T R O U B L E
4 paredes, yo y mi teléfono celular
ÉL.
¡Me siento como un maldito adicto! Ni siquiera puedo conciliar el sueño en este momento.
Luego de casi diez años, ¡DIEZ AÑOS MALDICIÓN! ¿Pasa esto? No lo creo para nada justo.
¿En qué momento? ¡Hasta hace unos meses eran las simples jodederas de siempre!
Doy un grito ahogado y jalo débilmente mis cabellos con desesperación
Marco su número con una sonrisa traviesa ¿cuántas veces le he llamado en esta noche?
- Mm… ¿Aló?
Mi cuerpo se tensa
- Oh vamos, estas bromas ya no son divertidas
Le oigo decir con rabia, no soy capaz de contestar y corto la llamada como las otras –inserte numero indefinido- veces.
Se volverá loco –ríe-
No me di cuenta cuando iba en camino al estudio ¿saben todo el trabajo que trae el décimo aniversario? Más el álbum es igual a Kai volviéndose un loco histérico.
Finalmente no dormí nada, estuve perdido en melodías de guitarra y Jazz
Me sentí más extraño de lo normal, ahora camino a paso rápido para no ganarme el regaño de “El Santo Kai” por llegar tarde.
¿Estará allí?
Estoy en un problema, soy adicto a ese chico.
Entre un poco –mucho- nervioso encontrándome de frente con su mirada sobre mi persona.
Él me tiene con el corazón hecho un nudo y el estómago dando giros
- Buenos días
Sonrío nervioso aún, recibiendo un sonoro saludo por parte de todos. El ensayo no tarda en comenzar.
Poco a poco mi vista se desvía hacia un costado, mirando cada uno de sus movimientos, gestos y muecas… al sentirse observado levanta la vista, otra vez nuestros ojos se encuentran, mis mejillas se encienden y él sonríe dulcemente.
¡Maldición! ¿Qué no debo de adorar?
Tomamos un descanso, se acerca con una sonrisa juguetona
- Kai se está volviendo loco –ríe-
Rio un poco mirando la sonrisa que ha quedado en sus labios
Controlo mi boca justo como lo conseguí
- Se está volviendo histérico –ríe-
Siento que puedo decírselo en cualquier momento
- Oye… - le llamo con voz suave, se voltea a verme
- ¡Es hora de continuar!
Kai me interrumpió.
Pero seguramente no lo hago.
Le miro levantarse del cómodo sofá, se voltea sonriéndome ofreciéndome su mano para ayudar a levantarme.
- Gracias… - Le susurro con las mejillas sonrojadas
Enseguida soltó mi mano, tomando su posición.
Está fuera de mi alcance…
¿Está fuera de mi alcance?
Espero que no…
El ensayo y composición continuó normalmente, estábamos en una hora libre, ya que Kai fue a arreglar esos papeleos de los líderes.
Conversábamos todos animadamente, como siempre.
Estoy en un problema
- Y por eso somos todos buenos amigos.
Esa palabra solo me desgasta
Me hace sentir otro chico, que ríe y bromea
No paro de llamar su nombre, quizás rogando un poco de atención que él me brinda sin pretextos, me siento como un niño pequeño.
Pero aún peor, no paro de llamarle
Me encanta oír su voz
y honestamente, me quedo sin opción.
Otra noche más donde no puedo dormir.
Otra más donde me quedo pensando, con celular en mano, marcando su número con una sonrisa.
- ¿Otra vez? Ya basta
Suelto una risilla, será despistado como para no mirar el número, siento su risa al otro lado de la línea
- No es divertido
Seguramente eso lo dijo con una sonrisa, corto la llamada.
Luego de un rato otra vez estoy con el móvil en mano, pero en todo este tiempo, corto la llamada antes de que conteste –sonrisa traviesa-
Le llamé muchas veces, juro que se vuelve loco
Otra vez me quede desvelado tocando guitarra –a un nivel bajo antes de que me corran los vecinos-
Otra vez marco su número, sonriendo como todas las otras veces
- ¿Aló?
Y ese celular…
Será nuestra muerte
lo juro… Lo juro…
- Te quiero…
Controlo mi boca, justo como lo conseguí
Corto la llamada avergonzado, suspiro y me despreocupo, seguramente no alcanzó a escuchar ese pequeño suspiro.
Pero seguramente no lo hago.
Al llegar a nuestra sala de ensayos, apresurado debido a la hora, no alcancé a reaccionar cuando la puerta se abrió frente a mis narices, encontrándome en un abrazo con él.
Y está fuera de mi alcance…
Me separó suavemente de él, estaba estático, sin moverme ni decir palabra alguna.
¿Está fuera de mi alcance?
Me sonrió amplia y dulcemente, volviendo a pegarme a su cuerpo, sonreí con ternura, aferrándome a su espalda
Espero que no.