Un beso. Es curioso lo que es y más curioso aún es lo que provoca. Es un simple choque de labios, algo que nos parece asqueroso cuando tenemos cinco años, algo que deseamos con trece, algo que probamos en la adolescencia, que necesitamos cuando amamos, algo que es tan simple y tan absurdo que puede hacer despertar cualquiera de los sentidos.
Es un beso lo que le hizo fijarse en él. Ese pequeño, tierno y dulce beso que ni siquiera tocó sus labios, que los rozó provocando un calor intenso en la piel que tocó con su boca. Ese beso que se produjo delante de miles de personas, un beso robado y sorprendente que no se esperó en ningún momento. Nadie de los presentes se lo hubiese esperado.
Pero fue un beso al fin y al cabo, al que le siguió una perfecta sonrisa que siempre le ponía nervioso, y ahora entendía por qué. Después tomó su mano, dándole un pequeño apretón mientras aumentaba su sonrisa. No pudo evitar devolvérsela. No le había molestado que lo besara y quería hacérselo saber sin palabras.
Así que le devolvió el beso, un amable beso en la comisura de sus labios que le hizo cerrar los ojos y sonreír de nuevo cuando sintió que se alejaba, apoyando la cabeza en su hombro, dejando un nuevo beso disimulado sobre su cuello.
Recordándolo descubre el motivo por el que se está acariciando ese lugar de forma inconsciente, porque aún siente los labios del menor sobre su piel y ese estremecimiento que le ha causado. Se gira en la cama, incapaz de quedarse dormido, preguntándose por qué no puede dejar de pensar en esos insignificantes besos que no han sido más que para entretener al público. Pero no deja de sentirlos especiales.
En lo único que puede pensar es en que desea besarlo una vez más, en que no ha tenido suficiente, en que quiere sentirlo cerca de nuevo, y no solo físicamente. Nunca se había sentido tan unido a él como cuando lo besó y no por el hecho de que hayan tenido ese pequeño contacto, sino porque todos sus sentidos parecían haberse paralizado entregándose por completo a ese pequeño segundo en el que rozaron sus labios.
Bueno, quizás tenga una nueva oportunidad en un nuevo concierto.
Y la noche siguiente ve que esa oportunidad. No puede concentrarse en nada que no sea su compañero y sus intenciones, y quizás sea por eso que cree que lo mira de forma extraña, más de lo normal, sonriéndole cada vez que sus miradas se encuentran. No le importa si solo es imaginación suya, es feliz así.
Solo un beso inocente y sin maldad, sin sospechas, un beso atraído por el fanservice. Nadie puede objetar nada después de que Heechul lo haya hecho constantemente. Ahora que no está con ellos, deben extender sus tácticas.
Lo distingue sentado en el suelo e ignora a todo lo que no sea el muchacho. Se acerca a él y se sienta a su lado, posicionando un brazo sobre sus hombros, siendo correspondido enseguida cuando el menor lo abraza por la cintura, cambiando el micrófono de lado para poder abrazarlo sin dejar de cantar. Apoya la cabeza en su hombro y suspira con una amable sonrisa mientras sigue repitiendo el estribillo de la canción.
Lo besa en la frente y él no se conforma, levanta la cabeza para alcanzar sus labios una vez más, por sorpresa, arrancando los gritos eufóricos de la gente. Ambos se sonríen, nadie imagina que no sonríen por haber contentado a su público, sino por haber complacido sus propios deseos. Nadie tiene por qué enterarse.
Al día siguiente, después de una noche en la que nuevamente le costó dormir, enciende el ordenador mientras escucha cómo Ryeowook prepara el desayuno, como suele acostumbrar. Mira su correo y las redes sociales en las que mantiene cierto contacto con los fans. Sonríe sin poder evitarlo cuando se encuentra con la última actualización de Heechul en una de ellas.
Me alegra comprobar que Kyuhyun y Eunhyuk siguen perpetuando el amor en público. Gracias por seguir mis pasos, donsaengs. Prometo recompensaros… Así que, ¡temed!
Adjunta hay una foto con baja calidad tomada por una fan que recoge el beso que se dieron en el concierto de anoche. Eunhyuk sonríe recordándolo a pesar de que toda la noche lo ha estado haciendo.
Bueno, quizás no sea solo un beso.