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Pastor de Bestias por Jaelinna

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Notas del capitulo:

Otro capitulo mas, otras sensaciones nuevas...
 

agradesco por sus lecturas y por su apoyo chicas >w< espero cada vez corresponder de mejor manera su presencia aca para con este trabajo.

 

Un último gemido arrancó de su boca cuando llegó al orgasmo, sintió su cuerpo volverse de roca, firmeza y fuerza en una última estocada que le dejó la piel erizada y en éxtasis, sin poder ya mas nada  hacer que suspirar por última vez y salir del otro cuerpo que se tuvo que acariciar para que segundos después sintiera el mismo placer.

El mayor se puso de pie, buscando sus ropas en alguna parte de ese cuarto, aun su cuerpo, sudado se mantenía en forma a pesar del trabajo de simplemente estar sentado ante el magistrado sin hacer más que firmar y ordenar la decapitación  de cuanto hereje, blasfemo, pecador u ladrón se  presentara.

-¿A dónde va su santidad?

-Nadie te pidió que abrieras la boca, menos para preguntarme que estoy haciendo o que haré-comentó el otro con su voz ronca, seria, impregnada del poder que cargaba sobre sus hombros, ese emblema de pureza y justicia que bajo sus sabanas y entre sus piernas no traía- vístete y llama al mensajero, quiero tener noticias de mis enviados.

-Si, señor-comentó la otra tomando su largo cabello negro mientras buscaba en el piso sus ropas, aquellas destinadas a la pureza que perdía en la privacidad de la habitación de aquel Papa.

Pronto, pandora se retiró del cuarto, la máxima autoridad de aquella nación yacía de brazos cruzados, mirando el mapa que representaba todas las tierras, graficado y dibujado en una de las paredes de la enorme habitación.

El llamado a la puerta no se hizo esperar, tampoco necesitaba saber de quién se trataba para dar la autorización para que entrara. Pronto, en aquel cuarto fueron dos: el mensajero vio a su máxima autoridad desnudo y como siempre, observando aquel dibujo en la pared.

-Cada vez que te veo mirándolo me pregunto si te estás convenciendo de que tú eres el que imparte la justicia sobre ellas, Saga.

-No necesito pensar eso, Radamanthys, sé que todo lo que aquí veo está bajo mi palabra.

-Suenas como un tirano, nadie creería que eres el Papa gentil y noble preocupado por su pueblo y la paz del mundo.

-Dales una imagen que los identifique y los tendrás comiendo de tu mano… pero no te hice llamar para que me dieras clases de actualidad, sino, para saber en que estado está la misión de los Bosques Mas Allá de la Neblina.

-Según la última carta enviada por Shaka, llevan seís días de camino y no tiene seguridad de que aquellas tierras existan más allá de ese bosque, dice que cedera cuatro días más de viaje, de caso contrario, regresaran con Shura y las armas.

-¿Algo más?, ¿no dijo nada mas en sus cartas?

-No estoy para andar leyendo sus aberraciones sexuales ni sus escritos perturbados… a veces me pregunto que tiene en la cabeza

-¿Yo?, yo tengo el poder, el mismo que te puede hacer perder la lengua, pero tienes suerte de que me caigas bien y que, claro, tu novia sea tan obediente en la cama-el rubio tras él tuvo que apretar sus puños para no sacar la daga que de su brazo siempre pendía como buen integrante de la elite de la nación- ahí que exterminar hasta el último de esos monstruos… quiero sus cabezas embalsamadas en cada entrada de las cárceles y barracas, que todos sepan que si soy capaz de cazarlos como los animales que son, soy capaz de impartir la justicia de mi padre, y el padre de él…

-Pero sabes perfectamente que ese puesto que tienes no es tuyo…-se arriesgó a decer Radamantis, uno de los pocos que conocían el secreto…-Sabes que estás ahí por compasión…

-Soy el Papa, santidad de todas las tierras, estoy en este puesto por que me corresponde

-Estas en este puesto por que sintieron compasión de tu carga, de la desgracia de tu sangre… aun así, nadie puede negar que eres el Papa más estricto que ha besado la cruz de nuestra catedral.

-Algún día, cuando tenga las cabezas de esas bestias, Radamanthys, tu perderás no solo tu lengua.

-Lo sé, pero ese mismo día, los que guardamos el secreto de tu casa, Saga, te daremos la espalda… y las tierras se impregnaran de tu sangre… Y la de Shaka, será la siguiente en el Papado…

 

/…/

 

 -Camus… por… favor…-comentó con los ojos cerrados y  los brazos estirados  desde donde las prendas colgaban mientras el otro, desnudo, seguía tratando de ponerse sus antiguas ropas manchadas de sangre y desgarradas por el ataque del fiero animal del cual aun nada sabían.

-Te dije que no es necesario, gracias…

-Pero…-sus ojos se mantenían fuertemente apretados…-esas ropas… creo estás muy mal… estás son de Kanon y quizás…

-No las usaré…-fueron sus palabras mientras tomaba la camisa y trataba de ponérselas descubriendo lo desgarradas que estaban…-prefiero andar desnudo si es necesario pero no me pondré sus ropas.

-¡No digas eso!-molesto por como trataba a su… amigo… el joven pastor dejó caer las ropas al piso, abriendo sus ojos, teniendo que mirarlo, y, no pudiendo evitar sonrojarse  ante la imagen que veía, sin embargo, no permitió que este lo intimidara con ese cuerpo... -sé que Kanon se portó mal, pero no tienes el derecho de hablar de él de esa manera como si fuera una peste… no lo conoces lo sufici...

-¿Y acaso tu sí?-preguntó acercándose al otro, llevando una de sus manos al pecho de Mu y de un solo movimiento dejandolo de espalda contra la pared -¿Qué sabe un pastor de ovejas de lo que callan los ojos?...

-Nada, pero sí quizás sé más de Kanon que un completo desconocido como tu.-sus palabras salían atropelladas y nerviosas de su boca, la cercanía del otro no ayudaba, esa mirada penetrante que desprendía su ojos izquierdo lo petrificaba-Esta casa te acogió…. No… no seas así

-Bien… –el otro separó su mano del pecho del menor y tomó las ropas que Mu había dejado caer al piso-las usaré, pero solo será por hoy…

-¿Hoy?

-Partiré al término de la luz de día…- mencionó mientras se vestía frente al otro, aun el dolor debía estar presente porque tras algunos movimientos de su cuerpo su rostro expresaba un gesto de dolor...

-Pero aun estas herido…-comentó Mu que por instinto había comenzado a ayudar al otro a vestirse, no podía dejar pasar por  alto esas expresiones que se dibujaban cada vez que el hombro derecho de ese chico se movía y su cara reflejaba el malestar-No te puedes ir aun…

-No me quedare acá, me queda claro que tengo que salir de aquí…-respondió Camus  mirando al pastor mientras se ponía aquellas-El otro no dijo nada, terminó de ayudarlo y simplemente permanecio callado, la vergüenza y la incomodidad se reflejaban en su rostro, no esperaba que el otro le dijera esas cosas, aunque nada eran, ni tenían nada en común, sintió la incomodidad de la situación…- me dijiste que tenía que hablar con el consejo… ¿puede ser hoy?

-hem… no… no lo sé….

-Pregunta, por favor… quiero salir de aquí pronto…-fue todo lo que dijo para, posteriormente, encaminarse cojeando del pie derech hacia la puerta de la habitación, no sin antes, tomar las que alguna vez fueron sus ropas…

 

/…/

 

El consejo de ancianos estaba ya reunido, en un ovalo alrededor del extraño, lo miraban con atención…

-Bien Camus… Mu nos contó que te encontró mal herido en las entradas del bosque Nevado… por favor cuéntanos qué pasó para que llegaras a ese lugar.

-Soy un artista, voy de pueblo en pueblo buscando algo que interpretar para comer, estaba de camino para acá cuando fui asaltado, perdí mis instrumentos y me dejaron en aquel bosque, después, desafortunado de cuna, unos lobos me hallaron, grandes, más allá de lo normal, y me atacaron…

El murmullo de la sala se hizo presente, Mu, desde una de las esquinas desde a donde los jóvenes del pueblo les permitían observar para ser testigos de la justicia de sus mayores, presenciaba la conversación….

-Oye Mu…

-¿Dime Milo?...

-Este… he… bueno, Ditta me dijo que ese chico… ¿es cierto que su cuerpo está lleno de cicatrices?-indagó el joven a su lado, hijo del boticario, un chico que las pocas veces que pasaba en silencio era cuando estaba comiendo o admirado por algo…-¿tiene muchas en su cuerpo?

-Muchas…-comentó de forma automática el pastor  sin dejar de mirar al chico en cuestión, que rodeado del consejo, no dejaba de tener ese aire de solitario y errante…

-Tiene una mirada extraña-prosiguió Milo- es como las miradas de los cuentos de los ancianos ¿los recuerdas Mu? esos que dicen que te roban el alma y que te dejan sin la razón, y que  si los ves segundos antes de tu muerte te llevan al mismo infierno.

-Exageras, Milo.

-Bueno, quizás un poco… pero no me negaras que su mirada tiene algo de especial ¿no?

-Tiene unos ojos fríos… -Mu comenzaba a contestar por inercia  a las preguntas de su amigo, su mirada seguía clavada en el extraño que contestaba cada pregunta del consejo con su voz seca, baja, perdida y sin dar eco entre las paredes…

-¿y cómo tiene el cuerpo Mu?

-Maravilloso…-contestó de la misma forma, sin pensar, aun clavando la mirada en el chico, que parecia saber era el centro de su atención, por que cuando lo hacía, Camus, siempre terminaba respondiendo a su mirada.

Milo no pudo evitar ocultar la carcajada por las palabras de su amigo, que aun no caía en cuenta de lo que había dicho…

Y Hasta que termino la sesión, no se dio cuenta que Kanon había tomado de su mano… y  al mismo tiempo al no tener respuesta la había soltado…

 

/…/

 

Bajaron del carruaje, la nieve de ese lugar era densa, todo estaba cubierto por ella, el manto blanco era amplio y extenso, tanto como la vista daba.

-¿Sera acá?

-Mas allá del bosque Nevado, donde el sol no muestra su rostro… tiene que ser acá, Shaka.

-Siempre pensé que era un mito… pero bueno-sonrió, tomando un poco de nieve entre sus manos enguantadas-pero bueno… también recuerdo que los mounstros eran un mito para mí cuando estaba en cuna aun.

-Hay que comenzar el camino… -emprendieron el paso por aquel sendero entre los árboles, mientras tras suyo, los caballos que llevaron el carruaje, eran desatados y ahora arrastraban aquella pesada caja de hierro  que con su pesadez dejaba la marca de su paso por la nieve…

 

/…/

 

Olor…

Hierro…

Sangre…

Nuevas personas….

La piel se erizó, el olor a hierro, a cenizas y a unos aromas perdidos en su memoria regresaron, golpeando en su pecho como si de caballos de guerra se tratara, la fuerza que ejercía sobre ellos como el magnetismo de la noche sobre si era poderoso…

Y notó que no era el único…

Camus había salido de aquel consejo que como solución a su caso le había permitido quedarse en el pueblo al menos tres lunas mas, por lo que ahora, era el centro de las preguntas de muchos jóvenes… pero su mirada, aquel ojo sano, el izquierdo, estaba clavado en la mirada de Kanon que desde unas mazmorras, lo llamaba con sus ojos.

El nuevo se disculpó y dejó a las personas ahora caminando hasta aquel lugar donde el otro lo aguardaba…

-¿Pensabas esperarme toda la vida acá?

-No me des motivos para desgarrarte la carne de los huesos-habló amenazante- vete ahora que nadie te descubrió…

-¿Lo sentiste también?... ¿ellos?

-Tú los trajiste con tu nefasto olor a Sangre…

-El tiempo avanza-ignoró al otro-pronto la luna será más baja, hay que hacer algo antes de que sea tarde

El joven herrero se había molestado por ser ignorado de esa forma, detestaba que el otro lo viera como un… animal, aunque en cierto grado lo era detestaba que lo calificaran de esa forma.

-Dame una buena razón por la cual no te arranque la cabeza o les diga a todos que eres un chupasangre.

-Te daré dos,  El primero, por que no dejaría que me atacaras, primero les digo quien eres  y  te daré pelea y segundo, me necesitaras...

-¿Necesitarte yo?-no disimuló su sonrisa

-Si... por que cuando lleguen los Enviados papales, ni tus patas te serviran para correr… de seguro ya sentiste su olor ¿no?... el hierro que arrastran…

-Los trajiste… desaparecé o te entregaré a ellos.

-¿A quiénes?-ambos hombres desviaron su mirada hacia el joven pastor que se encontraba a unos metros de ellos con una oveja en brazos…-¿Qué pasa aquí?

-Mu…

-¿Qué está pasando, Kanon?, ¿Por qué se tratan así entre ustedes?... ¿se… conocen desde antes?

-Mucho antes de lo que crees –las palabras de Camus fueron directas, la mirada que el herrero le destinó no le molestó en lo más mínimo-pero eso es tema de otro día, Kanon, desvíalos del  camino

-¿Qué?, ¿Quién te crees para darme ordenes?

-Nadie, pero de entre los dos, tu estás más capacitado para hacer eso… al final para eso son buenos…- Kanon iba a protestar pero el otro había emprendido su caminar hasta el pastor, tomando entre sus brazos la joven oveja que este cargaba…-desvíalos… yo me encargaré del resto… -sin más comenzó a caminar de regreso al pueblo con la pequeña criatura en sus brazos apenas nacida una luna atrás.

Mu vio como Camus emprendía el camino hacia el pueblo, mientras el otro seguía sin moverse de su lugar…

-Kanon… ¿Qué está pasando entre ustedes?, ¿Se conocen verdad?-el otro no contestó, caminó hasta estar frente al joven pastor, y, con sus dedos, recorrió su rostro fino, suave, que pareciera incluso la misma nieve que de apoco comenzaba a caer de nuevo.

-Ya regreso… cuídate mucho ¿si?-dejó un fugaz beso…para después, sin escuchar las múltiples preguntas del otro, emprender su camino hacia dentro del bosque…

 

/…/

 

 Estaba sentado en aquella cama que por algunos días lo había acogido debido a sus heridas, la oveja estaba aun en sus brazos, sentía la sangre correr por ella, pero ese día no tenía hambre por lo que se dedico a acariciarla.

-Camus…-sabía quién lo llamaba, no dijo nada, al final, él era el dueño de ese cuarto en el cual se estaba quedando-Necesito preguntarte algo…

-Y yo decirte algo…-comentó el otro aun con la mirada en el pequeño animalito.

-Ne… -tomo valor y prosiguió- Necesito que... me digas que está pasando…

-Perdón…-comentó mientras dejaba a la oveja sobre la cama, y se ponía de pie para acercarse al más joven…- he sido un desconsiderado y por sobre todo, un mal agradecido hacia tu preocupación…

-¿Qué está pasando…?

-Nada… -medio sonrió por un instante…  pero Mu, que estaba tan cerca, vio claramente esa sonrisa… y sintió que hacia más frio de lo normal…-te debo la vida...

-No te preocupes… no es nada…

-¿Nada...?-caminó otro poco, Mu comenzaba a pensar que ese chico tenía la extraña manía de acorralarlo contra la pared, como si acortar la distancia… entre sus cuerpos, fuera una forma de imponerse ante el..-te debo mi existencia….-la mano del extranjero  se alzó… y acarició su mejilla…

-Si crees que actuando así olvidaré como tratas a Kanon, ni lo pienses…-desafió, aunque sentía temor... un temor distinto al que pudo haber pasado en su vida, un temor a que esa distancia era cada vez mas inexistente, cada vez mas efímero… y el temor mutaba a deseo de que pasara… las dudas se agolpaban en su mente, el por qué esa sensación indecorosa en su pecho…

Camus se detuvo a centímetros de su rostro, para dejar un beso sobre su frente….

-En tierras lejanas a esta… se simboliza el agradecimiento con un beso en la frente, y una marca perpetua en el otro…-comento, tomando la mano del dicho y llevándola a su ojo derecho, aun cubierto por aquellos vendajes- Se que no volveré a ver por este ojo… pero a cambio… tendrás el izquierdo y la mitad de mi…

-Camus…. No es necesario….-hablar y sentir el aroma caliente del otro…

-Siempre se entrega la mitad del alma cuando te salvan… la mía ya te pertenece pastor…y no dejaré que nadie te haga daño…

-Nadie me hace daño aquí…

Pero el otro no contestó…. Se dedicó simplemente a no soltar la mano de Mu, aun posicionada sobre la órbita de su muerto ojo derecho…

Y ese silencio, por extraño que sintiera, hizo que el pastor tuviera un pensamiento que murió en su mente en cuanto nació, sin ni siquiera tener la capacidad de retenerlo, de recordarlo, pero había nacido de él…

“Sangre”….

 

 

 


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