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Negro atardecer por Nero Sparda

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Sus ojos se abrieron de golpe, incorporándose y volviendo a caer enante un repentino mareo, ante la sensación de debilidad que nunca antes había sentido.

La habitación estaba a oscuras y sus ojos hicieron un esfuerzo por ver que había alrededor, soledad, muebles y mucha más oscuridad. Se pregunto entonces como había llegado ahí, entre esas sabanas perfumadas y suaves que rosaban su piel con pausadas caricias apenas interrumpidas por el ondular de las cortinas, un suave movimiento poco perceptible para sus ojos platinados.

Los recuerdos solo alcanzaban hasta la pelea que tuvo con Luze, su hermano, en el bosque, y después todo se volvió oscuridad hasta ese momento, donde no sabía en qué lugar se encontraba.

-veo que despertaste algo desorientado- la voz provino de una esquina bañada en tinieblas, una voz suave y varonil que le era más que conocida, la  voz de aquel que quería robarle la luz a sus ojos.

-¿Qué pretendes trayéndome aquí, Reiga?-

Levanto un poco su mirada, oculta tras largos cabellos lacios y azabaches que se habían despeinado un poco, el mencionado avanzo un par de pasos y deposito la copa de vino aun lado, en una mesita cercana a lado de la cama, sus ojos estaban fijos en los del demonio y lo escrutaban con una fría curiosidad.

-pensaba en traer a Yuki para esto, pero sería todo un problema, en especial ahora que ya no le deseo- musito por lo bajo, gateando sobre la cama y apartando las sabanas a su paso para poder llegar hasta un demonio estático en su lugar y con una mirada llena de interrogantes cuando Reiga poso sus dedos entre sus cabellos y lo atrajo lo suficiente para dejar que ambos labios se rosaran apenas y el aliento de ambos se volviera uno.

Luka lo empujo y Reiga aprovecho para tomarle de ambas manos e inmovilizarlo contra la cama, atando estas con esas blancas sabanas que se confundían con la clara piel del demonio. Luka forcejeo pero sus fuerzas le habían abandonado y la desesperación en sus ojos sustituyo la seriedad habitual de estos cuando los labios de Reiga comenzaron a jugar con uno de sus pezones, latinándolo y poniéndolo duro con leves roses. Se percato entonces de que no llevaba camisa y que sus pantalones ya estaban desabotonados y dejaban al descubierto el color de su ropa interior como la forma de su intimidad sobresaliendo por esta.

-no pongas resistencia Crosszeria, te drogue suficiente como para volverte un manso cachorrito, no preguntes que hechizo use para esto-

Sus labios se curvaron en una maliciosa sonrisa justo cuando una mano traviesa apretó la virilidad de Luka y le hiso morderse los labios para evitar un gemido.

Reiga volvió a sus pezones mientras la mano liviana lo estimulaba y hacia poner erecto aun contra su voluntad y autocontrol.

-¿Por qué haces esto? Yuki te ama…más que a mí- jadeo de forma entrecortada y solo se gano un apretón bajo la tela de sus interiores, su cuerpo sufría leves espasmos y había una lucha entre la palidez de sus mejillas y el rojo carmín que quería invadirlas.

-cuando te vi ir a su lado, siendo ambos opuestos y bandos tan diferentes, me enamore perdidamente de tu oscuridad, de tu devoción- susurro subiendo por su cuello, dejando un recorrido de marcas rojas y saliva brillante por ahí por donde pasaba. –Sabía que no dejarías a Yuki y que si te lo pedía me rechazarías, así que decidí poseerte sin tu permiso, quiero tenerte para mí, y si no puedo hacer que te enamores, al menos podre tener tu cuerpo-

Las telas que envolvían sus caderas descendieron al paso de las manos juguetonas de Reiga, y descubrieron por igual sus interiores, dejando ante sus ojos el erecto y prominente miembro del demonio sometido. La sonrisa ladina no abandono sus labios, se ensancho aun mas cuando delineo el contorno de aquel falo y apretó su glande, obteniendo un par de gemidos contenidos.

-debo advertirte Luka, que sin importar que, volveré a poseerte mil veces más hasta que uno de los dos muera o hasta que lo hagas por voluntad propia-

Luka frunció el ceño y sus colmillos se asomaron entre los labios sonrosados que apretaban con fuerza y procuraban no liberar ni un suspiro.

-vaya forma de amarme…- gruño, luchando contra el instinto de mover las caderas en busca de un alivio pronto.

-somos traidores, tú mejor que nadie sabe cómo es nuestra enferma forma de amar.-

Sonrió y abrió sus piernas con brusquedad, impidiendo que su sometido pudiera volver a cerrarlas. En un solo movimiento introdujo su miembro a su boca y comenzó un vaivén lento, deleitado por el rostro contrariado de Luka, esas mejillas rojas, esos ojos orgullosos que pedían continuar con aquel tortuoso movimiento. Apenas si le sintió tensarse cuando un par de sus dedos rosaron la cavidad del demonio y se abrieron paso en ella a pesar de las protestas silenciosas. Relamió sus labios, soltando su miembro ensalivado y húmedo para poder hablar.

-creí que el rey demonio te había tomado cada noche, no imagine que fueras virgen- susurro con clara burla, moviendo sus dedos y dilatando las cálidas paredes en su interior, que se contraían al rose de ellos.

-déjame en paz, el no era un enfermo como tu-

Luka jadeo nuevamente, los dedos lo habían abandonado y ahora contemplaba la imponente virilidad ajena, palpitante y deseosa por abrirse paso en el, lo único que pudo hacer fue apretar las piernas y los parpados cuando sintió la punta jugar entre sus glúteos y abrirse camino entre ellos hasta profanar su cuerpo, abriendo aquellas estrechas paredes con claro esfuerzo.

Reiga volvió a jugar sus pezones, mordiéndolos y jalando de estos hasta arrancar gemidos sonoros de los labios de Luka, luchando contra ese rubor en sus mejillas y las caderas que buscaban aliviar su propio dolor.

Reiga aprovecho esto y apretó la glande que goteaba, impidiendo que Luka encontrara un pronto alivio cuando comenzó a moverse en el, cuando sus cabellos se humedecieron y aquellas mejillas alcanzaron la máxima coloración de rojo escarlata, entonces se inclino y beso sus labios con demanda, ignorando sus protestas y quejas.

-solo te dejare terminar si dejas de reprimir tus gemidos- sentencio, apretándole bien para impedir que acabara en su diestra, pero torturándolo con cada fuerte embestida que le hacía contraer el abdomen y quejarse por lo bajo, el orgullo aun se reflejaba en esos ojos plateados como la luna de octubre, inquieto y tratando de no rendirse ante su propio placer.

Reiga continuo envistiéndole violento, escuchando sus cuerpos húmedos chocar, aquellos gemidos que rompían el silencio, sin quererlo, sin desearlo, sus labios habían liberado el sonido de su garganta y Luka no podría estar más avergonzado.

O eso pensaba, pues al instante el mayor empezó a estimularlo con más agilidad, besando todo su pecho por igual y marcándolo con leves mordidas y jalones bruscos.

Luka termino de inmediato ante semejantes atenciones, estuvo consciente de como su interior se contraía y apresaba aun mas dentro a Reiga, sintió el calor llenar sus entrañas cuando este término en su interior con un prolongado gemido antes de dejarse caer sobre él, agotado, húmedo en su propio sudor.

Luka aparto el rostro, Reiga sonrió y beso su mejilla.

-me perteneces hasta el final de los días, rosare y calentare tu cuerpo de igual modo que espero poder hacer con tu corazón-

Notas finales:

Bueno, no tenia nada que hacer, espero les haya gustado y vere si tendra continuacion :3


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