Se dice que nunca se conoce el temor hasta que lo tienes de frente, respira en tu cara y pronuncia tu nombre, solo en situaciones extremas, puedes conocer el miedo más puro y real del cual el hombre tenga memoria y recuerdos.
Muchas cosas surgen con el miedo, recuerdas tus peores pesadillas, revives momentos y entiendes tus frustraciones, todo durante los segundos en que el temor te envuelve en sus brazos y sientes el frio de su aliento en tu cuello….
La tierra bajo tu piel tiembla, sientes que hasta el aire que entra en tus pulmones es pesado, crea en ti escamas de hielo en tus entrañas mientras que sientes te rodea su esencía lúgubre y rupestre.
Sientes sus dedos recorrer tus brazos, rozar tu cuello, el cual extiende, el cual recorre con sus labios…
Quiere tomarte de esa parte de tu cuerpo, entre tu rostro y tu torso, y desgarrarte la carne
¿Es placentero morir en sus brazos?
¿Será mejor que un orgasmo sentir tu sangre correr por su cuerpo ahora que él destruyó tus carnes?
Lame la piel que tomara, te erizas, siempre que lo hacia te besaba, siempre que lo hacia te tomaba, siempre que sus labios y lengua llegaba a tu piel, te perdías entre sus brazos y proclamabas su nombre entre el placer y el éxtasis.
Alzas tu vista al cielo… ha comenzado a llover, ha comenzado a caer la lluvia… el fin de esos 10 años…
Y tus ojos acompañan el caer del agua del cielo con tus lágrimas…
Llegó el momento en que todo terminará, si no por ti ellos terminarían en un conflicto eterno, había llegado el momento de terminar con esto.
Duele… no la herida, sino, el que todo terminara así…
Solo esperas que cuando tengas una oportunidad en la vida… lo veas como lo que pensaste que era….
Un simple humano….
/…/
Alzó la vista al cielo, era una vieja rutina pero siempre lo hacia, aunque no podía ver rayo de sol alguno, siempre tenía la esperanza de que las nubes se abrieran un poco y pudiera ver la luz del sol, aunque fuera un poco quería sentir el calorcito de un relámpago de luz del astro de los cielos sobre su rostro, sentir y ver las flores abrirse ante el, hacía ya 6 años que no habían flores en esas tierras, seis años que los arboles comenzaban a morir, ellos eran leña para el periodo que seguía, morían sin dar fruto alguno.
Se ató el pequeño saco de semillas de girasol a la cintura, las llevaba para comer de camino a su casa, no eran saludables, no eran deliciosas, pero siempre tenían su cuota de energía, y como era costumbre en su pueblo, nadie podía andar sin una de esas bolsas atadas a su cuerpo.
Seguido a ello, se puso su abrigo y con su bastón de camino, retomó el paso de camino a su hogar, era ya hora de volver con los suyos, por lo que se dispuso a contar sus ovejas.
Una por una las fue contando, cada una marcada con un lienzo rojo al cuello, el color de su familia, además, en medio de la neblina que todos los días existía así podía identificarlas mejor.
Las contó todas cuando comprendió que le faltaban al menos 10 de ellas.
-¿Ya nos vamos?-no necesitó darse vuelta para saber de quien se trataba, ahí estaba su amigo, ese tipo que no recordaba como era que había terminado siendo su amigo, sin embargo, cada vez que pastaba, Kanon, siempreaparecía. Él era el típico chico que medio pueblo odia y medio pueblo ama, claro, el medio pueblo que lo odiaba eran los padres de las y los adolecentes que representaban al otro medio pueblo que lo amaba.
Pese al clima, Kanon siempre estaba con un brazo al aire, sin cubrir, era el único del pueblo que soportaba el invernal frio, que se sumergía en los pagos escarchados solo para refrescarse de lo que el llamaba “una noche calurosa”.
-Me faltan unas ocho ovejas, tengo que encontrarlas.
El otro bajó de la roca en que estaba y se posicionó a su lado, las contó de igual forma que lo hacía el menor.
-Qué mal, Mu, tu abuelo se molestara.
-En vez de andártelas dando de adivino, deberías ayudarme a buscarlas ¿No crees?
-¿Dónde se meten cuando se les da por ser turistas?
-Normalmente solo a unos metros del rebaño, no deberían estar muy lejos, en estos tiempos se agrupan, pero no faltan las que buscan algo de maleza
De pronto, el mayor se puso serio, Mu vio como su compañero perdía la mirada hacia el norte, hacia Los bosques de la Nevada como los llamaban los antiguos ancianos-Iré por algunas de ellas, tu busca las demás-dijo sin mas, dirigiéndose a ese lugar en tenía su vista puesta.
Kanon era extraño… había llegado tras el termino del verano decano anterior, lo trajo el herrero de la ciudad diciendo que lo había encontrado mal herido y que sus padres habían muerto en un asalto en los caminos. Ahora era su hijo adoptivo, pero siempre se diferenció del resto delos de su edad… era mas alto, mas fuerte, era veloz y su mirada, su mirada era directa…
Kanon era... alguien distinto….
/…/
-¡Lobos!-exclamo una de las mujeres y todos estallaron en gritos, unos diciendo cosas, otras orando, pero todos exaltados-¡Nadie mata a ocho ovejas en cosa de segundos!, ¡regresaron los lobos!, ¡mira como destruyó las ovejas!, ¡las bestias regresaron!
-Pero estamos en el sexto año del invierno Decano, todos sabemos que los lobos no aparecen los últimos años-apeló uno de los hombres del pueblo, tratando de sonar neutral, fracasando en su intento de no mostrarse nervioso o mas bien aterrado de pensar en esa situación-ningun lobo resiste tantos años bajo este frio.
-¡¿Y si son ellos?!
-¿Qué Haremos?
-¿Y si los niños no están a salvo?
-Hoy fueron ovejas mañana quizás seamos nosotros
-¡Basta!-el llamado de atención del jefe del pueblo, aquel hombre que por su edad y sabiduría llamaban patriarca impuso silencio con su fiera voz ante el consejo que el pueblo había armado ante el ataque a las ovejas-Lobos o no, no podemos perder el tiempo en esto, cada familia mandara a un varón a la casa del herrero por un arma, y la embestirá durante tres noches en la puerta de su casa, después otro de su familia lo reemplazara por tres noches mas, para cuando llegue la séptima noche, veremos si los ataques han regresado o no.
Pareciera que las palabras del mayor hubieran calmado el murmullo y temor de los aldeanos que tras oírlo,aprobaron la decisión y comenzaron a partir hacía sus casas.
Mu buscó con la mirada al herrero, lo encontró hablando con su abuelo, la máxima autoridad del pueblo.
-Señor Faskcort-llamó el menor al hombre de manos enguantadas y con el rostro impregnado de carbón-disculpe, ¿Dónde esta Kanon?
-No lo se, después que encontró tus ovejas dijo que estaría un rato en el bosque
-¿Solo?, ¿y si los lobos lo atacan?
-Le prohibí que fuera a los bosques de la nevada, pero de todas maneras puedes ir a ¿buscarlo por mí?, a ti te hace más caso que a su viejo.
-Si señor-No espero un segundo mas y fue tras el chico, temía que ese rumor de que los lobos habían vuelto fuera verdad, de ser así, Kanon estaba solo en alguna parte, siendo un blanco fácil para que lo atacaran esas bestias, y aunque el no fuera uno de los mas fuertes, por que el sabia que su cuerpo no era mas que el de un adolecente de 19 años, al menos podría ayudarlo si ese temor fuera real.
Lo buscó en los contornos del pueblo, pero no lo encontró, su mirada se dirigió a los bosques nevados…
Ven….
Busco con la mirada a su alrededor, pero nadie lo llamaba
Ayúdame….
Corrió hacía aquel bosque, de seguro, algo le había pasado a Kanon, de ser así temió por su vida.
En su mente y en su espalda, estaba el recuerdo de aquel lobo que en su infancia lo había atacado, cuando aun estaban en el Verano anterior, la fiera lo había tomado con fuerza por la espalda, lo hizo caer al suelo, ya listo para ser devorado por la bestia cuando su amigo, el hijo del herrero, apareció de la nada y golpeó al animal… y después todo fue silencio en esa ocasión, ahora, sentía esa voz que lo llamaba…
Te Necesito…
Corrió lo máximo que le permitieron sus piernas, en la nieve quedaban impresas sus marcas mientras se dirigía a las profundidades de aquel lugar, sin nada con que defenderse en caso de un ataque.
Lo buscó y lo buscó pero no encontró nada…
Sintió temor de haberlo perdido…
Ayúdame…
Siguió esa voz, hasta que vio un sendero de sangre…Miedo…
Hacía muchos años que no sentía miedo… y terror… mientras corría sentía mas terror, el pánico comenzó a apoderarse de sus sentidos, estaba asustado, temeroso, de que esa sangre fuera la de su amigo de la infancia.
Corrió con las fuerzas que no recodaba haber tenido nunca, sentía como ese llamado se perdía entre la niebla y la nieve del lugar…
Se detuvo de golpe, perdido, sin saber por donde seguir, pronto vio que en muchas direcciones la sangre estaba manchando el manto blanco del piso….
Quería llorar…
-Ayuda... me…-Corrió otro poco cuando distinguió a lo lejos un cuerpo, para cuando llegó a él, encontró que se trataba de un chico completamente ensangrentado y con múltiples heridas, tomó el cuerpo del joven entre sus brazos, lo sintió quejarse mientras observaba como sus heridas no paraban de sangrar.
-Te sacaré de aquí, estarás bien…sintió como el cuerpo del otro era aun más frío que la nieve, más frío que el agua de los lagos en los cuales Kanon se sumergía en sus juegos... y no sentía su pulso-¡Dios, te sacare de acá, resiste un poco!- el otro, sumamente debilitado, se incorporó con ayuda del menor, alzando la vista al cielo cubierto por la copa de los arboles…
-Lobos…
Y el resto del camino no dijo palabra alguna…
Mientras detrás de los arboles, con su cuerpo aun mal herido, Kanon observaba como esos dos caminaban hasta el pueblo…
Si Mu no hubiera llegado… hubiera acabado con ese ser….
Apretó los dientes con cólera…
Habían regresado… aquellos seres hambrientos de sangre… y el que había sentido su olor, no había podido lograr exterminarlo.