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No es una épica historia de amor por Eza-chan

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Notas del capitulo:

Naruto no es mío.

Dedicado a neblinadesol ;)

-Tienes que sentir la dirección del viento, eso guiara la lanza. Conéctate con los sonidos a tu alrededor para que oculten los que tu hagas- Le susurraba Itachi con esa tranquilidad y amabilidad tan suyas. –Deja que tu presa se sienta segura, elimina toda amenaza del ambiente y cuando notes que sus instintos no le dicen que está a punto de ser atacado- Itachi se movió un poco, alzando ligeramente su cuerpo. -¡Atacas!-

-Sasuke- Escuchó el llamado a lo lejos y despertó al instante. Hacía mucho que no soñaba con su hermano. –Sasuke, ¿estás despierto?- Cuestionó la voz de Naruto desde fuera de la tienda. Se colocó de rodillas y gateó hasta la entrada asomando ligeramente la cabeza. Naruto lo vio desde arriba con una sonrisa. -Estoy seguro de que no querrás perderte el festín-

-¿El qué?-

Naruto lo dirigió a sentarse entre el circulo de gente alrededor de una enorme fogata, había gritos, risas, niños corriendo y personas comiendo, amantes siendo ligeramente exhibicionistas y personas siendo ridículamente borrachas.

-¿No acaban de tener una celebración recién?- Naruto se sentó a su lado sin alejar la sonrisa en su rostro pero luciendo un poco confundido después de que realizara su pregunta.

-Esa era la celebración para una buena caza, esta es en agradecimiento de la excelente caza que tuvimos-

Los Uzumaki eran tan raros. Mira que hacer fiesta para todo.

-A ustedes sí que les gusta celebrar- Y Naruto asintió como el tonto adorable que era.

-Kurama-sama es particularmente complaciente entre más celebraciones realicemos- Los Uchiha tenían la creencia de que entre más victorias y muertes lograran en batalla serían mejor bendecidos.

Apartó un poco la mirada a la izquierda y se encontró con Kiba, junto a dos mujeres una bastante fiera y la otra un poco más tranquila, una más joven que la otra. El chico reía y conversaba animadamente y a su lado se encontraba Shino con un hombre parecido a él.

-Kiba y Shino son pareja, ¿no?- El rubio, que se había girado a buscar aquello que él observaba frunció el ceño.

-No, solo son muy buenos amigos, sus familias también se llevan muy bien, algo así como la amistad entre Shikamaru y Choji- Trató de explicar y este fue su turno de fruncir el ceño.

-Pero ni Shikamaru ni Choji son donceles y Kiba en definitiva lo es- Naruto lo miró a él y después dio una larga mirada a Kiba.

-Kiba no es un doncel- Dijo, para mirar de nueva cuenta al chico. –No…-

Naruto, tan idiota como siempre. De repente un loco pensamiento llegó a Sasuke. No, no podía ser, Naruto era distraído e imbécil y un poco estúpido y lucía como alguien muy crédulo pero tampoco podía ser tan estúpido… no.

-¿Cuánto te tomó descubrir que yo era un doncel?- Naruto comenzó a sonrojarse y en su rostro comenzaron a aparecer pequeñas gotas de sudor, su cara era la máxima expresión del nerviosismo.

-Cuando… cuando te traje a la tribu para que la abuela Tsunade te curara- Susurro con un pequeño puchero, como si realmente no hubiera querido que él se enterara.

Me vine a enamorar de alguien tan idiota, ¿en serio?

-Idiota-

-¡Bueno, es que a mí no me importan esas cosas!, ¿de acuerdo?, no importa si eres un doncel, hombre o mujer al final lo único que interesa es que eres un humano y todos somos iguales, todo podemos ser útiles a nuestra tribu y ser fieros guerreros y enamorarse de quién se les dé la gana- Y giró el rostro como si no quisiera seguir hablando con él.

-De acuerdo- Y no se dio cuenta de que estaba sonriendo hasta que Naruto le regresó la mirada y le sonrió de esa forma ligera y relajada, no la radiante que de hecho también le gustaba, si no esa que ponía cuando parecía querer observar a Sasuke durante toda la noche.

Pero eso era obviamente Sasuke confundiendo los sueños con la realidad.

-¡Hermanito Sasuke!- Y el niño peliblanco que quería casarse con él apareció. –Hermanito Naruto- Y mientras a él le dio una avergonzada sonrisa, al rubio le dio un fuerte abrazo.

-Hola Kenta- Contestó el ojiazul regresando el gesto.

-Papá me estuvo entrenando para poder proteger a mamá y…- La mirada del niño se desvió un poco hacia él sonrojándose. –Para algún día proteger a hermanito Sasuke, para que él acepte casarse conmigo-

-¿¡Qué!?- Exclamó Naruto sorprendido y él desvió la mirada sonriendo un poco resignado. –pe-pero Kenta…-

-Hey Naruto-Un hombre peliblanco con una niña en brazos apareció, si mal no recordaba era el esposo de Iruka y padre del pequeño precoz.

-Manito, manito- Exclamó la niña riendo infantilmente y extendiendo los brazos en dirección a Naruto.

-Pequeña y bonita Eiko, ven preciosa- Y la pequeña fue colocada en el regazo de Naruto que se encargó de acomodar a Kenta en una pierna y a la niña en otra, para comenzar a hacerles muecas graciosas.

No se dio cuenta de que se quedó observando insistentemente al rubio hasta que sintió la penetrante mirada del hombre peliblanco, que tenía una sonrisa burlesca dirigida a él.

-¿Dónde está Iruka?- Preguntó Naruto tratando de que Eiko no le metiera demasiado la mano a la boca.

-Estaba con Kushina y con mamá, es que mamá quería hacerle una pequeña revisión-

-¿Le pasó algo malo?- No había tenido la intención de hablar, pero simplemente no pudo evitarlo. Iruka le agradaba. El hombre lo observó como si Sasuke hubiera dicho algo extremadamente correcto.

-Está bien, sólo que mamá es una loca controladora-

-Escuche eso Kakashi-

-Oh~ mamá, sólo le estaba diciendo a Sasuke-kun lo encantadora que eres- Exclamó con una sonrisa estúpida, se parecía un poco, pero muy poco a las que Naruto usaba a veces… Un momento.

-¿Eres tío de Naruto?- Y todas las personas rodeándolo se giraron a verlo.

-Oh, cierto…- Naruto parecía estar dispuesto a explicarle quien era el tal Kakashi, pero Kenta se le adelanto.

-Papá es hijo de abuelito Jiraiya y abuelita Tsunade y-y hermano de tía Kushina y esposo de mamá Iruka y papá de Kenta y hermanita Eiko y hermanito que todavía no nace y tío de hermanito Naruto y nada de tío Minato-

-¡Bien, Kenta, muy bien!- Escuchó la voz de Iruka a sus espaldas decorada con aplausos de todos los adultos y los descoordinados de la pequeña Eiko. Se volteó a ver a Iruka para encontrarlo del brazo de la madre de Naruto, acompañados del padre del mismo.

Ese niño era muy inteligente, Sasuke estaba seguro de que a esa edad, él pensaba que su madre se llamaba, pues… madre.

Kakashi se acercó al moreno acariciándole suavemente la mejilla para darle un muy discreto beso en los labios.

-¿Estás bien?- Lo escuchó susurrar notando como extendía su mano por toda la parte baja del abdomen de Iruka, el cual asintió sonriente, para después ayudarlo a sentarse. Una vez que Iruka estaba sentado, Kakashi corrió a buscar suficiente comida para los tres y medio integrantes de su familia, así como bebidas y después de darle su recipiente a Kenta y de tomar a Eiko para sentarla junto a su pareja dándole un recipiente con menos comida, con el que la niña comenzó a hacer un pequeño desastre mientras comía, finalmente se sentó detrás de Iruka colocando sus piernas abiertas a los lados del doncel, y volviéndose el soporte de su espalda. Fue una curiosa posición que Sasuke nunca había presenciado realizar a nadie.

Para ese momento los papás de Naruto ya se habían sentado también, muy cerca uno del otro con recipientes de comida olvidados a un lado y miradas añorantes y enamoradas.

-¡Jiraiya deja de robarte mi bebida!- Gritó alguien que no supo reconocer, pero a quien sí reconoció fue al anciano peliblanco, que corrió a abrazarse a su esposa.

-Deja de molestar a Hiruzen-

-Pero si él me ama, y desea siempre compartir su bebida conmigo-

-Eres un caso perdido- La rubia lucía realmente molesta.

-Lo sabías cuando te casaste conmigo, amor- La mujer trataba de mantener un ceño fruncido, pero terminó sonriendo besando al hombre en los labios.

-Ya sé, ya sé- Un montón de deliciosa comida fue puesto frente a él, mientras Naruto le sonreía. Él tomó el recipiente y el rubio se sentó junto a él para comenzar a comer también.

La tribu Uzumaki era tan… tranquila y feliz. Nadie lo miraba mal, nadie parecía molesto con su presencia. Sasuke pasó toda su vida sintiéndose fuera de lugar, sintiendo que no pertenecía, incluso algunas veces estando con Suigetsu, Karin y Juugo, pero aquí, en una tribu completamente desconocida, los enemigos naturales de la tribu a la que había pertenecido, lo trataban como si siempre hubiera estado aquí.

Miro la forma aparatosa en que Naruto comía y la sonrisa de mejillas llenas que le ofrecía.

De verdad no quiero irme.

Una suave voz de mujer comenzó a escucharse, las risas, ruidos y desastrosos borrachos, incluso el escandalo infantil comenzó a desaparecer y en su lugar más voces comenzaron a unirse a aquella voz inicial, que pronto descubrió pertenecía a Kushina-san.

-Es un rezo- Le susurró Naruto. –Pedimos por el descanso de las personas que hoy perdieron su vida- Pero… sólo habían muerto personas de la otra tribu…

Y Naruto comenzó a cantar con una voz profunda y respetuosa.

Él… no supo porque lo hizo, pero activo el Sharingan y lo que encontró fue una hermosa combinación de colores que bailaban con el viento e iluminaban la oscuridad de la noche elevándose hasta el cielo.

La tribu Uzukami era realmente increíble.

La mano de Kushina-san se aferró a la suya y él apagó su Sharingan para mirarla mientras ella lo animaba a cantar marcando cada una de sus palabras.

De alguna forma él terminó tarareando y la mujer le sonrió feliz y Naruto le dio un ligero golpecito con el hombro que se sintió como la más perfecta muestra de apoyo que jamás experimentó.

Naruto se sentó junto a él luciendo muy molesto.

-¿Qué te pasa?- Naruto bufó y el frunció el ceño, si este idiota estaba enojado por cualquier estúpida cosa que creyera que Sasuke había…

-Hoy tengo que ir a una reunión con los viejitos y con papá así que… no podré verte hasta la tarde-

-Oh- Y no, no había sonado tan decepcionado como… la verdad si había sonado muy decepcionado, ¡Mierda!

Pero Naruto lucía tan o más decepcionado de lo que él se estaba sintiendo.

-Puedes ir con Iruka o ir a buscar a Kiba o Shikamaru o… ¡sólo…!-

-Naruto, te necesito en la reunión- Exclamó la voz del padre de Naruto a lo lejos.

- ¡Ya voy!... sólo… ¡vendré en cuanto termine la junta y comeremos juntos!, ¿está bien?- Dijo como si estuviera preguntando, pero Sasuke sabía que no le iba a permitir una respuesta que no fuera afirmativa.

-Está bien- Contestó y notó la sonrisa que el rubio le daba mientras se alejaba.

Suspiró observando el lugar por el que Naruto desapareció más tiempo del que era necesario y permitido para no perder su orgullo… ah, sí, ya no tenía orgullo. Siguió observando el lugar por el que Naruto desapareció.

Se paseaba tranquilamente por el lugar, cuando escuchó ese desagradable sonido. No quería seguirlo, pero… suspiró. Terminó encontrando al tal Kiba vomitando junto a un árbol. Una vez que el hombre terminó, dejándose caer contra el tronco, él decidió acercarse.

-¿Qué quieres?- Preguntó el castaño sin voltear a verlo.

-¿Necesitas algo?, tal vez debería llamar a Tsunade-

-¡No!- Exclamó de inmediato apartándose un poco de su soporte. –Estoy bien, sólo… hueles a naranja-

-¿Qué?-

-Que hueles a naranja- Sasuke acercó sus manos a su nariz, era cierto.

-Hace rato comí una-

-¿Puedo oler tus manos de cerca?-

-¿Qué?-

-Por favor- Pidió con un tinte de desesperación. Aunque iba a ser de las cosas más raras que había hecho, decidió permitirle al otro lo que pedía.

-El olor… ¿te ayuda?- Asintió pareciendo más tranquilo a cada momento.

-El olor de la naranja, también el de la mandarina. Me quitan las náuseas-

-¿Las náuseas?- La tensión volvió al otro.

-Sí, es decir… he estado algo… enfermo-

-Vas a tener un bebé- El otro comenzó a ponerse aún más pálido.

-Tú… ¿¡No se lo has dicho a nadie, cierto?- Negó.

-Le pregunté a Naruto si tú y Shino eran pareja. No parece creer que sea posible, entonces recordé que es un idiota- El castaño se permitió reír.

-Lo es-

-¿Él es el padre?- Un pequeño asentimiento le contestó.

-Pero aún no lo sabe. Digamos que nadie sabe que soy un doncel-

-¿Por qué no?-

-Soy demasiado tosco, fui un bebé demasiado tosco, tenía 12 años para cuando los cambios en mi cuerpo se tornaron un tanto… diferentes a los de mis amigos y finalmente Tsunade-sama me confirmó lo que sospechaba. Para entonces todos me creían hombre y… simplemente no pude decir nada… ni siquiera a Shino- Sasuke no entendía, para él era bastante claro que este sujeto era un doncel. –No lo entenderías, tú eres guapo y lindo y yo soy…-

-Yo creo que eres atractivo- Y lo creía, no se sentía atraído ni nada parecido, pero era capaz de aceptar que el tipo lo era. El otro comenzó a reír.

-Y lo has dicho con esa cara tan seria. Eres raro chico Uchiha-

-Yo soy el raro, ¿en serio?- Su respuesta fue un suspiro resignado.

-Supongo que yo también lo soy. Tal vez viene con eso de ser un doncel- Lo pensó un momento.

-Yo creo que Iruka es bastante normal-

-Eso es porque no lo conoces bien. Además se enamoró de Kakashi-san, eso lo hace bastante raro- Bueno no podía negar aquello.

-Supongo que tienes razón-

-Claro que la tengo-

-¿Estas bien ahora?, te ayudaré a levantarte de ahí-

-Y lo dice él de la pierna rota-

-Puedo dejarte ahí, por mí no hay problema- Finalmente una mano fue extendida en su dirección y ayudó al sujeto a estabilizarse en sus pies.

-Mhm, Sasuke-

-¿Sí?-

-No le digas a Naruto por favor, quiero que el primero… o bueno el segundo en enterarse sea… ya sabes-

-Está bien, no diré nada-

-Gracias-

Y Sasuke fue fiel a su palabra, esa tarde mientras comía junto a Naruto no mencionó nada sobre donceles toscos, embarazos que nadie esperaba y relaciones que nunca pasaron por la cabeza del rubio. En cambio disfrutó de la compañía de la persona que amaba, porque cuando fuera viejo y siguiera sólo, eso era lo único que le quedaría para iluminar sus días, recuerdos.

-Kiba- Escuchó el suave murmullo de una voz, él conocía esa voz, era… no importaba de quién era, necesitaba seguir durmiendo, sí era mejor seguir durmiendo. –Kiba- Volvieron a llamarlo. -¡Kiba!- Está vez fue un susurro desesperado.

-¿Qué?- Cuestionó él sin poder abrir los ojos por completo, tenía tanto sueño.

Frente a él estaba… estaba…

-¿Sai?, ¿qué mierda haces en mi tiend…?- El sujeto colocó una de sus frías manos en su boca, acallándolo. – ¿Mhe?- Dijo de forma amortiguada tratando de emitir un “¿Qué?”

-Cuando hayas calculado que he llegado al río, despierta a Naruto por favor y dile que Sasuke está en peligro- Sí, sí, que Sasuke estaba en… ¡Dioses, quería dormir! –Tienes que hacerlo Kiba, es muy importante-

-Sí, sí, despertar a Naruto cuando llegues al río, Sasuke en peligro, te escuché- Medio observó a Sai asentir, aunque más le parecía a él una mancha borrosa.

-Ya deberías decirle a Shino sobre el bebé, en tu estado es peligroso que sigas durmiendo solo- Y como si no hubiera dicho lo anterior, agregó. -Confío en ti Kiba- Y terminó saliendo de la tienda.

-Sí, ya sé, ya sé- Kiba se volvió a quedar dormido.

Se encontraba caminando detrás de Sai, aunque con caminar quería decir arrastrar su pierna izquierda. El sujeto se paró fuera de su tienda en mitad de la noche y para él no fue difícil sentir su presencia, así que salió a su encuentro. El chico le dijo que Naruto estaba en peligro y el único que podía ayudarlo era él.

Sasuke no era estúpido, sabía perfectamente que lo dicho por Sai era mentira (y casi estaba seguro que Sai presentía que él sabía que era mentira) pero decidió seguirlo, porque parecía muy importante para el chico que Sasuke fuera con él.

Sai lo dirigió a un río bastante cercano que le sorprendió no saber su presencia hasta ahora. El pálido chico se paró tras él y susurró.

-Naruto estará aquí pronto- Y con eso se apartó. Sasuke estaba tratando de entender a qué se refería con eso, cuando un hombre apareció entre las sombras.

Danzo, el abuelo de Sai, claro. Ese hombre le tenía ganas, parecía tener un odio particularmente grande hacia los Uchiha.

-Tenía una hija- Exclamó el hombre y a Sasuke no podría haberle importado menos. –Ella era una fuerte y honorable guerrera, pero terminó enamorándose de un Uchiha que sólo la embarazó y prometió volver para jamás hacerlo- Sasuke se concentró en mantenerse erguido y mirando al hombre con su mejor rostro impasible. –Eso es lo único que los Uchiha saben hacer violar y matar- Sasuke recordó la forma cálida en que madre le hablaba y sus amorosos abrazos, la paciente forma en que Itachi le daba consejos de supervivencia y le decía que lo quería con el simple hecho de llamarlo “Tonto hermano menor”, la forma extraña en que, ahora dos años después, entendía que su papá quiso protegerlo, incluso si al final lo traicionó.

Los Uchiha eran retorcidos y nunca podrían ser tan luminosos como los Uzumaki, pero no eran solo violadores y asesinos.

Endureció la mirada.

-Ahora que todos los Uchiha habían desaparecido, pensé que el mundo podría ser un lugar mucho mejor, podríamos haber logrado un nuevo equilibrio, el mundo estaría bien y la tribu Uzumaki prosperaría, pero tú estás aquí y no puedo permitir que ni una escoria Uchiha siga con vida- Sasuke estaba listo, estaba preparado para ser atacado, pero jamás esperó que un anciano como Danzo pudiera moverse tan rápido, logrando desaparecer de su campo de visión, apareciendo sorpresivamente junto a él apunto de golpearlo, aún tenía tiempo de esquivarlo, Sasuke era rápido y confiaba en sus propias habilidades.

Su pierna le respondió con un tirón doloroso.

¿Por qué mierda siempre olvidaba su jodida pierna rota?

-¡Sai sabe!- Exclamó Kiba sentándose en la comodidad de su tienda. -¡Mierda, mierda, mierda!-

Sai sabía que él era un doncel, Sai sabía que esperaba un bebé, Sai sabía de su relación con Shino… y él lo dejó ir así como así por esta jodida mente lenta que desarrollo a causa de… del…

Colocó una mano en su plano vientre.

Sai entró como si nada a su tienda. ¿Qué tal si hubiera sido alguien más, alguien que hubiera querido dañarlo a él… o a su bebé?

Perdóname bebé porque te tocó alguien realmente tonto como mamá.

Cuando hayas calculado que he llegado al río, despierta a Naruto por favor y dile que Sasuke está en peligro.

Sasuke era un bastardo presumido y frío y Kiba no lograba entender que vio Naruto en él, pero también era… amable y parecía estar honestamente enamorado de Naruto… y ahora estaba en peligro.

Se puso de pie y salió de su tienda. Claro, tenía que hablar con Shino, pero Sasuke estaba en un peligro inmediato, Sai era un desgraciado sin sentido común y bastante bueno ocultando secretos, pero parecía realmente preocupado (y eso podía asegurarlo con o sin mente atontada).

No esperó encontrarse con la cara seria de Shino saliendo de la tienda.

-Shino- Exclamó sorprendido. No, no era momento de hablar con el hombre, debía llegar con Naruto porque su chico Uchiha estaba en peligro. –Shino ahora no puedo hablar tengo que…- El agarre en su brazo le impidió dar un paso más. -¿Qué haces?-

-Vi a Sai salir de tu tienda- No entendía a qué quería llegar su amante con todo este cuestionamiento.

-¿Y?- Shino, como todo el tiempo no cambio su expresión. -Shino realmente tengo que hablar con Naruto porque…-

-No quiero que alguien más crea que tiene el derecho de entrar a tu tienda como si nada-

-¡Ay, por los Dioses, Shino…!- Gritó olvidando la hora o que el resto de la tribu estaba durmiendo o que la tribu estaba llena de jodida y entrenada gente guerrera lista para atacar ante el más mínimo sonido anormal. Las manos de Shino fueron colocadas en sus hombros. El hombre estaba… ¿temblando?

-No me… no me importa si eres un hombre, Te Amo y quiero que te cases conmigo- Tenía los ojos más grandes que nunca y la boca abierta, estaba seguro de que lucía ridículamente estúpido.

El golpe en la cara lo descolocó por un instante, pero él era una persona acostumbrada a los golpes, así que regresó el daño. El anciano gruñó y trató de darle un golpe en la pierna lastimada; logró saltar con una sola pierna, esquivándolo apenas. Aun así las vibraciones generadas en su cuerpo ante el salto, le causaron dolor.

Un parpadeo, dio un maldito parpadeo y el vejete había desaparecido. Esta vez no hubo tiempo de esquivar el golpe en su costado.

Se hincó en el suelo sintiendo la instantánea falta de aire y preguntándose si tendría alguna costilla rota. Alzó el rostro a duras penas y observó la patada que estaba a punto de ser dirigida a su rostro. Se encargó de que lo más prominente fuera su mandíbula, para que esta absorbiera todo el impacto.

La risa escandalosa de su madre se escuchó desde una posición detrás de él.

Se resistió a voltear, porque su madre daba miedo, porque no podía creer que Shino quisiera casarse con él, porque el padre de Shino se colocó detrás de su hijo y le dio una pequeña palmada en la espalda.

-Hijo has encontrado un buen compañero- ¿Shibi-san acababa de aceptarlo?

Su madre se posicionó detrás de él justo como Shibi-san.

-¿No hay algo que deberías contarle a Shino?- Exclamó su madre con esa enérgica y fuerte voz tan suya y él sintió como comenzaba sonrojarse.

-Y eso otro también- Expuso su hermana un poco más lejos. ¡Oh Dioses!, ¿¡Su hermana sabía!?

Su madre puso esta cara de…

¿¡Su madre también!?

-Kiba- Llamó Shino suavemente y él temía que pudiera morir en cualquier momento.

-Yo…- Trató de sonreír, pero simplemente no funcionó, todo era peor por el hecho de que cada vez más y más salían de sus tiendas y los miraban curiosos. Shino tomó su rostro entre su manos obligándolo a mirarlo sólo a él.

-¿No quieres casarte conmigo?- Las facciones de Shino no cambiaron mucho, pero él fue capaz de observar el profundo dolor que estaba sintiendo. El profundo dolor que el mismo Kiba le estaba causando.

-Yo quiero casarme contigo, idiota, yo… Te Amo, ¿está bien?- Eso relajó al otro.

-Entonces…-

-Soy un doncel… en realidad- Shino estaba teniendo demasiadas facciones para un solo día, se preguntó si Kurama-sama estaría burlándose ahí arriba. –Y estoy…- Dioses, su cara se sentía tan caliente, sus orejas estaban calientes. – ¡Vamos a tener un bebé!-

Estaban ahorcándolo… otra vez, casi se permitió rodar los ojos con exasperación. Danzo trataba de hacer que su cabeza, que hasta ahora colgaba en la orilla, terminara completamente sumergida en el agua del río.

Eso era nuevo, al menos.

Sasuke decidió que el dolor en su pierna ya daba igual, fue por eso que con sus brazos aferró aquellos que se encontraban en su cuello y enredó las piernas entre el torso y cuello del hombre.

Justo antes de que su cabeza fuera parcialmente sumergida, escuchó el sonido de sofocamiento producido por el otro, puso más fuerza en su agarre.

Se sentía tan… tan…

Shino lo abrazó con todas sus fuerzas y su madre volvió a reír, esta vez su hermana la acompañó y Shibi-san aplaudió suavemente.

Fue apartado un poco del abrazo.

-¿En serio?- Fue cuestionado y él solo pudo asentir, pues sentía que las palabras no saldrían.

-Estás… estás sonriendo… ¡Muy grande!, ¡Me estás asustando, Shino!- Y volvió a ser abrazado con mucha fuerza.

-Estoy feliz- Le habló con esa voz calmada y seria de siempre. Correspondió el abrazo.

-Yo también- Le susurró.

-¿¡Cómo que todos sabían!?- Gritó Naruto de pie junto a Shikamaru, Temari, Sakura, Rock Lee, Choji e Ino. -¿¡Y nadie me lo dijo!?-

-¡Debiste haberlo descubierto por ti mismo, idiota!- Le gritó Sakura y Naruto pasó sus manos por su cabello con desesperación.

-No puedo creer que hasta Sasuke se diera cuenta y yo no-

-No me sorprende- Susurró Shikamaru. Y él recordó lo que se suponía debía hacer.

-¡Sasuke!- Apartándose de Shino con un poco de brusquedad, corrió hasta posicionarse frente a Naruto.

-Hombre, ¿estás seguro de que deberías correr así?- Después se tomaría el tiempo para sentirse conmovido ante el desplaye de preocupación e interés de parte de Naruto.

-Sai entró a mi tienda y me dijo que tenías que ir al río porque Sasuke estaba en peligro-

-¿Peligro?- Naruto adquiría más y más este toque de histeria que sinceramente asustaba a Kiba. -¿Cuál peligro?-

-No lo sé, de acuerdo, quería dormir no pensé en preguntar, además ¿importa?, deberías estar en el río… ¡Ya!- Y Naruto se estremeció para comenzar a correr-

Quería, tenía que acompañar a su amigo y por la cara de determinación en el rostro de todos, sabía que todos irían.

-¡Voy a ir!- Le avisó a Shino el cual asintió tomándolo de la mano, para juntos comenzar a correr junto a los demás.

El cuerpo junto a él fue alejado bruscamente, el agarre en su cuello desapareció y alguien lo jalo del brazo, obligándolo a sentarse. Tosió un poco obligándose a abrir sus ojos. Sai estaba de pie frente a él, de forma protectora y con una lanza en manos, sin apartar la mirada de su abuelo que parecía querer asesinar ahora a Sai.

-¿Qué estás haciendo?-

-No…- El chico se paró más derecho e imprimió más fuerza en su voz. –No voy a dejar que mates a Sasuke-kun, él es importante para Naruto… él no mató a mamá, él no tiene la culpa de nada- Danzo se puso de pie con tranquilidad y suspiró como si el asesinar a Sai no fuera nada.

-Siempre fuiste demasiado… escoria Uchiha- Sai corrió hasta su abuelo con la lanza por delante, pero le fue arrebatada rápidamente y terminó siendo tomado por el cuello y estrellado contra un árbol.

Sasuke no conocía nada del estilo de pelea de Sai, pero estaba seguro de que el chico ni siquiera lo había intentado.

Danzo estaba ocupado estrangulando a su propio nieto, una lanza estaba olvidada en el fresco pasto muy cerca de su persona. Sasuke pudo ponerse de pie e ignorar por completo su pierna rota, las heridas en su rostro o el ardor en su costado.

No había mucho que pensar.

Se puso de pie con la lanza en manos y  justo a punto de arremeter contra el adulto, justo a la altura del corazón, escuchó el gimoteo de Sai.

-No…- El sujeto no podía ni hablar bien y Sasuke no estaba seguro si iba dirigido a él o a su abuelo, pero…

Le dio un fuerte golpe en la cabeza al anciano con el palo de la lanza, dejándolo inconsciente. El cuerpo cayó, justo como uno sin vida y Sai se dejó resbalar por la superficie del árbol con la necesidad de tomar todo el aire que se le permitiera y más y la necesidad de descubrir si su abuelo seguía con vida.

-¡Sasuke!- Y ahí estaba Naruto encontrándolo de pie frente al cuerpo inconsciente de uno de los sabios de su tribu, que desde la perspectiva del rubio podía parecer muerto, un Sai que trataba de recuperar el ritmo normal de su respiración y él con una lanza en la manos. Sus amigos llegaron tras Naruto.

Sakura corrió de inmediato hacia Sai y Danzo y Sasuke dio una profunda inhalación esperando la ira y odio del rubio.

Naruto lo obligó a girar su cuerpo hacia él y lo miró con una de esas miradas preocupadas que parecía poner siempre cuando veía a Sasuke

-¿¡Sasuke, estás bien!?- Le gritó. Parecía estar a punto de desmayarse y él no entendió la pregunta. -¿¡Sasuke, estás bien!?- Soltó la lanza al sentir la cálida mano que recorría la comisura de su labio como si buscara limpiar algo. –Sasuke, ¿Danzo te atacó?... ¿Danzo intentó…? Sasuke- él no quería responder a eso, porque Naruto era extraño, debería estar enojado, debería estarle diciendo que era basura, que era escoria, debería estarle escupiendo en la cara y maldiciendo el día en que se conocieron.

-Sí- Exclamó Sai con voz un poco forzada. –Mi abuelo intentó… matar a Sasuke… y yo lo ayudé- Y una sonrisa vacía apareció. –Lo siento, Naruto-

La abuela de Naruto le colocó un poco de un ungüento desagradablemente oloroso en la herida de la comisura de su labio, él no replico ante la atención un tanto brusca o a cada pequeño insulto que soltaba la mujer.

-Jodido, Danzo… Imbécil- Alcanzó a escuchar que murmuraba. –No puedo hacer nada por los moretones en  tu cuello o los de tus muslos- Naruto comenzó a tener una mirada enojada, no era las de odio congelante que él podía lograr, no, era una ira extremadamente encendida.

-Ese maldito…-

-Me los hice cuando intenté ahorcarlo con las piernas- Explicó él, restándole importancia y casi pudo jurar que una sonrisa apareció en el rostro de la rubia, mientras Naruto pareció descolocarse un poco.

-Ahora- la rubia limpió un poco la herida en su costado, (no había costillas rotas) y colocó suficientes vendajes en su pierna, además de colocar una cobija enrollada debajo de esta para elevarla. –Esa pierna tiene que estar completamente inmovilizada, ¿me entendiste? Si quieres que se cure, ¡No la muevas!- Exclamó con voz autoritaria para salir de la tienda hecha una furia.

No quería hacerlo, de verdad que no, pero no pudo evitar el mirar a Naruto por más tiempo.

Naruto no le regresaba la mirada.

-Sai no quería que su abuelo me matara- Y finalmente el rubio lo miro. –En cuanto llegamos junto al río me susurró que tú me salvarías- Y porque le pareció correcto, le dedicó una discreta sonrisa burlona. –Después detuvo a su abuelo y le dijo que no iba a dejar que me matara, así que…-

-¿Me estás diciendo que perdonas a Sai?- ¿Perdonar?

-¿Perdonar qué?- Naruto lo observó confundido.

-Tú…- Y entonces Naruto lo miró como si no pudiera creer que él era real. – ¡Él pudo haber hecho que te mataran!- Le semi gritó.

-Muchas personas en mi vida han podido haber causado que me maten, pero Sai no es una de ellas-

-¡Eres un bastardo suicida!-

-¡Y tú el más grande de los idiotas!-

-¡Eso no tiene ningún sentido!-

-¡Claro que lo tiene estúpido!-

-¡Casi te pierdo!- Gritó Naruto y soltó una risa rota que retumbó por todo el cuerpo de Sasuke. –Otra vez- Y lo miró con una sonrisa vacía. No quería que Naruto sonriera así, una persona como Naruto jamás debería sonreír así. Naruto era cálido y amable, era luminoso como el sol. Tenía una de las sonrisas más hermosas que Sasuke había visto… No debía sonreír así. –Yo sólo quería protegerte y lo único que hago es ponerte en más y más peligros- De nuevo esa rota carcajada. –Soy patético- Y Naruto dejó de mirarlo. –Si nunca nos hubiéramos encontrado otra vez…-

No, me vas romper… por favor no, ya no tengo nada que se pueda romper… no lo digas…

-Entonces estaría muerto- Proclamó él. –Muerto por veneno de serpiente, eso sí es patético- Naruto se acercó más de lo que se había permitido en todo el rato; parecía tener dificultades para respirar correctamente.

-No te quiero muerto por veneno de serpiente, me gustas aquí-

No seas más patético, para Naruto “gustar” es como “agradar”… como amigo.

-Sasuke, de verdad lo sient…-

-Te juro que si vuelves a decir que lo sientes, te clavaré una lanza en la frente mientras duermes- Y Naruto rio, pero esta vez no era esa risa rota, era una de sus risas claras y refrescantes, escandalosas y con un toque de inocencia infantil.

El silencio reinó y Sasuke comenzó a sentir la adrenalina abandonándolo.

Una mano acaricio uno de los mechones de cabello que caían por su rostro.

-Tu cabello es mucho más largo que antes-

-Bueno, el tuyo no es precisamente ig…- Esa misma mano se deslizó por su mejilla y unos labios sellaron los suyos.

Naruto era cálido, suave… y muy dulce.

 

Notas finales:

Gracias por leer.


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