... No fui suficiente…
Naruto.
Las típicas historias de amor, suelen empezar con un chico y una chica que se conocen y al pasar el tiempo poco a poco se enamoran. Y luego de algunos obstáculos se hacen merecedores del amor verdadero.
Las cosas cambian un poco cuando los protagonistas somos dos chicos, en especial la cantidad de problemas a superar, y la incertidumbre se hace latente; al igual que el miedo. Es verdad, son elementos básicos en cualquier relación. Pero creo que en este tipo son más fuertes o quizás se debe a que lo viví.
En fin, vale la pena luchar por superarlos si la recompensa es el amor.
O eso es lo que comúnmente se cree…
Porque hay ocasiones, en las que al conseguirlo… uno no obtiene la felicidad o al menos no la esperada.
Este es el resumen de mi historia:
Sasuke y yo nos conocimos en la adolescencia. Al principio no nos llevamos nada bien, él era el chico perfecto y yo… sólo… un remiendo de ser humano. Lo sé, suena exagerado, pero así era. Yo buscaba reconocimiento y aceptación por parte de mis compañeros.
El amor de una familia, afortunadamente, si lo tuve, ese no era el problema. Pero por alguna extraña razón nunca les agradaba a los chicos de mi edad. Siempre me hacían menos, o tal vez no eran ellos… sino yo y mis múltiples inseguridades, los que dábamos pie a que pasara.
Con eso de que los adolescentes huelen el miedo como los perros, nunca se sabe.
Me sentía tan feo y poca cosa. No buscaba amor, sólo quería amigos; por eso en cuanto lo vi, lo odie. Odie que todo el mundo lo alabara como si se tratara de un dios. Y que él los viera – nos viera- como la mugre en sus zapatos.
Pero al mismo tiempo, su personalidad me atraía. Era lo opuesto a mí, lo que siempre quise ser.
Él lo tenía todo y aún así… Solía verse vacio… con la mirada perdida… como si anhelara algo.
No hace falta decir, que tenía amigos a montones y que las chicas se derretían al verlo pasar, pero no importaba el número de personas a su alrededor, el se vía sólo.
Empecé a molestarlo y meterme con él…
El plan era interesarle, con el tiempo volverme su amigo y así usarlo hasta volverme popular. Pero él seguía ignorándome hasta que un día… todo empezó a cambiar… me permitió poco a poco acercarme y conocerlo…
Y descubrí que detrás de esa mascara estaba alguien, abandonado y con el espíritu frágil.
Desee protegerlo de todo… y sin darme cuenta… mis planes cambiaron, me sentía culpable por haber iniciado una amistad con objetivos tan egoístas...
Hasta que un día escuche por error, que él había apostado ser capaz de seducirme, usarme y deshacerse de mí, cual vil basura…
Sentí mi corazón romperse, pero aún así… me enfrente a él…
No lo negó…
Pero me dijo que antes de conocerme, no importaba con cuantas personas estuviera o cuanto lo alabaran, al final se sentía más solo que nunca… Sin embargo, conmigo se sentía el mismo, sin complejos y mascaras… Que era su amigo, su único y mejor amigo…
Y yo lo perdone…
Empezamos a salir -como amigos-… En alguno de esos paseos, me conto que su familia lo trataba mal; que sólo era la sombra de su hermano mayor…
Sólo entonces conocí al verdadero Sasuke, un ser humano como los demás. Con miedos y vacio como un hermoso cascarón… Y lo ame.
Salíamos a tomar el sol o a tomar un helado, hacíamos la tarea y peleábamos siempre… Era muy divertido… Le presente a mis padres y al poco tiempo era un miembro más…
Y en un abrir y cerrar de ojos… la secundaría y preparatoria habían terminado…
Recuerdo que un día habíamos salido a pasear por un parque, cuando de la nada se acerco y me beso, un simple roce y al separarnos me dijo que me amaba y me sentí volar… La vida era perfecta.
Y siendo novios iniciamos la universidad; el opto por mecatrónica y yo por psicología.
Lo sé parece extraño y lo era. Es verdad, que en secundaría yo era un ser hecho de complejos, pero al tener un amigo a mi lado, los miedos e inseguridades poco a poco desaparecieron.
Deje de tratar de llamar la atención y de comportarme con un imbécil necesitado de amor… Sasuke me enseño a sentirme primero como un ser humano digno de respeto y de amor… y luego el muy teme, me pego sus aires de grandeza y superioridad…
Afortunadamente, mi verdadera personalidad salió a luz, porque estoy seguro de que la sociedad no podría con dos temes creídos…
Hice muchos amigos.
Gracias a él… conseguí lo que muchas personas no tienen jamás…
El valor de ser ellos mismos… sin miedo a quedarse solos.
Porque yo tenía a Sasuke y sabía que sin importar nada, el nunca me dejaría.
Lo sé es tonto, funde mi vida en el supuesto, de que él estaría ahí siempre…
Y así como él lo hizo por mí, yo lo haría por los demás. Les ayudaría a encontrar el valor para enfrentarse al día, día y a todos los problemas que implica…
Es cierto, ya casi no nos veíamos, pero cuando lo hacíamos nos contábamos todo… Y era muy divertido, gracias a eso nunca nos aburríamos del otro… lo que suele pasar en las parejas que llevan mucho tiempo juntos… pierden la chispa y caen en la rutina… Nosotros parecíamos sobrevivir.
Y así al cumplir 25, decidimos irnos a vivir juntos. Al principio todo fue como miel sobre hojuelas. Todos los días parecían mágicos. Hicimos el amor en cada uno de los rincones de la casa.
Todo iba perfecto, ambos teníamos excelentes trabajos, un hogar y muchos sueños juntos.
En cuanto a mí, me sentía volar. Todo era perfecto y no podía pedir nada más.
Vivamos todos los días como un mar en calma…
Supongo que ese fue el problema.
Tener al “amor verdadero” y vivirlo no fue suficiente, al menos no para él…
La tan temida rutina termino estableciéndose en la casa, sin darnos cuenta… Las charlas desaparecieron y aumentaron los momentos de soledad.
El parecía necesitar algo diferente, algo nuevo. Ya no era suficiente hacer el amor. No, él quería pasión, aventura.
Al poco tiempo empezó a volver tarde y con algunas copas de más. Y un día lo que más temía ocurrió. Lo oí susurrar en sueños el nombre: Sakura. Y entonces conocí el verdadero dolor.
Supe que yo ya no vivía en sus sueños, ni en sus pensamientos, que había encontrado a alguien nuevo para llenar ese vacío en su interior…. Que no fui suficiente…
Esta es la realidad. La triste y cruel verdad.
Me llamo Uzumaki Naruto y mi “amor” se esté esfumando, sin que pueda evitarlo. Se evapora como el agua de un charco con el sol del medio día.
Y saben que es lo más triste…
Que sé que antes de ella hubo muchos y muchas más intentando llenar el vació en el corazón de mi teme… Sé que nunca fui el único, pero mi subconsciente me engañaba y me ayudaba a bloquear la verdad…
Nunca fui suficiente.
Lo sé, tenía que haber aceptado desde el principio que las personas no cambian, y que las palabras de amor, son sólo eso… Palabras… promesas al aire.
Pero hoy aprendí la lección.
Por eso ahora me encuentro empacando mis cosas, para marcharme de su vida y que él pueda traer a Sakura… o a cualquier otro.
Pensaran que soy un santo o un dobe- como solía decirme Sasuke- Y lo más seguro es que sea lo segundo… pero sé que aunque me valla y él me olvide…
Su amor por “Sakura chan” no será eterno. Quizás dure más que el suyo por mí…
Sinceramente lo dudo…
Les confesare algo. Lo que más me duele… incluso mucho más que su traición es saber que seguirá vacio por siempre. No importa con cuantas personas este, ni cuanto lo amen o el diga “amarles”
Nunca nada será suficiente para llenar su vacio corazón.