COMPLICATED BOY
Mis dedos crujen sin compasión.
Sonrío de lado mientras te recuerdo tan hermosamente infantil.
Sonrío sin detenerme frente a la fechoría que deseo cometer contigo.
En mi mente solo están volando imágenes negadas para los menores de dieciocho años.
Si tan solo me dieras credibilidad, si tan solo buscaras en mi boca la respuesta que te escuece aquel lugar oculto que nunca parecieras querer entregarme, te lo digo en serio, ¡dejarías de impacientarte por el tránsito, puesto que los segundos en espera, podrías usarlos para raptarme telepáticamente y entonces los dos juntos ahuyentaríamos la desidia y aplicaríamos aquellas técnicas amatorias para hacerte enloquecer y no por la demora del semáforo!
Ah mi amor, ¿no entiendes lo impaciente que estoy?
Tendido como un vagabundo no ceso de apestar mi mala suerte contigo.
Sí, es el infortunio con el que te acaricias todos los días al ducharte... y sin mí.
Pero quiero tenerte.
Si no me entiendes, ¿estaré trastornado?
Si no me lo das, qué podría hacer para atraerte hacia mí.
Mi cabeza no piensa bien.
Mis dedos crujen de ansiedad.
Y un plan malévolo es presentado como una alternativa desesperada, las neuronas ahogadas y asfixiadas por tu amor ya dejaron de funcionarme correctamente.
¿¡Quieres que haga qué!?
Despierto de mis ensoñaciones.
Miro a mi lado a Jonghyun.
Muerdo mi labio inferior al darme cuenta de lo grave que estoy.
Y aunque esto no sea entendible, sí lo es el hecho que ambos somos un par de rechazados. Yo por la persona que tengo frente a mí y Jonghyun por una mujer.
Con pesar le doy una bebida rápida a mi Blue psicosis y finalmente me zampo de un trago la cerveza sin tocar de mi compañero.
¿Cuántos meses van?
Es una pregunta absurda a estas alturas.
No obstante desde que te vi, supe que mi vida no volvería a ser la misma y más por tus inacabables transformaciones.
Sin contar, por supuesto, con aquel desajuste emocional del destino.
Era inevitable quedarnos encerrados en el ascensor, no había pérdida de tiempo al ser casi atropellados en la autopista, ni tampoco el consumir cosas crudas que deberían estar bien cocidas. Desde que hicimos contacto, he de decir que fatídicamente me vi obligado a protegerme, en serio, con los miles de amuletos que a mi madre se le ocurrió comprar por montones en el año nuevo.
Tú... y la mala suerte que te invade...
Yo... y la idiota sonrisa que hace que venda por montones.
No tenemos lo que queremos.
Pero podríamos vivir en armonía si tan solo te dignaras a llevarme en serio.
No obstante, sé a la perfección que te intereso.
Esas miradas no pasan desapercibidas, incluso el sonrojo en tus labios no cesa de gritarme que te importo.
Entonces, ¿por qué no dejarme ir por ti?
Eres lo que más me gusta en el mundo.
Lo susurro con todas las palabras, incapaz de decirlo en un grito... Confórmate con mi cuerpo, él no se equivocara en nada, y por supuesto lo entenderás con creces.
Mas tu educación anticuada, igual que la mía..., te lo impide. Sin embargo, si nos movemos en el mismo medio, intenta camuflarte entre las luces de neón, tan bien como yo lo hago.
Dulce y maléfico... Déjame estar dentro de ti ahora.
En mi sangre ebria solo hay valor para engullirte por completo.
¡Está decido! ¡Lo haré como sea!
Tan solo una vez, por favor... ¡Si lo deseas tanto puedes demandarme más tarde, pero hoy, esta noche, déjame dormir en tu piel, hartarme de ella hasta perder el sentido!
Recobro mis sentidos y me doy cuenta que poetizando el hecho carnal no me ayudará en nada, ya que esto solo existe en mi mente, más no en ti.
Sin embargo, estas palabras son parte de la locura que me atrae como imán a tus labios.
Me recuerdo en el pasado... fingir y vivir aceptablemente, ser un buen hijo frente a los demás era sencillo si en las noches eternas me veía perdido entre cuerpos irreconocibles.
Usualmente, el tener a alguien de turno con quien joder era verdaderamente sencillo, no obstante, cuando ya tienes en la mente un rostro es un tanto más complicado y mucho más si la otra persona no desea jugar contigo también.
Un juego que puede volverse algo formal, puesto que por ti sería capaz de aceptar algo serio y un tanto duradero.
Eso sí... guárdame el secreto.
Quieres darle celos... ¿No es muy desesperado? Ni pareces tú, Kibum.
Mmm...
Y por sobre todo, yo no tengo vela en este entierro. Si quieres hacer tus porquerías, ve directamente con Minho.
Un plan perfecto en donde las fallas hacen lo justo para su redención. No obstante sin la ayuda de un tercero esto no podrá resultar, doy una ojeada al local noctámbulo y no encuentro a nadie interesante, además que el tiempo que recurriría en trabajar a alguien me saca de quicio, la falta de practica me ha jugado en contra y por donde que vaya siempre tengo la cara de Minho sonriendo y diciendo no, no y no.
Además tengo novia.
Y a mí qué mierda, Jonghyun, solo te pido un favor.
¡Eso no es un favor, si no un sacrificio! ¿Quieres hundir mi reputación?
Oh sí, un terrible martirio... Podría contar y necesitaría dedos ajenos para enumerar las veces en que un supuesto heterosexual no se me ha resistido. Esas personas son geniales llenándose la boca con tontas excusas, pero a la hora indicada, cuando están cercados y rodeados por algo más fuerte que ellos, simplemente se rinden y terminan jadeando en mi cama.
Así de simple.
Como un ejercicio de matemáticas para el kinder.
Sencillo, iluminado y sonriente.
Me cruzo de brazos, muevo la cabeza negativamente; sé bien que Jonghyun es un buen muchacho, bastante confiable, tonto y hasta caritativo, mas... ¡En ningún libro se encuentra escrito el no poder joder con tus amigos como regla primordial, y por sobre todo éste solo será un caso especial! He de decir también que él no me atrae en lo más mínimo, en todas las de la ley, ¡el sacrificio lo haré yo! Oh sí, pero aquello, no es mentalizado por la persona a mí lado.
Cubro mi rostro, no puede ser posible que alguien me rechace tan terriblemente y sin gracia alguna. Con odio fulmino a Minho, que solo tiene ojos para la chica de turno que nos acompaña hoy. Es increíble lo bajo que he caído por un engreído que no tiene la más mínima idea de sacarse el ancho trabajando como un condenado. Sí, hay fortunas en verdad detestables.
Enfadado y frustrado me levanto de la mesa, no obstante Jonghyun me detiene diciendo que no cometa alguna barbaridad ya que no tiene dinero para sobornar a ningún oficial esta noche. Bufo resentido ante su comentario y me aproximo mucho a su cara para susurrar:
No importa... ahh, encontraré a cualquiera...
Callo un momento, acaricio el rostro de mi amigo e inquietantemente la persona que quiero atrapar parece por fin darme atención al dejar a la pobre de chica hablando sola.
Follaré en la pista de baile con quien sea... Después de todo, con solo este acercamiento a Minho ya se le están saliendo los ojos de cachorro. ¡Hoy será una noche tan ricaaaah!
Empujo a Jonghyun y éste se golpea con el respaldar de su asiento.
Claramente está asustado, río y doy media vuelta... No obstante soy detenido.
¡Kibum!
¡Hasta mañana!
Me zafo del agarre y aun con el sobre volumen en el local logro escuchar mi nombre en un grito desesperado. Divertido, giro sobre mis talones y al ritmo de la canción imperante bailó frente a mi amigo, le hago un gesto grotesco y vuelvo a encaminarme, no sin antes palmear mi nalga derecha.
“De lo que te pierdes, imbecil”
Pienso feliz sintiendo mis miembros moverse frenéticamente al son de la música.
Brazos al cielo, caderas gimiendo contra extraños ansiosos... Como una puta.
Me siento como una puta buscando atención, pero no tengo dolor, aún la fachada indiferente que he creado a través de los años se encuentra inmutable y más hipócrita que nunca.
Mi propia piel, mi propio camuflaje... Mi sonrisa, puedo encantar a cualquiera y eso te demostraré.
Le diré adiós a los restos rechazados que tú quebraste en mis pobres manos.
No soy alguien fácil, solo quiero atención y por fin tenerte.
Bailo... Cierro los ojos para permanecer inmerso en la pista violeta y no pasa mucho tiempo cuando dos cuerpos me cercan entre ellos. Sonrío satisfecho y cuelgo los brazos en el tipo que tengo cerca a mí, ambos destellamos placer. Sabemos lo que queremos y eso solo puede excitarme más.
Un gemido ahogado se escapa de mis labios al sentir el miembro duro del otro hombre que tengo en mi espalda, él se roza en mis glúteos, ajustándose mucho... tanto que pienso que un trío será genial, aunque no sea muy afecto a ellos.
Atontado, me dejo besar por uno y jugueteo con el piercing que lleva clavado en la lengua, busco jalarlo un poco, pero una mordida suave me dice que no continúe. Por otro lado, algunos dedos curiosos masajean mi pierna suavemente, haciendo círculos nítidos, próximos a mi entrepierna.
¡Ahhh!
¡Ya había olvidado lo bien que se sentía ser el centro de la atención!
Sintiéndome en la gloria misma, ni siquiera el rostro de la persona que me gusta se pintarrajea. No... tal vez lo que necesitaba era solo “atención” ¿Y si estuviera curado del encanto sin encanto de Minho? Después de todo, un tipo como él no tiene nada de bueno, no puede colarse o mantener los suspiros en el aire cuando camina por la calle, eso solo yo puedo despedirlo y sin necesidad de pensarlo; sin embargo... como gusta el condenado.
Un beso en mi cuello hace que despierte de mis ensoñaciones, claramente excitado, tan solo espero la propuesta para largarme de una vez por todas, pero esta tarda en llegar hasta que los tres somos una masa uniforme danzando eróticamente, incluso los demás que nos rodean parecen prestarse para la lujuria que derrochamos.
El más alto me aprieta a su pecho y entonces estoy a punto de asentir cuando me veo atrapado en otro abrazo.
Horrorizado, no sé qué decir cuando Jonghyun me aferrar hacía él sin dejar de bailar. Abro la boca para decir algo, pero él no me deja ajustándome a su cuerpo.
Desesperado veo como los dos se largan y me dejan...
¡Qué mierda haces!
¡Pero él no me habla, tan solo sigue moviéndose mientras acaricia mi espalda!
¡¡Jo...!!
¡Cállate, no son gays! Sólo míralos... ¿Querías que te violen?
Mi compañero me mira enfadado y yo solo le susurro que no soy una mujercita, sin embargo volteo para cerciorarme de lo que él me dice. Aquellos chicos han llegado a su mesa... No podría afirmar o negar, pero un frío me recorre como electricidad.
¿Cómo Jonghyun lo sabe?
Sin poder refutarlo me acurruco en su hombro mientras sigo moviendo las caderas para seguir el rumbo de la corriente.
De repente la noche estrellada se ha convertido en aguacero sin fin.
Patético y sin forma, ¡así me siento! En la vida me había ocurrido algo parecido, es decir... ¡¿Dónde se fue mi perfección?!
Desesperado estoy tentado a irme sin más, cuando un bulto hiper conocido se alza entre mis piernas.
¡Mi encanto!
¡¡Mi posesión, mi encanto de todos los días!!
¡¡Jonghyun está duro!!
La sonrisa se me chorrea como las miles de luces de neón que atropellan la vista de todos. ¡Era un claro hecho que hasta el más heterosexual se rinde ante mí! Hurgo un plan en mi mente, rápido y certero, calculado y gentil.
¡La noche todavía no está perdida, y con todos los acontecimientos es más que lógico que el tremendo espectáculo que he dado lo ha visto...!
Busco velozmente nuestra mesa, tanto que siento mareos por lo que me abrazo más a mi víctima; hasta que doy con él.
¡Jajaja, su rostro es un poema y la tipa ya no está!
¡¡Bingo y plan al ataque!!
Doy una disculpa no muy convincente a Dios que nos dice: no folles con tu amigo o mejor amigo; y muerdo finalmente la oreja de Jonghyun. Siento su miembro agrandarse y entonces chupo el lóbulo suavemente, ahhh, este hombre es tan sencillo de leer.
Entrelazo mis dedos en su cabello, masajeo suavemente sintiendo el leve perfume que lleva encima... Huele bien, demasiado bien para ser él. Me dejó encantar por su olor y al instante obtengo los primeros resultados; él baja lentamente sus manos hasta tocar mis glúteos...
Me divierto descubriendo la manera suave en que él ataca. No puedo soportarlo más y le beso sin más. El me da un rechazo después de segundos, es entonces que la labia debe salvarme:
Shh, deja, ya déjate... ¿hace cuanto que no lo haces con esa idiota?
Profundizo el beso y me abrazo a su cuello sin dejar de mover la pelvis al ritmo de la música.
¡Aquello lo desarma!
Lo siguiente es simplemente la consecuencia a un acto malévolo que inicié.
Minho dejó de existir por micras de segundos.
De la mano y corriendo nos adentramos en el baño, cuánta no fue la molestia al descubrir todos los cubículos llenos con el mismo resultado al que nosotros queríamos llegar.
Sin embargo, Jonghyun me sorprendió al aventarme a la pared y besarme hasta dejarme sin aire.
¿Al aire libre?
Eso era lo que él quería.
Y se lo di no sin antes reírme de su frase magistral.
Tú eres el demonio...
Sí, yo podría serlo.
Abierto de piernas me vi golpeando mi espalda contra la mugre de una sucia pared.
Jonghyun la tenía grande... muy grande, tanto que me dejó atontado por segundos, el largo era tal que sorprendido lo toque, también tanteé mi anillo. Suspiré al sentir como él entraba y salía rápidamente haciendo estirar mi entrada tan sencillamente. Gimiendo contra su hombro, sintiendo sus besos en mis labios, era una genial noche... Sin control. Aferrado a él, le dejé darme hasta vaciarse dentro de mí.
Disfruté su extensión al máximo, pero sobre todo me relamí al ver unos ojos de cachorro espiarnos desde el muro que apartaba los cubículos del los lavabos.
¡Fue la dinamita final!
Gritos de placer, arañando las ropas de Jonghyun, no sé cuantas veces me dejé retumbar. Tan solo quería más... mucho más, hasta no entender el porqué le permitía hacérmelo con tal falta de tino.
Excitado, quería sentirlo en mi boca, se lo murmuré..., se lo murmuré tanto... Tan solo probar su sabor y ver su color, su olor... Yo lo quería todo.
Ese día dormimos en su cuarto.
O mejor dicho, caímos desmayados en su cuarto.
No dormimos.
Fue como al mediodía que desperté.
Anestesiado y con semen sobre mí, me vestí rápidamente, luego pensaría en cómo arreglar las cosas con él. Había algo mucho más importante que hacer.
¡Minho!
Un solo mensaje de texto... ¡Uno solo me despertó por completo y una llamada me hizo correr como imbecil por la calle directo a mi departamento!
Quiero hablar contigo.
¿Qué si? Pues veré si tengo tiemp...
Es sobre nosotros, Key.
El corazón se me volvió a paralizar, salté en medio de los transeúntes con cara de muertos vivientes y corrí como desquiciado hasta mi pieza.
Busqué lo mejor que tenía para ponerme, revolví todo, me bañe en un grito con agua fría, me evaporé en medio de lociones... ¡Tenía que ser mi semana sexual!
Sin embargo, las cosas buenas a veces parecieran querer desprenderse de nuestras yemas gentiles.
¿Dónde estás?
En casa, ¿vienes Key?
Estuve a punto de chillar que sí, cuando la alarma de otra llamada entrante me hizo decir “un momento, por favor”
¡Kibum, dónde estás!
¡¿Ahhh?!
La cara se me volvió un tablero de ajedrez. ¡Por qué Jonghyun me llamaba ahora, era claro que si no aparecí a su lado es que: amigooo, helloooo, solo es joda y punto!
Kim Jonghyun, no te interesa saber dónde estoy, hablamos otro día, ¿de acuerdo?
¡¡Nooo, estoy muerto, Sun Miiii se enterooo!!
¿Qué? ¿Quién es esa?
Tú dijiste que estábamos en un club privado, entonces cómo carajos se enteró ellaaa. ¡Casi me mata, encima que la engañé, ella dice que soy gaaaay!
Le corté sin pensar en algo más.
Y seguí hablando con Minho.
Estaría en su casa dentro de media hora y entonces... ¡entonces!
Entonces fue lo que imaginé.
Cerca a él, no buscando ser ansioso me vi cercano a sus labios...
Pero... ¡¡Pero, no todo podía ser cierto!!
Tu móvil suena...
Déjalo, oye...
Suena y es molestoso.
Aunque busqué impedirlo Minho lo sacó del bolsillo de mi abrigo, no pude menos que insultar cuando leyó el nombre de aquel tipo que, sin saber bien el motivo, odiaba y despreciaba terriblemente.
Kim Jonghyun... parece que te llama.
¡Era el fin del mundo!
Y lo supe cuando respondí.
Continuará...