a volver. Era feliz contigo, en serio lo era, pero lo que paso ahora es algo que ni tu ni yo podemos controlar” Ligeras lagrimas se agolparon en tus ojos mientras intentabas sonreír. “Adiós, Nowaki, gracias por todo”.
Si hubiera sabido que todo esto iba a terminar así tal vez hubiera intentado estar mas tiempo contigo, quererte un poco mas. Tal vez ya no te podía amar mas.
Diste media vuelta y tuve el impulso de detenerte pero mi mente aun no terminaba de procesar todo lo que había pasado, ¿enserio te habías llevado todas tus cosas y yo nunca me había dado cuenta?. Y así cruzaste el umbral con paso decidido, nunca miraste atrás, un auto ya esperaba por ti afuera del que fuese nuestro hogar.
¿Debería de sorprenderme?. En cuanto lo vi supe de quien era, su mirada violeta se poso en mi, no supe si se disculpaba o se burlaba o que era exactamente lo que pasaba por su cabeza. ¿Qué estará pensando mientras te aleja de mi lado?. ¿Por qué dejas que lo haga?. ¿Por qué dejo yo que lo haga?.
“No” Dije mientras avanzaba hacia ti, pero había sido demasiado tarde, solo pude ver el auto alejándose y mientras mas se alejaba mas crecía este agujero dentro de mi estomago contra el que no consigo lidiar.