Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Un mundo para nosotros por szukei

[Reviews - 68]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

ADVERTENCIA: ESTE CAPÍTULO CONTIENE LEMON, ES DECIR, UN ENCUENTRO SEXUAL EXPLÍCITO ENTRE DOS HOMBRES.

 

SI NO TE GUSTA, NO LEAS POR FAVOR.

 Capítulo 21: El río que detiene el tiempo

 

 

 

Le estaba mordiendo el cuello, como un verdadero animal. A Ed le dolía, sus gritos salían de su garganta de forma incontrolable, pero no podía negar que le encantaba ese dolor. Hundió sus dedos entre la coleta de Ling, desarmándola por completo, y su deseo se cumplió: el príncipe logró herirlo levemente con los dientes, haciendo que la sangre de Ed se fundiera en su lengua. Una preciosa marca roja quedaba en su blanca piel, un contraste exquisito con un líquido carmesí que se iba escapando. No sintió lástima por el rubio, es más, sonrió al pensar que la marca era tan íntima que sería un recordatorio de que Ed era suyo, y que se le había entregado sin más.

 

 

 

La punta de la lengua de Ling lo recorrió entonces, suavemente desde el cuello hasta el lóbulo de la oreja derecha. Los gemidos del alquimista eran música para sus oídos, evidenciaban que estaba a su merced, que esa química bestial que tenían producía mil y un choques eléctricos por su espina dorsal, y en situaciones así, su zona palpitaba como una bomba de tiempo.

 

 

 

Ling entreabrió la boca, y resopló en el oído de Ed. Éste, apenas hubo sentido ese cosquilleo, se mordió los labios, contendiendo los jadeantes sonidos que anhelaba dejar escapar. El grueso aliento de Ling lo mareaba como una droga excitante, le hacía perder los estribos, y su cuerpo temblaba de arriba a abajo. Pero no quería gemir, no todavía, perdería el aliento antes de llegar a mayores.

 

 

 

Notó a Ed con los ojos cerrados y mordiéndose sin delicadeza, y la satisfacción y el orgullo le inflaron el pecho. Recién había empezado a recorrerlo, y el alquimista estaba debajo de él perdiéndose en el placer. Sus dedos entonces pasearon por el suave abdomen del rubio, llegando hasta el pecho, sintiendo cada músculo a su paso.

 

 

 

Le quitó la camiseta negra que llevaba, y dejó al descubierto su piel blanca como la leche. A pesar de su edad, Ed estaba completamente marcado, sus músculos estaban tan definidos que parecía ser el cuerpo de un guerrero ya adulto. Hipnotizado, Ling se quitó su camisa también, y atrajo el torso de Ed contra el suyo. Ambos jadeaban, y se miraban ansiosos, con la punta de sus lenguas listas para lamer todo a su paso. Pero Ling fue más astuto, y posó sus labios sobre uno de los botoncillos de Ed, tenso ya desde antes del contacto.

 

 

 

Primero hizo círculos con la punta de su lengua, luego la paseó de lleno como si de una paleta de helado se tratara. Ed gemía de placer, con suspiros casi inaudibles, que solo Ling podía escuchar. El príncipe se llenó de impaciencia a los pocos segundos, y comenzó a mordisquearlo sin mesura, haciendo lo mismo con el otro botoncillo.

 

 

 

Ed se aproximó para besarlo, pero Ling se puso de pie. El alquimista lo miraba con los ojos brillantes, casi rogándole con la mirada de que volviera y lo acariciara otra vez, pero el príncipe no lo hizo. Simplemente se quedó parado, mirando a su amante desesperado y ansioso, y cuando éste quiso pedirle que dejara de verlo, Ling se despojó de la ropa que le quedaba. Era una tortura para ambos, Ling se iba quitando lentamente prenda por prenda, acariciándose intencionalmente con la punta de los dedos mientras se iba quedando desnudo. El roce de las telas le hervían la sangre al rubio, ¡cómo deseaba ser él quien gozara de tocarlo de esa foma! Ed, en vez de apreciar el espectáculo, se colocó en cuatro, y se dirigió hasta el príncipe, que terminaba de quitarse los calcetines.

 

 

 

Ling sonrió levemente, y los labios de Ed se posaron en su miembro. Fue despacio, como un beso tímido, pero fue suficiente para que Ling cerrara los ojos y echara su cabeza hacia atrás, mientras instintivamente colocaba sus manos entre el cabello de Ed, jalándolo con firmeza. Entonces Ed se lo llevó a la boca, hasta lo más profundo que pudo, sintiendo cómo se iba tensando su garganta. Lo hizo dos, tres veces, lentamente de adentro hacia afuera, sin aumentar el ritmo. Ling mantenía su posición, pero ya a la cuarta vez suspiró excitado, con la sangre ardiendo en llamas, y Ed comenzó a succionarlo.

 

 

 

La punta del miembro de Ling se convirtió entonces en el caramelo de Ed, lo succionaba con devoción, empujando su lengua contra él y aprisionándolo contra sus dientes. Ling le jalaba el cabello con fuerza, gimoteando a duras penas, mientras lo miraba con lágrimas en los ojos. Parecía estar perdiéndose en su boca, su fuerza se iba disolviendo, y sus piernas ya convulcionaban, haciendo que su cuerpo entero temblara como gelatina.

 

 

 

-  Ed... Edward, ya... ya basta... Voy a desplomarme sino me... me das un respiro.

 

 

 

Tras lo dicho, Ed se detuvo. Ling sonrió aliviado, pero cuando se disponía a moverse, sintió la lengua de Ed jugar con sus testículos. ¡Que los dioses le dieran la fuerza suficiente para no caer ante semejante placer! Era tan delicioso el contacto de la punta de la lengua de Ed trazando líneas en sus partes más íntimas, que solo pudo poner uno de sus dedos en su boca y morderlo para contenerse de acabar corriéndose antes de tiempo.

 

 

 

Pero cuando sintió su propia sangre en sus labios, Ling notó que solo estar dentro del rubio saciaría su sed de placer. Carraspeó para recobrar la compostura, y fijó sus ojos en el río resplandeciente a su lado.

 

 

 

-  Ya basta de juegos y vamos al grano.

 

 

 

La voz gruesa y firme de Ling lo descolocó, y cuando subió su mirada, los labios de Ling se encontraron con los suyos, fundiéndose en un beso apasionado y profundo, chocando dientes y lenguas. Tras unos segundos, ambos abrieron su boca lo más que pudieron, y la punta de sus lenguas se encontraron, recorriéndose y entrelazándose sin vergüenza. Un hilillo de saliva se presentó entonces mientras Ling se echaba hacia atrás, y Ed se sonrojó al sentir ese líquido tibio caer sobre su pecho.

 

 

 

El príncipe desnudo comenzó a succionar el lóbulo de la oreja izquierda de Ed, mientras lo iba desvistiendo con cuidado, sin alejarse de él. El chico, lleno de impaciencia y con el deseo hirviéndole las venas, se contoneaba para desligarse de la ropa más rápido, pero a Ling se le hacía más difícil concentrarse. Los movimientos del rubio eran inconscientemente sensuales, dejando que ambos cuerpos se rozaran piel contra piel de forma obscena.

 

 

 

Entonces, ya cumplido su objetivo, y con una fuerza bestial salida de la nada, Ling levantó por las caderas al alquimista, quien se mordió los labios al sentir su miembro tenso y desnudo contra su trasero. Los ojos de ambos estaban entrecerrados, y siguieron así mientras se besaban, con agresividad y potencia, comiéndose la boca del otro.

 

 

 

Con la misma rapidez, Ling tumbó de espaldas a su amante, aprisionando sus muñecas con una sola mano, mientras que con la otra trazaba líneas verticales por su torso. Su mirada permanecía fija en la cicatriz que dejaba ver su automail, y se dedicó a pensar en el dolor que habría tenido que pasar Ed cuando perdió su brazo y su pierna, y ni pudo imaginarse lo que habría sentido cuando los automails le fueron instalados y tuvo que aprender a utilizarlos. Pensar en todo lo que había pasado Ed simplemente le parecía triste e injusto, no comprendía por qué había sido esa la voluntad de los dioses. Ed merecía el mundo entero y mucho más, y si él quisiera, Ling se encargaría de hacerlo feliz, darle esa alegría que tanta falta le hacía.

 

 

 

Sus dedos llegaron al miembro de Ed, casi al descubierto de no ser por esas pelusas rubias casi imperceptibles, tenso y necesitado de atención. Lo acarició de arriba a abajo, suavemente, mientras miraba divertido cómo Ed se iba deshaciendo en sus dedos. Comenzó a acariciarlo en círculos, como si estuviese girando una y otra vez la perilla de una puerta, en una dirección y luego hacia la otra, subiendo y bajando cada vez más brusco. La combinación de movimientos poco usual hacía gemir a Ed casi a gritos, perdiéndose entre las caricias de Ling, que con más intensidad acabaron por bañarse de su semilla.

 

 

 

Ese líquido blanco y brillante fue entonces a parar en la estrecha entrada del rubio, tres dedos lo penetraban con la misma brusquedad con la que antes había sido acariciado. Ling recorría su interior, de lado a lado, tocando con la punta de sus dedos los límites de su amante, y ejerciendo la presión justa, conseguía rozar la llave que permitía tener a Ed gimiendo al estarse muriendo de placer.

 

 

 

El príncipe gruñó y se echó sobre Ed, insertando su miembro de golpe y de una sola vez, mientras ambos gritaban de tanto dolor y éxtasis. Sus caderas se movían violentamente, sacando y penetrando con su potente masculinidad al chico de mirada de fuego, que se iba encendiendo más y más con cada estocada.

 

 

 

Las gotas de sudor, calientes y revoltosas, bañaron ambos cuerpos varoniles que se fueron estremeciendo por completo. Cada uno de sus músculos se tenzaron, y Ling supo que llenaría a Ed antes de lo imaginado. Entonces aumentó el ritmo, y aunque sintió que a Ed le dolía al colocar sus manos empuñadas contra su pecho, Ling continuó sin vacilo, acercándose cada vez más hacia Ed, para finalmente dejarse llevar con una simple oración:

 

 

 

-  Wo ai ni, gang zhi lianjin shu shi.

 

 

 

Y por unos segundos, mientras sus almas se desprendían de sus cuerpos para tocar lo más alto del cielo, sus miradas se encontraron. Los ojos dorados de Ed parecían estar llenos de dudas, dudas que eran silenciadas por los ojos oscuros de Ling. Ni siquiera ellos mismos sabrían jamás qué se estaban diciendo, pero esa mirada bastó para que ambos comprendieran que cada vez que estaban juntos, un mundo nuevo nacía entre ambos. Que a pesar de todas sus diferencias, sus corazones estaban unidos desde adentro. Como si juntos formaran un mundo. Un mundo que era solo de ellos.

Notas finales:

Gracias a todos por sus reviews! Me hacen sentir que realmente estoy haciendo un buen trabajo T^T

En lo personal no me considero buena escribiendo lemon, pero por ustedes hice el esfuerzo otra vez xD

El próximo capítulo es totalmente Hans Romney y Alphonse, y el comienzo del 23 también, así que dejo el suspenso y la intriga plantada >:)

Y si quieren saber lo que le dijo Ling a Ed, les doy una pista: está en chino xD Eso es todo lo que les puedo decir >:)

No se pierdan el próximo capítulo, muchas gracias por leer! n.n


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).