Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

No es una épica historia de amor por Eza-chan

[Reviews - 42]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Naruto no me pertenece... 

Soy basura por actualizar hasta ahora.

Agradecimientos especiales a Misaki, primero porque nunca nadie me había dejado tal señorón review, y segundo porque me dio varias ideas jajajaja

Cuando hay fiesta los niños van a dormir, lo digo por si después de leer el capítulo se preguntan donde rayos quedaron los mocosos... ya lo entenderán :D

Había tantas cosas que Naruto quería preguntarle a Sasuke, ¿Dónde había estado?, ¿por qué había desaparecido?, ¿se encontraba bien?, ¿qué había estado haciendo?, ¿qué hacía cuando encontró a Kenta?, ¿se encontraba bien?, ¿realmente era un Uchiha?, ¿era un doncel?, ¿¡Se encontraba bien!?... esos y más cuestionamientos se aglomeraban en su mente, sin embargo de su boca no salía absolutamente nada y es que no podía dejar de observar a Sasuke quien le regresaba la mirada, era él o con los años el pelinegro se había puesto más… atractivo.

Se dio un golpe en la frente con la palma de su mano.

-¿Te pasa algo?- preguntó el ojinegro pensando seguramente que ya se había vuelto loco. Triste Naruto que no sabía que en realidad Sasuke desde hacía tiempo pensaba aquello.

-Nada- se apresuro a contestar poniendo una sonrisa en su rostro.

-¿Estás seguro?, porque yo creo que tú…-

- ¿Sabes quién soy?- La duda le estaba desgarrando por dentro, sí, se lanzo y abrazo al ojinegro como si fueran los mejores amigos, aún no podía creer que realmente lo había abrazado con tanta confianza, pero Sasuke en ningún momento dio señales de recordarlo, ¿Qué tal si lo había olvidado en estos 2 años?

El pelinegro lo escudriñaba con esos atrayentes ojos suyos, silencioso, impasible, concentrado en sus pensamientos, tan orgulloso, los golpes en su rostro no le quitaban impacto a su postura, Naruto comenzaba a sentirse más y más nervioso.

-Ya sabía que eras idiota, pero esto… felicidades estúpido, has sobrepasado tus propios niveles de idiotez- y ahí estaban de nuevo sus comentarios mordaces, solo ese Uchiha podía utilizar idiota y estúpido en la misma oración y no se oía… idiota o estúpido.

Y sin poder o querer darse cuenta del por qué, Naruto no contesto con ofensas, gritos o golpes como el pelinegro hubiera esperado, el rubio puso una sonrisa imbécil y sin poder siquiera pensar en evitar que las  palabras escaparan de su boca como el agua que salía por entre una represa mal hecha por los castores, hablo.

-Realmente estoy muy feliz de volver a verte- Ahí el ojiazul se dio cuenta de lo que acababa de decir y más importante, el tono con el que lo había dicho, como si fuera retardado o algo; tal vez debería comenzar a buscar ramas para ponérselas en su gran bocota. Una cosa era lanzarse a abrazar al otro y otra muy diferente era decirle con palabras esa frase que insinuaba que lo había extrañado.

El sonrojo apareciendo lentamente en el rostro del pelinegro lo dejo completamente idiotizado… bueno no tan completamente pues fue capaz de ver la cara de diversión de Iruka que intentaba por todos los medios no dejar escapar una risa al ver su patética actuación, quién sabe qué cara de imbécil había puesto para que el moreno se estuviera entreteniendo a lo grande.

-eh…- dejo escapar el castaño logrando que Sasuke pusiera su atención en él. –Iré a buscar a Tsunade-sama-

-Yo iré- se apresuró a decir el ojiazul al tiempo que se levantaba y se alejaba del lugar sin dar lugar a replicas. Oh sí, el gran Naruto, futuro líder de la tribu Uzumaki, había huido cobardemente, había estado esperando esto por días, quedándose despierto toda la noche observando el rostro durmiente del Uchiha anhelando con todas sus fuerzas que despertara, justo cuando lo hacía corría como niñito a querer esconderse en la tienda de sus padres. ¿Cuándo se había vuelto tan patético?

Dio un suspiro. Iría a buscar a su abuela, la llevaría a que examinara a Sasuke, correría a todos del lugar y después tendría una larga plática con ese bastardo, ¡claro que sí!, porque Naruto no era un cobarde.

Pensó y siguió su camino a la tienda de su abuela.

-Mamá- llamo un pequeño niño peliblanco de 6 años mientras entraba en la tienda.

-Kenta- contesto el castaño sorprendido de ver a su pequeño ahí. El chiquillo se olvido de su progenitor al momento de ver al ojinegro.

-¡Hermanito Sasuke!- exclamó jubiloso. El nombrado no podía dejar de pensar en el “hermanito” que el niño había puesto antes de su nombre.

¿Por qué hermanito?

 El pequeño lo miraba sonriente pero su expresión cambio a una llena de tristeza. –Lo siento hermanito Sasuke- el moreno no puso mucha atención a la disculpa, más bien se concentro en la palabra hermano en diminutivo que el mocoso usaba. –Por culpa de Kenta esos tipos malos lastimaron a hermanito Sasuke- el niño guardo silencio unos momentos y el pelinegro pensó que debía decir algo para reconfortarlo, después se dio cuenta de que él no era así, ni siquiera sabía como hacerlo…

Su madre en definitiva sabría que decir… siempre lo sabía.

 –Pero…- el mocoso continúo sacándolo de sus pensamientos.  –Kenta entrenará y se hará muy fuerte para poder proteger a hermanito Sasuke- nunca había escuchado a alguien abusar tanto de esa palabra, además, ¿cómo era eso de que lo protegería? –Y… cuando Kenta sea grande… me casaré con hermanito Sasuke- el Uchiha no pudo mantener su rostro imperturbable al escuchar aquello, la risa de Iruka invadió el lugar.

Kenta se puso completamente rojo y salió de la tienda completamente avergonzado.

-Voy a buscarlo y a traerte algo de comida, debes tener hambre- le dijo el moreno saliendo del lugar al igual que su hijo.

¡El niño quería casarse con él!... eso era ser precoz.

Dejando a un lado al futuro violador de adultos (?), se concentro en el hecho de que estaba en la tribu Uzumaki… él era un Uchiha… bueno, considerando que había que resaltar la palabra “era”; ciertamente él ya no pertenecía a la tribu Uchiha.

Bajo la cabeza observando sus manos entrelazadas en su regazo y un sorpresivo descubrimiento lo ataco como un relámpago partiendo un árbol por la mitad.

¡Naruto era un Uzumaki!

Levanto el rostro rápidamente con los ojos bien abiertos. Tenía que salir de ahí en ese mismo instante, simplemente no podía, no debía, ¡no podía quedarse!

Hizo un ligero movimiento a punto de ponerse de pie y el dolor lo dejo inmóvil; su rostro permanecía imperturbable aunque un tanto pálido, su boca estaba cerrada sin dejar salir un gruñido, grito o queja, sus manos se encontraban apoyadas en el suelo, sus piernas estiradas, se encontraba sentado con la espalda recta, parecía alguien que simplemente acababa de despertar de su siesta de la tarde, pero si Sasuke realizara sus verdaderos deseos se encontraría retorciéndose en el suelo por el dolor que había sentido, llorando, gritando y suplicando que alguien terminara con su sufrimiento en ese instante.

Lamentablemente sus pensamientos implorantes por un alma puritana que lo asesinara fueron interrumpidos al concentrarse en la mujer que entraba a la tienda donde él se encontraba. Era una mujer de cabello rubio arreglado graciosamente en dos coletas bajas, sus ojos eran de un color que realmente no tenía ganas de procesar, tenía un cuerpo muy bien proporcionado y un “encantador” ceño fruncido. Se arrodillo a su lado y entonces fue capaz de ver a Naruto entrando también al lugar.

-Voy a revisarte niño- le dijo con voz autoritaria. Sasuke la observo con detenimiento. Si esa mujer esperaba que le asintiera sumisamente, pues simplemente nunca iba a pasar. La rubia soltó un bufido y dirigió su molesta mirada hacia Naruto. –Sal de aquí-

-¿Qué?, ¿por qué?- exigió respuestas correspondiendo con una mirada parecida a la que recibía.

-Porque voy a revisarlo y no permitiré que estés presente mientras lo revisó-

-¿Por qué no?- contesto sin ningún tacto; no estaba conforme con lo que su abuela había dicho.

-¡Un doncel!, ¡No permitiré que estés presente mientras reviso a un doncel, me vale si ya te acostaste con él!- exclamó iracunda con el ceño aún más fruncido y dejando un curioso ruidito resonando en los oídos de ambos chicos. Vaya que esa mujer tenía una voz impresionante.

Sasuke se dirigía a limpiar su manchado honor, que a esas alturas ya posiblemente solo poseía la “R” para limpiar, pero la mirada asesina que le dirigió la mujer lo dejo congelado, permitiéndole reaccionar solo con una mirada igualmente asesina y sin poder evitar la vergüenza que sentía, pasados unos segundos termino con la vista en el suelo.

Mientras tanto, a pesar del alterado estado de su familiar, Naruto, haciendo uso de su ausencia de sentido común y del sentido de supervivencia, estaba por gritar con toda la fuerza de su cuerpo, asegurándose que toda la tribu escuchara,  que Sasuke no era un doncel y no menos importante, que ellos no habían hecho “esto” y “aquello”; pero justo antes de hacerlo, le dio una rápida mirada al pelinegro, este se encontraba observando el piso, sus mejillas habían adquirido un tono rojizo y en definitiva trataba de mostrarse molesto, al rubio más bien le pareció que estaba haciendo un silencioso berrinche, todo su enojo desapareció al atar cabos.

Sasuke no protesto cuando le llamaron doncel y además quien conocía mejor el cuerpo humano (y no estaba hablando desde un punto de vista pervertido) que su abuela.

Fue capaz de captar las cosas de forma diferente; observo detenidamente al Uchiha, realmente sí tenía ese “no sé qué”, que te hacía reconocer a un doncel.

Sasuke realmente era…

La cara de Naruto comenzó a ponerse roja por completo, orejas incluidas; había abrazado a Sasuke como si nada, ¡Abrazó a un doncel!; cargó a Sasuke en dos ocasiones, ¡Cargo a un doncel!, ¡Se peleo con un doncel!, ¡estuvo encima de un doncel!...

-Esperaré afuera- dio media vuelta al tiempo que daba un rápido vistazo al Uchiha, logrando conectar sus ojos por unos segundos; terminó por salir del lugar y sin detenerse, siguió caminado hasta adentrarse al bosque. Se aseguró de que no hubiera nadie cerca y de estar en un punto ciego para la tribu.

Recargó una de sus manos en el tronco de un árbol con la vista gacha manteniéndose en esa posición unos cuanto minutos.

-¡¡¡Por los dioses!!!- exclamó levantando el rostro al cielo. ¿Cómo pudo ser tan estúpido?

“…tus niveles de estupidez sobrepasan por mucho los de alguien de estupidez normal…”

Volvió la vista al suelo, completamente apesadumbrado. No necesitaba recordar precisamente eso y con la voz de Sasuke.

Aspiró hondamente hasta que sus pulmones no pudieran más y luego lo soltó de sopetón.

Bueno, que importaba si Sasuke era un doncel, seguía siendo el mismo chico frígido que conoció en el lago, ¿no?

Solo deseaba que su corazón dejara de hacer eso, latir tan rápido no era bueno, al menos no si no había hecho ejercicio antes, además sentía algo extrañas las piernas, como… débiles y parecía que la fruta que había logrado comer, antes de salir corriendo a la tienda donde se encontraba Sasuke, tenía una fiesta en su estómago.

Dio unos suaves golpecitos con su puño en su pecho a la altura de su corazón, realmente quería que se detuviera.

-Bien- exclamó la mujer al terminar de vendarle el abdomen de nuevo. -La herida esta cicatrizando y la fractura esta sanando como debe, esperemos que siga así- se puso de pie observándolo desde arriba, eso lo incomodo un poco… bastante. –Puedes pasar Iruka- ordenó, unos cuantos segundos después el castaño hacía acto de presencia con un recipiente en sus manos y su eterna sonrisa amable. – ¿No te había dicho que descansaras?- soltó amenazantemente. Por toda respuesta, la sonrisa del otro se volvió un tanto nerviosa, posteriormente se acercó al pelinegro y dejo el recipiente a su lado.

-Es tu desayuno, Sasuke-kun- le dijo suavemente, luego se dirigió a la rubia. –Ahora me voy a descansar- dijo con nerviosismo. La mayor asintió observándolo salir de la tienda.

-Ah- soltó el Uchiha en voz baja, deteniendo al instante el movimiento de los otros dos; no era un quejido si no como el sonido que se hace al recordar algo. –Gracias por el agua y por esto- habló dirigiéndose al castaño. –Y gracias, por tratar mis heridas- esta vez le toco el turno a Tsunade de recibir un agradecimiento. Sonrió prepotentemente, mientras Iruka se deshacía en vergüenza.

-No tienes que agradecer nada Sasuke-kun- dijo el doncel mayor con amabilidad.

-Yo sólo te ayudé por que Naruto me lo pidió- contesto la mujer y salió de la tienda.

-No te tomes a mal lo que dijo, Sasuke-kun- trato de calmarlo el moreno. –Bueno, ahora sí, me voy- se despidió saliendo finalmente.

Suspiró suavemente, realmente tenía que irse de ahí.

La soledad no le duró mucho pues justamente cuando terminó ese pensamiento, Naruto entro a la tienda con exceso de confianza y se sentó a su lado, en sus manos tenía un recipiente con fruta que comía como si fuera lo más delicioso del mundo, un manjar digno de dioses o algo parecido.

Sasuke decidió comer el contenido de aquel recipiente que le habían traído mientras sentía la insistente mirada del rubio en su persona.

-¿Qué quieres?- indagó molesto, dándole frente con la mirada.

-¿Realmente estás bien?- habló casi al instante.

-¿Eh?- hubiera deseado no dejar escapar aquella exclamación que lo hacía ver hasta más humano, pero su cuerpo se dejo llevar, siempre se dejaba llevar por sus emociones cuando estaba con el rubio.

- La abuela Tsunade me dijo que estabas bien, pero… ¿realmente lo estás?- el pelinegro se perdió en esos ojos preocupados por su persona, hacía mucho que nadie lo miraba así, bueno aquellos tres se preocupaban por él, pero no se parecía a la preocupación que captaba en esos momentos, por cierto, ¿dónde estarían ahora?, esperaba que estuvieran bien. –Hey Sasuke- reaccionó al escuchar el llamado del ojiazul y sentir su cálido tacto en el hombro, lo apartó con suavidad.

-Estoy bien- Naruto lo observo detenidamente sin decir nada. Un denso silencio los absorbió durante largo rato sin que cambiaran sus posiciones. Sasuke pensó que el rubio esperaba que él dijera algo, pero tendría que esperar sentado, Pues él simplemente ansiaba el momento en que lo dejaran solo para poder irse de ahí.

-Sasuke- al levantar la vista del recipiente en sus manos que hasta ahora había tenido toda su atención, se dio cuenta de que Naruto ya no lo observaba. - ¿A dónde fueron?- ¿fueron?... ¿A quién se refería?

El ojiazul alzó la vista unos segundos, pero la apartó de nuevo.

-Quiero decir, ttebayo…- no había querido sacar a relucir su tic verbal, pero se encontraba algo nervioso -tú y los Uchiha, ¿A dónde fueron?-

“¿Los Uchiha?... ¿desparecieron?” Se preguntó el pelinegro sin poderlo creer realmente, ¿A dónde habían ido?, no tenía ni idea, pero seguramente estaban bien… debían estarlo. Su madre debía estar bien e Itachi… y también su padre. Un suave escalofrío viajó por su cuerpo al instante en que su mente le mostró la imagen tosca y seria de su padre.

“Un momento” su hilo de pensamientos se desvió al darse cuenta de algo: Naruto sabía que él era un Uchiha. Quiso saber desde cuando era que el rubio sabía aquello, ¿lo habría descubierto recién?, ¿lo sabría desde mucho antes?... tal vez… ¿Desde la primera vez que hablaron? Frunció el ceño con molestia, presionando el objeto en sus manos con fuerza.

Y si Naruto tal vez sólo le habló porque sabía quién era él…

-No necesitas saberlo- hablo con frialdad. Sintió el enojo apoderándose del ojiazul.

-Bastado, yo sólo…-

-Te digo que no necesitas saberlo- repitió usando el mismo tono de voz.

-¡Así le hablas a quién te salvo la vida, bastardo!-

Era cierto, Naruto lo salvo... pero seguramente sólo lo hizo para conocer los secretos de la tribu Uchiha a través de él, posiblemente, nunca le importo a Naruto, ni un poco.

No alcanzo a entender el porqué sintió como si pasaran un cuchillo por un lado de su corazón.

-Nunca te pedí que lo hicieras, habría sido mejor que me hubieras dejado morir, eso no haría ninguna diferencia- Sus oídos resonaron con aquel ruido sordo que creo su espalda al chocar contra el duro suelo, todas sus heridas dolieron al mismo tiempo y con la misma intensidad pero todo pasó a segundo plano  al concentrarse en el otro, realmente no tenía idea de que estaba pasando, pero ahora el rubio se encontraba sobre él; tenía la mirada más molesta que nunca le había visto, sus manos se encontraban recargadas a los costados del cuerpo del pelinegro, el cual desvió la mirada unos instantes encontrando el recipiente que le fue dado por el castaño lejos de su persona. Se sentía un tanto intimidado por la mirada que recibía. Se preparo para el dolor que posiblemente sentiría luego del golpe que seguramente le proporcionaría el rubio.

-No tienes idea… de lo asustado que estaba cuando te desmayaste - dijo entrecortadamente, le estaba costando decirlo. –No tienes idea de cómo me sentí todos estos días en que no despertabas- Sasuke percibió el ligero temblor que comenzaba en el cuerpo del rubio. –Así que no me vengas ahora a decir que te hubiera dejado morir, ¡¡¡Sabes lo importante que eres para mí, ttebayo!!!- sinceramente no espero que le gritara aquello último, no espero nada de lo que acababa de decirle, ni que se viera así de alterado. Su rostro normalmente libre de expresiones ahora mostraba sorpresa.

Naruto comenzó a calmarse luego de dejar salir toda su frustración y entonces se dio cuenta de lo que había hecho, se alejo de Sasuke como si este fuera una bestia asesina come rubios idiotas  y salió de la tienda, apresurado y con movimientos torpes.

Sasuke se coloco de lado con dificultad y cerró los ojos fuertemente repitiéndose una y otra vez que debía dejar de sentirse tan feliz.

-Naruto, iba a…- intento Kushina al ver a su hijo caminar con una tremenda rapidez parecía querer alejarse con desesperación.

-Cuida de Sasuke mamá, me voy con los chicos- la mujer rápidamente entendió que iría a cazar con todos los demás hombres que estaban realizando dicha acción en ese momento.

-Pero creí que tú…-

-Adiós mamá, te quiero- se despidió besando la mejilla de la pelirroja, se alejo aumentando su velocidad evitando así que su progenitora pudiera hacer algo para detenerlo.

-Pero y ahora que le pasa, estaba muy rojo…- la mujer cambio de una expresión preocupada a una divertida preguntándose qué habría pasado entre Naruto y el doncel de la tribu Uchiha. Decidió que haría una visita.

Entro a la tienda, donde el pelinegro se encontraba, con cara de felicidad y como si esa fuera su propia tienda.

-¡Hola, ttebayo!- exclamó feliz. El chico la observo un momento y luego comenzó a sentarse. –Lo siento- se disculpo al instante. –No sabía que estabas dormido-

-No lo estaba- explicó el ojinegro. La pelirroja asintió sonriente y se sentó junto al veinteañero. El Uchiha simplemente no entendía que hacía la mujer ahí, si mal no recordaba, era la mamá de Naruto, se sonrojó ante sus recuerdos.

Kushina suspiro repleta de felicidad, Sasuke deseo saber que le pasaba.

-Realmente eres apuesto Sasuke-kun, pero deberías sonreír más- el ojinegro pensó en mirarla feo, se contuvo. El cuerpo de la ojiverde dio un pequeño salto demostrando que había recordado algo. –Que maleducada soy, no me he presentado, soy Kushina la…-

-Es la mamá de Naruto, ¿no?- su receptora se veía sorprendida, comenzó a sentirse cada vez más incomodo.

-Así que mi Naru hablo de mí, ttebayo- la señora se veía radiante. –Dime, ¿Qué más te dijo, ttebayo?- Sasuke negó suavemente con su cabeza.

-Nada realmente, sólo sé que usted es su madre- la sonrisa de la pelirroja se volvió menos radiante pero no menos real.

-Ya- el ojinegro realmente no sabía de qué hablar con aquella mujer, se había quedado solo durante un rato y por estar pensando bobadas, se olvido de su plan de “irse en cuanto estuviera solo y nadie lo viera”; ahora solo deseaba que la mujer se fuera. –Sasuke-kun- puso atención a su emisora al ser llamado. –Quiero pedirte un favor- el doncel realmente no entendía por donde iba la cosa; aunque la otra seguía sonriendo, podía notar la seriedad emanando de ella. –No te alejes de Naruto, Sasuke-kun, no lo hagas. Él te necesita y tú lo necesitas a él- el pelinegro comenzó a negar con la cabeza sin tener idea de que decir en ese momento. La progenitora del rubio tomo sus manos con delicadeza. –Por favor Sasuke-kun, prométemelo-

La pelirroja que se encontraba frente a él, dedicándole una mirada decidida que le aseguraba que no aceptaría un no por respuesta, no se parecía en nada a su madre, esta mujer era enérgica y al parecer muy terca, pero tenía esa misma mirada dulzona con la que Mikoto lo miraba.

Se limitó a asentir, aunque en realidad sentía que no podría cumplir aquella promesa.

Shikamaru observó a su derecha con aburrimiento encontrándose con Chouji masticando un pedazo de carne y más allá Sai sonreía vacíamente, soltó un bostezo y ahora miro a su izquierda, Kiba tenía sus ojos puestos en el espacio abierto frente a ellos esperando a que el mastodonte que planeaban cazar todos juntos, apareciera. Por último estaba Shino, el cual veía a Kiba como si fuera la más perfecta creación de los dioses. Shino era callado y tranquilo, pero no era bueno escondiendo sus sentimientos, al menos no cuando se trataba del dueño de Akamaru, casi podía ver la saliva resbalando por las comisuras de los labios de Shino.

-¿Qué vamos a cazar?- Shikamaru regreso la vista a la derecha ya no encontrando primeramente a Chouji, sino a Naruto.

-¿Qué mierda?... Naruto, ¿Cuándo demonios llegaste?- cuestiono en un susurro alterado el amante de los perros.

-Acabo de hacerlo, aquí viene el mastodonte, yo seré la carnada- sin más salió al encuentro del enorme animal.

-Naruto, ¡espera!- pidió el de coleta perdiendo un poco la paciencia. -¡Qué problemático!- murmuro mientras observaba los agiles movimientos del rubio, los cuales habían logrado detener la caminata de la bestia, que se molestaba cada vez más por el brincoteo del ojiazul.

Naruto corrió hacía la retaguardia del animal y ayudándose por la cola, logro llegar al lomo del mastodonte.

Shikamaru suspiró afligido, dio un suave movimiento con su mano, era la señal para ir y ayudar al rubio a acabar con el animal.

Luego de varias horas de lucha se encontraban todos descansando en el fresco pasto a un lado del ahora cadáver.

Naruto se levantó suavemente, terminando sentado con las manos recargadas en el piso. Sai lo imitó con la diferencia de que no se quedo sentado mucho tiempo sino que se puso de pie, camino hasta el rubio para luego sentarse a su lado.

-Muy bien, Naruto, ¿Por qué estás aquí?, creí que estarías teniendo sexo duro con el Uchiha- en cualquier otro momento todos se habrían quejado de la poca delicadeza del pelinegro, pero la verdad es que todos querían conocer la respuesta. –Ya sabes, con tu pene en su…-

-¡Sai!- le detuvo el ojiazul con un tono que usaría un padre para con su hijo cuando este último estaba haciendo un travesura que pronto haría que los nervios del mayor se salieran de control. Posterior a la amenaza silenciosa, Naruto sonrió radiantemente. –Iré a ese río- dijo apuntando al lugar donde se encontraba aquel camino de agua. – Para lavar la lanza y mis manos- callo esperando una respuesta por parte de sus camaradas, ante aquella falta de sonido camino sin más hacía su destino.

Shikamaru suspiro al sentir las miradas en su persona.

-Ya voy- exclamo desganado mientras se ponía de pie, a estas alturas la resignación era su mejor opción.

Camino durante corto tiempo y pudo encontrar al rubio de cuclillas al tiempo que lavaba sus manos.

-¿Por qué siempre te mandan a ti?- lo cuestionaron sin siquiera mirarlo.

-Al parecer ellos creen que tú me escuchas- fue su rápida respuesta, Naruto asintió mientras apretaba sus labios. El castaño se acerco a su futuro líder, terminando por acuclillarse a su lado y no agrego nada más.

-¿No vas a preguntarme nada?- cuestiono el ojiazul un tanto molesto por aquel silencio.

-Una cosa es que acepte venir hasta acá y otra muy diferente es que te exija respuestas- el silencio los invadió nuevamente. Naruto se veía muy frustrado, Shikamaru creyó que explotaría y comenzaría a despotricar contra todo y todos, en cambio dejo salir un suspiro y se recostó de espaldas, doblando los brazos y descansando sus manos debajo de su cabeza.

-¿Recuerdas el lago más cercano a la tribu?- cuestiono, el castaño no sabía a dónde iba aquello pero decidió seguirle la corriente, parecía querer desahogarse.

-El más cercano… ¿te refieres al que está a 3 horas?- Naruto sonrió.

-Ese, ttebayo- el de coleta alta espero a que el rubio continuara, pero al ver que no seguiría decidió preguntar.

-¿Qué tiene ese lago?- Naruto volteo a verlo como si estuviera recordando en donde se encontraba y es que el problema en ese momento es que se había perdido en sus recuerdos, en aquellos días en que se peleó, rió y gritó junto a Sasuke.

-Ahí conocí a Sasuke- lo pensó un momento y aclaro. –Al Uchiha- Shikamaru lo observo esperando que continuara, pensaba que su amigo necesitaba hablar. –Realmente no hablábamos mucho… prácticamente lo único que sé de él es su nombre… y que se parece a su madre- al terminar de decir eso comenzó a morderse los labios. –Sasuke tenía razón- susurró, tal vez esperando que el otro no lo escuchara. Naruto cambio su posición sentándose en el pasto y regresándole la mirada al castaño. –Yo quería saber en dónde había estado, porque… quería saber si había estado bien estos 2 años y…- el ojiazul no explicaba muchas cosas, pero Shikamaru pudo deducir que hacía dos años que no veía al pelinegro. – Y él dijo que no tenía porque saberlo, ¡me dijo que lo hubiera dejado morir!- exclamó gesticulando exageradamente. -¡¡¡Y tiene razón!!!- gritó completamente alterado. –Mierda, ¡Ni siquiera somos amigos!- termino por ponerse de pie y caminar hacía un árbol cercano. -Tiene razón, yo no tengo porque pedir respuestas porque no soy nadie en su vida- un fuerte puñetazo fue lo que recibió el indefenso árbol. -No soy nadie para él, seguramente ni le importo-después de revelar aquello, se hinco y dejo que su frente descansara en el duro y áspero tronco. –Cuando se recupere se irá a donde él quiera, posiblemente a donde estaba antes, feliz y con gente que si le importa- murmuro sin dedicarle ni una sola mirada a su receptor.

La mente de Shikamaru estaba trabajando al cien por ciento de su capacidad intentando encontrar una respuesta coherente que darle a su amigo, algo que lo ayudara a salir de aquel hoyo depresivo en el que se encontraba. Pero a parte de ser totalmente honesto y decirle directamente al rubio que ya se encontraba, al parecer, patética e inútilmente rendido a los pies de aquel Uchiha no se le ocurría que más hacer para ayudar.

Y entonces pasó, sin esperar que aquello pasara Naruto se puso de pie bruscamente.

-¡Entonces eso haré!- Exclamó histéricamente. Shikamaru estaba demasiado sorprendido como para decir algo y su sorpresa pasó a un ligero miedo cuando Naruto lo miró tan decididamente y comenzó a caminar hacia él colocando sus trigueñas manos en sus hombros con bastante fuerza. -¡Lo haré Shika!- La verdad temía preguntar pero…-

-¿Qué harás?-

-¡Me volveré importante para Sasuke!, así no podrá decirme que no es de mi incumbencia- Naruto dio media vuelta excesivamente entusiasmado mientras reía escandalosamente. –Ya verá ese bastardo, nadie hace menos a Naruto Uzumaki- y siguió riendo de manera tan desquiciada que Shikamaru comenzó a dudar de la salud mental de su casi líder, además de reafirmar la idea que tenía del exceso de actitud infantil aún presente en Naruto.

El castaño soltó un ligero suspiro cambiando su expresión seria por una sonrisa. Realmente esperaba que ese torpe se diera cuenta pronto de lo enamorado que estaba y sinceramente deseaba que el otro le correspondiera.

Una suave voz lo llamaba con una calidez y amabilidad que lo hacía sentir valorado. Su mejilla fue acariciada con cariño maternal y fue precisamente esa la razón que lo llevo a susurrar con añoranza.

-Mamá- una risilla amable invadió sus oídos, fue en ese momento en que se dio cuenta que aquella no era su madre y entonces recordó que no estaba en su tribu, que ya no podía siquiera llamarla “su”, recordó que ya jamás volvería a ser despertado por su progenitora, que probablemente ya nunca la volvería a ver, ni  a ella ni a su hermano… ni a su padre.

Abrió los ojos tratando de enfocar a la mujer frente suyo encontrándose con la pelirroja madre de Naruto, la cual le sonreía de manera un tanto triste, al principio creyó que era lastima, pero descartó la idea con rapidez, más bien parecía que la mujer sentía su soledad como propia.

-Buenas noches Sasuke-kun- el pelinegro se sentó con lentitud y pesadez, tratando de recordar cunado era que se había quedado dormido.

-¿Ya anocheció?- se sentía bastante desubicado. La mujer asintió enérgicamente.

-Has estado dormido durante todo el día, te habría dejado dormir más, pero no quiero que te pierdas de la celebración-

-¿Celebración?- se encontraba realmente, realmente fuera de lugar y la pelirroja no lo estaba ayudando a ubicarse. Por toda respuesta la mujer rió con un ligero toque de locura que lo hizo preguntarse si debía temer por su seguridad. Sin embargo se dejó llevar y para cuando se dio cuenta ya había sido ayudado por Kushina a ponerse de pie y salían juntos de la tienda donde había estado descansando para comenzar a caminar en dirección a donde se encontraban reunidos tanto las mujeres como los donceles, algunos cantaban, otros comían  y unos más danzaban. Fuera lo que fuera que estuvieran celebrando todos se encontraban sumamente felices, aún Sasuke siendo él podía percibir esa aura de felicidad y actitud fiestera que inundaba a los presentes.

Cuando al fin estuvieron entre el circulo que formaban las mujeres y donceles, cuatro chicas corrieron rápidamente hacía ellos comenzando a bailar a su alrededor, mientras reían y cantaban, repentinamente se detuvieron aunque no dejaron de sonreír; una de las chicas se acercó lentamente a Sasuke y quitándose la sencilla corona de flores azules que portaba en su cabeza la colocó con movimientos elegantes sobre la cabellera azabache, posteriormente se alejó colocándose a la par de sus compañeras y juntas hicieron una ligera reverencia dirigida a la pelirroja, esposa de Minato, con quien lideraba aquella tribu. La mujer correspondió la reverencia y finalmente las chicas se alejaron riendo y cantando.

Sasuke quiso preguntar que había sido eso, pero la ojiverde a su lado contestó su pregunta aún no formulada.

-Te acaban de dar la bienvenida- expuso sonriente para luego hacer que el Uchiha siguiera caminando hasta el lugar donde Iruka se encontraba sentado haciéndoles señas para que se acercaran.

-Hola Sasuke-kun- Fue saludado por aquel doncel de manera realmente amable.

-Hola- atinó a decir una vez sentado a su lado. El hombre le sonreía mientras acariciaba su vientre con cariño.

Cuando Kushina estaba apunto de terminar de sentarse fue sorpresivamente jalada del brazo por su borracha madre y llevada junto a los demás que bailaban y cantaban en el centro del circulo que formaban los aún sentados que reían, bebían y comían.

Tal vez ahora entendía un poco esa actitud alegre y enérgica del rubio.

¡¡¡Sabes lo importante que eres para mí!!! Sintió como su rostro se sonrojaba ante aquel recuerdo. Naruto era un imbécil.

-Debes estarte preguntando que es todo esto- Sasuke aparto su vista de una mujer y un doncel que se abrazaban mientras cantaban algo que no alcanzaba a escuchar y observó al castaño junto a él. Sólo asintió ante el correcto pensamiento del otro. –Es un ritual que las mujeres y donceles hacemos cuando los varones se van de caza, ofrecemos la diversión, la convivencia, los cantos y el baile a los Dioses, para que les den bendiciones a nuestros tontos- concluyó mientras reía. –Esa es la versión oficial, pero Tsunade-sama siempre dice que la verdadera razón es que estamos celebrando que ellos no están aquí- A Sasuke solo se le ocurrió corresponder la sonrisa que el otro le daba y fijo su vista en la madre de Naruto que bailaba con la mujer rubia que había atendido sus heridas. –Si ambos estuviéramos en condiciones te invitaría a bailar- Dijo y comenzó a reír con suma alegría, pero su risa fue interrumpida por un ligero quejido que dejo escapar y que alerto a Sasuke quien estuvo a punto de ir a buscar ayuda, sin ponerse siquiera a pensar que no tenía suficiente libertad de movimiento.

-Tranquilo, estoy bien- observó como el castaño acariciaba su vientre. –Es solo que cada vez me patea más fuerte, creo que ya no tiene mucho espacio- ¿Cómo era que ese doncel podía sonreír tan auténticamente todo el tiempo?, más importante, ¿Cómo podía sonreí con una pequeña bestia golpeándolo por dentro?... sinceramente él no quería tener hijos.

Creo que ya estas listo para tener a mis hijos

No, él no tendría hijos.

Iruka se dio cuenta de que algo no iba bien con el pelinegro, fue por ello que intentó distraerlo.

-¿Quieres sentirlo?- Sasuke no tuvo tiempo de negarse, pues sin esperar una respuesta su mano fue tomada por una de piel morena y presionada contra aquella abultada zona. No paso ni un segundo cuando sintió como algo empujaba su mano.

-¿Lo sentiste?- Lo cuestionó el radiante castaño. ¿Qué si lo había sentido?, pero claro que lo había sentido y entonces no pudo evitar sentirse abrumado, un nuevo ser se estaba formando ahí, él se formó así… su propio cuerpo era capaz de permitir el desarrollo de un ser humano.

Tragó en seco completamente aterrado.

Él nunca tendría hijos, nunca.

Y justo en ese momento Kushina y Tsunade se sentaron junto a ellos y Sasuke al fin pudo alejar su mano de aquellos golpecitos.

-Es hora del espectáculo principal- susurró la pelirroja al tiempo que frente a ellos, mujeres y donceles, comenzaban a danzar. –Están contando una historia…  nuestra historia- le hablo a Sasuke.  –Están hablando del inicio de los tiempos, en que el primer Uzumaki fue creado por los Dioses, las historias tratan de hacernos creer que los Uzumaki somos una raza superior, pero es bastante irónico que en estos momentos el líder de la tribu se un Namikaze, mi lindo Namikaze- Sasuke la observó confundido. – ¿Naruto no te hablo del hecho de que su padre en un Namikaze? – El pelinegro negó no queriendo agregar que ellos realmente no hablaban mucho de cosas personales.

Sasuke tenía entendido que la tribu Namikaze hacía mucho que había desaparecido, Itachi se lo había contado.

Era común que las tribus pelearan entre ellas para hacerse de los dominios contrarios, como pasaba con la tribu Uchiha y la Uzumaki, al menos hasta donde él recordaba, fue así que la tribu Namikaze sucumbió ante otra mucho más poderosa.

- La tribu Uzumaki tenía una alianza con la Namikaze, fue por ello que en cuento papá se enteró que estaban teniendo una lucha por las tierras se apresuró en ir a ayudar, pero llegaron tarde como seguramente sabes. Papá encontró a Minato entro los cadáveres de los que alguna vez formaron la tribu Namikaze, cubierto por el cuerpo sin vida de su madre, ella lo protegió hasta el final y aún después de eso. - dijo ella decepcionada. -Minato fue criado por mis padres como si fuera su propio hijo, recuerdo que al principio no hablaba mucho- expuso con cierta tristeza, parecía temerle a todas la personas, pero poco a poco fue confiando de nuevo y bueno al final las cosas se dieron con nosotros dos enamorándonos- Un doncel de cabello rubio y una mujer pelirroja, cuya cabellera no se comparaba en nada a la de Kushina, bailaban solos como si fueran una pareja amorosa. –Pasamos por bastantes cosas, pero al final logramos estar juntos. Recuerdo la cara de Danzo cuando papá dijo que Minato sería el nuevo líder-

-Permítame casarme con Kushina por favor- exclamó con decisión, aunque las palabras usadas fueran para pedir permiso, la mirada de determinación en su rostro demostraba que aún si recibía un “no” como respuesta, él que encargaría de que se convirtiera en “Sí”.

-Este chico que no pertenece a ninguna tribu viene aquí a exigir la mano de tu hija y no solo eso, obviamente se quedará con el liderazgo de la tribu, ¿Te das cuenta de lo que tus irresponsables y egoístas acciones han causado, Jiraiya?, ahora este tipo quiere llevar a la tribu a su fin y…- Danzo no pudo seguir mostrando su inconformidad.

-Se equivoca- interrumpió Minato con esa seriedad y tranquilidad tan suyas. –Yo no vine ante ustedes para que me conviertan en líder de la tribu, yo vine ante Jiraiya-san para que conceda el permiso de casarme con Kushina, para mí no hay nada más importante que poder estar con la mujer que amo- la pelirroja que se encontraba también presente no pudo evitar sonrojarse intensamente. –Realmente no me interesa el liderazgo de la tribu, además ese lugar le corresponde a Kakashi, el legítimo heredero- Un pesado silencio invadió el lugar, hasta que las carcajadas soltadas por Jiraiya patearon aquel silencio.

-Minato, siempre me sorprendes- otra tanda de carcajadas le impidieron continuar. –Estaría encantado de permitir que te cases con mi hija, porque sé que así como tú la amas, ella te ama a ti- Minato sonrió feliz y aliviado al tiempo que recibía a Kushina en su brazos.

-La verdad es que ya había hablado de esto con Kakashi y Tsunade y los tres decidimos que lo mejor sería que Minato fuera el líder- Todos los presentes se sorprendieron ante aquella revelación.

-Pero…-Minato trato de oponerse.

-Eso no puedes determinarlo tú- Hablo Danzo en contra de los recién dicho. -Para eso existe un consejo, para que las decisiones que se toman…-

-La decisión ya está hecha, el consejo está para aconsejar y el líder para tomar las decisiones- exclamó Jiraiya severamente, haciendo callar cualquier replica, aunque el único que se veía y siempre se vería en desacuerdo era Danzo.

-Felicidades nuevos líderes- Felicitó Kakashi y Kushina sonrió aferrándose más al cuerpo de Minato que aún permanecía en Shock.

-La cara de Danzo fue épica, tan ridícula- exclamó Tsunade hablando graciosamente a causa de lo ebria que estaba.

Sasuke se encontraba anonadado, la tribu Uzumaki era muy liberal, no se parecía en nada a la Uchiha, tan recta, siempre siguiendo tradiciones, esta era tan cambiante y sin embargo, no se sentía fuera de lugar, las personas eran tan cálidas y amables, que no se sentía rechazado, no como muchas veces se sintió en la que alguna vez fue su tribu. Tenía que irse, alejarse rápido, pero si escapaba en ese momento lo único que conseguiría sería morir, fue por ello que decidió que, por ahora, se dejaría llevar, solo un poco más.

Tres días, había pasado tres días en aquel lugar y aún se sentía dolorido y débil, había estado posponiendo su huida, pero Iruka le había dicho que al día siguiente los hombres regresarían a la tribu, Naruto regresaría, por lo que tenía que irse inmediatamente, esperaría al anochecer, cuando todos estuvieran durmiendo.

Suspiró preguntándose que pensaría Kushina-san cuando se diera cuenta que él se había ido, que pensaría Iruka, que pensaría el pequeño violador de adultos… que pensaría Naruto.

-¡Aaahh!- aquel gritó lo alertó. Agudizando sus oídos logro captar más sonidos y entonces lo supo; una batalla se estaba llevando a cabo ahí afuera.

Se levantó con mucho esfuerzo, lo más rápido que su adolorido cuerpo le permitió y logró dejar el interior de aquel lugar.

Dio un rápido vistazo a su alrededor observando a las mujeres y donceles de la tribu Uzumaki luchar ferozmente contra hombres pertenecientes a otra, seguramente. Se impactó de la sorprendente agilidad y destreza de aquellas mujeres y donceles mientras recordaba una de las tantas enseñanzas de su padre dadas a Itachi.

“Algo que hace a la tribu Uzumaki tan poderosa, es que no sólo los hombres se entrenan, sino también las mujeres y donceles, siendo así unos guerreros implacables capaces de acabar con 5 hombres en cuestión de segundos”.

Y vaya que lo eran. Un quejido cercano lo hizo regresar a la realidad. No muy lejos de donde se encontraba vio a un hombre tratando de llevarse al doncel castaño, que respondía al nombre de Iruka, jalándolo por el cabello mientras el niño peliblanco estaba inconsciente en el hombro del mismo hombre.

Tomo una piedra del suelo y la lanzó golpeando al varón en la cabeza. Por desgracia su cuerpo aun se encontraba débil por lo que el golpe no fue suficiente para hacer que el sujeto perdiera la consciencia, sólo lo atontó un poco, logrando captar su atención. Una mirada asesina fue lo primero que recibió, aún así no se dejo amedrentar.

-¡Suéltalos!- el hombre lo observó sorprendido y luego comenzó a burlarse a carcajadas para nada discretas.

-¡Qué tierno!- exclamó. –Un doncel tratando de proteger a otro- la sonrisa acabo. –No te has dado cuenta de cómo luces, niño-  ese tipo lo miraba seguramente pensando que era patético.

Sasuke oculto sus oculares tras sus parpados y cuando el sujeto frente a él fue capaz de ver sus ojos nuevamente, estos ya no eran negros. Si bien el sharingan sólo funcionaba con los animales, algunas veces, nacían algunos Uchiha capaces de controlar a los seres humanos, por desgracia estos tenían que ser poseedores de una mente débil, sino la técnica no surtía efecto.

-¿Un Uchiha?- exclamó el hombre con diversión, la cual no duro mucho.

-Suéltalos- ordenó de nueva cuenta siendo obedecido al instante. Dejó resbalar el castaño cabello por entre sus dedos a lo que su portador simplemente se dejo caer con suavidad sobre sus rodillas en el suelo sin fuerzas y sin entender que se suponía que acababa de pasar, posteriormente dejo al niño junto a su madre con suma delicadeza.

El controlar a alguien requería de mucha concentración por lo que Sasuke no notó al hombre que se encontraba a sus espaldas por ello le fue imposible evitar que este lo aprisionara con sus brazos. El tipo que hasta ahora había estado siendo controlado cayó inconsciente.

El pelinegro se movía bruscamente, mientras su prisionero trataba de detenerlo alzándolo del suelo y presionándolo contra sí con más fuerza. Sasuke sentía como su cuerpo le exigía que dejara de moverse, sentía un dolor punzante por todas partes, este se volvía insoportable en su pierna y en su costado izquierdo. Sin embrago no planeaba rendirse.

Logro liberar uno de sus brazos de su captor y darle un fuerte codazo en la cara, lo que hizo que lo soltara, tocando la zona herida tratando de hacer que el dolor desapareciera. La pierna fracturada le impidió detener la caída por lo que termino de rodillas en el suelo. Volteo rápidamente a observar a su adversario, un hilillo de sangre se escurría por entre los labios del hombre haciendo un camino por su barbilla. Si estuviera en buenas condiciones hacia mucho que hubiera terminado con aquel tipo.

-Maldito- le escucho decirle justo cuando él estaba intentando levantarse. El hombre se le echo encima de manera tan brusca que su pierna lo resintió, el dolor dejo su mente en blanco. Había quedado de espaldas forcejeando con un hombre sobre él, los recuerdos de los días con Orochimaru y ese otro tipo que intento abusar de él cuando trato de ayudar al mocoso peliblanco provocaron que un ligero temblor lo sacudiera, se odio por mostrarse tan débil.

El sujeto estaba a punto de darle un puñetazo, pero Sasuke se lo dio primero, aprovechando el aturdimiento del otro, lo alejó empujándolo con su pierna sana.

Aprovechando que su atacante trataba de recuperarse, el ojinegro se puso de pie nuevamente con extrema dificultad, su respiración estaba agitada y su visión se tornaba borrosa a ratos. Su contraparte regreso al ataque comenzando a ahorcarle el cuello, Sasuke le lanzaba puñetazos que el otro recibía sin importarle mucho, parecía que la pelea se había convertido en una cuestión de orgullo para el hombre. Justo cuando el de piel blanca comenzaba a perder la conciencia el sujeto fue lanzado al aire como si fuera una simple ramita. Cuando aquel tipo se aparto de su campo de visión fue capaz de ver a Naruto, quién lo ayudo a sostenerse de inmediato mientras él trataba desesperadamente de alcanzar el aire.

-¡Sasuke!- hablo Naruto un tanto sofocado por la carrera que hizo en el momento que vio a ese esperpento atacando al ojinegro. Sus agitadas respiraciones se mezclaron al momento en que el rubio acercó su rostro al del otro tratando de encontrarse con los zafiros del pelinegro, los cuales hasta ahora se encontraban conectados al suelo. Lo logro por unos segundos, unos segundos que provocaron que todos los fantasmas que estaban atacando al pelinegro se evaporaran, esos segundos lograron que el miedo, la frustración, la impotencia, la ira… desaparecieran de sus pensamientos, pero la conexión fue rota por el mismo que la busco, cuando comenzó a analizar su alrededor. –Sasuke, no te muevas de aquí, ¿de acuerdo? – le pidió en tono preocupado mientras le dedicaba una extraña mirada, como si dudara de que pudiera entender lo que decía.

El rubio se alejo del chico que acababa de salvar, tomo una lanza que había quedado olvidada en el suelo para con una velocidad y fuerza impresionantes comenzar a acabar con distintos guerreros de la tribu atacante. Sasuke lo observaba sin perder ningún detalle, cada movimiento, cada golpe certero, todo aquello que no fuera Naruto luchando perdió importancia.

Y la suave y apacible voz de su madre comenzó a sonar en su cabeza.

Cuando no puedas pensar en nada más que no sea él…

Ni siquiera se dio por enterado de que los desaparecidos hombres de la tribu Uzumaki, que se encontraban cazando hasta el momento que fueron llamados por el futuro líder, ya habían llegado.

…cuando todo a tu alrededor pierda valor…

Tampoco noto la llegada de Kakashi, quien de inmediato se acercó a llevarse a su familia a un lugar seguro.

Naruto detuvo su lucha después de acabar con un número no despreciable de contrincantes, dio media vuelta y nuevamente conecto su mirada azulina con la oscura del Uchiha.

…cuando sientas que con una sola mirada aleja todos tus miedos y tristezas…

Finalmente el rubio le dedico una radiante y completamente adorable sonrisa.

…cuando sientes que eres la persona más especial del mundo por el simple hecho de ver su sonrisa…

Sasuke se dejo caer de rodillas, no solo por un cansancio físico, sino también uno emocional. No podía apartar la vista de Naruto.

…entonces…

El chico de piel trigueña dejo de sonreír y corrió a él, encontrándose hincado a su lado en menos de lo que el otro hubiera esperado.

…sabrás que estas total y completamente…

-Sasuke, ¿estás bien?- preguntó completamente preocupado sin obtener respuesta. – ¡Bastardo!- exclamó alterado por la falta de reacción en el otro, por toda respuesta obtuvo una cachetada que dejo un fuerte ardor a lo largo de su mejilla -¿¡Q…!?- estaba a punto de exclamar enojado sin entender nada de lo que pasaba justo cuando vio como Sasuke cubría su boca con ambas manos con una expresión de sorpresa sin apartar la mirada de él mientras un sonrojo invadía sus mejillas. –Sasuke- lo llamó en un susurro asustado por el actuar del otro.

…enamorado.

Notas finales:

Bueno, debo decir que me tomo mucho tiempo terminar esto, creí que no lo lograría, pero aquí esta, ya sé que duré muchos meses para hacer esto, pero realmente no tengo una gran justificación, recuerdo que por ese entonces comenzaron las vacaciones y para mí las vacaciones se resumen es en esto “Tengo mucho tiempo, lo haré mañana” y así terminan :D, luego de regresar a la escuela tuve un lapsus de depresión, luego regresaron las vacaciones, estas terminaron y regresé a la escuela, la verdad ha sido un semestre algo pesado, no he tenido ni un solo fin de semana (que es cuando escribo porque entre semana prácticamente tengo clases todo el día) completamente libre, de hecho el martes (porque el lunes no tengo clases) tengo un examen y… mi vida es patética. Bueno, les agradezco por comentar, me hacen muy felices, espero y el capítulo haya sido disfrutable. Haganme saber sus opiniones. :D


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).