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Pastor de Bestias por Jaelinna

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Notas del capitulo:

Otro capitulo mas, millones de agradecimientos por estar aqui, conmigo, en este trabajo.

De corazón, gracias chicas 

El crujir de la nieve bajo sus pies era un sonido continuo que iba al compas del que emitía la pesada caja que arrastraba el caballo. Metros detrás este era seguido por  dos hombres que en un silencio impertubable conducían sus pasos hacia aquella aldea tras el Bosque Nevado, como lo llamaban los mitos y canciones que se oían en el camino.

El sonido de su respiración era más inaudible que el de sus pasos e incluso por momentos desaparecía entre los relinchos del caballo que cada vez se mostraba más a la defensiva, cada vez más vapor salía de su nariz mientras movía sus orejas y alzaba la cabeza a momentos evitando caminar.

Los aldeanos miraron a los recién llegados, sus trajes marrones se distinguían a pesar de la nevada que se estaba dando en ese momento. Todas sus ropas, del mismo tono, yacían cubiertas por un abrigo fino color negro a sus espaldas que cubría completamente su brazo izquierdo dejando el derecho a la vista del cual pendía el arma característica de su orden, aquella navaja que se sujetaba a todo su antebrazo y que, de un solo movimiento, se extendía y se convertía en un anexo fundamental para la defensa y en claras ocasiones,  para el ataque.

De sus ropas, sobre el mismo brazo donde aquella arma se veía, más precisamente sobre el hombro se mostraba el emblema de su orden: una corona acomodada sobre una cruz cristiana que tenía una extensión tan grande que iba desde el hombro hasta el codo, punto donde comenzaba el arma personal.

Los emisarios miraron con atención a los primeros aldeanos que detuvieron su paso para mirar a los recién llegados.

-Hola-saludó uno de ellos mirando con atención a los recién llegados: uno de cabellos negros y mirada tan profunda como las noches desde hacía 6 años, mientras que el otro, traía un llamativo color rubio, casi dorado, quizás el sol fuera igual a ese tono, la verdad, tendrían que esperar unos años más para saber si este astro tenía la misma magnitud de dorado que el cabello de aquel hombre-¿les puedo ayudar en algo?

-Necesitamos presentarnos ante la máxima autoridad de este lugar-respondió  el de cabellos negros que sostenía las riendas del animal.

-Diles que los representantes de su santidad, el Papa, han llegado en misión prescripta desde la mano del hombre que imparte justicia sobre las tierras que pisas-el de cabellos de oro se impuso con su voz, Afrodita, que no espero aquellas palabras, se sintió vanamente ofendido por el deseo de autoridad que aquel hombre se auto imponía.

-El patriarca está ahora con el consejo tomando una decisión, si gustan pueden pasar a la biblioteca del pueblo, es el lugar más aceptable, claro, si es que está a su altura.

El rubio frunció su mirada, iba a mover su brazo cuando el otro habló.

-Iremos a aquel lugar, dile por favor, que Shura de los Castañeda y Shaka de los Vargus están aquí a su espera-pidió al pueblerino con una pequeña reverencia.

Afrodita tuvo que aguantarse la risa de ver como el compañero del que había hablado lo aniquilaba con la mirada pero guardaba silencio ante lo sucedido.

Posteriormente, se acercó a ellos y les ofreció llevar las riendas del caballo.

-El va con nosotros-comentó Shura negando con sólo un gesto de su cabeza que se movió de lado a lado en respuesta negativa a su oferta- esta temeroso, además, trae nuestras cosas más valiosas.

-Comprendo señor, pero el caballo no podría entrar en la biblioteca, descuide, me aseguraré de que dejen la carga junto a la silla en que usted se ha de sentar pero él tiene que ir a los establos, me encargaré personalmente de que coma y tenga calor a su lado.

-En el nombre del Papa estaremos agradecidos por su hospitalidad-dijo el de cabellos tan negros como la noche, mirando al otro de piel tan blanca como la nieve que caía suave sobre ellos; se preguntó si las rosas se podían congelar… un pensamiento interesante.

 

/…/

 

-¿te vienen siguiendo verdad?-comentó el joven que de brazos cruzados miraba al más joven con la vista fija en el cielo aunque las nubes no dejaban ver más que la nieve que caía-de seguro siguieron tu rastro de ovejas muertas.

-Lo dudo-comento extendiendo su mano y tomando uno de los copos de nieve, para llevarlo a su boca- pero ellos no viene solo por mi…

-¿Acaso insinúas que vienen por mi?

-Vienen por nosotros dos…-aclara comiendo otro copo de nieve- de seguro sabes quiénes son, qué hacen para el papa y además, cuál es su misión a donde sea que vayan.

-Sí, dicen ser los ángeles de dios en la tierra, que limpiaran este mundo de los mounstros y bla bla bla, pero no te pregunté para que me dieras una clase de humanos con problemas de ego.

-Ellos saben que existe este pueblo desde hace muchos años, pero nunca habían puesto su mirada en el, por que lo consideraban maldito, y que al tener este invierno de diez años era un lugar donde de seguro ningún humano podría sobrevivir.

-¡Ja!, como se nota que no nos conocen-comento Kanon sonriéndose – he vivido acá hace más de catorce años, he visto un verano  y ahora vivo mi invierno, soy el guardián de este pueblo sin problema alguno, ellos no serán gran problema para mí.

-Ellos saben de ti…-dice mientras por tercera vez toma la nieve que sus manos desnudas atrapaban para llevársela a la boca- ellos cazan a los que como nosotros, no fueron creados por la mano de su dios, y desde lo que les pasó al nuevo Papa en su infancia se han propuesto, tomar a todas las criaturas y como me dijiste tu una vez, arrancarles la cabeza de su cuerpo.

Kanon lo miro unos segundos… daba miedo, ese hombre que no hacía más que comer de la nieve daba miedo, ahí, en ese tejado, ambos sentados dejando que la nieve los cubriera de manera lenta, no era una fuerte tormenta blanca, solo una brisa acompañada de estos minúsculos copos de puro color.

-Habla claro.

-¿Y acaso no es eso lo que hago cachorro de hierro?... Se dice que el último de los Papas de linaje de los Sparaus, rubio como el trigo de los campos del norte, había salido de paseo con su consejero, y con los hijos de los guardianes de la nación, niños que no superaban los 5 o 6 años de edad, la debilidad del Papa decían algunos, otros, un amor hacia lo más puro del hombre, la infancia, pero en ese paseo, una bestia que nadie había visto a los ojos, apareció y asesino a más de la mitad de los niños, algunos, hábiles físicamente corrieron, pero el resto, incluido el papa y su guardia, no tuvieron mejor suerte: encontraron sus partes esparcidos por el sendero-Kanon sintió que de pronto, la nieve no era tan fría como la sensación que recorría su espalda mientras escuchaba al otro- El Papa no tenía hijos obviamente, y no había un familiar directo tampoco, por lo que el nuevo papa, tenía que ser escogido por el consejo… y ante lo sucedido, y por una extraña carta encontrada entre las pertenencias del fallecido sumo sacerdote, se coronó como el representante de dios en estas tierras, a uno de los jóvenes que había sobrevivido al ataque, el consejo se conmovió con él, además de que estaba hablando de un deseo de justicia, por lo que él asumió…

-¿Por… por qué…. Me cuentas esto?

-Porque desde que él asumió, cada año se cazan más a todas las bestias y sus cabezas son embalsamadas y llevadas a los peores lugares para dejar en claro que él es justicia, un hombre bondadoso, pero hambriento de sangre no humana…. En un sentido más cínico, es peor que nosotros….

-El vendrá por nosotros…

-Acabo con los que venían conmigo, a 3 de ellos los tomaron y les hicieron torturas que ningún hombre podría imaginar…

-¿Tu estas escapando de él?

-Sí y no…- comentó mientras disfrutaba de comer nieve- el tema es que llegaron, y si no resguardas tus patas, ellos te descubrirán… aunque estarás en el centro de sus miradas

-¿Yo?, ¿y eso por que?, ¿Por qué dices que no?, ¿Qué mas vienes a hacer acá?

- Hay muchas cosas que no se saben por la boca, sino, por las acciones…

-Habla lo que quieras, solo sé que ellos no me encontraran ni le harán daño a nadie de acá, y sus balas de plata no me hacen nada, soy hijo del herrero, he trabajado con plata también, y no me hacen daño.

-¿Y quien dijo que te mataran con balas plata o a mí con estacas, crucifijos y ajo?... créeme, ellos tiene métodos peores….

-No les temo…. Y te advierto una cosa, sea lo que sea por lo que hayas llegado acá, no te permitiré que le hagas daño a nadie de acá, esperaré que ellos se vayan al darse cuenta que nada encontraron y me encargaré de ti, tus dientes deben estar alejados del cuello de cualquier persona de este pueblo, de lo contrario, yo te arranc..

-Arrancare la cabeza-terminó el otro, relamiéndose los labios…

-Deja de comer nieve…. ¿Por qué lo haces?, ¿No que ustedes solo chupan sangre y nada más?

-Por que la nieve es lo único puro que puede venir del cielo… -responde Camus poniéndose de pie, comiendo el último de los copos de nieve- y te daré un consejo, aunque no lo quieras aceptar… cambia tu corte de cabello, hazte una cicatriz en el rostro o quémate la cara… por que eres idéntico al Papa, y eso, levantara las sospechas de ellos-le sonrió… por primera vez desde que se conocían- ahora con tu permiso, tengo que ir a visitara a alguien.

 

/…/

 

-¿Dónde está Camus, Mu?

-No lo sé-responde por enésima vez a las preguntas de Milo, quién desde el día de ayer, se encontraba extrañamente preocupado por lo que le pasara al recién llegado, sabía del buen corazón de Milo, nunca lo había puesto en duda, pero  comenzaba a molestar el que esa mañana, después de salir de misa, se la hubiera pasado preguntando por el estado de ese chico.

-¿Está viviendo en tu casa y no sabes cómo está?

-Sí, exactamente, aunque no lo creas no sé cómo está.

-Ey, solo te pregunto, no es para que entres en ese genio

-Entonces deja de preguntarme por él, no soy su guardián ni nada de él para estar al pendiente de si está bien o está mal, además, si tanto te preocupa, ve y pregúntaselo tu mismo.

-Bien, ¿me vas a decir qué te pasó que amaneciste de genios cortos? –pregunto con cierto dejo de molestia ya el otro de brazos cruzados, y es que la reacción del joven pastor no pasaba por alto- ¿qué pasa Mu?

-Eso mismo me pregunto yo-la voz detrás de ellos no necesitaba presentarse, Kanon los había alcanzado y había escuchado esa última parte- ¿Qué pasa Mu?

-No pasa nada, tengo que ir a llevar las ovejas a campos altos, con permiso-el más joven se adelantó mientras Milo simplemente siguió el camino contrario, sabía que Kanon iría tras el otro por lo que no era necesaria su presencia.

Tras caminar por el sendero que conducía a los establos de su casa, Mu se dispuso a sacar sus ovejas, cuando el otro lo llamó.

-Yo tengo la misma duda que Milo, ¿qué te pasa?

-Ya dije que nada.

-A mi no me engañas.

-No te estoy engañando, simplemente no me pasa Nada…

-¿Camus tiene algo que ver?-Mu se detuvo a atar la bolsita de semillas de girasol a su cintura, no esperaba esa pregunta pero ahí estaba, puesta sobre la mesa para que tuviera una respuesta-Sí, se trata de él…

-No… no es sobre él…

-¿Entonces?- se acercó al otro, y tomándolo del brazo, con lentitud lo giró y lo dejó frente a él- ¿Qué pasa?, Sabes que puedes confiar en mí, sabes que lo que más deseo es protegerte…

“como lo protegería el otro”…

Las palabras volvieron a la cabeza de Mu, no entendía por que un completo desconocido le prometía   protegerlo y ser el dueño de la mitad de su alma, ¿Por qué él?, ¿Por qué esa cercanía del otro lo ponía en una situación donde su cuerpo se sentía de piedra y sin decisión alguna sobre sí mismo?

Kanon veía como el otro no contestaba, no lo miraba y no respondía a la caricia sobre el brazo que él le estaba destinando por lo que decidió dar un paso más.

Acortó la distancia entre ellos, apoyó su torso contra el del otro y rodeó su cintura con sus fuertes y animales brazos, acariciando el contorno del rostro del otro, para alzarlo algunos grados y rozar sus labios con los propios.

Un escalofrió recorrió al más joven, el tiempo no lo ayudo, por que al darse cuenta de la situación, el otro ya había sacado ligeramente su lengua y recorrido el contorno de la boca del joven pastor, para después, tomar con sus labios los de Mu, con una fuerza contra la que él nada podía hacer, sus manos fueron al pecho del otro pero Kanon rodeó con una de sus manos la nuca del más joven y terminó de tomar esa boca con la pasión que Mu despertaba en él…

Y de la misma forma sorpresiva en que tomó la boca del menor y la besó con hambre, de la misma forma que la pasión lo llenó hasta el punto de dejar caer al chico al piso, acolchonando la caída con el cúmulo de paja, de la misma forma en que  Kanon se sintió perdido por la cercanía del otro, de esa forma tan rápida, Mu se separó de él, en un segundo se pudo librar del beso del otro y se puso de pie, para tomar la vara con la que andaba por los campos con sus ovejas, y mirar a Kanon a los ojos… con los suyos lleno de lagrimas…

  -Lo…. Lo siento…-y sin más, salir de ese lugar…

 

/../

 

La mesa fue servida con mucha carne y pan, agua y algunas salsas.

El mayor de la aldea yacía sentado a la cabeza de la mesa, mientras los dos emisarios de su santidad se encontraban uno a cada lado de él.

Sus manos, arrugadas por el pasar del tiempo sostenían un pedazo de pan, partiéndolo con calma y llevando un trozo del mismo a su boca.

-En nombre de la mi pueblo, les doy la bienvenida a estas tierras, y antepongo mis disculpas por la falta de fruta, pero sin los rayos del sol, los arboles no tiene la fuerza para dar  tantas frutas como quisiéramos.

-No se preocupe, comprendemos la situación de estas tierras.

-Así es, como dice mi compañero Shaka, sabemos lo que pasa acá, un evento muy particular de seguro, no existen tierras de su santidad que sufran de un hecho tan particular como estas.

-Y para nosotros es tanto beneficio como castigo- respondió el anciano con una media sonrisa, algo alegre, algo triste- Pero la llegada de personas enviadas por el Papa es sinónimo de bendiciones para nosotros, pero díganme, ¿Qué los trae hasta estas tierras?

-Se trata de algo muy puntual- explicó el rubio, corriendo el plato frente a él del cual nada había probado- su santidad nos ha enviado para acabar con aquellas bestias que atentan contra las leyes de dios, y son una amenaza para la humanidad.

-Es por ello que estamos acá – añadió Shura llevando un pedazo de carne a su boca, para después comerlo y limpiar su boca con la tela puramente blanca- ¿Sabe lo qué le pasó al antiguo Papa?

-Sí, Lamentable noticia, eso sucedió cuando estábamos en nuestro verano, por lo que las noticias desde la capital nos llegaban más rápido que ahora, es por ello que su visita no pudimos preveer y reitero por ello mis disculpas.

-Lo comprendemos, els por ello que hemos venido solo nosotros, para que la llegada no fuera tan invasiva ni se pensara que venimos a tomar el pueblo, pero le reiteramos, vinimos a limpiar este lugar de las posibles bestias que los estén rodeando.

-En nombre de mi gente, y de los futuros hijos de este pueblo, les damos las gracias por tomarnos entre sus prioridades, pero mientras estamos en este invierno, lo único que nos es de amenaza como te habréis dado cuenta, es la falta de frutas.

-Hemos seguido los rastros de algunos vampiros-la palabra salió gélida y solida de la boca de Shura, ahora siendo él quién retiraba el plato de en frente- sé que suena algo temeroso y desolador, pero en nuestras rutas hemos descubierto que desde que comenzó su invierno, las bestias tenían como destino este lugar, y es comprensible, al poseer un invierno de diez años, los rayos del sol nunca tocarían directamente el suelo, por lo que los vampiros pueden caminar de día bajo solo la luz reflectada en las nubes; los hombres lobos tiene el mismo similar, si bien ellos se convierten con la presencia de la luna llena según nuestros registros, al no existir el sol, la refracción de los rayos del sol, tiene un poder similar a él de la luna, por lo que pueden estar fácilmente de día en sus estados más bestiales.

El anciano guardó silencio, dejando los trozos de pan sobre su plato, pensó…

-Hace algunos días, ya casi una semana quizás, sufrimos el ataque a nuestras ovejas, además de que un joven artista errante, fue brutalmente atacado por unos lobos, no recuerda cuantos, pero perdió uno de sus ojos y quedo  con múltiples cicatrices por ello… ¿Creen que haya sido…. Por ellos?

-¿Hombres lobos?, no tema en decirlo, y es posible, casamos a dos estos meses, si lo pone en ese plano, es  muy posible

El mayor se puso de pie, acercándose a la chimenea de aquel comedor, tomando uno de los leños y echándolo al fuego que abrazaba y daba calor a la sala…

-De ser así… si los hombres lobos y aquellas bestias hambrientas de sangre existieran acá…. ¿ustedes nos protegerían de ellos?

-Esa es nuestra misión, señor… encontraremos al último de esas bestias antes de que llegué el primer día de verano, no podemos dejar que alcancen su cometido para ese entonces

-¿Su cometido?-repitió el anciano mirando a los recién llegados-¿el atacarnos?

-No, señor…-Shura se puso de pie, y de entre sus ropas, saco un libro algo viejo, algo gastado-este es el diario de el antiguo Papa, por favor, léalo, y descubrirá el por que es primordial acabar con los vampiros antes de que llegue su verano, así como con los hombres lobos para ese entonces…. –el mayor tomo el texto entre sus dedos, leyéndolo y mirando los dibujos… sus manos ancianas temblaron…-Así es señor… antes de que llegue el verano, un vampiro se debe alimentar de 100 almas puras para vivir por al menos 10 años a escondidas del sol y sin matar, y considerando que en este pueblo hay ese número de personas así como  que el verano pronto llegará, este es el lugar perfecto para que uno de ellos entre y los acabe, y poder vivir esos diez años tranquilo en su féretro durmiendo…

-¿y… y los hombres lobos… qué tienen que… ver?

-Que cuando no hay vampiros que puedan atacar… ellos tiene más presas que disfrutar…

El mayor se acercó al fuego y echó otro leño… esa noche tendría mucho que leer y en qué pensar.


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