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Deseo De Venganza por Yosei-Ame

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Notas del fanfic:

Este es un desafío de: La_Oscura_Reina_Angel Con la pareja Kakashi x Iruka como principal. Secundarias muchas y clásicas XD.

En este fanfic en especial juego con los personajes, como con su personalidad así que no son cien porciento ellos XD Sobre advertencia no hay engaño.

¡Juguemos con los personajes! ¡Pero recuerden que estos no me pertenecen!

~Midorico~

Notas del capitulo:

Bien esta historia, es una historia con mis ideas y la mayoría mis diálogos, Midorico se ha encargado de estilizarlo y corregir alguna que otra falta que a mi se me haya pasado, aun así no esta exento de faltas de ortografía.

Midorico-san también a jugado con los personajes un poco más que yo, así que este fanfic es casi más de ella que mio.

Soy nueva en esta sección, pero me anime ha escribir mis tontas ideas gracias a que conocí a Midorico-san en la red social más visitada –Facebook- y después me vine enterando que estudiábamos en la misma universidad. ¡Que emoción! ¡Una autora como ella en persona! –dejando de lado lo impuntual que es, por que lo es en todos los aspectos XD y es al verdad-. Pensé que se negaría ayudarme, pero es una chica muy linda y accesible, aunque un poco ocupada se presta para ayudar a las chicas amantes del Yaoi.

Como ya lo ha dicho Midorico-san, los personajes no nos perteneces.

~Yosei Ame~

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†·•·‡†·•·‡†·•·‡†·•·‡†·•·‡ Adiós †·•·‡†·•·‡†·•·‡†·•·‡†·•·‡

 

 

Me has dado tu ultimo adiós, pero… ¿Por qué sigo creyendo?

 

 

Caminabas con los zapatos que te regale. Besándolo como si no significara nada. Abrazándolo con la colonia que te regale…

Probablemente le dirás las mimas promesas que me dijiste al oído… Pienso que es demasiado tarde para nosotros ¿Alguna vez me amaste? ¿Realmente nos amamos? ¿No podremos traerlo de vuelta? Me pregunte esta noche mientras escribía esta carta, pero me di cuanta que bajo este estrellado cielo, estoy realmente herido.

¿Cuándo cambiaste? ¿Ya no estoy dentro de ti? Cuando pienso en ti me lastima, me lastima.

Seguramente leerás mi estúpida carta como si no fuera nada, lo mismo hiciste la noche pasada, ignoraste mis lagrimas como si no fueran nada ¿Al menos lo notaste? Tú calmadamente te recostaste junto a mí e iniciaste la conversación.

Sé que no puedes decir que esta mal, decir que no tienes arrepentimientos, sé que ni siquiera queda el más mínimo sentimiento y aunque lo diga tan severamente… es la dolorosa verdad. Tú no me amas, o al menos ya no lo haces.

Aunque no podamos vernos más, sabré que no eres el chico que solías ser. Ya que eres tan diferente al que ame, comparado a ti ahora.

Antes de partir de la habitación, me quedare de pie, mirando como todo lo que construimos se desvanece y llorare, pensando “No puede ser, no puedo reconocerlo… ¡Ya no eres mio!”

¿No puedes volverte hacia mí? ¿Por qué cambiaste? ¿No puedes seguir amándome? ¿Es el final?

Al menos se, que: Sí, es el final… o por lo menos es lo que deseo… por que cuando pienso en ti, esa noche…

Me lastima, duele…

Adiós, Kakashi.

 

 

Cuando Kakashi Hatake conoció por primera vez a Iruka Umino, supo que era su alma gemela. Supo que aquel ángel había caído del cielo especialmente para el.

Fue entonces que agradecía infinitamente ser amigo del aquel prepotente y detestable Uchiha. Que a pesar de ser un buen amigo no solo en la escuela, también era un gran compañero de trabajo, el cual, más por cortesía que por algún otro motivo, le presentaba al angelito que había atravesado las puertas de su pequeña oficina compartida.

 

Itachi e Iruka Uchiha eran hermanos, hijos del matrimonio entre Obito Uchiha y Neji Umino. El protocolo dictaba que solo el primogénito debía portar el apellido del padre varón, sin importar si era o no un doncel. Los hijos siguientes, varones, podían elegir sus apellido, pero los donceles debían portar el del padre doncel. Era por aquella razón, que no habría pensado que aquellos dos fueran hermanos, Itachi se parecía no solo físicamente a Obito, mientras que Iruka tenía tola la fachada de Neji, desde su cabello hasta ese brillante ingenio que solo mostraba cuando era necesario.

 

Claro que no podía hablar mucho de los parecidos y demás cosas, siendo el integrante de una familia tan rara como la de su amigo. Su hermano mayor era un hermoso doncel que tenía el privilegio de gozar el apellido Uchiha, mientras que el, él segundo heredero, había decidido adoptar el apellido de su abuelo. Su oto-chan le había reiterado varias veces que se parecía tanto a Sarutobi, que verlo decidirse por aquel viejo apellido lo hacia sentir orgulloso. Su oto-san no había comentado nada, siempre dispuesto a obedecer a su esposo, si no supiera que sus padres se amaban con locura pensaría que su oto-chan lo manipulaba a su conveniencia.

 

 

-Kakashi-escucho el susurro desde la puerta de su despacho-¿Puedo pasar mi niño?-pregunto con una sonrisa tranquila.

 

-Tú siempre eres bienvenido oto-chan.-respondió como afirmación para el rubio de ojos azules que al adentrarse serró la puerta detrás de él.

 

-Creí que estarías ya en el aeropuerto-tteba.-Kakashi sonrió con un poco de alegría.

 

-Por eso mi hermanito tiene aquella muletilla-comento fuera de lugar, haciendo que el mayor hiciera un pechero de inconformidad y después suspirar.

 

-Aun no puedo creer que todo esto este sucediendo…-susurro, besando la frente del pelo plateado-Me sorprende que Iruka fuera capaz de dejarte de esa forma y más aun…

 

-Oto-chan…-susurro como suplica el menor-Yo… cuando leí esta carta, yo…-arrugo la hoja de papel vieja por el tiempo, amarilla y sucia por ser leída una y otra vez, odiada por anunciar el dios, aquella hoja que infinidad de veces había retenido las lagrimas de su destinatario.

 

-Lo se hijo, lo se…-consoló acariciando los claros cabellos.

 

-No se como vivir sin el, no se como respirar en la vida, no se como dormir sin el… no se como detener mi corazón, me digo que me gustaría detener cada día del pasado y sabiendo que no puedo, lo extraño-Kakashi se escondió en el pecho de su padre, que con una sonrisa triste escuchaba los lamentos de su niño-me hubiera gustado detenerlo, incluso si lo lograba, no se como pero quiero intentarlo, quiero creer que el piensa lo mismo.

 

-¿No sabes?-pregunto curioso el de cabellos rubios-Se que lo has pensado todo este tiempo, ¿Qué le hubieras dicho Kakashi?-el menor tardo en contestar.

 

-No me digas adiós… no se como sonreír sin ti, no se como esperar por ti…

 

-¿Qué le quieres decir hoy cuando lo veas?

 

-Me has dado tu último adiós, pero ahora creo en lo que piensas. Ahora sé que te extraño todo el tiempo. No vuelvas a decir adiós.

 

 

·•·‡†·•·‡†·•·‡ Adiós ‡†·•·‡†·•·‡†·•·

 

 

-Así que… ¿Te vas?

 

 

Hacia media hora que su oto-chan había salido de su despacho, mientras que le recomendaba ir a hacer las maletas. Seguramente se llevaría más de una semana por aquel continente, pero no le importaba nada más que volver a encontrar a su castaño esposo. Incluso se había olvidado de Sasori.

Un chico pelirrojo que había estado detrás de el desde que tenia memoria, era le mejor amigo de su hermano Deidara, por tanto se conocían desde hace mucho tiempo, pero Kakashi no le podía ver como algo más que un hermano mayor… o menor ya que siendo un doncel era más bajito que el mismo. Claro hasta hace un tiempo atrás que habían compartido no solo la cama.

Sabía que Sasori le había jurado amor, fidelidad e incluso paciencia y comprensión. Pero el jamás le había confirmado ni negado nada, por que sabia que cuando llegara el día que encontrara a su esposo, lo dejaría todo, todo por volver a ver al castaño que le lastimo tanto.

 

 

-Tengo que irme lo antes posible, Iruka puede volver a escapar y…

 

-¡Iruka esto! ¡Iruka el otro! ¡Estoy arto que en esta casa solo se hable de el!-grito con amargura al de cabello rojo-¡Incluso en la calle me tratan como tu amante! ¡Cuando fue el quien te abandono! ¡El debería ser olvidado no yo!-grito histérico, corriendo a la cama, donde Kakashi hacia su maleta y que segundos después se encontraba en el suelo, esparciendo todas las prendas que pretendía guardar-No te bayas Kakashi, olvídalo yo puedo darte lo que él te ha negado…suplico entre sollozos.

 

-Aun con todo el daño que me ha hecho, yo…

 

-¡No lo digas! ¡No lo…! Digas-susurró, tirándose a los pies de Kakashi-Por favor, por favor ámame solo a mi…-Sasori sabia que se veía patético, por que en realidad así era.

 

-Sasori, por favor…-pidió el pelo plateado, inclinándose a su altura, acomodándole su flequillo y besando su frente-Iruka siempre…-y dejo de escuchar lo que sabia ya de antemano.

 

Porque Kakashi desde siempre había sido su gran príncipe azul, desde que Deidara se lo había presentado, el pelo plata había cautivado su frio corazón, había desaparecido todo a su alrededor cuando ese varón le había sonreído de lado como saludo. Simplemente se había enamorado perdidamente de él y claro que había intentado de todo para llamar su atención desde ir a su casa a diario hasta pedirle ayuda a su amigo. Pero nada de eso había funcionado, por que al parecer el segundo hijo de la familia Uchiha estaba enamorado de otra persona.

Y había odiado a ese maldito doncel, lo había diado con toda el alma pues gracias a él, Kakashi ya no pasaba el suficiente tiempo en casa como antes, ya no cenaba en familia y por tanto no le veía en los días en que era invitado a al cena familiar. En verdad había detestado a ese doncel que le quitaba tiempo con su príncipe. Porque sabía que tenía que ser un doncel, Kakashi jamás habría estado interesado en faldas, preferencia que había sido comentada por su rubio amigo. Por esa razón se había echo aun, más falsas ilusiones.

Pero cuando descubrió que era Iruka…

 

 

-¡Lo odio! ¡Lo detesto! ¡Lo aborrezco!-grito interrumpiendo a Kakashi-¡El que siempre te tuvo te dejo ir! ¡Tú también déjalo ir! ¡Maldita sea!-se aferro al cuerpo de su amante, enterrándose en el pecho del Hatake ¡¿Tan poco valgo?! ¡¿Soy tan miserable?!

 

-No Sasori, eres un doncel que vale muchísimo, más de lo que te puedes imaginar-aclaro Kakashi, consolando al muchacho que hipaba entre sus brazos-Quizá sea Iruka quien no vale nada, el maldito y bastardo que me abandono y no tuvo compasión en destruir mi vida-suspiro y tomo a Sasori por los hombros para mirarle directo a los ojos-Pero es mi esposo, el padre de mi hijo y la persona que sufrirá mi venganza-Sasori le miro sorprendido.

 

-En-Entonces tu… ¿Ya no lo amas?-pregunto esperanzado.

 

-Eso ni siquiera lo tengo claro, pero puedo decirte que si Iruka debía ir al infierno por su abandono, yo me asegurare de ir con el para seguir torturándole después de la muerte, pero antes le are vivir en vida lo que él me ha hecho estos trece años. Por eso no quiero que estés junto a mi cuando me convierta en un demonio…

 

-A mi… yo…

 

 

·•·‡†·•·‡†·•·‡ Adiós ‡†·•·‡†·•·‡†·•·

 

 

A pesar de trabajar por su cuenta y atravesar varios obstáculos por su condición, vivían de una manera más que modesta, no podía quejarse de que le faltaran cosas o su casa fuese un lugar lúgubre y de mal aspecto. Al contrario, había encontrado a tan buenas personas en aquel pequeña ciudad, había encontrado un buen empleo y a amigos inigualables.

Londres, Hounslow definitivamente había sido el lugar donde habían pasado al mayor del tiempo, se habían establecido por más de cinco años en ese lugar. Definitivamente había aprendido el arte del oficio en el escape de la búsqueda de Kakashi. Cuanto había agradecido saber en quien confiar en aquella pequeña localidad.

También había agradecido haber inscrito a su pequeño niño en aquella tan prestigiosa escuela, pues al parecer había encontrado al amor de su vida… que rápido crecía su pequeño y hablando de él, debía ir a ver al pequeño diablillo.

 

Subió las escaleras para llegar a la entrada de la habitación de su primogénito, pero se detuvo al escuchar a su niño hablando por teléfono.

 

 

-Deberías habérmelo dicho, podía haberte…-hubo un silencio y después escucho como su hijo seguramente azotaba la puerta de su armario-No logro entender porque…-otro silencio, que lo desespero, seguramente una pelea se aproximaba-¡No voy a mentir! ¡Yo te presente a mi familia! ¡Seria justo que tu también lo hicieras, pero veo que tu aun no estas preparado…!

 

 

Se alejó con decepción de la puerta, su pequeño niño estaba sufriendo por sus decisiones. Suspiro y se encamino a su habitación.

Cuando entro a su habitación, miro las fotografías en su mesita, donde mostraban a su pequeño pelinegro de diferentes edades siempre junto a  él. Siempre aferrándose a él, su oto-chan y lo agradecía, en verdad lo agradecía. Pero ahora, eso le estaba causando problemas, sabia de la personalidad de su pequeño, sabia que era muy serio y en ocasiones hasta osco y egocéntrico, pero era un buen chico, era su chico y para él era perfecto. Claro para los padres sus hijos son lo máximo, ante sus ojos no tienen ningún defecto. Incluso cuando se enamoran, solo les desean lo mejor…

Pero cuando su niño llego de la mano con ese rubio le sorprendió. Le sorprendió que su pequeño de ojos negros le presentara con tanto orgullo y seguridad a su pareja. Que según al historia que le conto esa misma noche, había conocido al de cabellos sol en al escuela, al parecer había sido un alumno de intercambio con quien desde un principio no se había llevado del todo bien, hasta ahí todo perfecto. Entendía que con el paso del tiempo y su nada sana convivencia, terminaron enamorándose y lo entendía él también había sido un pre-adolecente.

Lo que le disgusto apenas escucho, fue que su novio era, como todo alumno de aquel colegio, hijo de un hombre rico que estaba en contra de una relación como al que ellos llevaban. Al principio no comento nada, al parecer su hijo estaba de acuerdo en que la relación solo fuera en la escuela o en su casa, pero de algunas semanas para acá, siempre veía discutir a su hijo con su novio y siempre por la misma causa: la familia del rubiales.

 

Suspiro y se recostó en la cama llevándose una mano al vientre, acariciándolo y sonriendo con nostalgia.

 

 

-Oto-chan…-escucho que le llamaban desde la puerta, tocando dos veces, para después esperar el permiso para pasar. Iruka rio.

 

-Adelante amor, no seas tan formal conmigo-sonrió al ver entrar a su hijo con el seño fruncido, serrando tras de el la puerta-No me importa que hagas esa fea cara, siempre serás mi niño, mi amor y mi vida-aclaro ante el evidente comentario molesto de su hijo, que se sento junto al castaño, que se incorporo para besarle la frente-¿Quieres contarme?

 

-Creo que no duraremos mucho…-susurro dejándose caer de espaldas en al cama. Iruka entrecerró su mirada, mirando sin mirar a la nada.

 

-Lamento no haberte podido criar en un mejor ambiente.

 

-No es tu culpa oto-chan.-tomo la mano de su padre, para llamar su atención-Ni tu ni yo tenemos la culpa de haber crecido en una familia normal y corriente. Tampoco lo deseo-le sonrió como solo a su oto-chan y novio hacia.

 

-Tu pudiste haber nacido en cuna de oro tesoro-Iruka acaricio con carillo la mejilla de su pequeño, acostándose a su lado-Pudiste haber tenido abuelos mimosos, tíos ricos que te malcriaran y un padre que te complaciera en todo, pero… te toco un oto-chan como yo-sonrió con nostalgia imaginándose todo lo que su pequeño podía haber tenido.

 

-Agradezco haber tenido a un padre como tu, no me importa lo demás-aclaro, serrando los ojos para sentir mejor las caricias de su progenitor-Por esa razón no me avergüenzo de mis orígenes, no te preocupes oto-chan.

 

-¿Es todo por tu novio?-pregunto curioso Iruka, su niño jamás había hablado de vergüenza aun cuando había entrado como becado en aquella elegante escuela, hasta hora, y eso le atraía mucho.

 

-El… él tiene una reunión familiar importante-comenzó a relatar no sin cierto cansancio y decepción-Su hermano viene de visita a Londre y los visitara, al parecer toda su familia se reunirá y no podrá salir esta noche…

 

-¿Se olvido de que día es hoy?-interrumpió sorprendido, veía a al pareja de su niño despistada, pero no creía que lo fuera.

 

-Si olvido que hoy… cumplimos un año…

 

-¡Oh! ¡Sa…!

 

 

Pero fue interrumpido por el tocar del timbre de la casa. Iruka miro con el seño fruncido en dirección a la puerta, mientras su hijo sonreía de lado debido a la buena suerte que poseía. No quería verse entre los brazos mimosos de su oto-chan, no quería llorar en el regazo de su adorado padre. Agradecía a la visita inesperada de quien fuera quien fuese.

Con molestia su padre se paro de la cama, revolviéndole los cabellos con suavidad y sonriéndole para decirle que regresaría en un momento. Vio salir a su padre, que con ese calmado caminar atraía a más de un varón, recordarlo lo hizo fruncir de nuevo el ceño. Era igual de posesivo con su novio como con su oto-chan, aquellos dos donceles solo le pertenecían a el.

 

Mientras Iruka bajaba las escaleras, no pudo reprimir un suspiro, los problemas de los adolecentes eran un gran abismo sin fondo, ¡Y su niño aun no estaba en la adolescencia! Su pequeño azabache apenas tenia trece añitos, a su parecer era aun un pequeño niño que necesitaba de sus cuidados.

Llego a la puerta principal y volvió a suspirar, ¿Quién seria? Era muy temprano para una visita en el fin de semana. Con una sonrisa amable abrió la puerta.

 

 

-Buenos días que…-pero se quedo sin palabras cuando el de enfrente le miro directo a los ojos.

 

-Cuanto tiempo Iruka.

 

-Oto-chan, ¿Quién es?-interrumpió su hijo, bajando las escaleras mirando en dirección a la puerta donde un muy sorprendido Iruka le miraba.

 

-Ve arriba-ordeno con convicción y sin lugar a replicas.

 

-Pero…

 

-¡Te he dicho que vayas arriba! ¡Obedece Sasuke!

 

 

Miro como su niño subía sin chistear, de nuevo al segundo piso. Después se dirigió a la persona que aun seguía en el marco de la puerta. No podía creer que estuviera ahí, después de tanto tiempo de haberse escondido de su sola presencia.

 

-¿Qué se le ofrece señor Hatake?

Notas finales:

Cuando Midorico-san se enoja, es ¡aterradora! >.

Hoy, en su correo se disculpo por mirarme y casi matarme el viernes, haha Te perdono sempai, solo porque me enviaste el capitulo XD

Espero les haya gustado el capitulo, como a mi me gusto leer las correcciones de Midorico-sempai y me nos sigan en el siguiente capitulo que ya esta horneandose.

Yosei Ame


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