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No es una épica historia de amor por Eza-chan

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Notas del capitulo:

Me disculpo por el dedo traidor que crea palabras inexistentes y coloca acentos donde no deben y cambia el nombre a los personajes.

-¡Esos malditos!- dejo escapar Jiraiya con frustración. –Nos estuvieron vigilando. Esperaron el momento en que nosotros salimos a cazar para atacar, también se aseguraron de que Minato no estuviera- el actual líder se encontraba de nueva cuenta en la tribu Sabaku, había salido hacía unos días y posiblemente estaría de regreso ese mismo día o el siguiente. -¡Qué imbéciles!, seguramente no tenían idea de que nuestras mujeres y donceles no son solo caras bonitas. ¿Ya sabemos cuántas muertes y heridos hay?- preguntó dirigiéndose a su esposa.

-No hay muertes y aunque hay muchos heridos, ninguno de gravedad-

-Al parecer los guerreros de esa tribu eran unos inútiles-

-¿Ya sabemos a qué tribu pertenecen?-

-Una tribu de la que nunca había escuchado hablar- expuso Hiruzen.

Naruto escuchaba en silencio alternando la mirada entre quien tenía la palabra y la cara de póker de Sasuke, a pesar de la apariencia del pelinegro podía decir que se encontraba tenso, posiblemente por estar rodeado de tanto Uzumaki.

-No los matamos a todos ¿verdad?, tenemos al menos a uno para interrogar, ¿cierto?- quiso saber Jiraiya mientras posaba su vista en el rostro aburrido de su hijo menor.

-Eh…- comenzó Kakashi. –Mate a todos los que se metieron conmigo, lo siento- a pesar de lo dicho todos entendieron que no lo sentía en lo más mínimo.

En seguida el rubio sintió la mirada de su abuelo, sonrió con nerviosismo al tiempo que rascaba su nuca.

-No me concentre en si estaban vivos o muertos- Danzo suspiró con frustración y molestia; ya le parecía suficiente tener al Uchiha ese en las mismas tierras como para aparte estar en la misma tienda compartiendo el aire, le repugnaba. Trono los dedos y al momento Sai había aparecido arrastrando un cuerpo tras él, hizo una reverencia y lanzó al hombre al centro del lugar, donde todos los reunidos podían observarlo con facilidad.

El hombre se encongió sobre sí mismo temblando dando una vista panorámica al lugar aumentando aún más la acción llevada a cabo por su cuerpo al ver la expresión de los presentes.

-¡No me maten, haré lo que me pidan!- suplicó al borde del llanto.

-Así que Ibiki ya lo asusto un poco- exclamó Kakashi sin mucho interés.

-En realidad sus servicios no fueron necesarios- explicó Sai con una falsa sonrisa.

Hiruzen se acercó al intruso hincándose a su altura para comenzar a hablar con una seriedad y profundidad que hasta Sasuke sintió que debía admirar.

-Dinos, ¿Por qué tu tribu atacó a la nuestra?- pasaron unos segundos de silencio y el extranjero simplemente no contestaba, se encontraba agitado y sudando a mares completamente petrificado ante la mirada que caía sobre él. –Te hice una pregunta-

-Si me permite opinar- comenzó Sai. –Tal vez necesite un incentivo- al fin el interrogado pareció reaccionar.

-Y-yo… nosotros… el equilibrio- Jiraiya soltó un gruñido.

-¡Habla bien hombre!- exclamó el peliblanco con un tono de voz lo suficientemente fuerte como para imponer pero sin considerarse como un grito.

-¡Los Uchiha!-

-¿¡Los Uchiha ordenaron este ataque!?- cuestionó Danzo poniéndose de pie furibundo, pero el hombre negó la cabeza al instante.

-No- corroboró sus acciones con palabras. –Los Uchiha han desaparecido, todas las tribus lo comentan, algunos dicen que ustedes, los Uzumaki, los exterminaron, otros dicen que su propia Deidad guardiana decidió aniquilarlos sin dejar rastro… realmente el cómo sucedió no tiene mucha importancia, el punto es que ya no están y eso rompe el equilibrio.

-Equilibrio- susurró Kushina. –Hablas de la leyenda- afirmó.

-Ustedes igual se rigen por ella, “Una gran fuerza debe ser controlada por otra de igual capacidad, de lo contrario el equilibrio se perderá y el fin de la humanidad llegará”, todos creían que esta leyenda se refería a los enfrentamientos de la tribu Uzumaki y la tribu Uchiha, nadie se les comparaba y ninguno tenía pérdidas significativas durante sus enfrentamientos… pero si los Uchiha ya no están entonces el equilibrio…- el hombre se detuvo mostrándose increíblemente asustado y algo paranoico. –Por eso nuestro líder nos ordenó atacarlos para ver si éramos lo suficientemente fuertes para hacerles frente… claro que no lo somos- terminó su relato con abatimiento mirando al suelo.

-Eso quiere decir que de ahora en adelante más tribus nos atacaran- Jiraiya dejo que su voz inundara el incómodo silencio que se había instalado.

-Pero te equivocas- exclamó Naruto haciéndose escuchar pareciendo más adulto de lo que a Sasuke nunca le había parecido. –Los Uchiha no han desaparecido- una gran sonrisa iluminó su rostro al igual que a toda la tienda. –Después de todo Sasuke está aquí-

¡Mierda!, ¿Qué tenía Naruto en la cabeza?, ¿Un conejo?, porque “un cerebro” definitivamente no era la respuesta.

¿Por qué demonios había tenido que ponerlo en evidencia?

Sasuke sentía la horrible sensación de tener la atención de todos los presentes en su humanidad, como respuesta adquirió su pose de “Orgullo Uchiha impenetrable”, era un sistema de defensa que había desarrollado cuando niño cuando las miradas de los Uchihas a su alrededor se concentraban en él susurrando cosas como lo pobrecito, patético, desafortunado, inútil… que era.

El hombre en el suelo lo miró con detenimiento para luego bajar la vista, como si le temiera.

Sasuke se sentía mucho mejor ahora. Fue entonces que ese tal Danzo se paró frente a él y lo miró con un desprecio que, a pesar de todo, él nunca había experimentado.

-¿Dónde está la tribu Uchiha?- ¿Pero que mierda le pasaba a este sujeto?  – ¿No me escuchaste?, te hice una pregunta, eres un Uchiha y vas a decirnos dónde está el resto de esas escorias a las que llamas tribu, ¿Dónde están los Uchiha?-

Ese bastardo acababa de llamar a su tri… a la tribu Uchiha escoria. Frunció el ceño.

-No sé dónde están y aunque lo supiera…- Colocó una sonrisa de medio lado petulante y confiada. –No se lo diría-

El agarre que transmitía toda la ira y necesidad de lastimarlo que comenzó a sentir en su brazo, no fue una gran sorpresa.

-Ustedes los Uchiha siempre creyéndose tan…-

-¡Ya basta!- Escuchó gritar a Naruto con autoridad, apartando al hombre de cabello oscuro y colocándose frente a él, como si buscara protegerlo.

Sasuke no necesitaba que nadie lo protegiera. Pero se sonrojó, porque su corazón se aceleró y... Tenía que irse ya.

Por otra parte le sorprendió la forma en que, a pesar de que todos ahí eran mayores que Naruto (a excepción de ese chico pálido al que habían llamado Sai y al de coleta alta) ante todos Naruto parecía tener su respeto. Incluso el loco que quería respuestas parecía tener cierto… temor para con el rubio.

Pero no tenía sentido que Naruto lo estuviera protegiendo, este era el momento, debía ser el momento en que el rubio lo volteara a ver y le exigiera que contestara la pregunta, porque esa era la única razón por la que Naruto había comenzado a hablarle, porque quería saber los secretos de la tribu Uchiha… porque…

-Nadie va a tocar a Sasuke y más importante él no está aquí para que tú o alguien más lo interrogue sobre el paradero de los Uchiha-

¿Qué?

 El hombre de cabello blanco y largo suspiró.

-Entendemos lo que dices Naruto y estoy completamente de acuerdo en que Nadie- Exclamó la última palabra de forma un tanto golpeada y observando a Danzo con ceño fruncido. –Va a obligar a Sasuke-kun a hacer algo que no quiera, pero… Sasuke-kun- Esta vez lo volteo a ver a él. Trató de mantenerse serio e ignorar esta urgencia que tenía por bajar la cabeza, ese hombre parecía amable, pero a la vez era imponente. –Nos sería muy útil si pudieras decirnos qué pasó con los Uchiha, entendemos que tal vez no te parezca correcto decirnos dónde están pero por los Dioses que nos ayudaría un poco el saber por qué se fueron- de nuevo todas las miradas en él. Pero luego está mano que se colocó en su hombro, cálida y  amable. Se dirigió a ver a quién pertenecía y ahí estaba la madre de Naruto, sonriéndole como si apreciara a Sasuke, lo cual era ridículo. También parecía querer disculparse con esa sonrisa. Sasuke decidió que tal vez se había dañado la cabeza.

-Abuelo, deja…- Trató de decir el rubio, pero fue interrumpido.

-No lo sé-

-¿Qué dijiste Sasuke-kun?- Preguntó Kushina-san y Naruto lo miró con rostro sorprendido y preocupado.

-Yo no sé dónde están los Uchiha o por qué se fueron-Naruto pareció querer preguntar algo, pero fue interrumpido.

-¡Miente!, cómo todos los Uchiha lo hacen, son las sobras, lo que los Dioses crearon con lo que sobró después de crear al resto, no tienen honor…-

-Danzo- Una voz seria y penetrante se dejó escuchar. En la entrada de la tienda Sasuke encontró a un rubio mayor, parecido a Naruto. –Es suficiente- El hombre lucía muy enojado y sin embargo sereno. El hombre que solo buscaba atacar a la tribu Uchiha terminó bajando la cabeza.

-Sí, líder- Exclamó con respeto para salir de la tienda, seguido del chico pálido de cabello negro. Kushina se acercó al hombre rubio y lo besó en los labios.

Así que hubo ciertas cosas que Sasuke entendió, ese rubio era el líder de la tribu, ese hombre era entonces la pareja de Kushina-san, eso lo hacía el padre de Naruto… ¡Un momento!, ¿¡Naruto iba a ser el nuevo líder de la tribu Uzumaki!?

¿¡Por qué mierda no se había dado cuenta de eso antes!?

¡Dioses!

Una cálida y callosa mano acaricio su mejilla.

-Sasuke, ¿estás bien?- Cuestionó Naruto con rostro preocupado.

Tenía que irse.

Pero quiero estar con…

Tenía que irse rápido.

Naruto observó el rostro entre furioso y consternado de su padre, a su madre un tanto seria, a su abuelo pensativo y a su abuela pasándole una de sus extrañas bebidas a Sasuke. Era verde y perturbadora, pero Sasuke la tomó con tranquilidad.

Todavía no entendía que había sido ese golpe en la mejilla que Sasuke le había dado, pero suponía que había sido porque hirió el orgullo del chico o algo así. Suspiró deseando poder preguntarle, pero ahora con su padre y madre presentes…

-Sasuke-kun quiero disculparme en nombre de la tribu por cualquier daño que te hayamos causado- Exclamó su papá. –Tú eres nuestro invitado, estuvo destinado por los Dioses que Naruto te encontrara y te trajera aquí, no vamos a deshonrar el privilegio que los Dioses nos han dado al tenerte aquí, tratándote mal-

-Yo no sé dónde están los Uchiha- Dijo Sasuke por toda respuesta y su mamá sonrió avergonzada.

-Sasuke-kun, No te invitamos a estar aquí porque esperáramos que nos dijeras dónde están los Uchiha, te invitamos porque eres una preciada persona para nuestro hijo-

-¡Mamá, ttebayo!- ¿Por qué  su madre tenía que haber dicho eso?, ¿¡Por qué  su madre tenía que haber dicho eso!? La mujer rio siendo acompañada por una de esas relajadas sonrisas tan comunes de su papá.

-Parece que avergoncé a Naruto- No se atrevía a mirar a Sasuke a la cara. Lo miró de reojo y notó que el chico estaba avergonzado.

-Yo…- Exclamó Sasuke, pero su padre lo interrumpió.

-Sasuke-kun, no te conocemos, de hecho esta es la primera vez que hablamos, pero siento que todos aquí podemos llegar a apreciarte y que tú puedes llegar a apreciarnos. Por favor, danos una oportunidad- Y entonces su padre puso esa cara que puso cuando aquel día que fueron a pescar, un pez se le escapó de entre las manos. Siempre le causaba risa esa cara. –Vaya, creo que… no me he presentado- Y su madre rio llenando la tienda de un sentimiento ligero, su abuela gruñó y su abuelo rio con esa risa honesta que heredó a su hija. –Soy…-

-Es el padre de Naruto, pareja de Kushina-san y líder de la tribu Uzumaki. Minato- Su papá sonrió.

-Estás muy bien informado Sasuke-kun- Y con aquellas palabras un silencio reinó en el lugar.

-Cuando era más joven- Comenzó su abuelo y su abuela bufó.

-¿Más?, Te recuerdo que ya no eres joven Jiraiya-

-Deja soñar mujer- La risa de sus padres se escuchó. Sasuke no se relajó ni un poco.

-Como dije, cuando era más joven e impulsivo, los mejores guerreros de la tribu y yo tuvimos una ridícula pelea con otra tribu de la cual ya ni siquiera recuerdo su nombre, creo que terminaron uniéndose a otra. El punto es que no estábamos listos para la batalla y yo terminé separándome de mis compañeros y muy malherido y una niña de cabello y ojos negros me ayudó, era amable, pero también tenía un temperamento muy fuerte- Y rio ante el recuerdo. –Tiempo después la volví a ver como la…- Su abuelo guardó silencio, como si estuviera a punto de decir un gran secreto. –Esposa del líder de la tribu Uchiha- La tensión en el cuerpo de Sasuke se acentuó. –Su nombre es Mikoto y tú, Sasuke-kun, me recuerdas a ella- Si Naruto entendía bien, su abuelo estaba insinuando que… Sasuke era… -Todos aquí conocemos al hijo mayor de Fugaku, Itachi, un guerrero formidable y muy honorable, pero  hay historias que dicen que Fugaku tiene un hijo menor, no será que tú eres ese hijo, Sasuke-kun-

-¿Y qué si lo soy?- Contestó Sasuke de forma golpeada y la misma cara de sorpresa apareció en los rostros de todos los presentes. De un momento a otro su abuelo comenzó a reír estruendosamente y terminó dándole a él un golpe en la espalda.

-A los Dioses de verdad que les gusta divertirse con nosotros, el hijo menor de Fugaku, líder de la tribu Uchiha, eso… eso ni Kushina se lo vio venir. ¡Ay, creo que me voy a hacer pipí!- Y su abuelo siguió riendo.

 Y Naruto pensó en el hecho de que Sasuke era el hijo de Fugaku.

¡Mierda!

Sasuke no quiso observar a Naruto, porque estaban solos y porque había descubierto que él lo… y porque Naruto era el futuro líder de la tribu Uzumaki y porque había defendido a Sasuke y porque los padres de Naruto habían sido tan amables y porque ahora todos sabían que era el hijo del líder de la tribu Uchiha y que su padre siempre se avergonzó de mostrarlo como su hijo y…

-Lo siento, Sasuke- Exclamó el rubio y él lo miró a los ojos. A esos extremadamente azules ojos. –Pensé que si estabas en mi tribu estarías a salvo, pero ahora el equilibrio se rompió y… terminé poniéndote en peligro… y además el idiota de Danzo que te dijo todas esas cosas y ofendió a tu tribu, lo siento mucho, dattebayo- Y porque el rubio era dramático, se hinco en el suelo, como la forma en que Sasuke había aprendido a alabar a su deidad protectora. Él no merecía tal cosa.

Ante su falta de respuesta Naruto alzó el rostro, con un ligero puchero y ceño fruncido.

Se veía adorable… ¡Se veía ridículo!

-¿No vas a decir nada bastardo, dattebayo?-

-Dattebayo- Exclamó él. –Es una curiosa expresión que no dejas de repetir-

-Sólo es… es…- Y Naruto comenzó a sonrojarse y por alguna loca y perturbadora razón el término dejando escapar un pequeño sonido hecho por su garganta y una sonrisa de medio lado.

Se estaba permitiendo… ¿Sonreír?

-¿Te estás burlando de mí, bastardo, dattebayo?- Todo se volvía peor, porque Naruto no dejaba de decirlo. Su sonrisa se hizo más grande.

No, sus sonrisas nunca eran grandes y siempre perdían contra las radiantes sonrisas de los demás, estaba seguro de que sonreía horrible y fríamente.

-No recuerdo haberte visto sonreír así antes, me gusta- Exclamó Naruto con una de sus propias escandalosas sonrisas.

-Es porque yo no le sonrío a idiotas tan idiotas como tú-

-Bastardo- Pero a pesar de todo, el rubio siguió sonriéndole, como si Sasuke fuera una de sus personas favoritas.

Estaba más perturbado de lo que creyó. Tal vez Orochimaru se las arregló para realmente romperlo.

-¿De verdad eres el hijo del líder de los Uchiha?-

-¿No lo sabías?-

-¿Cómo iba a saberlo?- Se encogió de hombros porque tenía razón. -¿Hace cuánto sabes que mi papá es el líder la tribu?- Sintió que se sonrojaba, porque había sido tan estúpido como para no darse cuenta hasta hoy.

-Hace poco- Contestó. –No puedo creer que vayas a ser el futuro líder de la tribu- Naruto comenzó a sobarse la parte posterior de su cuello con sonrisa avergonzada. –Pobre tribu-

-Maldito bastardo- Y alejar la conversación de sentimientos innecesarios hizo todo más llevadero.

Los descubrimientos de hoy hacían imperativo que se fuera de la tribu Uzumaki de inmediato. No podía quedarse. Porque él tenía una vida, porque nadie quería que se quedara aquí. Todo el mundo estaba esperando a que sus heridas sanaran y entonces…

Amaba a Naruto.

Sasuke era jodidamente patético, no importaba que tanto amara a Naruto, eso no cambiaba lo que Sasuke había hecho, ¿quién querría a un doncel marcado por otro hombre?

Acaricio la marca hecha por Orochimaru.

Eso no era todo, marcado o no, Naruto jamás podría amar a alguien tan… Sasuke. Naruto jamás lo amaría y aun si pasara, ¿qué iba a hacer? ¿Quedarse en la tribu Uzumaki? Naruto era el futuro líder de su tribu y nunca escogería a alguien como Sasuke para ser su compañero, eso sólo le traería problemas y más proble… Rio amargamente dejando a su risa viajar con la fresca brisa de la noche, porque Naruto no lo amaba y él ya estaba pensando en que pasaría después.

¿Cuándo se volvió tan patético?

Con pasos lentos y sigilosos, combinándose con las sombras, llegó al bosque junto a la tribu Uzumaki. Tenía que encontrar a esos tres idiotas.

Porque son todo lo que tengo.

Debería haberse robado una lanza antes de… Sintió como una presencia se acercaba a toda velocidad. Volteo colocándose en posición de pelea, pero término reconociendo un cabello rubio y ojos azules.

-¿A dónde vas?- La voz de Naruto nunca había sonado tan… fría.

-Tengo que irme- Apreció, acostumbrado como estaba a la oscuridad, los puños cerrados con gran fuerza.

-¿A dónde?- No tenía una respuesta a eso, y aunque la tuviera, no la daría. Naruto lo miró como si él fuera su enemigo.

Nunca esperó que el rubio se moviera tan rápido y lo cargara como a una vil presa muerta, por sobre su hombro y con la cabeza hacia abajo.

-¡Bájame idiota!- Exigió, pero por toda respuesta Naruto comenzó a correr. Y Sasuke pasó la mitad del camino pataleando y dando golpes en las áreas más sensibles de la espalda del otro, pero su cuerpo seguía doliendo, así que se rindió.

¿No quieres lastimar a la persona que amas?

Maldito y jodido cerebro.

Después de lo que le parecieron horas, Naruto lo dejó caer al suelo, sin ninguna consideración. Sintió su pierna ser entumecida por el dolor. Jodido rubio idiota.

-¡Ves, Sasuke!- No, no tenía tiempo para ver porque estaba tratando de no dejar salir ningún ruido por el dolor. –Aquí no hay nada, ¡no hay nadie!- Y Sasuke finalmente vio a su alrededor, antes por ir ocupado con Naruto no se percató del camino por dónde iban, pero este lugar…

Era donde su tribu… su ex tribu había estado. Por ahí debería estar la tienda de sus padres y más allá la de Itachi. Justo ahí debían estar las mujeres haciendo canastas y por el otro lado…

No había nada.

-¿A dónde querías ir si aquí no hay nadie para ti?- Exclamó Naruto. Y él sintió como si lo hubieran golpeado en el estómago.

Cierto, por un momento casi olvido que no tenía a nadie.

Se puso de pie un poco tambaleante y cojeó hasta  el lugar donde su familia siempre cenaba. Dónde su madre le sonreía, su hermano lo llamaba hermano menor y le daba un golpecito en la frente, donde su padre lucía un tanto relajado.

U-chii-haa

Una extraña y amortiguada voz se escuchó, trató de buscar la dirección de dónde provenía, giró encontrándose con  la silueta de Naruto con ceño fruncido un poco lejos. Y después todo se puso negro.

Naruto estaba furioso. Sasuke, ese bastardo idiota, planeaba irse sin despedirse. Planeaba irse así como así porque para él Naruto no significaba nada.

Naruto estaba furioso, pero lo cierto era que no lo estaba… estaba devastado, porque Sasuke quería irse sin interesarse un poquito por Naruto, sin preocuparse por decir adiós, sin decirle a dónde iría. Porque no importaba que tan importante fuera Sasuke para él, a Sasuke él no le importaba ni un poco.

Fue entonces que observó a Sasuke dejarse caer.

-¿Sasuke?- Al no obtener respuesta o un mísero movimiento de parte del otro, corrió hasta él. -¡Sasuke!- Lo acercó a su cuerpo, alzando la parte superior del pelinegro. -¡Sasuke!- Gritó agitando un poco al otro y lo que obtuvo fue un par de ojos abiertos, pero aunque esperó ojos negros, se encontró con ojos rojos. – ¿El sharingan?- el pelinegro lo miró finalmente.

-Un zorro- Susurró.

-¿Qué?- Y cerró los ojos nuevamente, soltando un pequeño gimoteo, para perder la conciencia.

Lo alzó en brazos y corrió a la tribu.

Kushina sintió como Minato se pegaba más a su cuerpo mientras soltaba pequeños ruiditos entre sueños, como un pequeño bebé mimado. De verdad que amaba a este hombre.

Entonces la visión llegó a ella. Oscuridad, una gran oscuridad, fría y cruel que la rodeaba, tratando de absorberla y sin dejarla respirar… luego sintió una calidez rodearla y una luminosa luz naranja la alivió. Observó los ojos azules de su hijo y lo escuchó llamar a alguien.

-¡Sasuke-kun!- Gritó sentándose y Minato la imitó.

-¿Qué sucede?- Preguntó luchando contra el sueño. Ella lo miró para ponerse de pie y correr hacia el exterior para encontrarse con Naruto entrando en sus tierras con Sasuke en brazos.

-¡Mamá…!-

-¡Tráelo!- Ordenó entrando a la tienda que el pelinegro había estado ocupando. Naruto acostó al chico con suma delicadeza, pareciendo temeroso de causar dolor y ella se hincó junto al chico colocando una mano sobre su frente y ojos y otra sobre su corazón. La visión de un par de ojos observándola con frialdad, uno rojo y uno blanco, la hizo apartarse del chico.

-No…- Susurró.

-Mamá…- Llamó Naruto luciendo asustado, llamándole como cuando era un pequeño niño que creía que ella tenía las respuestas a todo.

-Naruto tienes que abrazar a Sasuke-

-¿Qué?-

-Sólo has lo que te digo, acuéstate junto a él, dattebane- Y porque su hijo era obediente, se acostó junto al Uchiha. –Rodéalo con tus brazos y tus piernas- Naruto la miro como si quisiera negarse, pero hizo como se le pidió. –Quiero que lo llames-

-¿Llamarlo?, mamá…-

-Eres el único que puede hacerlo Naruto, di su nombre, pídele que vuelva, dile que estás aquí para él, lo que sea… si no él… se perderá…- Estaba segura que eso no había explicado nada, sin embargo Naruto aferró más fuerte el chico hacia él.

-¿Perderse?- Susurró. –Sasuke- Llamó pegándose un poco más al oído del chico. –Sasuke tienes que volver, Sasuke abre los ojos, por favor… por mí…- Sasuke lucía cada vez más y más pálido, su hijo parecía querer llorar. Ella estaba llorando. –Te necesito, así que por favor… despierta- Sasuke soltó un largo suspiró y abrió los ojos mostrando su Sharingan, para después de un parpadeo hacerlo desaparecer. –Sasuke- Y su hijo se aferró aún más al cuerpo del Uchiha. –Pensé que  no ibas a…- su hijo y Sasuke se observaron por un largo rato y ella sintió como era protegida por los brazos de Minato.

-¿Fueron a las tierras de los Uchiha?- y él notó como Sasuke seguía luciendo un poco aturdido. -¿Por…?- Su madre negó con la cabeza. -¿Qué fue lo que viste Sasuke-kun?- Sasuke observaba su regazo, donde se encontraban sus manos, como si no pudiera hacer nada más. Lucía exhausto.

Él pasó una mano por la espalda del pelinegro, Sasuke parecía perdido en otra parte, no le gustaba.

-Sasuke- Llamó suavemente y se volvió el receptor de una mirada cansada.

-Unos ojos, uno era rojo y el otro blanco… me llamaba- La mirada de Sasuke se perdió un momento. –Orejas de zorro-

-¿Qué?-

-Tenías orejas de zorro- Y nuevamente lo estaban mirando a él.

-Cómo que…-

-Tenías esta luz naranja rodeándote y era muy cálida… como el sol- ¡Ay no!, a Sasuke le había dañado juntarse tanto con él.

Había perdido a su bastardo tal y como lo conocía.

Pero no importaba porque aun así él lo… ¿Qué?

-Eso era la energía de Kurama-sama-

-¿Su deidad protectora?- Cuestionó Sasuke y a él le sorprendió que este supiera el nombre de su deidad protectora. Kushina asintió.

-Naruto fue bendecido con toda la protección de Kurama-sama- Explicó su papá. –Justo como su madre- y terminó sonriéndole a la mujer. Su madre movió un poco su cabello.

-Algunas veces Kurama-sama elige a alguien como su hijo favorito y le da su protección. Estos tendrán un distintivo característico, en mi caso es mi cabello rojo, en el caso de Naruto las marcas en sus mejillas. Además nos da una regalo especial que Kurama-sama sabe nos será útil en el futuro. A mí me dio la habilidad de ver el futuro- Sasuke se giró a verlo como si esperara que le dijera cual era “su regalo especial”. -Su aura, Sasuke-kun. Pudiste sentirla… y verla. Es pura energía de Kurama-sama- La mujer le sonrió.

-Un ojo rojo y uno blanco- La sonrisa desapareció. Naruto solo podía pensar algo cuando escuchaba de ojos como aquellos.

-Así es Sasuke-kun, la deidad protectora de los Uchiha… yo creo que él quería apoderarse de tu… voluntad-

¿Qué clase de Deidad protectora hacía eso?

-Usted cree… ¿cree que eso le pasó a los Uchiha?- Preguntó Sasuke, como si realmente no hubiera querido hacerlo, con la voz más falta de confianza que le había escuchado. Su madre se encogió de hombros.

-No lo sé- Sasuke alzó un poco el rostro, el inicio de un asentimiento de cabeza, pero al final solo volvió la mirada a su regazo.

-Pero tú vas a estar bien, ahora eres protegido por Kurama-sama. Te ha vuelto uno de sus hijos. Puedes sentirlo, ¿no es así Sasuke-kun?-

Hacia un rato que Naruto y sus padres se habían ido. Recordó la oscuridad que lo rodeo, la voz que lo llamaba, la falta de aire… y aquellos ojos fríos.

Activo su Sharingan y observó sus manos. Ahora poseía una muy fina capa de luz naranja, justo como la que rodeaba a Naruto, pero mucho menos luminosa e imponente.

Sintió que alguien entraba a su tienda.

¿Ahora es tuya?

Era Naruto, con dos recipientes en las manos. Él apreció aquella luz con forma de zorro que rodeaba al rubio y finalmente cerró los ojos un momento para volver a colocar sus ojos negros.

Aunque Naruto parecía estar muriéndose por preguntar sobre su Sharingan, no lo hizo.

-Te traje agua… y comida- Se sentó junto a él dándole los recipientes. –El agua está fresca y la comida… la comida está deliciosa y…- El idiota estaba nervioso. –Sasuke yo…- Suspiró exasperado llevándose las manos a removerse el cabello.

Es adorable.

Es un idiota.

-Esto es muy difícil-

-Es difícil porque eres un idiota-

-Bastardo-

-Estúpido-

-¡Ah!- Naruto parecía exasperado. –Escucha- Soltó un sonoro bufido. –No recuerdo lo que te dije al llevarte a las tierras de los Uchiha… pero sé que fueron palabras…- Tragó saliva sonoramente. –Estaba enojado… no, estaba…- Comenzó a sonrojarse, ¿por qué el idiota estaba sonrojándose? –Tú planeabas irte sin siquiera despedirte, tú te estabas yendo y no quiero eso- Naruto, perdido y desastroso, desapareció y ante él quedó un hombre serio y firme. – Eres muy importante para mí Sasuke y aunque sé que yo no lo soy para ti…- Finalmente Naruto pareció perder todo el valor. –Sólo… lo siento. Quiero saber si vas a estar bien, quiero saber si tienes personas con las cuales regresar… quiero… saber por qué desapareciste hace 2 años- Terminó susurrando.

Sasuke sabía de quedarse callado y ocultar sentimientos, de tragarse gritos y asesinar replicas. De ignorar a su rostro y su necesidad de expresiones. Pero Naruto era un idiota y tal vez… era tan idiota que despertaba la idiotez en otros.

Eres muy importante para mí Sasuke…

Ese estúpido no tenía ni idea a la clase de persona que consideraba “importante”.

-Existe esta historia de un hombre que, después de derrotar a un Uchiha terminó comiéndose su ojos y terminó desarrollando el Sharingan- Naruto lucía muy perdido.

-He escuchado esa historia, pero que tiene que…-

-Así que un hombre ataco a mi madre y le arranco uno de sus ojos e iba a morir. Mi padre conocía a un hombre que podía salvarla. Y la salvó, a cambio de mí- Naruto parecía aún más confundido, luego la revelación apareció en sus ojos y comenzó a negar con la cabeza.

-No…-

-Orochimaru, él quería que tuviera a sus hijos, así que me marcó como suyo- La marca en su cuello parecía arder como aquella vez en que fue hecha. –Y me llevó con él. Él tenía esta… pequeña tribu. Suigetsu, ama cazar y matar pero es un tonto soñador. Karin es escandalosa y molesta pero es honesta y muy fuerte. Juugo es perturbador pero tiene un gran corazón, supongo. Cuando Orochimaru me ordenó matar a Suigetsu… yo lo maté a él- Esperaba desprecio, asco, tal vez que Naruto saliera de la tienda. Pero fue abrazado con fuerza.

-Sasuke tú…- Naruto aflojó un poco el abrazo para verlo a los ojos. –Eres increíble, asombroso, ttebayo. Yo…- El rubio trató de contener una mueca y volvió a aferrarse a él con todas sus fuerzas. –Voy a encargarme de que nadie te lastime, no porque no crea que no puedes protegerte, porque obviamente eres muy fuerte, ¡dattebayo!, pero… quiero hacerlo, está bien Sasuke, porque quiero hacerlo, porque soy un idiota como tú siempre dices y porque me gusta hacer cosas idiotas y… y tú eres increíble, ttebayo-

Que el mundo se viera tan borroso, no tenía nada que ver con sus ojos llenándose de lágrimas.

Esa mañana Naruto había ido hasta él y le había dicho que quería mostrarle algo. Lo cargó, no como una presa, si no como a una pareja. Y caminó dando ligeros pasos. Sasuke no sabía si no sentía dolor por lo ligero de los pasos o porque finalmente su cuerpo estaba sanando.

Después de un largo tiempo en la compañía del otro, finalmente parecieron llegar a su destino. Sasuke conocía este lugar. Pasó muchas agradables tardes aquí.

Naruto comenzó a aflojar su agarre y él tensó el cuerpo al esperar el impacto contra el suelo, a cambio solo recibió una mirada arrepentida, para permitírsele tocar el suelo suavemente.

-No voy a dejarte caer otra vez- él no supo cómo contestar, por lo que decidió mirar a su alrededor y comenzar a cojear hasta el lago, sentándose a la orilla de este, metiendo las piernas. Naruto lo imitó sentándose junto a él.

-Extrañé esto- Sasuke también lo había extrañado. Sonrió de medio lado.

-¡Ah!- Exclamó Naruto de improvisto lanzándose al lago, zambulléndose por completo y saliendo en poco tiempo con un enorme pez en las manos. –Mira, creo que no soy tan idiota después de todo- Exclamó sonriente, antes de que Sasuke pudiera crear una ingeniosa (e insultante) respuesta, el pez comenzó a mover su cola golpeteando con fuerza las mejillas del rubio, que terminaron rojas y un poco hinchadas. Finalmente el chico soltó al animal. – ¡Estúpido pez!- Se quejó sobando sus mejillas y él terminó riendo discretamente. –Bastardo, ¿te estás burlando de mí?- Él alzó una ceja, porque era bastante obvio que lo hacía.

No esperó ser arrastrado al interior del lago, por lo que soltó un curioso sonido de sorpresa que no tenía idea de que él pudiera producir.

-¡Mierda!- Exclamó el ojiazul aferrándolo a él. –Lo olvidé, Dioses, me olvidé de tu pierna- El otro se las estaba ingeniando para mantenerlo a flote sin que él tuviera que nadar.

-Está bien- Expuso él, aunque no estaba bien, porque la herida en su costado se reblandecería y el agua generaba presión en su pierna, que si bien no era doloroso era incómodo y… Naruto estaba muy cerca, en su piel se reflejaba la luz del sol y sus ojos estaban muy claros, su cabello estaba pegado a su rostro y había perdido ese eterno estilo parado. Podía sentir cada pequeño movimiento de sus músculos.

-Sasuke- Exclamó Naruto, como si fuera a contarle un secreto. –Sasuke, yo…- La voz del rubio estaba un tanto temblorosa y su respiración se había acelerado. –Yo…-

-Ah, Naruto, ¿qué haces a…? oh- Ese chico de coleta alta ya lo había visto antes. –Lo siento, nosotros…-

-Hey, Shikamaru, no camines tan…- Un chico gordo, después apareció ese chico pálido de antes y otros dos hombres, que de inmediato catalogo como pareja, además de una mujer de cabello rosa acompañada de un chico de ojos grandes y cabello negro.

-Naruto…- Dijo el chico de cabello menos parado perteneciente a la pareja (ese tipo era un doncel, estaba seguro), con una voz sugestiva. Para entonces Naruto ya lo estaba tomando por las caderas y alzándolo hasta colocarlo en su previa posición, sentado a orillas del lago.

Ese idiota lo trataba como si fuera la delicada y debilucha hija de un líder… bueno Sasuke más o menos había sido eso.

¡Él no era debilucho!, jodido rubio.

-Iban a tener sexo, supongo. No queríamos interrum…- El chico pálido fue interrumpido por el ataque              que Naruto dio a su cuello. El rubio enredó sus brazos en cuello ajeno y lo obligó a doblarse un poco hacia enfrente.

-Sai- Exclamó Naruto casi como un siseo. El de coleta alta suspiró.

-Eso te pasa por metiche, Sai- Exclamó la mujer.

-Que problemáticos-

-Creo que finalmente será el día en que morirás Sai- Dijo el sujeto con curiosas marcas rojas en las mejillas, la otra parte de la pareja se mantuvo callado observando y el de mayor peso comenzó a masticar un pedazo de carne que él no estaba seguro de donde había sacado.

-Soy Shikamaru- Exclamó el de coleta alta. –Ya nos habíamos visto en…-

-La tienda donde están sus sabios… ¿no?- El hombre asintió sin dejar de verlo. Llámenlo paranoico, pero este tipo estaba analizándolo a detalle, como si quisiera conocer todos sus secretos.

-Ellos son Choji-

-Hey- Saludó siguiendo con su carne.

-Kiba-

-Hola chico Uchiha-

-Shino- El tipo solo asintió con una cara aún más falta de sentimientos que las que él ponía. –Sakura-

-Hola- La mujer parecía querer… destruirlo, sí, esa era la palabra.

-Rock Lee-

-Espero que cuando tu pierna se recupere podamos tener una honorable batalla- Raro, muy raro.

-Y al que Naruto está intentando matar es Sai, que también ya habías visto- Asintió porque era cierto. –Somos los amigos de Naruto-

-Hey, hey, Sasuke-kun, cuántas veces han tenido sexo tú y Na…- El rubio le dio un buen golpe en el abdomen.

-No es contra ti, así es él en general- Trató de explicar Shikamaru.

-Sería genial si pudieras mostrarnos alguna técnica Uchiha- Exclamó el tal Kiba entusiasta y sonriente. Por un momento pensó en Uzumakis queriendo aprovecharlo para adquirir conocimientos sobre… no, al parecer, los Uzumaki no eran esa clase de personas.

Además los Uchiha se habían ido.

-Yo… no sé mucho de técnicas Uchiha-

-¿De qué hablas? Eres un Uchiha, ¿cómo no vas a saber?- Cuestionó el doncel castaño.

-La tribu Uchiha no entrena en la batalla a sus donceles- Y quiso morderse la lengua al decir la palabra “doncel”-

-¿No sabes pelear entonces?- Preguntó Sai y Sasuke decidió que lo odiaba.

-Sé pelear- Dijo utilizando su mejor voz falta de sentimientos y hela personas. El tal Rock Lee se acercó y pasó un brazo por encima de sus hombros.

-No te preocupes Sasuke-kun, nadie cree que sea malo que no tengas ninguna habilidad en pele... ¡Ah!- Y eso fue suficiente, tomó el brazo alrededor de sus hombros y lo estiró con su brazo izquierdo mientras que con su mano derecha empujaba el resto del cuerpo del chico por la espalda. -¡Duele, duele!-

-No soy un estúpido doncel debilucho- Y finalmente soltó al chico de forma brusca.

-De acuerdo, de acuerdo, quedó claro- Trató de tranquilizar Shikamaru. Y él recordó que estaba rodeado de guerreros de la tribu Uzumaki con una pierna rota y una herida sanando en su costado. Fue entonces que la risa de Naruto se escuchó y la tensión que se había comenzado a acumular en el ambiente desapareció.

-Este bastardo jamás podría considerarse debilucho. Rock Lee, como demonios te dejaste envolver así por Sasuke- Y siguió riendo.

-Me tomó por sorpresa, además es muy fuerte. Realmente espero que cuando tu pierna se recupere podamos tener una honorable batalla Sasuke-kun- 

Sasuke decidió que se sentía mucho mejor.

Eran idiotas, todos. Pescando mientras gritaban y se lanzaban los peces uno a la cara de otro. Kiba tomó un pez especialmente grande.

-¡Eh, Naruto!- Gritó y justo cuando el idiota volteo se lo lanzó en toda la cara. Fue un sonido ridículamente alto que terminó siendo más ridículo ante el gimoteo que soltó Naruto cayendo al interior del lago. Kiba tenía clase, tenía que admitir.

-¡Me las vas a pagar jodido Kiba!- El sujeto le sacó la lengua.

-¡Dejen de jugar con nuestra futura comida, Idiotas!- Gritó Choji luciendo particularmente molesto, parecía hasta haberse puesto rojo de la ira. Era chistoso.

-¡No hay nada que gratifique más a los Dioses que ver a un grupo de jóvenes pescando animadamente!- Ese Rock Lee era tan raro.

-Que problemáticos- Exclamó Shikamaru sentado junto a él, para ir a tratar de detenerlos mientras el sujeto que no había hablado en todo el rato trataba de evitar que Naruto estrangulara a su pareja (Obviamente era su pareja) y Sai más atrás daba ánimos a Naruto.

-Más fuerte Naruto, más fuerte, no, no a la izquierda, ese es el punto ciego de Shino-

-Hola Sasuke-kun- Casi se había olvidado de la chica. La miró decidiendo que esa era respuesta suficiente. –Te he estado observando- Que perturbadora, le recordaba a Karin… un poquito (mucho).

-Quería hacer todo lo que estuviera en mis manos para destruirte-

¡Qué mierda con esta mujer!

-Iba a hacerlo Sasuke-kun, porque sinceramente creí que planeabas lastimar a Naruto y a toda la tribu-

Esta mujer era idiota, porque querría…

-Pero como dije te he estado observando y me he dado cuenta de cómo lo ves. Esa mirada no es algo que se pueda fingir, no importa cuánto se intente. Tú lo amas, sinceramente-

Claro que no, era ridículo él…

Sí, lo amo.

Tragó saliva aunque no había saliva que tragar. Porque su boca se secaba, sus piernas temblaban, su corazón se agitaba, respirar era difícil e incluso el mundo parecía volverse extrañamente brillante y colorido, sólo con volverse el destinatario de las sonrisas de Naruto.

-Y alguien que ama tanto así a Naruto, jamás podría lastimarlo, no intencionalmente, y jamás podría lastimar las personas más importantes para él, su tribu- La mujer suspiró. –Sé que eres un doncel marcado, no sé qué clase de tipejo salvaje te hizo eso, pero si amas a Naruto obviamente ese tipo no significa nada para ti, me atrevo a decir que te obligaron- La mujer lo miró con lástima.

Estúpida.

No, no es lástima es… sufre porque empatiza con lo que cree me dañó.

La tribu Uzumaki era tan rara.

-Naruto siempre va a encargarse de hacerte muy feliz. Eso te lo aseguro- Y de repente la mujer se volvió un poco más fiera y amenazante. –Aun así, si te atreves a lastimar a Naruto de cualquier forma, te destruiré- Y se puso de pie. –Esperó ansiosa la boda-

-¿¡Qué!?-

-¡Chicos, me voy, Ino y yo vamos a ir a cazar!- Y sin más desapareció.

¿Cuál jodida boda?

Él no, él no… Naruto y él no.

Sería tan…

Comenzó a sentir como se sonrojaba.

Tal vez y Naruto…

No, esas cosas no ocurrían. Amar a alguien y que ese alguien te ame a ti. Esas cosas no podían pasarles a personas como Sasuke.

Claro que no.

Pues a él le parecía que el tipo era muy frío, cruel tal vez. No dudaba que Sasuke podría matar a cuantos se le pusieran en frente y su única respuesta sería… acomodar su cabello. Era un doncel de temer. Y Naruto era tan… brillante (no inteligente, brillante como el sol), que de verdad no entendía que era lo que le había visto al Uchiha, pero quien era él para decidir por Naruto.

Pero también había escuchado esta otra historia.

-Kenta dice que lo salvaste, se lo ha contado a toda la tribu- Sasuke lo miró frunciendo el ceño y finalmente luciendo un poco sorprendido. Casi parecía un humano normal y no un cazador capaz de matar a todo lo que se moviera.

-El pequeño violador de adultos-

-¿Qué?-

-Nada, el hijo de Iruka, ¿no?- Él asintió preguntándose si Sasuke realmente había dicho “violador de adultos” se encogió de hombros restándole importancia. –Yo no hice nada-

-Pero tus heridas, tu pierna rota, fueron por eso- Y no, no estaba preguntando, él sabía perfectamente lo que había pasado, la mitad de la historia la contó Kenta y la otra mitad Naruto.

-Esas escorias iban a llevárselo y después… quien sabe que le habrían hecho, no iba a dejarlos que se lo llevaran así como así-

No cabía duda que ese sujeto era el más problemático de los problemáticos creados por los Dioses.

Se permitió poner una sonrisa de medio lado.

Fue entonces que ese lobo blanco amigo de Kiba apareció. Eso sí era problemático.

El lobo olió en dirección a Sasuke y gruñó, como siempre lo hacía en presencia de un Uchiha, lo siguiente seguramente sería una mordida hacia el sujeto.

-¡Akamaru, No!- Sasuke observó al lobo un momento y apartó la vista luciendo aburrido. Akamaru dejó de gruñir y se acercó a Kiba que salía del Lago con expresión sorprendida. El lobo se tiró al suelo de espaldas, esperando sus caricias en la panza, olvidando por completo la presencia de Sasuke a poca distancia.

-Extraño- Escucho decir a Kiba para que comenzara a proporcionarle atención al lobo. -¿Has sido un buen lobo Akamaru?, ¿Me has extrañado?, ¿Sí?, yo te extrañé-

-Eso fue raro, Él normalmente siempre ataca a los Uchiha- Se permitió decirle al pelinegro que solo se encogió de hombros ante el comentario. – ¿Usaste tu Sharingan?- Sasuke lo miró como si quisiera prohibirle usar la palabra.

-No- Dijo secamente. Shikamaru suponía que así como a él no le agradaba el tipo, él no le agradaba a él. Pero terminó agregando. –Tal vez no huelo a la tribu Uchiha- Era una posibilidad, pero…

-No creo que el lobo se base en el olor, creo que los Dioses le dieron una habilidad especial para reconocer a los Uchiha, porque Sai nunca ha vivido en la tribu Uchiha y Akamaru siempre gruñe- Y como si Sai hubiera querido mostrarles lo dicho por Shikamaru, el pelinegro salió del lago y caminó junto al lobo blanco que gruñó al instante, pero acostumbrado como estaba al chico (o al menos todo lo acostumbrado que parecía lograr) no se lanzó a atacarlo como hacía con otros Uchiha, solo gruño y siguió feliz recibiendo el cariño de Kiba.

-¿Eres un Uchiha?- Le preguntó Sasuke a Sai, el cual sonrió vacíamente.

-Mi padre era un Uchiha, yo soy un Uzumaki-

-¡Tenemos pescados suficientes!- Gritó Rock Lee y el pesado ambiente acompañado de miradas profundas desapareció.

Se sentó al lado de Sasuke ofreciéndole un pescado bien cocido, que no le rechazó. Por supuesto el bastardo no agradeció. Shikamaru comía mientras conversaba de cosas que no alcanzaba a escuchar con Choji y Kiba compartía alimento con Akamaru mientras soltaba uno que otro comentario hacia Shino que solo asentía con la cabeza, mientras Lee no dejaba de alabar lo delicioso de la comida.

No se sentía como si fuera la primera vez que Sasuke estaba aquí, se sentía como si siempre hubiera estado. Como si todo este tiempo él hubiera faltado.

-Hey, Sasuke- Exclamó Kiba de repente. – ¿Ya te contaron lo ridículo que se veía Naruto cuando te trajo a la tribu?-

Jodido lobo apestoso.

-Llegó gritando por su abuela, fue muy gracioso-

-Ya cállate Kiba-

-Gritaba como un jabalí bebé que es separado de su madre-

-Voy a destruirte Kiba-

-No podrías ni aunque lo intentaras Naruto- Pero la pequeña y baja risa de Sasuke lo interrumpió.

-¿Cómo un jabalí bebé?, ¿en serio?- Sintió que se sonrojaba al ver esa sonrisa de medio lado y su corazón iba muy, muy rápido y el pescado que había estado comiendo no parecía querer permanecer en su estómago.

-¿¡Te atreves a burlarte de mí, bastardo!?-

-Sí, idiota- Se acercó mucho al rostro de Sasuke deseando poder infringirle dolor con la sola mirada.

-Bastardo, te aprovechas de que tienes la pierna rota y así no voy a lastimarte, porque una pelea así no sería justa-

-No necesito mi pierna para derrotarte, estúpido-

-Ah, eso crees bastardo…-

-Naruto es ahora cuando tienes que besarlo y meterle la lengua hasta la gargan…-

-¡Cállate, Sai!- Su voz había salido con eco, no sólo él lo había dicho, también fue Kiba. Shikamaru…y Sasuke.

Sasuke, por primera vez en todo el tiempo que llevaba en la tribu, lucía relajado.

Agradeció a los Dioses por permitirle tener aquellos amigos.

-Y…-

-¿Y?- Preguntó Sasuke una vez que estaban en su tienda.

-¿Te agradaron?- El pelinegro frunció el ceño, como si no entendiera de qué hablaba, luego relajo sus facciones.

-Son extraños… y divertidos, supongo- Asintió complacido con la respuesta, luego una nueva pregunta le surgió.

-¿Tus amigos en la tribu Uchiha son muy diferentes a ellos?- Sasuke lucía pensativo.

-Yo no… tenía amigos- Eso no podía ser… es decir, Sasuke lucía antipático sí, pero… era perfectamente capaz de tener conversaciones con él y… era divertido (de forma un poco retorcida) y su compañía era increíble y…

-¿Cómo que no tenías amigos?-

-Las personas de mi edad no se me acercaban mucho porque era un doncel y los que me hablaban solo lo hacían para buscar el favor de mi padre o de mi hermano mayor- Esos bastardos, cómo que no se acercaban a Sasuke solo porque… -Además nunca he sido una buena compañía-

Sasuke aceptaba que era de las personas más antipáticas y aburridas que…

-¿De qué hablas?, eres una persona increíble, eres terco y antipático y todo... pero eso no evita que seas una compañía increíble. Mis tardes en el lago contigo son de mis mejores recuerdos. El que tú estuvieras aquí hoy hizo mi tarde muchísimo mejor, no… él que seas un doncel te hace todavía más increíble. Realmente no quiero ofender a tu tribu, pero los Uchiha son unos imbéciles, hacerte menos solo por ser doncel qué… ¿tienen piedras en la cabeza o qué?- Naruto estaba tan enojado y Sasuke nunca había abierto tan grandemente sus ojos.

-Tú-

-¿Qué dices?-

-Tú eres el que tiene piedras en la cabeza- Contestó y le sonrió.

-Tú tienes piedras en la cabeza bastardo- Tal vez y sí las tenía. Se perdió en la sonrisa de Naruto que comenzó a perder esa aura iracunda de antes.

No quiero irme… porque de verdad, de verdad amo a este idiota.

Tal vez… podría… ¿quedarme?

 

-¿Estás listo Sai?-

-Sí abuelo-

-Bien, no olvides exactamente lo que tienes que hacer. No cometas errores-

-Abuelo, tal vez… no deberíamos hacer esto… yo no creo que Sasuke-kun sea malo- Danzo miró a su nieto con odio. –Lo siento, señor, haré exacto lo que usted ordenó-

-Bien-

Notas finales:

Gracias por leer.


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