SIN TI DEBO SEGUIR
Shaka y Aioria se encontraban en la playa, cerca del santuario. El sol declinaba, dándole al mar un brillo especial.
-Aioria- susurro Shaka
-por favor, no
-basta… es…lo mejor para los dos
-no lo crees así, no lo sientes Shaka, sabes que no es lo mejor.
-intentas hacer esto aun mas difícil de lo que es… Aioria… comprende
-no quiero, no quiero
-tengo que irme
-No lo hagas… amor… - el de leo comenzó a llorar
-no llores… tienes que ser valiente… tienes que dejarme ir… - dijo secando las lagrimas de su amante- te lo suplico
-se que lo haces por que Athena, ni los demás aceptan estas relaciones, pero…
-no lo digas, no por favor…
-te amo Shaka
-Aioria
El castaño lo abrazo, el rubio intentaba vanamente de contener las lagrimas.
Aioria acerco sus labios a los sonrosados de Shaka, que solamente atino a abrir los ojos, no se esperaba aquel beso de despedida.
Ambos al fin dejaron que sus lágrimas brotaran de lo más hondo de sus corazones.
El rubio apoyo su frente en los labios del otro.
-amor, júrame que nunca me olvidaras… pase lo que pase, nunca lo harás, por favor
-¿crees que lo haría Shaka?, ¿piensas que podría olvidarte?, eso no pasara porque compartiremos nuestras vidas… yo iré contigo a donde quiera que vallas
-Aioria- alzo la vista para encontrarse con esos jades- no, esta vez no, tu… tu tienes que quedarte aquí, eso es lo que tienes que haces
-¡¿LO QUE TENGO QUE HACER?!
-si
-Ahora te diré lo que quiero hacer y lo que voy a hacer… iré contigo, si incluso al mismo infierno quieres ir
Shaka lo miro con tristeza, lo abrazo con más fuerza y nuevamente lo beso
-te amo Aioria
Se separo lentamente del de leo, solo tres pasos los separaban.
-Shaka- susurro
-yo… yo – y echo a correr
Aioria lo vio alejarse, sabia que el rubio no dejaría que lo siguiera, entonces Shaka cayo de rodillas a la arena gritando. Quería correr hacia el, pero algo se lo impedía.
-¡¡SHAKA!!
El nombrado volvió la cara, Aioria pudo verlo llorar… si lloraba, lloraba por él. Se recrimino el dejarlo ir ¿como lo estaba permitiendo?
Decidido corrió, corrió hacia él, y al alcanzarlo lo besó, el rubio paso sus níveas manos por el cuello del castaño, que lo recostó sobre la arena.
-¿aun quieres que te deje ir?
-no – esa respuesta provoco una sonrisa – quiero que te vallas tu
-pero…
-no soy tan fuerte, por eso quiero que te vallas
-no – respondió serio el castaño- si quieres huir hazlo Shaka. Yo ya no te detendré, pero yo no voy a huir, porque significaría que no te amo
-siempre encuentras la manera…
-¿de hacerte sentir culpable Shaka?, no tengo la culpa de que sea la verdad, si te vas a ir hazlo ya
-Aioria
Se separo de él, suavemente se levanto, dio media vuelta y se alejo despacio, esperando que Aioria lo detuviera… cosa que no ocurrió.
Llego a lo alto del acantilado, solo para mirar al castaño sentado en la arena mirando el mar, ya con el sol oculto tras una cortina de oscuridad. No había luna esa noche. Solo quedaba esperar el amanecer para saber si algo de todo eso era un sueño…