Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

No es una épica historia de amor por Eza-chan

[Reviews - 42]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Naruto no es mío.

Su mente quedó en blanco, porque Naruto, la persona que Sasuke amaba, lo estaba besando.

Naruto movía sus labios con lentitud, una lentitud que mandaba señales confusas y electrificantes por todo el cuerpo de Sasuke. El rubio no exigía respuesta, no exigió que Sasuke le permitiera a sus lenguas encontrarse, pidió permiso de una forma tan amable que Sasuke creyó era imposible lograr (también se preguntó cómo podría entender todas esas sensaciones con un simple choque de labios)

No es simple.

La persona que amo, me está besando… Eso quiere decir que me…

La nube rosa, el sopor, el cerebro volando en lo alto del cielo como un halcón, todo desapareció de golpe. Porque Sasuke estaba roto y vacío, era cruel y frío; era un patético doncel marcado por otro hombre, su cuerpo ya había sido usado.

Creo que ya estás listo para tener a mis hijos.

-Dicen que los hijos de donceles son mucho más fuertes que los hijos de las mujeres-

-¿Qué?, eso es una tontería-

-Bueno, no me importaría probarlo con Sasuke-

-¿Cómo si el hijo del líder fuera a fijarse en tu horrible cara?-

-Por favor, está tan necesitado de atención que no dudo que me abriría las piernas con un simple “Hola”- Varias risas se escucharon y Sasuke decidió que debía llegar rápido al lago.

Empujó a Naruto, sin demasiada fuerza y sin una pizca de brusquedad, sólo escuchó el sonido que hacían sus labios al separarse y percibió la distancia que había entre el rubio y él, justo del tamaño de sus brazos estirados frente a él.

No quería ver a Naruto. Quería que se fuera.

Naruto no podría quererme solo para tener…

Error, Naruto no lo quería.

-¿Por qué… me estás besando?- Y cuando finalmente encaró al otro, observó como un pequeño estremecimiento atacaba al rubio. Naruto pareció perderse un poco en su expresión y finalmente abrió la boca; lucía preocupado, ceño fruncido y un poco de sudor deslizándose por un lado de su cara. Pero él no necesitaba respuesta.

No quiero escucharte decirlo.

-¿Es divertido para ti?, ¿es esto un chiste?-

-¿Qué?-

-¿Qué planeas?, ¿Que te abra las piernas para que después puedas ir y contarle a todo el mundo que el gran Naruto futuro líder de la tribu Uzumaki…?

-¿Qué?, ¡No…!-

 -…Tuvo sexo con un jodido doncel de la tribu Uchiha, ¿¡Es eso!?-

-¡No, Con una mierda!, ¡Te Amo!- Su cuerpo se encogió en sí mismo y Naruto se puso completamente rojo. –Ah, ¿Qué?- El idiota comenzó a voltear en todas direcciones. –No… bueno, este, yo…- Finalmente esa infantil palabrería que no iba a ningún lado desapareció, y en su lugar Naruto cerró fuertemente los puños para enfrentarlo con los ojos desbordantes de determinación. –Te Amo-

No.

Sí.

No, esas cosas no pasaban, estas cosas no podían pasarle a alguien maldito como Sasuke. Naruto estaba mintiendo, era un mentiroso.

Es la persona más honesta que conozco.

¿Estar enamorado de él?, no, es que el tipo era idiota, no sabía lo que tenía enfrente. Se había confundido, se…

Imagino lo feliz que sería mi vi…

No, no…

No.

Quería que se fuera… ¡Quería que Naruto se fuera!

Él admitía que era idiota, lo era. También era malo con las emociones (probablemente era parte de lo primero), mucho tiempo creyó estar enamorado de Sakura (y quería a la mujer, la adoraba de hecho), pero las sensaciones que Sasuke despertaba en él, no se comparaban en nada.

Y había sido muy difícil, porque su relación con Sasuke se suponía estaba limitada a una rivalidad de amigos… o más bien de dos sujetos que se encuentran en un lago. Sólo eso, camaradería y rivalidad, peleas estúpidas y ofensas que realmente no buscan ofender o humillar. Pero luego Sasuke había desaparecido y todo se volvió tan… el mundo parecía más falto de color… y muy frío.

Casi pierde a Sasuke, ante jodido veneno de serpiente (que lo hizo entender que Sasuke era una persona muy importante para él), casi lo pierde ante una jodida invasión de su tribu (que lo hizo entender que quería e iba a proteger a Sasuke sin importar qué), casi lo pierde porque el hombre quería irse (que lo hizo entender que de forma curiosa, su tribu le parecía… ya no más su hogar si Sasuke no estaba, que tal vez Sasuke no lo quería ni un poco, que para Sasuke, Naruto no era nada más que una existencia muy molesta) casi lo pierde contra la jodida Deidad protectora de los Uchiha (lo que lo hizo entender que tal vez y no podría protegerlo contra todo) y casi lo pierde porque el puto de Danzo decidió que la existencia de Sasuke era una ofensa (Y cuando encontró a Sasuke de pie, orgulloso, fuerte… y tan solo y resignado, como si esperara el odio de todos los presentes y hubiera colocado en su rostro esta máscara de que no le importaba, Naruto fue capaz de ponerle un nombre a lo que sentía)

Amaba a Sasuke. Y no había querido besarlo y asustarlo, pero el desgraciado era jodidamente atrayente y se veía tan tranquilo estando en presencia de Naruto.

No pudo controlarse.

Pero luego Sasuke había dicho todas esas cosas, como si no esperara respeto por ser un doncel, como si hubiera escuchado tales palabras antes, como si no esperara respeto por ser Sasuke.

Cuando dijo que lo amaba el cuerpo de Sasuke dio un pequeño brinco, como si un trueno hubiera retumbado en el cielo, además de haber puesta esta expresión de sorpresa y pánico, una perfecta combinación que hacía a Sasuke perder esa máscara de bastardo frívolo y lo hacía lucir jodidamente humano… y vulnerable.

Y Naruto solo quería esconderlo contra él, en un apretado abrazo.

Porque Sasuke no debía lucir tan sorprendido cuando alguien decía que lo amaba, no debía lucir tan incrédulo. Era como si toda su vida, el hombre jamás hubiera esperado el escuchar tales palabras.

Orochimaru, él quería que tuviera a sus hijos, así que me marcó como suyo.

Si esa basura no estuviera muerta ya, él habría ido a matarlo.

-Te Amo… porque eres valiente y fiero y eres capaz de salvarte a ti mismo y… eres amable en una forma en que ni siquiera notas, no es como si fueras amable porque quieres agradarle a los demás es simplemente que tú… eres tú-

¡Dioses, era tan elocuente!

-Lo siento, Sasuke. Es porque soy idiota y apenas me di cuenta… me costó porque todos decían que tú me gustabas, pero no… era tan simple. Te Amo- Y Sasuke lo miraba con la boca entre abierta, frunciendo el ceño un momento para desviar la mirada al otro. Pareciendo a punto de golpearlo, pero a la final sin hacer nada.

Lo único que persistía era el color rojo tiñendo su rostro.

-Quiero que te vayas- Murmuro el pelinegro.

-¿Qué?- Cuestionó, a pesar de que había entendido perfectamente lo dicho por el otro.

-¡Quiero que te vayas!, ¡Vete!- Le gritaron para comenzar a empujarlo por los hombros.

-Sasuke…- Trató de decir pero el bastardo le dio un golpe en el estómago, sacándole el aire obligándolo a doblarse sobre sí mismo.

-¿Amor?- Susurró Sasuke comenzando a reír, suavemente para terminar haciéndolo más y más fuerte. – ¿Por qué crees que querría escucharte decir que me amas?, no necesito y no quiero que me ames- No vio la expresión de Sasuke por estar doblado hacia enfrente, pero agradecía no haberlo hecho, no quería hacerlo.

Acababan de rechazarlo. Nunca había experimentado esta sensación de cuerpo paralizado y miembros pesados… el mundo parecía irreal. Y dolía, dolía como jodidas lanzas encajándose por todo su cuerpo, una, tras otra, tras otra…

Era bastante obvio que Sasuke no quisiera a un idiota como Naruto diciéndole que lo amaba, a un imbécil que para él no significaba nada, diciendo esas estúpidas cosas.

Fue entonces que la respiración de Sasuke comenzó a acelerarse y él se obligó a salir del hoyo oscuro en el que había caído.

Cuando se encontró con el pelinegro, este tenía una mano en el pecho y cara de terror.

-Sasuke… ¡Sasuke!- Gritó acercándose al hombre, tratando de entender que sucedía. –Está bien, Sasuke, está bien. Respira conmigo, ¿sí? Adentro y afuera, adentro y afuera- Debería llamar a la abuela Tsunade, pero el ojinegro se había aferrado a su hombro y no parecía dispuesto a soltarlo. ¿Qué se suponía que hiciera?

Cuando era niño era pésimo para actuar en momentos en los que se requería de cabeza fría y acciones al instante, siempre terminaba paralizado; pero conforme fue creciendo fue aprendiendo a actuar bajo estrés, manteniéndose fuerte y con mente centrada. Siempre que se trataba de Sasuke, volvía a sentirse ese niño perdido y paralizado.

-No puedes…- Susurró su acompañante. Y él solo quería gritarle que no hablara y se concentrara en respirar. –Estoy roto, yo… nada… no soy nada-

Estaba muy confundido y perdido. Sasuke se sabía superior, por eso lo había rechazado… ¿no?, pero ahora estaba susurrando palabras en las que… ¿se hacía menos?

¿Sasuke?

Se encargó de enredar sus cuerpos en un muy apretado abrazo.

-Sasuke, ¿sabes?… yo sé que eres un bastardo, y eres orgulloso- Con cada palabra que salía de su boca la respiración del pelinegro se normalizaba más y más. -…Y frío y solitario y dices como cinco palabras al día y de esas, dos son insultos… Sasuke, así eres perfecto y así decidí que Te Amo. Así que si ahora tú dices que estás roto, sigues siendo igual de perfecto y sigo amándote. Al contrario Sasuke, tú eres todo- Sasuke finalmente respiraba con normalidad, por lo que decidió separarse de él. No pensó que se encontraría con ese rostro inexpresivo de siempre, pero lleno de lágrimas.

-¡Ah, Sasuke!- El pelinegro se encogió sobre sí mismo, cerrando los ojos con fuerza y él volvió a abrazarlo. –Sasuke… no llores- Pidió en un susurró para besar la azabache cabeza.

Y Naruto entendió que toda esa seguridad que emanaba el otro, no lo era realmente. Todos los insultos no eran más que una forma de protegerse a sí mismo.

Con corazón roto o no, con sentimientos rechazados o no. Iba a hacer todo lo que estuviera en sus manos (y más) para que Sasuke… para que Sasuke estuviera bien.

Podía ser que su mirada se hubiera nublado también. Podía ser que sus ojos comenzaran a desbordarse igualmente.

Despertó sin abrir los ojos, no aun. Porque se sentía completo y todo parecía estar donde debía. Había una respiración que bailaba con la suya y una calidez externa que lo entibiaba por dentro. Algo le hacía cosquillas en la nariz, era suave y olía a… olía a Sasuke.

Abrió los ojos tratando de luchar con la mirada borrosa matutina, encontrándose con que estaba totalmente enredado en el cuerpo de Sasuke.

¿Cuándo se quedó dormido?... ¡Cuando Sasuke despertara iba a matarlo!

Comenzó a sentirse observado y regreso la mirada al rostro de Sasuke, encontrándose con unos ojos oscuros observándolo.

El dueño de aquellos ojos desenredo su cuerpo del contrario y terminó sentándose. Él lo imitó.

-Sasuke…- No sabía que debía decir ahora. ¿Disculparse?, ¿hincarse?, ¿implorar?... El nombrado lo miro de reojo con la cabeza un poco gacha, para comenzar a sonrojarse.

No tenía idea de porque se estaba sonrojado, pero ahora él también lo estaba haciendo.

-Eres un idiota- Le dijeron.

-Ba-bastardo- Y sinceramente solo lo susurró porque de alguna forma aquella respuesta se volvió un reflejo para su persona.

Sasuke abrió la boca, como si estuviera a punto de agregar algo más, pero el llamado de una voz mayor desde el exterior los interrumpió.

Hiruzen se sentó junto al joven Uchiha y a Naruto, observando a Homura, Jiraiya y Koharu imitarlo.

Había una incómoda aura rodeándolos. Habían llegado en mal momento, notó. Suspiró, no deseaba otra cosa que dejarlos con sus conversaciones de amor de juventud, pero necesitaban hablar de esto con el principal afectado.

Hiruzen miró a Jiraiya esperando que el hombre no dijera nada idiota y fuera de lugar, pero el peliblanco tenía esta expresión de determinación e ira que él le había visto en mucho tiempo. ¿Cuándo fue que ese Uchiha se volvió importante para todos?

-Sasuke-kun, nos gustaría escuchar que fue lo que pasó desde tu punto de vista- El pelinegro, finalmente pareció ponerle suficiente atención, no como la de antes en la que fingía volverlo lo más importante en la tienda, mientras trataba de no hacer contacto visual con Naruto. El rubio parecía igualmente muy interesado en escuchar lo sucedido.

Sasuke los observó a todos con rostro inexpresivo.

-Sai me llevó hasta el río. Danzo estaba ahí. Dijo que un Uchiha era el culpable de la muerte de su hija y que no permitiría que ningún Uchiha siguiera con vida, así que intentó matarme. Cuando me tenía con la cabeza sumergida en el río Sai lo obligó a soltarme y después Danzo intentó matarlo a él-

-¿¡Qué!?- Exclamó Hiruzen iracundo. Eso Sai definitivamente lo había omitido de su relato.

¡Ese anciano idiota había perdió por completo la cabeza!

-¡Ese maldito de Danzo!- Si no controlaban a Jiraiya, terminaría matando a alguien… y Naruto se apuntaba a la acción.

Después de una pequeña conversación susurrada entre ellos, con un Jiraiya que no terminaba de estar del todo de acuerdo, finalmente tomaron una decisión.

-Después de escuchar lo ocurrido, hemos reflexionado y el consejo ha tomado una decisión con respecto a qué hacer con Danzo; Nosotros somos una tribu que no cree en el castigar con la muerte- Jiraiya bufó molesto. Él decidió ignorarlo y continuar. -Hemos decidido quitarle a Danzo todo su prestigio, poseerá el rango más inferior dentro de la tribu, nadie lo ayudara, tendrá que cazar su propia comida y conseguir su propia bebida… lo que queremos es que viva con el recuerdo de que intentó matar a un inocente… y a su propio nieto. Sasuke-kun, si esto no te complace…-

-No me importa lo que pase con él, pero si vuelve a atacarme lo mato- Este sujeto era increíblemente frío… pero muy fuerte y centrado. No esperaba menos de la persona destinada para Naruto, alguien que equilibrara esa calidez desenfrenada y apasionadamente loca de Naruto. La risa escandalosa de Jiraiya  se dejó escuchar.

-Sasuke-kun de verdad que eres…- Sea lo que sea que intentara decir el peliblanco, terminó por no decirlo, aunque estaba seguro de que habría sido un cumplido.

-Me parece justo, Sasuke-kun- Y se permitió sonreír de medio lado, para luego concentrarse en el rubio. –Naruto, ven conmigo-

-¿Qué?, ¿Por qué?- Suspiró con exasperación tratando de contener su frustración. El chico casi siempre le contestaba igual.

-¡Tú solo ven, maldición, hay una reunión!-

-No, pero…- Y como pudo obligó al chico a salir.

-¡Viejo, yo…!- Naruto quería gritarle al hombre porque necesitaba hablar con Sasuke, necesitaba decirle que él jamás lo lastimaría, necesitaba decirle que el que lo amara no quería decir que obligaría a Sasuke a hacer cualquier cosa loca en contra de su voluntad… pero Sai estaba aquí.

Y Naruto iba a partirle toda la puta cara.

-Sai- Dijo, saliéndole casi como un siseo. Sasuke les había explicado que Sai nunca trató de lastimarlo, de hecho lo protegió en un último momento y obviamente siempre fue su intención que Naruto llegara antes de que el desenlace estuviera invadido de muertes innecesarias. Pero aun así le dio un puñetazo en la cara; tan fuerte que lo mandó al suelo. –Sasuke pudo haber muerto- Escupió las palabras observando a Sai desde arriba.

-Lo sé… yo entiendo si quieren que me vaya de la tribu o si quieren darme un castigo mucho más…- De verdad que Naruto quería matar al infeliz. Con movimientos agiles y fuertes obligó al cuerpo del pelinegro a terminar acostado con la cara hacia abaja y él se sentó sobre el pelinegro doblándole una de las piernas con la suficiente fuerza como para infringir dolor pero no demasiado para causar un daño severo. – ¡Ay, ay, ay!- Se quejaba Sai mientras sus esfuerzos por liberarse eran en vano.

-Maldito bastardo, tú no te vas a ir a ninguna parte. Te vas a quedar aquí y serás uno de mis generales y tendrás toda mi confianza… como siempre- Y finalmente el otro dejo de forcejear y él dejó la pierna en libertad.

-Como siempre- Murmuró Sai torciéndose un poco para poder verlo a los ojos. Naruto regresó la mirada y sonrió.

-Como siempre-

Terminó de comer su desayuno, había sido difícil, porque las personas habían decidido que era el momento perfecto para visitarlo. Él no quería visitas.

Kiba llegó disculpándose por tardar en decirle a Naruto para después apuntar a Shino, (también presente y con una cara más seria de las que él lograba) exclamando que se casarían. Shikamaru inclinó la cabeza murmurando una disculpa, para finalmente ponerse de pie con un bostezo susurrando un “Que problemático” y saliendo de la tienda. Jiraiya le trajo un recipiente con una bebida que él desconocía, pero el hombre se veía muy entusiasmado en que la probara, entre las negaciones de Sasuke y las insistencias del hombre mayor, una disculpa fue dada y una promesa de protección por el resto de sus días, para luego alejar esa aura de seriedad, regresando a una juguetona que fue interrumpida cuando un recipiente bastante grande se estrelló en la cabeza del peliblanco seguido de la aparición de la rubia abuela de Naruto que comenzó a regañar a su esposo como si de un niño malcriado se tratara (que siendo honestos sí que lo era). Iruka apareció en compañía de Eiko, la niña decidió que el cabello de Sasuke era un juguete e Iruka se disculpó por ello (y también por el ataque que sufrió por parte de Danzo). Sakura y Rock Lee también lo visitaron, en compañía de Chouji y una rubia que no conocía. Todos con conversaciones absurdas y disculpas que Sasuke no entendía porque seguía recibiendo.

Entonces Sai apareció. El hombre ni siquiera lo veía a los ojos, tampoco saludo o pidió permiso para entrar a la tienda. El sujeto lo ponía de nervios.

-Nunca fue mi intención dejar que mi abuelo…-

-Lo sé- Exclamó él cortante. No quería tener esta conversación.

-Tú…- Si el tipo no le decía rápido lo que había venido a decir Sasuke iba a sacarlo a patadas, pierna rota o no. –Pudiste matar a mi abuelo, sé que ibas a hacerlo, pero no lo hiciste…- Una reverencia fue dirigida hacia él. -Gracias-

-No lo hice por ti. Si hubiera matado a un Uzumaki a mí es a quién habrían asesinado después- Sai le sonrió en la forma vacía que parecía siempre hacerlo, pero esta vez, en el fondo había un toque real, un toque de autenticidad.

-De verdad odio a los Uchiha- Y Sasuke casi sonrió.

-Hola, Sasuke-kun- Escuchó el saludo de la madre de Naruto, mientras entraba y se sentaba junto a él. La sonrisa en el rostro de la mujer desapareció y en su lugar un suspiro que ocultaba una gran cantidad de ira ocupó el interior de la tienda. – ¡Ese estúpido de Danzo, ttebane!, no te preocupes Sasuke-kun todos aquí se van a asegurar de que ese imbécil jamás te lastime. Sé que a ti puede parecerte misericordioso perdonarle la vida, pero él tendrá que vivir sin el prestigio y respeto de la tribu que ama, sabiendo que trató de matar a su propio nieto, sabiendo que lo tuvo todo y que ahora no tiene nada. ¿No te parece un castigo perfecto?- La mujer sonrió muy complacida y él solo pudo desviar la mirada.

Fue entonces que una mano apareció en su mejilla, acariciándola como si él tuviera algún valor, como si mereciera ser tratado con amabilidad.

-¿Qué sucede Sasuke-kun?, ¿te sientes mal?- No, él estaba sucio. Kushina no debía tocarlo porque entonces la ensuciaría. Apartó con amabilidad la mano en su mejilla.

-Estoy bien- La mujer lucía confundida, pero luego sonrió con traviesa diversión.

-Paso algo interesante con Naruto-

Te Amo.

Iba a decir que no, “¡No!”, gritaría a los cuatro vientos, pero en su lugar solo se sonrojo.

-Sasuke-kun- Lo llamó con cariño y una amorosa sonrisa. Como si realmente lo apreciara y no es que él hubiera hecho algo para merecer tal aprecio. La pelirroja solo parecía apreciarlo por ser… él. No supo en qué momento se le acercó tanto como para unir sus frentes – ¿Sabes?, Naruto no necesita a nadie que no seas tú-

Realmente estás bien.

Ahora tú, me perteneces.

Eres importante para mí.

Creo que ya estás listo para tener a mis hijos.

Te Amo.

-Yo…- él estaba roto, y su cuerpo le había pertenecido a otro y…

…Sasuke, así eres perfecto y así decidí que Te Amo.

La mujer comenzó a reír bajito.

-Ahora tu rostro está del color de mi cabello-

La mamá de Naruto era extraña, porque decía cosas sobre Naruto y Sasuke con toda seguridad, porque no dudaba que ellos estarían juntos, pero ella no entendía.

Sasuke no… Naruto merecía a alguien mucho mejor. El rubio solo estaba confundido, había confundido la curiosidad que Sasuke despertaba en él al ser alguna especie de misterio con… con Amor.

Sasuke tienes que volver. Escuchó la suave y cálida voz de Naruto llamándolo, apartando el miedo y la oscuridad. Sasuke abre los ojos, por favor… por mí. Te necesito. Naruto lo llamó aquella vez y Sasuke se sintió especial, valorado. Como si realmente fuera necesario. Por favor… despierta. Le suplicaron, con la voz de alguien que no parecía querer seguir si Sasuke no seguía.

Así de importante… así de importante…

Te Amo.

Naruto se llenó de valor y se lo dijo, aunque le temblaban las manos y su rostro parecía un cielo al atardecer con tonalidades entre rojas y anaranjadas.

Y él de verdad, de verdad quería decirle al otro que lo amaba y quedarse a su lado por el resto de su vida.

Naruto entró a su tienda sin pedir permiso y como si se tratara de la suya y él Apartó la mirada del rubio.

-Sasuke- Lo llamó Naruto con un entusiasmo fingido.

¿Es mi culpa?

No te des tanta importancia.

-Voy… a hacer un viaje de algunos días con mi padre y otros miembros de la tribu- Se giró a verlo y en ese rostro, siempre luminoso y cálido, ahora había una sonrisa forzada e incómoda. –Sasuke yo… volveré pronto, por eso…- Todo el valor que pareció lograr pareció desaparecer justo como esa mirada fija en su persona. –Bueno, me-me voy-

No.

No.

¡NO!

Logró detener al otro tomándolo del hombro, logrando así un poco de equilibrio para sí mismo.

¿Cuándo fue que se puso de pie y salió de la tienda?

Naruto se giró a mirarlo sorprendido, sonriendo sin una pizca de que estuviera forzándose a sí mismo.

-Si la abuela te ve de pie se va a enojar y va a comenzar a gritar y golpear personas- Dijo en son de broma, aunque bien sabían ambos que eso era una posibilidad muy posible.

Naruto bajó la cabeza, para luego rodear su muñeca con una mano, colocando una buena cantidad de fuerza.

-Sasuke…no…- Naruto pareció exasperarse con él mismo. –No me voy a tardar mucho así que… por favor espérame… por favor…-

No desaparezcas. Le pareció que susurraron los ojos de Naruto, cuando los conectó momentáneamente con los oscuros de Sasuke.

No le estaban exigiendo que se quedara y era el momento perfecto para alejarse. Justo cuando Naruto ya no estuviera, podría regresar a su vida, olvidaría esto y Naruto tendría una buena vida, encontraría a alguien que fuera perfecto para él y sería feliz…

-Lo prometo- Exclamó y Naruto lo vio con ojos sorprendidos y boca ridículamente abierta. –Te esperaré- Naruto comenzó a sonreír, pero terminó ocultando la sonrisa tras un ceño infantilmente fruncido.

-Más te vale estar aquí cuando vuelva bastardo, es una promesa- y le sonrieron radiantemente justo antes de dar media vuelta.

La marca de  la mano de Naruto en su muñeca lo acompañó todo el día.

Dónde estarían esos tres idiotas, esperaba que estuvieran bien. Tenían que estar bien… Obviamente estaban bien.

-Hey- Escuchó el saludó a sus espaldas. Esa era la voz de Kiba.

-Hey- Decidió contestar y el hombre se sentó a su lado.

-¿Cómo está tu pierna?-  Observó a la susodicha y se encogió de hombros.

-Cómo está tu…- Mala formulación. -¿Cómo estás tú?- El doncel junto a él se dejó caer son suavidad hacia atrás recostándose y pudiendo apreciar las nubes.

-Estoy cansado todo el tiempo, pero al menos Tsunade-sama  me dio uno de sus brebajes raros, así que ya no vomito cada vez que como- Asintió demostrando que lo había escuchado y el castaño no parecía haber esperado otra respuesta. El trotar de alguien comenzó a escucharse bastante cerca y finalmente el lobo amigo de Kiba apareció entre los árboles cercanos. -¡Akamaru!- Exclamó sentándose de nuevo. El lobo blanco gruñó un poco hacia su persona y él rodo los ojos para observar como finalmente se dejaba caer colocando su cabeza en el regazo de su amigo humano, notando como olisqueaba un poco el vientre de Kiba para comenzar a lamerlo, como si lo acariciara. Kiba soltó unas cuantas carcajadas.

-¡Akamaru, me haces cosquillas!-

-Él sabe- Exclamó notando como finalmente el lobo se tranquilizaba y dejaba a su cabeza ser acariciada.

-Creo que Akamaru lo supo primero que nadie-

Sasuke dejó a su cuerpo recostarse sobre el pasto. Nunca se había permitido antes tal grado de confianza al estar en un lugar, con alguien más. Estando en la tribu Uzumaki había aprendido a bajar la guardia, no por distracción como le paso algunas veces en el pasado, sino porque sinceramente quería bajarla.

-Debes extrañar mucho a Naruto-

Te Amo.

No, su rostro no se había sonrojado. El jodido Kiba soltó una escandalosa carcajada.

-Tú extrañas tanto a Shino que hasta prefieres estar conmigo a estar solo- Una muy pequeña sonrisa terminó en el rostro del otro.

-Es cierto- Murmuró.

Mierda, estúpido él, había olvidado que un doncel embarazado era un doncel sentimental.

Pero por toda respuesta el castaño se dejó caer de nuevo de espaldas soltando un curioso ruido de resignación.

-Enamorarse es difícil, ¿cierto?-

Él no… ¿Kiba sabía?

El sujeto sonrió burlón.

-No luzcas como si fuera un secreto que estás enamorado de Naruto o como si fuera un secreto que Naruto está enamorado de ti-

Te Amo.

Se dedicó a mirar al lado contrario de donde estaba su acompañante.

-¿Te enojaste?- Preguntó Kiba muy cerca de su persona. ¿Cuándo llegó ahí? Kiba creo de nuevo la distancia entre ellos y agregó. -Casi siento envidia de Iruka-san-

-¿Por  qué?-

-Bueno, le permitieron a Kakashi-san quedarse-

-¿Eso por qué?-

-Pues porque el nacimiento del bebé de Iruka-san y Kakashi-san puede ser en cualquier momento y Minato-sama jamás  se atrevería a alejarlos en un momento tan importante, incluso si al final resulta que el nacimiento no ha ocurrido para cuando ellos regresen, Minato-sama jamás se arrepentiría de la decisión tomada-

-Mhm- Toda aquella explicación sonaba justo como el papá de Naruto.

Cualquier vestigio de tranquilidad que había entre ellos desapareció cuando Akamaru se puso de pie adquiriendo una pose amenazante, igualmente Kiba tomó una posición de defensa y él se puso de pie, listo para luchar.

-Algo se acerca-

Y en una dramática entrada, un hombre de cabello azulado apareció brincando desde lo alto de un árbol con una lanza en mano, dispuesto a atravesar al castaño. Seguramente no contaba con la piedra golpeándole la cabeza y haciendo que perdiera el equilibrio, haciéndolo caer patética y aparatosamente de cara.

-¿Qué…?- Trató de exclamar Kiba confundido para girarse a ver al Uchiha encontrándolo aún en la posición que adquirió al lanzar aquella piedra.

-¿Qué se suponía que hacías?- Cuestionó Sasuke y Suigetsu se puso de pie de inmediato.

-Maldito Sasuke infeliz, ¿Por qué me….? ¿Qué le pasó a tu pierna?- Preguntó con toda tranquilidad, Kiba estaba confundido, para colmo una mujer de cabello rojo apareció de la nada para darle una tremenda patada al sujeto de dientes afilados.

-¡Idiota!, Por qué corres así como as… ¡Ah!, ¡Sasuke-kun!- Y así Karin se perdió en su visualización del pelinegro. –Sasuke-kun~, ¿Dónde estabas?, estábamos tan preocupa… ¡Aaaahh!, ¿¡Qué le paso a tu pierna!?-

-Me dejaron atrás, por un momento creí que los había perdido. Sasuke…- Un hombre alto de cabello naranja y pequeña sonrisa apareció esta vez. –Te hemos estado buscando. ¿Qué le pasó a tu pierna?-

-¿Perdiste una batalla Sasuke?, ¿perdiste?- Risa escandalosa por parte de Suigetsu. –De verdad perdist-¡eh!- Una nueva patada fue dirigida a su persona, dejándolo en el suelo, para comenzar a ser estrujado por la misma mujer que lo había pateado.

-¿¡Cómo te atreves a decir que Sasuke-kun perdió!? Obviamente Sasuke-kun jamás perdería. ¡Idiota, idiota!- Aquellos gritos eran acompañados de una ligera risilla de Juugo al notar que su cabeza comenzaba a ser ocupada por unos cuantos pajarillos.

-Ellos… ¿son tus amigos?- Cuestionó Kiba con una sonrisa nerviosa mientras Akamaru no parecía poder decidirse entre atacar o solo seguir observándolos. –Tiene cinco pájaros en la cabeza Sasuke… y creo que ella ya mato a ese…- Le susurró muy cerca del oído. El pelinegro solo suspiró.

-Si no se controlan, los mato a todos- Karin dejó a Suigetsu, quien se puso de pie de inmediato y extrañamente Juugo se paró completamente derecho dejando de tratar de hablar con Akamaru. Kiba tragó en seco sintiendo como un escalofrío lo recorría, pues esa frase no parecían palabras vacías. El ambiente que se había formado desapareció cuando tres estómagos hambrientos hicieron su exigencia de comida.

Kiba se permitió reír a carcajadas.

-¿Tienen hambre?- Cuestionó, a pesar de que no esperaba respuesta.

Suigetsu era un desastre para comer, al menos Juugo trataba de controlarse y Karin… Karin perdía puntos porque no dejaba de gritarle a Suigetsu con cada nueva mordida que daba a su alimento.

-Así que…- Comenzó el peliazul limpiándose los labios con el dorso de la mano. –Sasuke salvó a un mocoso llamado Kenta- Estúpido Kiba que no sabía mantener la boca cerrada. – ¿Ahora eres un héroe?- Risa escandalosa seguida de un golpe por parte de la única mujer presente.

-¡Claro que Sasuke-kun es un héroe, imbécil!, siempre lo ha sido, ¿cierto Sasuke-kun?- Era sorprendente la capacidad que tenía la mujer de cambiar el tono de su voz desde uno asesino a uno dulce y tierno.

Fue entonces que la madre de Naruto apareció.

-¡Creí que llegarían hasta mañana!- Dijo entusiasta y sonriente. Karin dejó de gritar, Suigetsu dejó de masticar sobresaliendo aún más sus mejillas llenas pareciendo una ardilla (grotesca y vergonzosa), Juugo miró en todas direcciones pareciendo un poco perdido.

Sasuke quiso cuestionar si lo había visto en alguna de sus visiones, pero decidió que no era realmente necesario.

-Los amigos de Sasuke-kun siempre serán bienvenidos- Exclamó la mujer sonriendo de forma aún más brillante. –Coman y descansen, prepararé tiendas para que puedan dormir esta noche…-

-Pero…-

-No…-

-Es que…-

Ninguno pudo realmente terminar de hablar para cuando la pelirroja continúo.

-Obligaré a Kakashi a que me ayude- Dijo riendo como solo una hermana que va a abusar de su hermano puede hacerlo. Justo cuando estaba girándose para irse regresó sobre sus pasos dando una ligera caricia al cabello de Sasuke.

-El viaje de aquellos atolondrados se ha alargado, pero estoy segura de que ellos están bien- El pelinegro asintió. La mujer se vio complacida con la respuesta y finalmente se alejó.

Kiba fue capaz de leer que el ambiente había cambiado de aparatoso y cuya única necesidad era burlarse de Sasuke y comer, a uno serio.

-Yo… los dejaré solos- Exclamó para ponerse de pie y comenzar a alejarse.

-Bueno ya que terminamos de comer, es hora de irnos, ¿no?- Expuso Suigetsu.

-Pero la pierna de Sasuke…- Apuró Juugo.

-Puedes cargarlo- Interrumpió el peliazul.

-No puedo irme. Hice una promesa-

-Una promesa… que hay de nuestra promesa. Nuestra tribu- Pero por toda respuesta, solo siguió siendo observado por la mirada seria del pelinegro. -¿Qué?, ¿Estás jugando a la tribu con ellos?-

-Suigetsu…- Trató de acallarlo Karin.

-A estas personas no les interesas realmente, no eres como ellos, no somos como ellos-

-Lo sé. Pero hice una promesa y voy a cumplirla- Suigetsu sonrió de medio lado de forma cínica.

-Como quieras- Exclamó y se dejó caer en el sitio en que se encontraba sentado.

-Sasuke-kun…- Llamó la mujer suavemente. –Tú…. Planeabas volver con nosotros, ¿verdad?- Karin lo miró con seriedad, Suigetsu fingió no estar interesado y Juugo dejo de centrarse en los pajarillos en su cabeza.

-Sí- Y eso fue suficiente para que Karin sonriera al igual que Juugo.

-Siento que la gente nos observa, ¿podríamos ir a un lugar menos observado?- Agregó Suigetsu luego de un rato de silencio, poniéndose de pie y siendo imitado por los otros dos.

-¿Necesitas ayuda Sasuke?- Quiso saber Juugo y él aceptó usarlo como soporte. – ¿Necesitas que te car…?-

-No- Dijo de inmediato, aun cuando el pelinaranja no había terminado de hablar.

-¿Cómo se llama esta tribu?-

-Uzumaki-

-¿Son fuertes?, ¿no puedo matar a nadie?-

-No-

-¿Por qué no?, solo unos 7-

-No-

-¿5?- Y entonces lo sintió, era una combinación de terror y una tristeza que no lo dejaba respirar.

-¿¡Sasuke-kun!?-

-¡Sasuke!-

Cayó de rodillas sin fuerzas, ignorando el desagradable dolor proveniente de su pierna. Sus manos terminaron enredándose a la altura de sus orejas. Había perdido la capacidad hasta para parpadear.

-No- Susurro.

-¿Quién es una nena linda?- Cuestionó Kushina haciendo a Eiko reír, Iruka igualmente no podía no sonreír ante la diversión de su pequeña. Kenta se encontraba jugando con Mirai y Kakashi recién regresaba de la tarea que su hermana le había encomendado.

-Me pediste ayuda, no se suponía que lo hiciera todo yo solo-

-No seas quejoso, Kakashi- El hombre se dejó caer junto a su pareja, molesto. -Primero tratas de robarte a mi princesa y luego quieres apoderarte de mi tienda y mi pareja y ahora me haces tu esclavo-

-Kakashi- Llamó con voz dulce. –Siempre has sido mi esclavo-

-Has puesto a mi niña y a mi Iruka en mi contra- Exclamó dramáticamente al verlos reír.

-Eres tan dramático- Agregó Iruka y Kakashi finalmente logró notar como el hombre no dejaba de removerse incomodo en su sitio, lo hacía de forma casi imperceptible, pero para Kakashi era fácil notarlo.

-¿Estás bien?- Siempre llegaban a este punto en el que Kakashi hacia la misma pregunta al menos 50 veces al día. Iruka suspiró dejando de moverse.

-Sí, es solo que ya llegue a ese momento en que no importa cómo me coloque, siempre es incómodo- Kakashi tomó la mano de su pareja y dio ligeros apretones.

-Desearía poder hacer algo para hacerte sentir mejor-

-Estás aquí- Contestó el moreno de inmediato, sonriente y regresando el apretón en su mano.

-¡Ustedes son tan lindos!- Exclamó la mujer comenzando a reír avergonzando a los presentes, mientras Eiko comenzaba a aplaudir feliz. Pero todo el tranquilo ambiente acabo cuando Kushina pareció haber sido golpeada en el abdomen, sacando todo el aire de golpe.

-No- Susurro.

-¿Kushina?- Cuestionaron Kakashi e Iruka.

-No, no, no-

.

.

.

-¡Minato!-

Notas finales:

Me disculpo por la tardanza. La inspiración me abandonó y ayer me distraje con los Oscars... Lo siento.

¡Gracias por leer!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).