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Vuelve por MezaLau-chan

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Notas del capitulo:

Ok, como dije en el resumen no estoy orgullosa de él, pero bueno... Llevo mas o menos un mes diciendo "hoy lo publicare" y cuando finalmente lo unico que me falta es el resumen no puedo escribir nada ._. esto vino a mi mente hoy y dije "publicaré hoy e.e" y bueno... ahí esta ^^'

Espero que les guste... :)

 

D. Gray Man no me pertenece, sino a Katsura Hoshino-sama. (Si fuese mio... *Sonrisa malevola*)




Lavi Narra

 

- Deja de mirarle – me decía en voz baja a mí mismo – él está con su… novia – Dije esto último a regañadientes. Cerré mis ojos mientras tomaba un poco de café.

Estoy sentado en la cafetería de la escuela a 3 mesas de Yuu-chan y él ni se ha volteado a verme. Le miré de nuevo y me hundí un poco en mi silla – “Menos mal que somos mejores amigos” – Pensé mientras, a esa distancia veía como Karin le robaba algunas sonrisas a Yuu… Quien debería estar sentado aquí conmigo, y no con esa… chica.

Pongo mi frente apoyada en la mesa. Acto seguido alguien se sienta a mi lado. Tengo tanto desanimo que apenas giro mi cabeza, sin siquiera romper el frio contacto con la mesa.

- Buenos días, Lavi! – Dice alegremente Allen Walker

- ¿Qué tienen de buenos? – Pregunto con desanimo

- Día de ración doble! – Dice señalando las 2 bandejas frente a él, con una enorme sonrisa

- Bien por ti, Allen

- Venga hombre – me dio un golpecito con el codo – Aún deprimido?

Suspiré - Allen, amas la comida no es así? – Pregunté sentándome derecho una vez más, mirándole a la cara.

- Eso a que viene? - Preguntó con recelo

- Responde – dije sereno

Él sólo asintió, aun mirándome raro.

- Imagina que venga alguien, te la arrebate de las manos y no puedas hacer nada al respecto! – Dije un poco alterado. Poniendo a Allen pensativo.

Luego de un buen rato me mostró una sonrisa pícara. Él no sabe que mi amor platónico es Yuu Kanda, pero si sabe que hay alguien que hace que todo a mí alrededor dé vueltas.

Allen fijo la mirada en su comida una vez más, y luego comenzó a devorarla, sin quitar la sonrisa de su cara en ningún momento. Esta vez, una sonrisa más dulce. A veces, incluso reía.

- Te causa gracia quedarte sin algo que amas y no poder hacer nada al respecto? – Le pregunté muy confundido, no entendía nada

Él fijó su mirada en mí una vez más

- Allen!! – exclame tratando de recibir una respuesta, una explicación. Y quizá exclamé demasiado fuerte, pues varios nos miraron.

Rió de nuevo – Sabes? Si alguien me quita lo que amo desde luego que me molestaría – comenzó a mirar las bandejas una vez más, con la cabeza reposando en sus manos – Pero también es mi culpa por no haberme comido eso a tiempo. No lo crees? Se descompone o se enfría… y puede que alguien más tenga hambre

Baje los humos y respiré profundo. Me molestaba, pero el albino tenía un poquito de razón… aunque eso no me hiciera sentir mejor. Ahora estaba corriendo por mi cabeza el molesto pensamiento de que era mi culpa que Yuu no fuera solo mío, sino de esa…

- “Ya, ya. Cálmate, Lavi”

- Di en el clavo? – Pregunto mi albino amigo un tanto emocionado al verme con otro semblante

- …Mas bien en la herida – Dije con gran desanimo una vez más, apoyando mi frente contra la mesa de nuevo.

Él rió

- “Que vida la mía…”

 

*******************

 

De vuelta a casa me sentía terrible. Allen no pudo acompañarme a casa, y ni me molesté en contactar a Yuu… para qué? El estaría con su… Novia… de camino a casa… es una porquería muy grande mi vida desde que esa chica apareció.

Aparte de eso, nadie además de Allen parece haberse dado cuenta de mi estado de ánimo… he tenido, como de costumbre, invitaciones a salir, a fiestas, confesiones, cartas anónimas… solía aceptar algunas invitaciones para tratar de seguir adelante, para tratar de quitar de mi cabeza Yuu-chan. Algunas de esas personas eran realmente agradables, pero ninguna hizo el más mínimo efecto en ese sentimiento no reciproco.

En estos últimos meses no he tenido ánimos de siquiera hablar, mucho menos de salir en una cita… aun así las chicas (y algunos chicos) parecen no comprenderlo o darse cuenta de ello… así que sigo recibiendo invitaciones deliberadamente… creo que ahora más que antes… ¿es que les gusta mi cara de miseria?

Mi teléfono sonó, y al leer “Yuu-chan” en el identificador me impresioné muchísimo. Por un momento creí que moriría, me temblaron las manos y todo alrededor desapareció…

- Hola? – Respondí tan sereno como pude, la verdad no era nada sencillo…

- ¿Dónde estás? – Preguntó Yuu-chan con un dulce tono de voz. Cosa que me derritió al instante y comencé a entrar en pánico otra vez

Vacilé un rato para intentar calmarme

- Usagui? – me llamó él

- eh… camino a casa… - dije finalmente, sintiendo un gran alivio de no haber dicho alguna tontería

- Se más preciso, quieres?

- D-De acuerdo – respiré profundo, miré a mi alrededor y contesté: - A 5 cuadras de tu casa y a 7 de la mía, por la ruta de siempre

- No te muevas de ahí

- Por qué no? – Pregunté confundido

- Sólo espérame!! – Exclamó antes de colgar.

Despacio bajé mi teléfono y miré el identificador una vez más…

- “Vendrás por mí?” – Pensé a la vez que mi corazón trataba de salirse de mi pecho. Me sentí como no me había sentido en mucho tiempo… feliz!

En menos de 10 minutos Yuu-chan y yo estábamos caminando despacio a casa, luego de que él me extendiera la mano, con una hermosa sonrisa en su rostro, para ayudarme a levantarme de la acera.

Ambos íbamos en silencio. Justo ahora tenía un deje de tristeza bastante notable. Yo hice el mayor esfuerzo posible por no hacerle una lluvia de preguntas, me contuve tanto como pude y seguí a su lado en silencio.

- Estás muy callado – dijo luego de un rato

- No es nada – dije luego de vacilar, no quería decir alguna estupidez debido a la gran ansiedad que aún tenía.

- Sueles hablar mucho camino a casa – esbozó una pequeña sonrisa

- Solía – solté rápidamente. Yuu-chan me miró un poco confundido - …Cuando tú y yo íbamos juntos camino a casa

Él se sorprendió con mi comentario, he de admitir que yo también lo hice. No quería decir nada referente al tema, pero supongo que eso era imposible.

Yuu dio un suspiro – Lo siento

Le miré – Eso no basta – me hice el ofendido. Él en seguida lo notó y rió un poco ante mi actitud

- De acuerdo – Ambos dejamos de caminar – Qué debo hacer para que me perdones?

- No se pondrá enojada Karin porque te estoy quitando tiempo con ella? – dije aun haciéndome el ofendido, pero esta vez de brazos cruzados

Él se incomodó ante mi comentario, se colocó una mano en la nuca y miro a otro lugar – De hecho… Ella y yo… rompimos esta tarde… - volvió su vista hacia mi

Yo estaba inmensamente feliz. Me sentí mal un momento por ser tan egoísta, pero tanta felicidad borró toda carga en mi conciencia. No sabía si besarlo, abrazarlo o salir corriendo para no hacer ninguna de las otras 2.

Luego de pensar eso y otras cosas más, recordé que Yuu-chan seguía frente a mí, y que yo, como buen amigo, debía consolarlo…

- Oh – dije fingiendo sentir pena por ello – que mal…

- No tienes que fingir que te sientes mal por ello – dijo atajándome rápidamente.  Ahora él se había cruzado de brazos – sé cómo son las cosas – arqueó una ceja

Yo reí avergonzado… sí, él sabe que la odio.

 Continuamos caminando juntos a casa. En el camino quedamos en que iríamos a su casa y haríamos cualquier locura que se nos ocurriera. Sus padres no estaban en casa (Suelen viajar mucho), así que todo sería perfecto.

La idea de consolarlo siguió en mi cabeza por un buen rato. Los dos solos en su casa, con mi Yuu dolido y vulnerable…

- “Que mi autocontrol no falle…”

**********************

 

Al llegar a casa no pasó nada fuera de lo común: la oferta de agua, la mano señalando hacia la cocina seguida de la típica frase: “Sírvete, sabes dónde está todo”.

Típico en él, y no es que me queje, pues yo también hago lo mismo, somos amigos desde hace mucho después de todo.

Luego de servirnos el agua a ambos me senté en el sofá a su lado y hablamos por horas. Planificamos nuestra siguiente actividad y ambos coincidimos con los videojuegos, había que probar su nueva consola.

Pasamos el resto de la noche jugando y gritando como niños. De vez en cuando le miraba de reojo y se veía totalmente diferente, ya no tenía ese deje de tristeza y se le veía relajado. En toda la noche no hablamos del tema de Karin, ella no se nombró por ningún lugar…

A media noche parecíamos zombies de tantos videojuegos. Apagamos la consola y nos quedamos en silencio en el sofá.

Luego de un rato me acosté en el sofá, colocando mi cabeza sobre sus piernas. Nos miramos el uno al otro unos, no sé por cuanto tiempo  ya que yo me perdí  en sus hermosos ojos negros, que a pesar de estar las luces apagadas brillaban. Parecían dos luceros en medio de la nada.

Él sonrió, y una cosa nos llevó a la otra. El punto es que terminamos ambos con dolores abdominales de tanto reír.

La razón: ninguna! Ambos estábamos inmensamente felices… y ya.

Yo me senté de nuevo, tratando de calmar aquel ataque de risas. Cuando le miré él estaba con la cabeza recostada al espaldar del sofá, mirando hacia el techo. Aun sonreía y de vez en cuando soltaba una risita. No puedo describir lo bien que se veía, creo que lo único que puedo decir es que lucía hermoso.

Volvió su vista hacia mí y me preguntó que qué me ocurría, que por qué estaba tan distraído. Le negué que algo ocurriera, pero la verdad me quedé embobado viendo su rostro…

- Tienes migajas en el rostro – dijo acercándose a mí. Pasó su mano delicadamente por mi mejilla varias veces. Yo cerré los ojos mientras me decía a mí mismo una y otra vez que debía controlarme, que desviara la vista, que lo alejara y que me fuera a casa de inmediato, mientras que mi autocontrol miraba la escena desde lejos riéndose de mí.

Abrí mis ojos de nuevo y vi cuan cerca le tenía… sentía que moría, sentí como lo demás se desmoronaba y sólo quedábamos él y yo en medio de la nada, en medio de penumbras que tan solo él iluminaba.

Acaricie su rostro con mis manos - Por qué me miras de esa forma? – dijo con un suave tono de voz, esbozando una pequeña sonrisa – tengo algo en la cara? - Me pedía a gritos a mí mismo que reaccionara.  Traté de desviar la mirada y negar con la cabeza… Pero mi cuerpo no obedeció a ninguna de mis peticiones.

 

 

 

- No sé qué tienes – dije en voz baja, acercándome a él aún más – Pero me encanta…

 

 

 

 

Y lo besé…

************************

 

 

 

 

 

Kanda narra

 

Bajo a la cocina a hacerme algo caliente para tomar, así quizá mi cuerpo se relaje y logre dormirme. Veo la hora, las 4:30 a.m. quizá sea mejor no intentar dormir, pues luego no lograré levantarme para la escuela.

No he podido dormir nada, desde que él se fue he dado mil y un vueltas en la cama y no he logrado conciliar el sueño… no tengo sueño, no tengo ganas de dormir, ni siquiera tengo ganas de ir a la escuela hoy, pues no quiero verlo.

 

 

-Flash Back-

 

Le pedí explicaciones, me confesó que me amaba. Sabía que nuestra relación era de por sí extraña… pero nunca creí que me haría algo como eso. Le pedía que se fuera. No quise gritarle ni insultarle, pues se trataba de Lavi, pero no sabía cuánto tiempo podía mantener ese tono de voz.

- Yuu-chan

- ¿Cómo puedes hacerme esto? – Dije indignado, con una mano cubriendo mi boca. En ella tenía una sensación muy extraña, algo que no podía explicar. Respiré profundo. Ambos nos pusimos de pie. Tome su bolso y se lo extendí – vete, por favor – no tenía ganas de hablar en lo absoluto. Como ya dije antes, no quiero gritarle ni nada por el estilo, tengo mucha ira y a pesar de que fue él quien la provocó no quiero desahogarme con él.

- Déjame--

- No! – Exclamé atajándolo rápidamente – Solo vete

Tomó el bolso, se colocó los zapatos y se fue, sin decir ni una palabra.

Le puse llave a la puerta y me senté en el suelo frente a ella, aún sin poder creer lo que había pasado.

 

-End Of Flash Back-

 

 

Luego de eso me fui a la cama e intenté dormirme, pero no he podido.

**************************

 

Salir de casa fue un largo proceso, un largo dialogo entre el picaporte y yo sobre el tema de Lavi.

Finalmente, luego de mucho que pensar, calcular o discutir, salí de casa y caminé directo a la escuela.

Al llegar ahí todo estaba tranquilo. Algunas personas murmuraban al verme, me imaginé que el tema de que Karin y yo habíamos terminado era el tema del día. Sin prestarle mucha atención a los comentarios, pasé de largo por los pasillos y me fui directo al salón de clases. En él no había muchas personas,  ni rastros de Lavi…

 

El día no fue nada especial: clases aburridas, chismes por aquí y por allá… nada nuevo. Aunque no me encontré con Lavi por ningún lugar, al parecer no había venido a clases, ya que varias personas me dijeron que no le habían visto, y yo en ningún lugar le vi. Eso me preocupó un poco. Estaba enojado con él, pero bueno… Que alguien como ÉL faltara un día a clases era algo preocupante.

Pensé en llamarle. Quería, por alguna razón, saber que le había ocurrido. Varias veces tuve que contener fuertemente el deseo de tomar el teléfono y llamarle. Pero no lo hice, mi orgullo no me dejó. Además, sigo enojado con él por atrevido y desconsiderado.

Así paso al siguiente día, y al siguiente a ese, él simplemente no se presentó a clases, y yo resistía la tentación de llamarle. Muchos me preguntaban, yo no sabía que decirles, pues tampoco sabía nada de él.

Pregunté a varias personas por él, personas con las que él estaba de vez en cuando. Nadie le había visto o había hablado con él.

La situación comenzó a preocuparme…

Lavi no acostumbra a faltar a clases, y cada vez que lo hace le envía mensajes o avisa a todo el mundo que no asistió por X o Y razón, hace que TODO el mundo le avise a los profesores…

Comencé a pensar que todo eso se debía al incidente que tuvimos la otra noche, pensé que me estaba evitando, pensé que huía. Esos pensamientos me sacaron de lugar… dejar de asistir a clases no era la solución.

Se me cruzó de pronto la posibilidad de que se hubiera cambiado de escuela. Pero era imposible, cada vez que el profesor pasaba la asistencia lo nombraba… ya no estaría en lista si se hubiera retirado… no?

Ya para el domingo habían pasado 5 días sin saber absolutamente nada de él. Dejé todito mi orgullo de lado y terminé llamando al teléfono de su departamento.

A cada sonido que emitía el teléfono mientras esperaba a que Lavi contestara sentía que mi corazón iba a salírseme del pecho y no tengo idea del por qué, simplemente pasaba. Respirar profundo no me servía de nada, igual seguía sintiéndome ahogado e inmensamente ansioso. Tuve que levantarme de la cama y me pasee todita mi habitación. La llamada fue tomada por la contestadora y colgué el teléfono en seguida. En menos de un minuto estaba llamándole de nuevo.

Cuando mi habitación se me hizo pequeña, salí de ella, bajé las escaleras y me recorrí todo el primer piso: la sala, la cocina, la biblioteca y hasta estuve a punto de entrar, sin siquiera tocar, al cuarto de mis padres… hasta que finalmente reaccioné y me di cuenta de todo el gran recorrido que había hecho y de lo que estaba a punto de hacer. Me contuve y colgué el teléfono por enésima vez…

- Qué crees que haces? – escuché la voz de mi madre al otro lado de la sala, sobresaltándome un poco.

- Nada – dije secamente – Saldré un rato – comencé a subir las escaleras mecánicamente, mi mente estaba en otro lugar

- a dónde vas? Y con quién? – preguntó acercándose a las escaleras

- Solo iré a caminar – Dije rápidamente – Me alistaré - entré a mi cuarto y cerré la puerta tras de mí.

Ahí mismo me deje caer. Abracé mis piernas y miraba de reojo el teléfono, aun en mi mano.

- Me pregunto si estará bien – dije en voz baja

Ni a su celular ni al teléfono de su departamento me contesta. Estoy inmensamente nervioso. Necesito saber de él en este mismo instante, necesito saber que se encuentra bien, no quiero que huya de mí… quiero que seamos como antes. No me importa ya lo que pasó. Quiero verlo, quiero… abrazarlo… quiero…

Me levanté y me di un leve golpe en la cabeza

“Qué diablos estás pensando…?”

Sacudí mi cabeza y me aproximé al closet para prepararme para salir…

***************************

 

Me dirigía a su departamento, el cual está bastante cerca de mi casa si sabes tomar atajos.

Acostumbro a caminar despacio, pero con tanta ansiedad encima caminé más rápido que nunca, y en menos de 10 minutos estaba frente a la gran puerta de entrada, por la cual puedes ver hacia adentro. El lugar es inmenso, un cómodo y espacioso lugar para cada vehículo, dos plantas (La de Lavi es la de arriba), Varios apartamentos muy bien distribuidos, pintados de color avellana y marrón, una pequeña plaza en la parte de atrás y un gran cercado.

El vigilante no estaba por ahí, pero la puerta estaba abierta, así que entré. Subí y llegué hasta su departamento, me cansé de tocar la puerta, de llamarle a su celular. Nadie salió, nadie contestó.

Me fijé en la puerta: el correo estaba un poco acumulado en la pequeña ranura.

- No ha estado en casa acaso? – Me pregunté en voz baja

No duré frente a su puerta mucho rato, pues no había mucho que hacer ahí. Me di la vuelta y dejé el lugar…

 

No quise llegar  a mi casa a que mi mamá me cayera a preguntas sobre a donde había ido y qué había visto. Me fui directo al parque a deambular por ahí un rato más…

Llamé a Lavi a su teléfono, de nuevo no contestó, así que le deje un mensaje: “Llámame. Me urge saber de ti…”

Su celular sí debería tenerlo, pero tampoco contesta ahí

Ya no sé a dónde llamar o a quién preguntar por él, incluso a ese chico… a ese moyashi le pregunté por él. Nadie le ha visto. Es como si simplemente hubiera desaparecido…

Estoy tan preocupado…

De verdad ya no me importa lo que pasó, estoy desesperado por hacérselo saber. Quiero saber que él está bien. Si lo que está haciendo es huir, quiero que pare ya de hacerlo.

Deambulando en el parque me lo encontraba por cualquier lugar, en cada chico que veía lo veía a él… no podía evitarlo, simplemente pasaba. En más de una ocasión le toque el hombro a alguien jurando que era mi conejito. Para evitar esta situación comencé a caminar despacio a casa y evité a toda costa mirar a alguien más.

Al llegar a casa intenté comunicarme por teléfono con sus padres. No estaba muy seguro de si ellos sabrían algo de Lavi, no se llevan demasiado bien (Por algo Lavi vive solo). Pero estoy desesperado, y haré todo lo que esté a mi alcance por comunicarme con él.

Ellos tampoco respondieron el teléfono. Llame unas 2 o 3 veces más pero siempre terminaba atendiéndome la contestadora. No dejé ningún mensaje.

A su abuelo también le llamé, pero en este caso me atendió la muchacha de servicio. Su abuelo tampoco estaba en casa. El hombre dijo que se iría de viaje y que no sabía cuándo volvería…

Derrotado por el fracaso me tiré en la cama boca arriba, puse música a alto volumen y cerré mis ojos. Respiraba profundo para tratar de calmar ese sentimiento de frustración tan fuerte.

Pensé en darme por vencido y dejarle hacer lo que se le viniera en gana. En ese preciso momento una fuerte punzada apareció en mi pecho.

- “no” – contradije casi inmediatamente

Pero por qué no? Se pasó de la raya…

Di un largo suspiro. Cubrí con una mano mi boca, en la cual sentía una sensación que no puedo explicar. No tengo idea de lo que era.

¿Por qué no puedo parar de pensar en él? Por mucho que quiera darme por vencido con él simplemente no puedo parar de contradecirme, de negarme a alejarme de él.

¿Por qué…

- “No puedo”

¡¿Por qué?!

- “Lo amo”

¿Qué?

Me senté

Que yo… qué!?

********************

 

En la escuela jamás me había ido tan mal: por estar tan distraído hice el ridículo unas 3 veces más o menos. Los profesores se centran en el idiota que esta con la vista fija hacia más allá de la ventana (o sea, YO), para hacerle todas las preguntas que se les vengan a la mente en ese preciso momento…

Estaba terriblemente ido, la conclusión a la que llegué ayer no me dejo demasiado bien. Sigo en shock por eso. Cada vez que indago y profundizo demasiado en el tema me pierdo por completo.

Lo amo…

Me pregunto cuándo comenzó todo esto

Entrando al salón para la siguiente clase espero con ansias encontrarme con él ahí. Ya es lunes, tuvo toda la semana pasada para huir, pensar, reflexionar o hacer lo que sea que él estuviera haciendo. Pero todo ese ánimo se viene abajo al entrar y ver que él aún no llega.

Este día tampoco se presentó a clases. De nuevo, tomé la decisión de ir hasta su departamento. Necesitaba saber algo sobre él.

*******************

 

 

Habían grandes nubes amenazando con formar una tormenta, caminé deprisa hasta el apartamento de Lavi al nomás salir de clases.

A cada cuadra que avanzaba el corazón se me aceleraba más y más. Tenía tantas ganas de saber de él, de verlo, abrazarlo y decirle…

- “Espera!”

Respiré profundo mientras esperaba a que el semáforo para los peatones cambiara de color. No sé cuánto tenía sin respirar, creo que por un momento había olvidado como hacerlo…

Mientras caminaba imaginaba una y otra vez una y otra escena de cuando nos encontráramos, pensé en tantas cosas que podría decirle, en cosas que él podría decir. Pensé también que haríamos como si nada hubiera pasado, entraríamos a su departamento, él me ofrecería té y nos pondríamos a conversar en su cama hasta quedarnos profundamente dormidos, como había ocurrido veces anteriores.

Con tantas ideas y al paso veloz al que iba llegué rápidamente al lugar al que había querido ir desde que me levanté de la cama esta mañana. Pero no todo sale como uno quiere, y la puerta de entrada al lugar estaba cerrada. El vigilante se había ido a quién sabe dónde y yo estaba como un tonto frente a la gran puerta de entrada con una gran tormenta amenazándome…

Intenté llamar a Lavi pero su celular estaba apagado. Me quedé por ahí a esperar un milagro del cielo, a que algún vecino de Lavi se dignara a salir y yo pudiera entrar para por lo menos no mojarme o que el vigilante se apareciera. Nada de eso sucedió

Comenzó a llover, ya toda mi esperanza estaba tan destruida que me quedé ahí, justo al lado de la puerta de entrada, dejando que el viento y la lluvia hicieran conmigo lo que se les viniera en gana. Metí mi reloj y me celular a mi bulto que por ser impermeable los protegería. Me crucé de brazos y comencé a mirar como el agua corría por la acera y hacía salir corriendo a los transeúntes que no llevaban consigo una sombrilla. En menos de 2 minutos estaba totalmente empapado. Me sentía terrible, me preguntaba por qué estaba ahí como un idiota mojándome sin razón alguna, él no vendría después de todo.

- “Debería irme ya…”

Me di la vuelta para irme a casa. Imaginé la cara de mi madre cuando me viera todo empapado. Reí por la imagen que se formó en mi cabeza

 

 

 

- Yuu-chan? – escuché que me llamaba una voz curiosa, suave… lindísima. Por qué antes no me había dado cuenta de cuan linda era? – Yuu-chan que crees que haces en medio de esta lluvia??!! – dijo alterado.

De nuevo me di la vuelta. No sé si era por las condiciones, pero creo que mejor no se ha visto nunca. Su carita estaba muy pálida, un poco alterada: su ojito un poco más abierto de lo normal; bien vestido, un poco despeinado, pero eso es típico en él, de hecho es su atractivo; con las mejillas un poco sonrojadas…

 

- “Lavi…”

 

Me tomó de la mano – entremos – dijo en voz baja. Sacó la llave del bolsillo, abrió la puerta y, aun sujetando mi mano, atravesamos el estacionamiento y subimos las escaleras rápidamente. Yo no dije una sola palabra en todo el trayecto, tan solo disfrutaba de sus tibios dedos tomando protectoramente mi mano.

Ya frente a su puerta soltó mi mano e intentaba abrirla, con la cual siempre ha tenido problemas. A mí se me dificultaba el hablar, no podía decir una sola palabra.

- vas a pescar un resfriado – me extendió el paraguas. Lo cubrí a él, ya yo estaba totalmente empapado después de todo - ¿Cómo se te ocurre pararte ahí en medio de la lluvia? – decía aun luchando con la cerradura para que abriera

- “En realidad crees que eso me importa?”

Le toqué el hombro. Él dejo la cerradura de la puerta de lado y se volteó a verme, hice el paraguas a un lado. La lluvia se hizo más fuerte y en unos instantes lo empapo a él también

Lo abracé, le rodee con mis brazos de la forma que había querido hacerlo toda una semana, quizá desde que le conozco y ni siquiera me había dado cuenta. Me sentí muy feliz cuando me rodeó con sus brazos, sujetó mi camisa fuertemente, y apoyó su cabeza en mi hombro. Estaba a la vez agitado y nervioso… tenía tantas emociones encima en ese momento.

- No desaparezcas de esa forma – dije abrazándolo un poco más fuerte – me preocupé mucho por ti, baka

- Lo siento – dijo en voz muy baja

- Donde estuviste? – pregunté separándonos un poco

- De viaje, murió un familiar – Hizo una pausa - Olvidé mi celular – bajó la cabeza - Y no te llamé porque no sabía si querrías saber de mi luego de--

– Claro que sí – dije acercándome a él, en voz baja ahora que la lluvia había cesado un poco – estaba muy preocupado

Su único ojito visible se agrando un poco – de veras? – dijo entrecortado

Yo asentí – Deberías revisar cuantas llamadas perdidas hay en tu teléfono – sonreí

- No he tenido tiempo de revisarlo – dijo viendo en otra dirección

Me acerqué aún más. Las mejillas de su pálida carita se tornaron carmesí. Lo puse contra la puerta y le di un beso, que se prolongó y profundizó mientras yo intentaba abrir su puerta. Al separarnos por la falta de aire continué con más cuidado aquel tema.

 

- “Estúpida puerta”

 

Cuando finalmente logré abrirla lo tomé de la mano…

 

 

 

 

Y entramos rápidamente para… calentarnos un poco.

 

 

Notas finales:

Espero que les haya gustado, cumplí mi promesa chicas subí la continuacion de "Todo es tan complicado" :P

¿Reviews? ^^~


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