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Un mundo para nosotros por szukei

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Capítulo nº1: "Verdades y Sentimientos"

 

El olor a tiza estaba impregnado en el aire, pero ya estaba acostumbrado a aquél aroma. Estaba feliz a más no poder, junto a su hermano se habían preparado arduamente para ese decisivo momento, el cual habían esperado pacientemente. El círculo de transmutación humana estaba dibujado en el suelo de la habitación, abarcándolo casi por completo. Un recipiente de fierro reposaba en el centro del círculo, allí iban a parar los elementos químicos que se necesitaban para crear un cuerpo humano.

- 35 litros de agua, 20 kilogramos de carbón, 4 litros de amoníaco, 1 kilogramo y medio de cal, 800 gramos de fósforo, 250 gramos de sal, 100 gramos de salitre, 80 gramos de azufre, 7 gramos y medio de flúor, 5 gramos de hierro, 3 gramos de silicio.

Ed, con 11 años de edad, repasaba la lista de elementos por tercera vez, y cuando hubo constatado que no faltaba nada, cogió un cuchillo y realizó un pequeño corte en sus dedo índice, al igual que en el de Al, para obtener unas cuantas gotas de sangre, las cuales otorgarían la información del alma.

- ¿Estás listo, Al?

Su hermano menor, de entonces 10 años de edad, asintió sin poder hablar, no tenía miedo, pero sentía que algo no saldría como esperaban. Sin embargo, al ver la sonrisa de Edward y un fervor brillante en sus ojos, Al se dió cuenta que era un momento muy especial para su hermano, para ambos en realidad, y comenzar a dudar a esas alturas no serviría de nada. Para esto habían entrenado tanto, no había marcha atrás.

Los hermanos colocaron sus manos sobre el círculo de transmutación al mismo tiempo, y un aura azul invadió la habitación. Pero de pronto, un aura oscura se presentó en el lugar. Edward intentó mantener la calma, hasta que tuvo que reconocer que algo definitivamente no andaba bien. Y justo cuando creyó que nada podía salir peor, unas manos oscuras salieron del interior del círculo, y cogieron la pierna izquierda de Ed, arrancándosela de un tirón.

- ¡¡¡Hermano!!!

Los ojos de Ed estaban borrosos por las lágrimas de dolor, y siguiendo el grito de su hermano, lo buscó por la habitación. En un principio creyó que le había gritado para saber si se encontraba bien, pero luego Ed pudo ver mejor y notó que las manos oscuras estaban jalando a Al.

- ¡¡¡ALPHONSE!!!

Y en unos segundos, su hermano había desaparecido en frente de sus ojos. ¡Su único hermano había sido deborado por la alquimia! La pérdida de sangre lo estaba debilitando, pero el deseo de recuperar al único familiar que le quedaba fue mucho más fuerte, y Ed se arrastró como pudo hasta una vieja armadura que permanecía colgada en la habitación. Con una cinta médica, Ed trató de contener la pérdida de sangre de su pierna, mientras que con todo el esfuerzo que le quedaba se dedicó a dibujar un círculo de alquimia para sujetar el alma de Al en aquella armadura.

- Demonios, ¡demonios!... Devuélvanmelo, tomen mi pierna, tomen mi brazo, ¡tomen mi corazón! Pero devuelvanmenlo, devuelvanmenlo, ¡¡¡es mi único hermano!!!

*****

La alarma del reloj despertador estaba sonando bulliciosamente, estaba demasiado cansado como para apagarla él mismo, así que esperó a que Roy la silenciara. Pero pasaron los segundos, y la alarma continuaba molestando.

- ¡Maldita sea, apágate ya estúpido aparato!

Cogió el reloj y lo lanzó hasta la pared, y finalmente dejó de sonar. Trató de calmarse un poco, y cuando se volteó, se dió cuenta de que estaba solo en la cama.

"Otra vez, otra vez lo mismo" pensó para sí, mientras se acomodaba y abrazaba la almohada de Roy. Siempre supo que las cosas no andarían bien entre él y Roy, sobretodo porque sabía que Roy estaba perdidamente enamorado de Riza, pero sin darse cuenta se había prestado para ser su amante de vez en cuando.

Siempre lo supo. Sabía que Riza jamás le iba a creer a Roy sobre lo que sentía por ella, sabía que Roy era un hombre orgulloso que le gustaba tener lo que quería, sabía que se había enamorado de un hombre mayor y además enamorado de otra persona, sabía que estaba siendo usado, pero no le importó nada. Se le había presentado la oportunidad de estar con el hombre que amaba en secreto, y mejor tenerlo así que a simplemente no tenerlo. Además, era algo muy esporádico, una vez cada dos meses se encontraba con un Roy algo más amable de lo usual, que lo citaba a una "reunión privada" en su propio apartamento, y terminaban en la cama apenas abría la puerta. Al día siguiente, muy temprano en la mañana, Roy se marchaba a su oficina para estar a solas con Riza, y aunque la trataba más cariñosamente, Riza mantenía la distancia con él, consiguiendo que Roy se tragara sus sentimientos, y que el círculo vicioso volviera a empezar.

"Será mejor que me vaya, Al se debe estar preocupando por mí". Sin mucho ánimo, Ed se encaminó hasta el cuarto de baño, y por primera vez desde que su relación con Roy comenzó, no se inmutó ante el agua fría que salía de la ducha. Solía bañarse en casa, pero ese día ya no soportaba el olor a sudor de la noche anterior que tenía impregnado en la piel. Además, el nuevo perfume de Roy era empalagoso, y aunque era bastante sensual, ya le estaba dando un dolor de cabeza.

Como si fuese parte de su rutina diaria, recogió su ropa, repartida por todo el apartamento, y cuando se hubo vestido, fue a la cocina y se preparó un sandwich con jamón, y una enorme taza de café. Desayunó como si tuviese todo el tiempo del mundo, no quería pensar en nada, todo estaba en silencio a su alrededor. De seguro eran las seis de la mañana, o quizás más temprano todavía, sus ojos le pesaban y sus caderas le dolían, pero era el sueño el que más le estaba molestando. Estaba acostumbrado a dormir bien por las noches, no a tener revolcones feroces en camas ajenas.

Se sonrojó un poco al ver el estado en el que había quedado el apartamento de Roy después de su cariñoso encuentro, pero frunció el ceño al recordar que sólo era algo físico lo que los mantenía unidos por unas horas, ni siquiera un beso tierno, o una cálida mirada, sólo lujuria desenfrenada, no había nada de cariño entre ellos dos. Las cosas no cambiarían nunca, porque ninguno de los dos quería cambiar la relación. Bueno, aunque no quisiera aceptarlo, Ed tenía la esperanza de que su vida amorosa resultara mejor, pero jamás se esforzó por cambiar las cosas, sabía que el amor que Roy le guardaba a Riza era demasiado grande como para disolverlo. Así que nada cambiaría jamás...


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