Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

No es una épica historia de amor por Eza-chan

[Reviews - 42]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Naruto no es de mi propiedad...

la verdad no me importa si no havía rinocerontes en ese tiempo... es mi historia y si yo quiero que haya... pues hay.

Sasuke saludo a algunas personas de su tribu que se le acercaron con una sonrisa en el rostro. Sabía que simplemente querían ganar puntos con su padre por ser amigos de su hijo.

Si tan solo supieran que eso no les ayudaría en nada, tal vez debería decirles que lo intentaran con su hermano, eso posiblemente sería más útil.

Siguió caminando hasta llegar a su tienda, no les diría nada, esos interesados no merecían hablar con Itachi.

Ya en su tienda se recostó pensativo y molesto. Él que iba al lago para escapar de su Padre y ahora un rubio pervertido estaba ocupando su lugar especial. Ese tipo prácticamente lo había violado con la mirada. Aunque tenía que admitir que el color de sus ojos era increíble al igual que el de su cabello, su cuerpo estaba muy bien trabajado tenía que agregar, aunque seguramente eran de la misma estatura.

“Era algo… guapo…”

Se sentó de golpe.

“Pero que cosas estoy pensando, un pervertido no merece ser llamado guapo”. Bufo molesto.

-Cariño-  lo sorprendió su madre entrando a la tienda y sentándose a su lado. La mujer le sonrió cálidamente aunque pudo ver preocupación en esa mirada. -¿Fuiste al lago de nuevo?- Sasuke asintió, simplemente no podía mentirle a su madre. –Tu padre te ha estado buscando-

¿Y ahora para que lo quería?, seguramente para hacerlo menos nuevamente.

-Sasuke- su madre lo llamo con ternura. – Siempre recuerda que tu padre te ama- Cada día se le hacía más difícil creer eso.

Mikoto le acarició el cabello a su hijo menor. La angustiaba que el hombre que amaba y su pequeño no pudieran entenderse.

Sabía que todas las cosas que Fugaku le prohibía a Sasuke hacer, era porque no quería que nada malo le pasara. Mikoto podía ver que su esposo trataba a su hijo menor de esa manera porque quería protegerlo.

Pero Sasuke no podía ver eso, la única conclusión a la que él podía llegar, era a que su padre lo consideraba un inútil.

Fugaku entro a la tienda abruptamente. Sorprendiendo a Sasuke, no así a Mikoto.

-¿Dónde estabas?- la preocupación fue visible para la mujer, pero su hijo era imposible que la viera.

-Fui al lago- al mal paso darle prisa.

-Te he dicho que no lo hagas, sería un peligro si la tribu Uzumaki te reconoce…-

-¿Reconocerme?, no creo que pudieran relacionarme contigo- Fugaku lo observo iracundo. –No me dejas cazar o entrenar, ¿ahora ni siquiera me dejaras ir al lago? – la frialdad en la cara de su padre lo asusto.

-A partir de mañana harás canastas-

-¿Canastas?, pero eso es lo que hacen las mujeres-

-Exacto, aunque tú no eres una mujer- bueno al menos su padre no… -Ni un hombre- y el señor salió sin decir nada más.

Sasuke ya sabía que para su padre no valía nada, pero eso había dolido.

-Cariño- su madre se le acerco y lo abrazo, el ojinegro se habría negado en otro momento, pero justo ahora necesitaba esa muestra de afecto, vaya que sí.

 

=(

 

Y allí se encontraba el segundo hijo del líder del clan Uchiha, aún en contra de las órdenes recibidas, sentado junto al lago localizado entre las tribus en guerra. Dirigió la vista a su lado y reconoció ese material que usaban para hacer canastas.

No iba a hacerlo, claro que no, pero… tomo el material y comenzó a trenzarlo como le habían enseñado. Escuchó unos pasos bastante cerca y se tenso, giro su cabeza con rapidez y encontró a ese rubio pervertido del día anterior. Frunció el ceño irritado, pensó en irse, pero él lo había hecho la última vez, así que decidió ignorarlo y volver a lo suyo.

Sintió como el otro se acercaba.

-Que poco varonil-

… tú no eres una mujer… ni un hombre…

-Deja de molestarme imbécil- le dedico una mirada de odio. El otro le regreso la mirada molesto. - Alguien como tú no podría entender, no importa si lo que haces es el trabajo de un hombre o de una mujer, mientras pueda ser útil para tu tribu eso sale sobrando- La verdad es que eso se lo había dicho Itachi después de que llegara de la cacería y su madre le contara todo lo ocurrido. Pero ese tipo no tenía porque saberlo.

Naruto quedó realmente sorprendido con esa respuesta.

Sasuke sonrió prepotente y divertidamente al ver la cara de idiota del otro.

-Tonto-

-Yo no soy ningún tonto bastardo, ttebayo-

-Es cierto- Naruto se confundió. –Eres un pervertido o tal vez un  tonto pervertido, siempre puedes ser ambas-

-¡QUÉ NO SOY UN PERVERTIDO, TTEBAYO!- grito furioso, pero más que asustarse, al pelinegro, el ojiazul, le pareció gracioso.

-Hmn-

-No me ignores, mierda- sin darse cuenta, Sasuke dejo de lado sus problemas con su padre, tanto que, ni siquiera cuando regresó a la tribu se sintió deprimido, sólo podía pensar en lo fácil (y divertido) que era hacer enojar a ese rubio, del cual, aún ni sabía el nombre, pero ¿qué importaba?

=/

 

Naruto se dirigía al lago nuevamente.

“Pero quién se cree ese bastardo, ya verá”

Ese pelinegro lo sacaba de sus casillas, aunque tenía que admitir que era entretenido estar con él.

Cuando lo vio sentado junto al lago haciendo esa canasta, le pareció tan… solo… que no pudo evitar acercarse, pensó en preguntarle si le pasaba algo malo, pero preguntarle algo así a un desconocido sería extraño, concluyó que lo mejor era irse, y entonces esas palabras salieron de su boca, simplemente no pudo alejarse.

Pero ese maldito lo llamó no sólo tonto si no que le volvió a llamar pervertido.

Estaba muy, muy cabreado.

Golpeo con el puño, sin voltear a ver, lo que creyó era un árbol. Desgraciadamente escuchó un bufido, volteo lentamente encontrando un rinoceronte.

-Oh, oh- dejo de respirar. –Hola lindo rinocerontito- el animal soltó un sonido gutural y comenzó a perseguirlo, Naruto huyó con todo lo que tenía. – ¡Aaaaahhh!-

=E

 

Sasuke se encontraba observando su nueva creación, las mujeres le habían dicho que para ser la primera vez que hacía una canasta, le había salido muy bien, además de que la hizo bastante rápido.

-Cada vez duraras menos- le dijo una mujer mayor sonriendo.

Se sentía tan feliz que no podía dejar de sonreír al verla. Luego se dio cuenta de que estaba actuando muy estúpidamente. Alejo la canasta molesto y se cruzó de brazos dirigiendo su mirada al agua. Se confundió al comenzar a ver el brusco movimiento de esta, algo se acercaba.

Se puso de pie a toda velocidad, pero no supo qué hacer. Debía correr o quedarse quieto o… en ese momento el rubio llego a su campo de visión.

-¿¡Q…!?- no pudo ni terminar cuando fue tomado en brazos para que posteriormente el rubio saltara hasta la rama de un gran árbol.

El ojiazul lo bajo de sus brazos y lo hizo que pegará su espalda al tronco mientras él recargaba sus manos a los lados del pelinegro. Sasuke no pudo evitar sonrojarse con la cercanía.

“Él realmente es muy guap… ¡NO!”

-Shhh- le advirtió que no hiciera ruido y lo saco de su pelea mental. El Uchiha recordó la situación en la que se encontraba y no supo ni qué rayos estaba pasando. Luego fue capaz de ver a un enorme rinoceronte corriendo completamente molesto.

El animal se detuvo junto al árbol. Pudo sentir como el ojiazul pegaba sus cuerpos un poco más. El rinoceronte golpeo con fuerza el árbol donde se encontraban, Sasuke no dudo que habría caído de no ser por qué el otro estaba ahí.

Un nuevo golpe del animal hizo que el árbol tambaleara, y así los golpes sin descanso comenzaron.

“Tal vez debería ir a detener a ese animal” era lo que pensaba el de blanca piel.

Naruto busco con la mirada algo que lo pudiera ayudar. Vio una pequeña rama.

-Siéntate- dijo sacando al ojinegro de sus pensamientos.

-¿Eh?-

-Que te sientes- Sasuke iba a negarse pero esa mirada de determinación del otro hizo que simplemente realizara lo que le habían pedido.

Naruto de un brinco tomo la rama y se dejo caer hacía la cabeza del rinoceronte dándole un golpe certero al animal, logrando que con la fuerza de gravedad, el daño recibido fuera mayor.

La enorme bestia solo se dejo caer inconsciente. El rubio sabía que cuando el animal despertará iría a perseguirlo nuevamente, esa era su naturaleza, pondría en peligro a muchas personas… así que sin pensarlo más le encajo la rama en la cabeza al animal, matándolo. La sangre comenzó a fluir igual que la culpa por el cuerpo del ojiazul.

-Lo siento rino, pero no podía dejar que nos matarás-

Supo que el pelinegro había bajado hábilmente del árbol y ahora se encontraba detrás de él, no sabía si había escuchado lo que dijo, volteo a verlo con la seriedad reflejada en sus cielos.

-Lo siento- dijo al fin. –Fue mi culpa- Sasuke estaba confundido.

-¿De qué hablas?-

-Ya sabía que el rinoceronte me perseguiría, pero cuando decidí huir, mis pies automáticamente se movieron hacía este lugar-

El ojinegro lo observo sin ninguna expresión, luego le dio un fuerte golpe en la cabeza.

-¡Ah!, ¡bastardo!- hablo sobándose la cabeza.

-¡Casi me matan por tu culpa!- de repente toda la atención que tenía el pelinegro en su persona, se desvió a algo detrás de él.

-¿Qué estás viendo?- volteo con molestia no encontrando nada, aunque siguió buscando. -¿¡Qué estás viendo!?- y al fin lo encontró ahí en el suelo, eso que alguna vez, seguramente, fue una canasta. -¿Eh?- regreso su mirada a ese del que aún no sabía él nombre y sonrió avergonzado. –eh…- y unas manos se aferraron a su cuello.

-No puedo creerlo, ¡Todo esto es tu culpa!- ese rubio no tenía idea de cuánto había trabajado en esa estúpida canasta. Estaba muy molesto.

Naruto logro alejar a Sasuke de su persona pero el moreno regresó a su ataque, puños y patadas se estrellaban en los cuerpos de ambos, terminaron cayendo al fresco pasto, pero esta vez Naruto no tuvo tiempo de apreciar la agradable sensación; rodaron durante un rato más. Hasta que una voz los interrumpió.

-¡Naruto!- ambos voltearon, encontrándose con una hermosa mujer de larga cabellera pelirroja. -¿¡Qué demonios haces, ttebayo!?- la respuesta era más que obvia. -¿¡Por qué estas encima de ese chico!?- y entonces el rubio lo comprendió. Estaba encima del cuerpo del pelinegro, deteniendo sus manos ambos sudorosos, sonrojados por el esfuerzo y con la  respiración agitada.

-Mamá, no es lo que parece- dijo soltando las manos del otro.

Sasuke, aprovechando la distracción, le dio una buena patada en sus bajos, Naruto cayó de lado quejándose. Fue su oportunidad de escapar.

Kushina se acerco a su adolorido hijo.

-¿¡Qué rayos fue todo eso, ttebayo!? Naruto no puedo creer que intentaras abusar de un doncel-

-¿De qué hablas mamá? No era nada de eso, además ese tipo no es un doncel-

-¿Qué dices?, claro que ese chico es un doncel, pero explícame qué demonios estaba pasando, ¿¡Y POR QUÉ DEMONIOS HAY UN CADAVER DE RINOCERONTE DETRÁS DE TI!?-

De regreso en la tribu Uzumaki y después de que Naruto le contará todo lo que había pasado realmente, Kushina ya estaba más tranquila.

-Pobre doncel, destruiste su canasta, debe estar llorando en estos momentos-

-Mamá ya te dije que ese bastardo no es un doncel, además es imposible que el lloré, es un tipo sin corazón y yo no destruí nada, fue el rinoceronte- el ojiazul estaba muy molesto, su pelirroja madre se había puesto en su contra.

-¿Y quién es el culpable de que el rinoceronte llegará ahí?- Naruto hizo un puchero molesto fijando su mirada en la dirección contraria a donde se encontraba su madre. –Tienes que recompensarlo-

-¿Qué?- dijo aún más molesto.

-Tendrás que hacer una canasta para él-

-¡Estás loca!- Kushina le dio un fuerte puñetazo en la cabeza.

-¡Haz lo que te digo, ttebayo!- dijo la mujer realmente enojada. Naruto solo se sobaba el golpe. –En nuestra tribu  hombres, mujeres y donceles, son tratados por igual, pero hay tribus en que los donceles no valen nada, ¿qué tal si ese chico es así, o si se mete en problemas por los golpes que le diste?... tienes que recompensarlo Amor, ¿de acuerdo?- era más fácil negarse cuando su madre le gritaba, pero cuando le hablaba así… eso ni siquiera era una posibilidad.

-bien, haré una tonta canasta-

=P

 

Sasuke llegó al lugar donde se encontraba la tribu realmente irritado, diciendo cosas por lo bajo. Las personas lo observaban curiosas y sorprendidas al verlo pasar.

-Tonto hermano menor ¿dónde esta… bas…?- Itachi lo miraba con los ojos bien abiertos. –Sasuke, ¿qué te paso?- el mayor estaba muy preocupado, ya quería saber a quién tenía que matar por haber dejado aquellos moretones en la cara de su hermanito.

-¿Eh?-

-Tu cara está llena de marcas-

“¡Ese estúpido!”

-No paso nada- Itachi puso en práctica la mirada de No-te-creo-nada-tonto-hermano-menor.

-No me veas así- volteo hacia otra dirección, sintió como era rodeado por los brazos de su hermano.

-Es un alivio que Padre no se encuentre, se habría preocupado mucho- Sasuke se alejó molesto.

-¿Él preocupado?, eso no es posible-

-Sasuke…- el de cabello largo suspiró resignado. –Esperemos que cuando regrese las marcas hayan desaparecido- El menor ya no agrego nada.

Ambos comenzaron a caminar hacía la tienda donde dormía Sasuke.

-y… ¿a dónde fue?- Itachi sabía de quién hablaba, Fugaku.

-Fue a tratar de hacer alianzas con otras tribus, para evitar que se unan a los Uzumaki-

-¿Por qué no fuiste con él?, es extraño que no te llevará-

-Me dijo que tenía que quedarme a cuidar de ustedes- Sasuke no dijo nada más pues su atención se vio atraída por unas mujeres haciendo canastas. Y recordó su molestia.

“¡Ese maldito idiota!”

T_T

 

Durante una semana no se había aparecido por el lago, y es que se lo había prometido tanto a su hermano como a su madre, gracias al cielo ambos habían comprendido y no lo habían obligado a que les contara que había pasado en realidad.

Estaba muriendo de aburrimiento. Ya había hecho 10 canastas, había mejorado bastante, pero ya se había cansado y entonces, justo ese día, llego su padre.

Un fuerte golpe en la mejilla fue lo que Sasuke recibió de su progenitor, fue tanta la fuerza que no pudo mantener el equilibrio.

-¡Fugaku!- semi-gritó Kushina preocupada.

El hombre estaba realmente molesto, no sabía que había pasado, sólo sabía que su hijo menor tenía marcas de golpes en la cara que ya pronto se desvanecerían.

Pero toda su molestia se debía a que no podía transmitirle a su hijo su sentir. El quería protegerlo de todo y todos por ser uno de esos pocos seres únicos y sabía que si alguien de fuera lo descubría, podría aprovecharse de ello, pero simplemente Sasuke no lo entendía.

El menor se levanto y corrió, huyendo de la furia de su Padre.

Ya no sabía qué hacer, cómo actuar, ¿cómo podía lograr que su padre se sintiera orgulloso de él?

 Miro a su alrededor y apenas entonces se dio cuenta que se encontraba a la orilla del lago de rodillas.

-Al fin viniste- escucho una voz alegre. Volteo y se encontró con ese rubio que había decidido era la causa de todos sus problemas. Lo miro con odio y el otro se quedo paralizado en su sitio. Luego pareció percatarse del golpe en su mejilla. -¿¡Qué le paso a tu cara!?-

-¿Te importa?- preguntó casi escupiendo las palabras.

-Sí- no pudo evitar que eso lo sorprendiera y por alguna razón comenzó a sentirse… feliz. –Sólo yo puedo golpearte- y todo se fue a la mierda.

-¡Eres un estúpido!- pero todo eso hizo que se relajara, al parecer ese ojiazul siempre lograba eso en él. Una chueca canasta cayó cerca de su cuerpo.

-He estado viniendo toda la semana… para… dis-disculparme- entendió que le estaba costando decir eso. –Incluso la hice para ti… pero no venías y pensé en ir a buscarte, pero me di cuenta de que no sé dónde vives, ni siquiera sé tu nombre-

El moreno observo la canasta.

-Esta horrible- dijo al fin.

-Ya sé maldición, no soy bueno en eso deja de molestar- al menos lo aceptaba, tenía un punto a favor. -¿Estás bien?- se aventuro el rubio a preguntar al no escuchar ninguna palabra del otro.

-Sasuke-

-¿Qué?-

-Me llamo Sasuke- el otro lo miro sorprendido para luego sentarse a su lado sonriendo.

-Yo soy Naruto- el pelinegro le sonrió también, aunque más discretamente.

Y por primera vez Sasuke creyó que el otro no era tan malo.

=)

 

No estaba muy seguro de que era lo que el ojiazul quería hacer, pero con esa lanza y moviéndose entre las aguas del lago, algo le decía que estaba tratando de pescar.

-Así no vas a conseguir ningún pez- soltó con aparente desinterés, obteniendo la reacción que esperaba.

-Tú que sabes, bastardo- mirada asesina incluida.

-Pues parece que más que tú, estúpido- Naruto lo asesino nuevamente para volver a lo suyo.

El pelinegro fue capaz de ver como el otro daba un fuerte ataque con su lanza hacía dentro del agua. Tenía que admitir que él otro tenía bastante fuerza y habilidad, no dudaba que era bueno cazando… no, tal vez sólo era uno más del montón (Sasuke intentando hacer menos al rubio), pero eso no le ayudaría a atrapar a los peces de ese lago.

Como supuso, Naruto sacó su lanza sin ningún pez en ella.

-Maldición ttebayo- lo escucho susurrar, decidió levantarse del cómodo lugar junto al árbol dónde se encontraba para mostrarle a ese tonto lo que era realmente pescar.

El ojinegro se adentro en el agua con todo y ropa, en un punto alejado del Uzumaki.

Naruto sólo podía ver la cabeza y hombros del moreno, el resto de su cuerpo se encontraba zambullido. No paso ni un minuto cuando el “bastardo” levanto sus brazos sacándolos del agua, pudiéndose apreciar dos pescados de buen tamaño, uno en cada mano.

El ojiazul volteo la mirada molesto. Ese tipo no podía ser mejor que él, no podía, no po…

Sus pensamientos de superación personal y autoayuda se vieron interrumpidos por un pescadazo en la cabeza. Regreso su mirada a su atacante, se sentía iracundo.

-¿¡Qué te pasa, bastardo!?- el enojo se reflejaba en cada silaba.

-Es un regalo, para que puedas llevar algo a tu tribu- sonrisa arrogante y prepotente incluida.

-¿¡Quién dice que no llevo nada a mi tribu, maldito!?- la faz del otro no cambio ni un poco. La ardillita que se encargaba de que el cerebro de Naruto funcionara estaba tan molesta que se puso a trabajar logrando que su dueño tuviera una idea para contraatacar con algo más que “bastardo”. –El que no tiene nada que llevar a su tribu eres tú, ttebayo, siempre estás aquí perdiendo el tiempo, no debes saber ni cazar-

Naruto debió haber sabido que estaba en peligro al herir el orgullo Uchiha.

-¡Claro que sé hacerlo imbécil!- y no mentía, sólo que su padre no se lo permitía.

-Sí- dijo con tono sarcástico. –Y por eso no hiciste nada contra un indefenso rinoceronte-

-¡Ese animal casi nos mata!... y no hice nada por qué tú…- se exaspero, no tenía por qué darle explicaciones a ese tipo. -¿¡De quién fue la culpa de que nos atacara en primer lugar!?- completamente acorralado.

-¡¡¡No estamos hablando de eso, ttebayo, y…!!!-

-Exacto no estábamos- fue brutalmente interrumpido. –Estábamos hablando de tu incompetencia para pescar, ¿sabes por qué nunca podrás pescar nada?- No espero respuesta. -Porque tus niveles de estupidez sobrepasan por mucho los de alguien de estupidez normal y los peces temen que se las pegues y se alejan… ¡DE TI!- concluyó para luego dar la vuelta y comenzar a alejarse dignamente.

-¡BASTARDO!... ¿¡Por qué tu siempre tienes las salidas dramáticas!?- y se fue con pasos molestos hacia el lado contrario.

=D

-Por cierto…-

-¿Ah?-

-¿Quién era la mujer pelirroja de la otra vez?-

-Oh, esa era mi madre, Kushina- Sasuke lo observo sin ninguna expresión.

-Pobre mujer- dijo después de un rato. –Tener un hijo como tú, no lo merece nadie-

-¡bastardo!- escupió la ofensa con el puño en alto. Bajo la mirada con molestia y hablo. –Me parezco más a mi padre es todo-

-Hm-

Largo silencio intermedio.

-¿Y tú?- el moreno lo miro sin entender. -¿A quién te pareces?- Sasuke regreso su vista al frente.

-Supongo que a mi madre- al menos era lo que Itachi siempre decía.

-Hm- soltó Naruto para posteriormente sonreír radiante. –Estamos al revés- Sasuke asintió con una sonrisa de medio lado.

Se quedaron en un cómodo silencio durante un rato más. Realmente era muy cómodo estar así… bastante…

-Tengo que irme- hablo levantándose de golpe.

-De acuerdo- dijo el ojiazul mirándolo un poco desorientado.

Sasuke nunca se había sentido tan tranquilo con alguien a su lado, sí, con su madre e Itachi podía estar en calma, pero nunca había sentido una tranquilidad como la que sentía estando con el rubio.

Trago en seco.

-Nos vemos-

-Sí-

Y ahora ni siquiera habían discutido…

-Estúpido-

-¿Qué dijiste bastardo?- Así estaba mejor.

 

=/

Ahí estaba Sasuke, sentado fuera de la tienda de su madre, preguntándose por qué.

Mikoto había ido al bosque a recoger frutos, sola. Cuando fue atacada.

Un hombre trato de quitarle los ojos para obtener el sharingan, ese que los más poderosos de la tribu Uchiha poseían.

Cuando los Uchiha tornaban sus ojos rojos, podían controlar a cualquier bestia, por eso muchos trataban de hacerse sus aliados.

Llegó el rumor de que si comías esos ojos malditos se te otorgaba la habilidad aunque esta no fuera tuya de nacimiento. Eso era completamente falso y salvaje, pero a aquel hombre no le importo y le arrebato uno de sus ojos a su madre.

Cuando estaban por quitarle el otro Fugaku hizo acto de presencia salvando a su mujer, desgraciadamente aquel hombre logró escapar.

Ahora Mikoto luchaba por su vida, estaba perdiendo.

Y esa fue la primera vez que Sasuke vio a ese hombre, Orochimaru. No pudo evitar compararlo con una serpiente, sus facciones, sus movimientos, su forma de hablar, todo le recordaba a esos animales.

Sintió como la mirada del otro lo atravesaba por completo, se sintió débil y vulnerable. El hombre le sonrió y entró a la tienda donde se encontraba su madre con Fugaku a su lado.

 

=C (

 

-Esa es mi condición- Fugaku no podía creer lo que Orochimaru acababa de pedirle. –Yo necesito obtener algo a cambio, no puedo salvar a Mikoto por nada-

-No dejaré que mi hijo te pertenezca- dijo con molestia.

- Entonces olvídate de tu esposa- la serpiente dio la vuelta, comenzando a alejarse.

No podía, no quería perder a Mikoto, la mujer que más amaba en el mundo, pero tampoco podía entregarle a Sasuke, no a esa basura. Esperaba que cuando al fin diera su consentimiento para que su hijo menor se casara, sería con alguien que el chico amara pero…

-Fugaku… no lo hagas- escucho a su esposa con una voz apagada. Se acerco a la pelinegra y presiono su mano con delicadeza.

-Mikoto-

-No se lo permitas- dijo entrecortadamente. –No… Sasuke no…- y la mujer quedo inconsciente.

-Mikoto… ¡Mikoto!- la llamo sin obtener una respuesta, comenzando a desesperarse. – ¡Sálvala!- le gritó al hombre que estaba a punto de irse de la tribu. –Yo… haré lo que me pides- dijo con la vista en el suelo.

Orochimaru sonrió victorioso.

O_O

 

Itachi lo abrazo, diciéndole que su madre estaba bien, su vida estaba fuera de peligro, estaría débil por un tiempo, y su ojo ya no regresaría, eso estaba claro, pero estaba viva.

Sasuke suspiró aliviado y sonrió a su hermano. Esperaba nunca volver a vivir algo así.

Fugaku se acercó a sus hijos. El hombre lucía demacrado y solitario, el menor supuso que era por lo de su madre.

-Necesito hablar contigo Sasuke- ¿Su padre necesitaba hablar con él? –Vamos a tu tienda- Itachi intento seguirlos. –Tú no- dijo el mayor tajante.

Una vez en el lugar su padre hablo.

-Lo siento, Sasuke-  en definitiva no esperaba eso, ¿acaso su padre se disculpaba por todo lo que le había hecho pasar?, unas horas después el menor se sentiría estúpido por pensar semejante idiotez. –No pude salvar a tu madre y tampoco puedo salvarte a ti… no merezco tenerlos-

-No te entiendo padre- Sasuke sintió como su progenitor le presionaba los hombros con las manos, como si fuera un abrazo. –En verdad lo siento hijo- el mayor se levanto y salió de la tienda.

Sasuke estaba muy confundido, hasta que lo vio entrar. Ese hombre de aura repulsiva.

-Usted no puede estar aquí- dijo tomando una pose orgullosa.

-Oh, claro que puedo, Sasuke-kun- de improvisto se vio acorralado por el cuerpo del otro en el suelo de la tienda. –Ahora tú, me perteneces- después de escuchar aquello, sintió algo quemando junto a su cuello, el dolor que le provoco fue tan insoportable que no pudo evitar gritar con todas sus fuerzas.

Después de experimentar esa sensación tan fuerte, todo lo demás fue como un sueño, Orochimaru restregándose contra su cuerpo, las mordidas y golpes que recibía, las caricias que simplemente no despertaban nada ni es su cuerpo ni en su abarrotada mente, los besos que lastimaron sus labios.

-No te penetraré Sasuke-kun, aún no es el momento- fue lo último que escucho de ese hombre antes de caer inconsciente.

Nunca sabría como Itachi había sido brutalmente golpeado por los acompañantes de Orochimaru por tratar de salvarlo al darse cuenta de lo que pasaba, tampoco sabría el hecho de que su padre se encontraba golpeando un árbol lastimándose considerablemente las manos mientras de sus ojos salían lagrimas de impotencia y culpabilidad.

Y nunca podría imaginar que justo en ese momento Naruto sintió una punzada de dolor en el corazón.

-¡Ay!- se quejo sobando su pecho.

-¿Estás bien?- le pregunto el de piel morena.

-Sí, Iruka, no te preocupes… ahora dime, ¿cómo es eso de que vas a tener otro bebé?- el nombrado sonrió.

-Sí… pues…-

Notas finales:

este capi va para Misaki... gracias por comentar =D lo pongo especialmente para ti... espero y no te haya decepcionado.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).