La primavera comenzaba y las calles empezaban a llenarse de gente poco a poco, todos con caras serias y caminando a paso apurado para llegar a tiempo a sus trabajos, pero había una diferencia entre ellos y dos jóvenes que transitaban por la misma calle; ellos, al igual que la mayoría, debían llegar a un lugar a una hora determinada, la escuela.
Lo que hacía a estos dos jóvenes diferentes al resto, no era sus ropas ni las mochilas cargadas al hombro, sino que eran las sonrisas que alumbraban sus rostros, su caminar despreocupado, sus conversaciones triviales y el extremadamente buen ambiente que había entre ellos.
Llevaban siendo amigos desde que tenían uso de razón, sus madres se encargaron que desde pequeños fueran inseparables y no pudo resultarles de mejor forma, no había nada en el mundo que pudiera romper el invisible lazo que los unía.
HyukJae era mayor que DongHae por unos cuantos meses, el primero era un poco más alto, pelirrojo (cosa que le había causado más de un problema con el inspector de la escuela) ,tenía la nariz respingada, grandes ojos negros y era poseedor de la sonrisa más encantadora del mundo, según lo que decía DongHae.
El menor de ellos poseía el cabello con un brillante color castaño, sus ojos eran de un hermoso color chocolate, su nariz muy fina y recta, tenía una sonrisa tímida y sus facciones delicadas podrían enamorar hasta a los dioses. Eso era lo que le decía HyukJae.
“¡Te digo que yo lo vi!, estaba justo al lado de la luna” argumentaba el más bajo mientras hacía exagerados gestos con su rostro y manos.
“Y yo te digo que pudo haber sido cualquier otra cosa. Un avión, por ejemplo “No importaba todo lo que contradijera, su mejor amigo jamás haría válido un argumento que negara la existencia de seres extraterrestres por más convincente que fuera.
Sí, porque DongHae tenía una leve obsesión con los seres de otro mundo, desde que era pequeño y vio un documental en National Geographic sobre seres alienígenos no ha dejado de hablar sobre ellos y extrañamente los ve aparecerse desde su ventana todos los días, sólo que a veces no eran precisamente ovnis; como la vez en que iban caminando tranquilamente por el centro cuando DongHae comenzó a gritar despavoridamente diciendo que había un ovni en el cielo, lo que resultó ser una bolsa de plástico que volaba a causa de la ventisca que había ese día, las miradas cargadas de extrañez y las risitas que iban dirigidas a ellos en ese momento fue lo más humillante y difícil de olvidar para HyukJae.
“Y, Hae, apura el paso; ya sabes cómo es el viejo que nos hace historia.”
“Sí, papá” respondió con un tono burlesco y corriendo para escapar de un divertido pelirrojo que lo atraparía para vengarse usando su arma letal, cosquillas.
~*~
“Mira lo que compré el otro día, Hae.”
“¿Qué es eso, SungMin hyung?” su compañero de clases y otro muy buen amigo, SungMin; siempre llegaba con cosas nuevas a la escuela y él era el primero en verlas.
“Pues, el fin de semana vinieron mis tíos desde Daegu y mi prima me dijo que ella había conseguido novio gracias a un test que aparece en ésta revista” terminó de contar mientras sacaba de su bolso una típica revista para adolescentes.
“¿Por qué compraste una revista con la portada de los Jonas Brothers?”
“¿Y tú por qué sabes cómo se llamas estos tipos?, bueno; la compré porque hice el test que venía dentro y adivina qué… descubrí que a KyuHyun, ese cerebrito lindo del curso de al lado, le gusto, Hae ¡Le gusto a Cho KyuHyun! ¡Mi amor platónico desde hace dos años!
“¿Desde cuándo te gustan los hombres?”
“Desde nunca, sólo me gusta él; el aura misteriosa que tiene siempre, esa mirada penetrante, su caminar seguro y coqueto” soltó un suspiro “me derrite.”
“Que miedo me das ahora, Min, suerte con tu chico; debo ir a hablar con Hyukkie.”
~*~
“Te quiero, Hyukkie” dijo el castaño mientras caminaba abrazando la espalda del mayor, debían hacer un trabajo y para suerte de los dos les tocó presentarlo juntos.
“Yo te quiero más.”
“¡No!” Elevó la voz a la vez que volteaba al otro “yo te quiero más porque yo siempre te digo primero que te quiero.”
“Pero eso no significa que no pueda quererte más, Hae.”
“Yo te quiero más y punto” finalizó cruzando los brazos sobre su regazo.
“ Podemos querernos los dos de igual forma?, así mucho, mucho, ¿sí?” no era muy común de él hacerle ojitos y pucheros a DongHae, pero ésta era una de esas veces en que lo hacía; sabía que DongHae no podía resistirse.
“Sólo si es mucho, mucho, mucho, mucho.”
“Sí, Hae; mucho, mucho.”
Y así retomaron de nueva cuenta su marcha a la casa de DongHae.
~*~
“¿Qué hora es ya, Hyukkie?” luego de esa pregunta un gran bostezo le siguió, llevaban horas buscando información sobre la energética celular y lo único que habían encontrado eran cosas mal traducidas y uno que otro aviso de sexo gratis por cámara web.
“Son las once y media, ¿crees que pueda quedarme aquí hoy? Mañana es sábado y sabes que mi madre no tendrá problemas en darme permiso.”
“Está bien” dijo mientras se levantaba y abría la puerta de su habitación “¡Mamá! ¡HyukJae se quedará a dormir!“
“¡BUENO! ¡SÓLO NO SE QUEDEN HASTA MUY TARDE!”
“Bien, te quedas aquí entonces."
Esa noche durmieron los dos en la pequeña cama de DongHae, sus cuerpos juntos y para asegurarse de no caer mientras dormían, lo hicieron abrazados.
A la mañana siguiente el primero en despertar fue DongHae, ya que los rayos del sol que se filtraban por la cortina azul cielo le llegaban directamente a los ojos.
En ese momento se dedicó a observar detenidamente a HyukJae, nunca lo había hecho en sus más de diez años de amistad, ya que siempre que dormían juntos el pelirrojo despertaba primero.
Fue repasando cada facción de su cara, desde su pequeña frente, bajó la vista hacia sus ojos cerrados, su nariz respingada, sus pómulos y finalmente sus labios, sabía que el pensamiento que cruzó por su mente era la cosa más loca del mundo, pero en ese momento las ganas de besar al mayor fueron inmensas, jamás en su vida había visto unos labios tan bonitos, hasta parecía una ilusión, y no exageraba.
Lentamente fue acercando su dedo índice hacia los rosados labios del otro, delineó el inferior suavemente, con una sonrisa adornando su aniñado rostro, sin darse cuenta comenzó a acercarse de a poco…
“¿Mmh? ¿Qué haces, Hae?”
Rápidamente se incorporó y comenzó a reír nerviosamente, sin saber porqué.
“Tienes unos labios muy bonitos, Hyukkie” ese sincero e inocente comentario hizo que las mejillas de HyukJae ardieran en un rojo intenso.
“¿P-por qué dices esas cosas?” preguntó mientras se llevaba las manos a su sonrojado rostro.
“Sólo digo la verdad” dijo mientras salía de la cama “y levántate que quiero ir al parque”
Desde ese día, las miradas que DongHae le dedicaba a al pelirrojo tardaban más tiempo en ser apartadas y se descubrió a si mismo pensando más tiempo de lo normal en su amigo, si antes andaban para todos lados juntos, ahora lo hacía más; bueno, DongHae lo seguía a todas partes.
~*~
Los pensamientos que rondaban en su pequeña cabeza no lo dejaban dormir, en sus sueños; que normalmente eran con chicas y extraterrestres, aparecía el rostro del pelirrojo y extrañamente sus labios eran de un rojo mucho más intenso, haciéndolos más apetecibles que de costumbre, siempre que estaba a punto de tocarlos con los suyos, despertaba y maldecía al causante de sacarlo de ese hermoso sueño.
Un día de esos decidió hablar con el que en ese momento sabía más sobre ese tema: SungMin.
En los tiempos entre clases se decidió, después de mucho darle vueltas al si era o no correcto hablar con él, a tomarlo del brazo antes de que saliera del aula para juntarse con KyuHyun.
“SungMin hyung, ¿tienes un minuto?”
“Claro, dime” le respondió mientras era guiado nuevamente hacia el aula de clases, esperó un poco hasta que DongHae cerró la puerta y puso una expresión de ‘te escucho’ para indicarle al castaño que hablara.
“T-tú, ¿cómo te diste cuenta que te gustaba Kyu?, digo, ¿soñabas con él o algo?” al final de la oración su voz era un susurro y sus pies no podían quedarse quietos, estaba nervioso y eso no pasó desapercibido para SungMin.
“Ok, veamos. Si sueñas con él, te dan ganas de besarlo a cada instante y siempre estás pensando en él, te gusta HyukJae”
“¿Q-qué? N-no, a mi no me gusta Hyukkie”
“¿Pero te pasan todas esas cosas que te nombré, verdad?” al asentimiento del otro siguió “Te gusta HyukJae y no me digas que no, acéptalo y veamos qué es lo que podemos hacer para que él acepte también que tú le gustas” comentó cruzándose de piernas y doblando la mano de una forma muy… peculiar.
“¿Yo le gusto a HyukJae?”
“Sí, pero él aún no lo demuestra tanto como tú”
“¿Cómo puedes estar tan seguro? Hyukkie siempre ha sido un macho.”
“¡JÁ!” dejó salir con burla “sí, sí claro. Ahora, si no me crees haz el test que hice yo”
“¿Ese de la revista con la portada de los Jonas Brothers?”
“Sí, esa; así sales de la duda” dijo ya comenzando a levantarse del asiento.
“B-bueno, gracias SungMin hyung”
“No hay de qué” y salió por la puerta hacia donde KyuHyun lo esperaba.
~*~
“Hyukkie, según éste test yo te gusto” soltó un día DongHae mientras se sentaba al lado del pelirrojo con la revista de los Jonas Brothers en la mano.
“Pues, ese test está mintiendo” contradijo rápidamente el mayor “a todo esto… ¿por qué hiciste un test? Eso es de las revistas para chicas.”
“Pero es que si la compraba me daban de regalo un DVD con el especial de ovnis y cosas sobrenaturales de NatGeo*” mintió.
“Ese lo viste la semana pasada en mi casa, Hae”
“Pero igual lo quería” dijo mientras un hermoso puchero se formaba en sus labios.
“De igual manera deja de hacer esas cosas”
~*~
Al no obtener los resultados esperados se vio obligado a recurrir a su mentor: SungMin.
Fue un poco difícil dar con él, ya que en el receso no lo pudo alcanzar a tiempo y nadie lo había visto, después de dar vueltas por todo el patio trasero de la escuela y de escurrirse por lados que ni el mismo conserje sabía que existían, lo encontró entre los matorrales que habían detrás de los baños viejos, claro que no estaba solo, KyuHyun estaba con él y no estaban precisamente hablando.
El intercambio de saliva que tenían, porque no era un beso, a DongHae, que era nuevo en ese mundo de personas gays y esas cosas, se le hizo un tanto extraño y curiosamente apetecible el poder besar así, porque se notaba que los dos disfrutaban en demasía.
De todas formas, tenía prisa y al separar a ese par le haría un gran favor a la demografía mundial.
“¿SungMin hyung?” dejó salir con un poco de miedo “Min hyung” canturreó “¡YAH! ¡LEE SUNGMIN!”
Con eso logró separar el nudo de lenguas que tenían y aparte de captar la atención de la pareja, también se llevó las miradas de odio más espeluznantes que jamás vería en su vida.
“¿QUÉ.MIERDA.QUIERES.LEE.DONGHAE?” dejó salir con el odio dominando en sus palabras, su voz se volvió más grave de lo normal y KyuHyun también lo miró con escepticismo al ver ese lado de su novio.
“E-eso del t-test…”
“¡Ah!” cambió rápidamente su semblante a uno más emocionado y se separó rápidamente del más alto para luego agarrar firmemente el brazo de DongHae e ir a esconderse velozmente a los viejos baños que había allí cerca.
“Bueno, cuéntame. ¿Lo aceptó, te besó o qué?” dijo con un brillo muy extraño en sus ojos, como el que tiene una adolescente al ver a dos de sus ídolos tocarse provocativamente en el escenario.
“Sólo lo negó y me dijo que no hiciera más de esas cosas” lloriqueó.
“Eso lo dijo para que no lo descubras”
“Pero SungMin hyung, él dijo que no le gustaba”
“¿Tú crees que alguien que ha sido heterosexual toda su vida va a admitir que es gay de un día para otro?”
“N-no, pero…”
“Pero nada, tú ya sabes que le gustas, ese test no miente”
“¿Y si hago otro?” preguntó con un brillo en los ojos.
“Te saldrá la misma respuesta, pero si así tú te sientes más seguro está bien, haz otro test”
~*~
Las respuestas por parte de HyukJae no variaban mucho con el pasar de los días y de las cantidades de test que ya había hecho DongHae, visitó muchas veces más a SungMin, ganándose muchas más miradas de odio e improperios hacia su persona, éste sería el último test que haría y si las respuestas no variaban se rendiría y aceptaría la propuesta del gay alfa de la escuela, SiWon, para irse con él a su mansión en Estados Unidos.
“Hae, esos test son inútiles”
“…”
“Hae, entiende, tú no me gustas”
“Pero si tú me abrazas mientras duermes, me dices que me quieres y me tomas la mano inconscientemente, si haces todo eso es porque te gusto, ¡aquí lo dice!” y otro puchero apareció en sus finos labios mientras apuntaba una página de la revista adornada con corazones y cosas gays. HyukJae sólo lo observó mientras iba acercándose lentamente a él mirándolo directamente a los ojos.
“Lee DongHae, esos test mienten vilmente”
“P-pero…”
“Ssh” lo interrumpió el mayor “tú no me gustas, yo te amo, Hae.”
“¿E-en serio?” preguntó incrédulo el castaño al tiempo que sonreía y abría sus ojos desmesuradamente.
“Sí, en serio; de aquí al infinito, ida y vuelta, a pasito de caracol” comentó dejando ver su hermosa sonrisa.
“Entonces… ¡yo te amo el doble de eso!”
“Mejor nos amamos los dos de igual manera… y sí, mucho, mucho, mucho” añadió cuando vio que DongHae abriría la boca para reclamar el castaño se abalanzó contra el pelirrojo juntando sus cuerpos en un apretado abrazo.
Cuando DongHae se dignó a soltar a HyukJae se separaron lentamente y sonriendo juntaron suavemente sus labios, dejándolos estáticos un momento, intentando acostumbrarse a la deliciosa sensación que les recorrió la espina dorsal al hacer contacto sus labios, profundizaron de a poco; como si el tiempo se hubiera detenido al momento en el que cerraron los ojos…y bueno, lo que pasó después corresponde a otra clasificación.
Hmp…adolescentes.