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Pastor de Bestias por Jaelinna

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Notas del capitulo:

Perdón la tardanza por la actualización, sin mas... el cap 9!!! xDDD ok no ._.

Se la pasaron besándose y tomándose de las manos, toda una noche, entre sueños y suspiros, entre los despliegues de los encantos de Morfeo y la conciencia de sentirse despierto, así se la pasaron aquella noche, entre besos, entre silenciosas caricias que nunca encontraron final, pero que no se atrevieron a pasar el limite permitido, siempre ahí, siempre siendo solo compañía y no erótica, pero con la clara sentencia de ser adictiva, cada vez que se tocaban era más adictiva, más solemne, mas… siempre siendo más…

Pero la mañana llego, y Mu sabía que no podía estar por la eternidad pegado a la boca de Camus, pero aun así, aun a pesar de ello, si la eternidad existiera y fuera condena, el podía estar ahí, en ese lugar, debajo de Camus y entre sus brazos, dispuesto s perderse nuevamente con su lengua, dispuesto completamente a ser uno con su boca, dispuesto nuevamente a sentir al otro de esa forma tan solemne y perpetua e la cual, los dos encontraban el placer entre finos hilos de saliva, sin palabras que los comprometieran de por medio, por que ante la presente situación, preferían sentir simplemente.

-Buenos días…-comento por vez primera aquel extranjero, a pesar de que vieron el ocaso y el amanecer, el preludio del saludo fue dicho de todas maneras.

-Buenos días…-Contesto Mu- Buenas tardes-lo volvió a besar- y buenas noches…

-¿Noches?, Mu, recién amaneció, no puedes decir buenas noches.

-Y si te digo que quiero estar acá contigo hasta que la luna salga?

-Eso será hasta dentro de cómo 9 o 10 horas más…

-No importa Camus…-paso sus brazos por su cuello, atrayéndolo más a él-9 horas contigo aca no son mi problema….

-¿Son el mío?

-Así es…. A veces me pregunto, como fue que llegaste acá…. Nadie llega por el bosque nevado en pleno invierno decano.

Las palabras emitidas por el pastor, dejaron en un silencio al otro, no esperaba aquello, sabia del mito del bosque, pero no esperaba que el joven pastor, comenzara a preguntarse cosas sobre su llegada.

Prefería que eso fuera más adelante…

Y prefirió callarlo con más besos de esos que la noche vio entre ellos.

/…/

Tomo el libro entre sus ropas y se dirigió a ese lugar, tenia que mostrarle lo que había encontrado, lo había sospechado ese dia en la iglesia, el por que cada uno del pueblo no tubo efecto alguno sobre la cruz, como el vampiro no había salido a la luz después de ese acto, alguna explicación tenia que haber, y asi, fue, lo encontró en ese vejo manuscrito sobre las bestias que alguna vez tocaron la tierra y que según el mito, cansadas de ser distintas ante los ojos de dios, tomaron la forma de ellos, pero para que las reconociera ante los ojos del señor, cargarían la marca de ser distintos cuando el sol no dominara el tiempo…

Y entre los textos encontró la respuesta.

Se puso aquel grueso abrigo y entre las pieles de este, guardo el ejemplar, al fin lo había encontrado, ahora se lo llevaría hasta sus manos…

Vería su rostro de satisfacción al tener, mas información sobre aquel vampiro en sus manos.

Sus pasos se clavaban en la nieve de las calles, pero apresuro para llegar hasta aquel viejo pero único hostal del pueblo, no sabía por que, pero decía el mito, que los enviados papales dormían en la misma habitación y en la misma cama para cuidar las espaldas del otro, que la única vez que dos enviados durmieron en cuartos separados, las bestias los atacaron de noche y solo encontraron los restos el día siguiente.

Subió las escaleras hasta la habitación con de las llaves doradas, la única amplia y que las pocas veces la guardaban para visitas.

Dos pasillos mas y estaría ahí

Sonrió… lo vería feliz, lo vería nuevamente sonreír para él, ahí estaría su paga, la risa serena y simple, de Shura.

Toco la puerta, un leve “pase” fue la llave para abrirla de par en par.

Sobre una silla, con solo una bermuda de pantalón, se encontraba Shura, en el escritorio de la pequeña habitación, pareciera que leía algo, su torso desnudo le indicaba que había despertado hace poco, pero la imagen, perdía su fuerza cuando al notar la cama cercana a esta, vio al rubio completamente desnudo sobre las ropas de la cama, durmiendo. No necesitaba ser un experto para denotar las leves marcas en el cuello del rubio tendido sobre la cama, ese olor a semen y sexo en el aire, el cabello desordenado del que dormía, y por sobre todo, esa forma desordenada de la cama…

-¿Afrodita?, ¿pasa algo?, ¿Afrodita?- pero al voz de este se perdía en la imagen del otro… y el de cabellos ondulados no escuchaba… -¿Afrodita?

Shura se puso de pie, encaminándose al otro, que no quitaba la vista de la imagen del cuerpo desnudo del rubio… se veía como un ángel, casi como una imagen de pecado que no podía ser tocada pero si era deseada… ¿Cuántas veces Shura habría entonces pecado contra el?

-¿Afrodita?, ¿estás bien?

-Obviamente no-contesto el rubio desde la cama, abriendo con cuidado sus ojos, tratando de sentarse en la cama pero emitiendo un pequeño gruñido que parecía ser molestia-Diablos, mi cadera me duele.

-¿Te doy algo?-la voz tranquila y seca de Shura se dirigió al rubio, que sin reparo alguno, se ponía de pie dejando su cuerpo en completa exhibición-Cúbrete Shaka

-Me conoces vestido y desnudo, no creo que ahora por que esta el pueblerino te incomode… mira-Le mostro su vientre plano, donde aun, una mancha de  secreción en el estaba-aun está fresco el semen de hoy en la mañana… diablos no puedo caminar bien, tendré que quedarme un poco más en cama, tú te encargas de hoy ¿quieres?

La puerta sonó de golpe… Afrodita había decidido que por esa mañana, había escuchado demasiado como para estar presente enterándose de las intimidades de esos dos hombres…

-No debiste haber dicho todo eso Shaka, fue de muy mal gusto.

-Lo sé Shura-comento, tomando su ropa y caminando de forma normal-pero él tiene que entender que no será más que un pueblerino con un sueño que si dios así lo quiere, y claro, si se lo permito, se puede cumplir.

-¿En que te afecta a ti sus sueños?

-En que no quiero a nadie cerca del papa-decidido- Nadie se acercara a Saga mientras lo permita, solo los de confianza podrán besar su corona mientras él la traiga puesta.

-A veces creo, que duermo con el enemigo…-comento el de cabellos negros, mirando con desafío al otro.

-Piénsalo… por que el día que me des la espalda, no será mi cabeza la que ruede.

-No te preocupes, antes, abras perdido las dos manos Shaka…con permiso.

Shura como su ropa y decidió salir el primero del cuarto… pensando que tendría que hacer con urgencia una visita a Afrodita.

/…./

Sus pasos chocaban contra la baldosa de aquel pasillo, pasaba con tranquilidad entre los pilares, su silueta delineaba solo la elegancia de todas las prendas que portaba y que le daban el cargo mas alto en la corona hasta el momento.

Su cuerpo cubierto por los trajes, ocultaba la historia hecha carne de un hombre que de niño deseo poder, que en cuanto tubo la oportunidad, no midió dejar correr mas sangre de la que hasta ahora se había permitido.

Llego hasta la sala de reuniones, su comitiva de guardia real se encontraba ya completa, dispuesta a escuchar con claridad su voz, la que dominaba a los hombres y la que sentenciaba justicia en cuanta tierra su poder pudiera cubrir.

Tomo aciento en la cabecera de esa enorme mesa, hasta que estuvo completamente cómodo, todos los hombres de pie tras cada puesto, pudieron tomar asiento, siempre tenía que ser tras su santidad.

Radamanthys como siempre, estaba ubicado en el segundo puesto a la derecha de Saga, el orden de poder en esa sala de denotaba por quien estaba más cerca de su santidad, Aiacos era el que estaba a su derecha, mientras que Lune, cómodamente y sin apuro alguno, se burlaba con la mirada del resto por estar a la izquierda de Saga y al lado del rubio.

-Bien, saben por que estamos reunidos y por que debemos cerrar este tema lo más pronto posible, en ese pueblo, está el hombre que puede poner en riesgo el reino de dios sobre esta tierra, existen las criaturas, bastarda de Satanás que deben ser castigadas por la santidad de nuestras manos, y debemos dejar en claro, por que la ciudad está protegida.

-Cuando partiríamos santidad.

-Estoy a la respuesta de mi emisario, Shaka me ha informado que encontró al bastardo que dice ser mi gemelo y que es, además, uno de los hijos del mal, carga consigo la maldición de los infiernos y es por ello, que todo ese pueblo, cubierto por la maldición de las tinieblas, debe desaparecer con el.

Los presentes guardaron Silencio, era solo necesario escuchar… pero el, lleno de dudas a la corona, no se dejo aplacar por el peso del silencio.

-Shura, emisario también enviado, notifico que en ese pueblo, las personas que lo habitan son humildes, campesinos que luchan por vivir en un lugar privado de sol por la naturaleza, que muchos de esos hombres podrían ser de ayuda al reino si en vez de enviarlos a la muerte, fuéramos y los trajéramos hasta central.

-¿Y con ello poner en riesgo nuestras tierras Radamanthys?, No seas idiota.

-¿Qué sugieres entonces Aiacos?, que llegue como un carnicero a aniquilar a mujeres y niños cuando ninguno de ellos quizás, a podido matar mas allá de un cerdo o una vaca solo para tener algo que comer en la mesa?

- Pueblerinos que están cargando una maldición Radamanthys, quizás, sus mujeres fornican con bestias y crían pequeños diablos, ¿o te recuerdo como nacen los diablos?

-Quizás tu madre me lo pueda contestar.

-¡Basta!-La voz imponente de Saga hizo guardar silencio- Nuestros enemigos ahora son esas criaturas que visten de humano de día, y en las noches, caminan con el vestuario del averno, nuestra misión es acabar con ellos.

-Pero existen inocentes en ese lugar, Saga no puedes tomar esa decisión…

-Papa-corrigió Lune-y si puede Radamanthys, el tiene el poder, y si ahí que eliminar el pueblo completo, nuestras manos serán la justicia de Dios sobre ellos.

-Mujeres y niños… no puedes decir que son el enemigo cuando ellos no saben lo que esta pasando.

-Mira, lee y contempla, el poder del mal…-Saga extendió una carta, con perfecta letra en ella e ilustraciones, los 8 hombres sobre la mesa miraron el papel, entre todos se transmitieron el texto y las imágenes, todos contemplaron aquel lobo de grandes proporciones, las medidas de cuerpo que superaban con crecer las de un hombre común y corriente- les presento a un hombre lobo, aquel hombre que dice ser mi hermano, y que haciendo un pacto con el infierno, posee mi mismo rostro, el señores… el es un hombre lobo, y en un pueblo donde el sol no aparece por 10 años, puede convertirse cuando lo desee…. Y a eso, le sumamos este nuevo descubrimiento- de entre sus ropas, saco un nuevo papel doblado, antiguo, escrito con sangre y en una lengua perdida entre las memorias de un hombre.

-¿Qué es su santidad?

-Un hechizo Lune…

-¿Y que efecto tiene?

-El que un vampiro pueda caminar bajo la luz del sol sin que muera, ponerse una cruz colgada del cuello sin que la queme, tocar el agua bendita y no morir, rezar y no cometer un sacrilegio…

-¡Eso es imposible!   

-¿Osas poner en duda la palabra del papa Aiacos?, es verdad, es una especia de vampiro especial, nacidos de los primeros vampiros, los que solo tomaban la vida de personas puras, y no como las bestias hambrientas de sangre que hoy en día, coman y devoran hasta los leprosos y delincuentes, esos vampiros, descubrieron como vivir por siglos, y la forma, en la noche de Luna Sangrienta, se devoren 100 almas, que acabe con 100 personas en una noche, si lo hace, si lo logra, podrá caminar por 100 años mas por la tierra siendo humano, caminando en el día…

/…/

Había estado todo el día mirando por las ventanas de la sala, pensaba en la nieve que caía, en como seria el mundo fuera de ese pueblo, como seria el mundo fuera de su pueblo, imagino cómo eran los trenes, aquellos que según los textos eran impulsados por el carbón, que recorrían gran parte de las ciudades modernas, que se comunicaban no como ellos con animales mensajeros, que tenían un sistema especial, algo similar a un tipió, pensó en como serian las fiestas aristocráticas, las universidades desde donde lo más probable, él había salido de quizás alguna buena carrera…

¿Qué habría estudiado Shura?

¿Teología?

¿Sociología?

¿Ciencias?

¿Qué habría estudiado aquel hombre de ojos de noche y cabello de oscuridad?

Bueno, fuera lo que fuera, de seguro salió el mejor en su clase, de seguro nadie se pudo comparar contra él, todo eso tubo que haber sido a su favor para ser ahora un enviado papal…

Shura era un hombre increíble… pero también inalcanzable…

Suspiro y se dio una palmada en la frente, parecía un niño de 15 años, suspirando como princesa esperando su príncipe azul a caballo, los libros siempre decían que vendría a caballo…

-Creo que me volví loco…

-Técnicamente, eso solo lo puede diagnosticar un especialista-la voz del enviado papal resonó a sus espaldas, Afrodita miro hacia atrás y aun sabiendo de quien era la voz, no pudo evitar asustarse y después, automáticamente, sentir nervios e ira mesclados.

¿Por qué Shura dormía con otro?

¿Y eso a el que le importaba?

-Lo se, creo que los llaman Medicos mentales.

-Aunque en el clero les llamamos loqueros-contesto el extranjero acercándose hasta el joven, tomando asiento a su lado, en una de las sillas que acompañaba a las demás, con vista a los ventanales.-Tu padre me dijo que estabas acá.

-Mi padre siempre sabe donde estoy

-¿Sabrá entonces cuando te lleve a Capital?-Afrodita miro de reojo a su interlocutor, se cruzo de brazos sobre la mesa y siguió mirando a través de la ventana

-Claro, le diré que mis restos mortales serán enterrados allá, así, al menos de esa forma estaré en capital

-Afrodita, no digas esas cosas.

-¿Nunca podre ir verdad?, no un pueblerino, no un tipo del sur que no conoce el sol… ¿para que ir si de todas maneras no podre hacer nada?

-Ignora lo que te dijo Shaka

-No puedo… por que tiene razón…-estiro su dedo y comenzó a dibujar en el vidrio, el leve y casi imperceptible calor se la sala, dejaba levemente empañado el vidrio, el solo hacia círculos en el-Yo nunca saldré de acá.

-Suenas como si ya estuvieras convencido de ello

-¿Y acaso eso no pasara?

-No…-estiro su mano y tomo aquella que estaba dibujando en la ventana- por que quiero que vengas conmigo… a capital…- sintió que la mano que tomo entre las suyas tembló levemente, por lo que deslizo sus dedos entre los otros, para terminar entrelazándolos con los de él, después de ello, se acerco a Afrodita, ambas manos izquierdas entrelazadas, hizo que Shura pasara su otro brazo por los hombros del otro chico, y apoyara su mentón en el hombro del otro, mirándolo-ven conmigo.

-No…-su voz temblaba, no deseaba girar su mirada y encontrarlo mirándolo de frente, no quería ver su mano entrelazada con la de el, cerro fuertemente los ojos-No…. No tengo oportunidad de algo así…

-Ven conmigo…-repitió con su voz gruesa, serio…

-Yo…

-Mírame a los ojos, y dime que no quieres venir conmigo… dímelo, y no me acercare mas a ti…

-Shaka dijo que…

-Que importa lo que diga el-lo interrumpió- el que desea estar acompañado soy yo, acompañado de ti

-¿Así como el te acompaña en la cama?-reproche en la voz que se empezaba a quebrar-¿así buscas compañía?... perdona si este pueblerino no cumple con tus peticiones de sabanas y esas cosas, pero yo no pongo mis sueños y mis deseos entre las piernas, si lo que buscar es a alguien que caliente tu cama, dile a ese tipo, o a otro que no tenga nada que perder, pero yo, yo prefiero quedarme aquí a ser tu maldito amante….-lloraba….-yo… yo no quiero solo calentar tu cuerpo…. Y ya… yo…

-Yo quiero que compartas mis días, no mi cama o mí entre piernas.-con la otra mano limpio sus mejillas-yo quiero que compartas mis días, mi casa, mi comida y lo que se presente en mi vida, no quiero que seas mi amante, quiero que seas mi hombre… -el otro en enmudeció, y después de largos segundos, lo miro…-dime ahora mirándome a los ojos que no lo deseas, y respetare tu decisión, no me acercare mas a ti… dímelo Afrodita.

-Quiero distancia, quiero espacio…. Quiero alejarme de todo… menos de ti Shura… de todo este puedo solo por estar contigo….-apretó la mano que sostenía aun la suya, lo miro, sintiendo el aroma de su cuerpo cercano al suyo-quiero alejarme de todo… menos de ti.

/…/

Tenia sus manos puestas en las caderas del otro, se rozaban una a la otra en ese espacio diminuto y asfixiante que tenían para sentirse mientras todos los demás estaban en sus labores, un espacio donde llegaron ahí sin la intensión mas que conversar aquel tema que tenían pendiente, ¿en que minuto mas manos desearon mas que solo las manos del otro, en que momento fue que las bocas querían cuello, pecho, espalda y sexo del otro?

Eran demasiado para ellos ese espacio, demasiado para ellos esa cercanía que los carcomía y los hacia llegar al punto de placer y deseo, sabiendo que el lugar se los prohibía y que las circunstancias se los recriminarían.

La manos del extranjero recorrieron las caderas del menor, dejando besos húmedos, peticiones en lengua muerta sobre un deseo animal escondido en las entrañas de aquel hombre, un deseo perdido entre las  lenguas que al encontrarse, se unían y abrazaban en una danza erótica y neurótica, un baile donde las salivas sonaban dejando los compases en que sus rostros cambiaban la posición en que se encontraban para dar más ímpetu al beso que los tomaba.

La tela del pastor comenzó a ser estorbo, por lo que los dedos de Camus comenzaron a escurrirse entre la tela para poder llegar hasta su torso, tenue, con un suave tono, frio por el invierno, algo de acalorado hacia el vientre bajo.

¿Los placeres del hombre corrompen el alma?

Mu podía ver a través de las rendijas de la ventana del confesionario la imagen del Cristo crucificado en el altar, el hombre que por toda la humanidad había dado su vida por los hombres de la tierra, frente a el cometía sacrilegio… pero… cada beso lo valía, cada caricia lenta, suave, tenue y débil lo valía, ¿Cuándo llego la noche que no se había dado cuenta y ahora, a través de los búhos que a lo lejos graznaban, sabía que ya el tiempo se le había ido de los dedos?

Roso su nariz con la del otro, acariciaba su rostro mientras prenda por prenda se perdían por el piso, caían débiles, sofocantes, el espacio jugaba en contra pero aun así no midieron en dejarse llevar por lo que sentían.

Las manos del joven pastor se metieron por las telas del pantalón del otro, rozando aquella carne que viva y roja, pedía por la atención del momento.

Un gemido sin disimulo fue arrancado de la boca

La misa había terminado hacia ya dos horas, aun recordaba que ambos, se habían ofrecido a ordenar la pequeña capilla, mientras el resto de los feligreses regresaba a sus hogares, temerosos de aquellas bestias que amenazan las noches.

Entre miradas y sonrisas, entre palabras y susurros, entre recoger todo y limpiar, se habían ido a sentar cerca del confesionario, ahí, mientras Mu le hablaba de su vida, mientras su voz se perdía en el eco de la capilla, escucharon a uno de los ancianos entrar a la capilla, para no verse sorprendidos de que aun seguían en ese lugar, el confesionario había sido el lugar para esconderse mientras el anciano estaba en la iglesia.

Y en medio de ese estrecho lugar, mientras Mu estaba casi sentado contra Camus, mientras la respiración del extranjero pegaba de lleno en el cuello del más joven, la proximidad les paso la cuenta…

La puerta del confesionario se abrió, dejándolos salir a ambos sin dejar de besarse, sin dejar de tocarse, caminaron entre besos hasta llegar al altar.

Prendas y caracas fueron perdiendo y ganando terreno respectivamente, las ropas perdiendo el juego contra el placer de los roces, del contacto piel contra piel, todo en su minimo grado, a su máxima expresión.

Sus cuerpos se hablaban el lenguaje de la pasión, del deseo, pero aquel deseo no basado en la fuerza o en la rapidez del acto, sino, el la lentitud del goce, de las caricias, de aquellos besos que reconocían la piel por completo, aquellos besos que terminaron por dejar a ambos completamente desnudos, Mu sobre aquel altar, con sus piernas rodeando las caderas de Camus, este, ya comenzando a penetrarlo, después que la intimidad de Mu ya estaba lista para recibirlo, pareciera que la intromisión había sido de forma natural, simple, el gemido de Mu desde su garganta, se represento por el temblor de su cuerpo en respuesta al acto.

Despues de que el extranjero, estuviera completamente dentro de Mu, este rodeo su cuello con sus brazos y se dejo recostar por completo sobre la mesa de aquel púlpito.

-Te amo Camus….-fueron sus palabras entre besos- te amo mucho… gracias por aparecer en mi vida.

-No mas de lo que yo te amo a ti…-respondió con una leve pero notoria sonrisa, y besos que simplemente, terminaron por dar finalizada la conversación y comenzado el acto corporal…

Las embestidas fueron lentas, cada intromisión estaba acompañado de besos en el cuello del pastor, lamidas que recorrieron por completo su pecho, haciendo círculos excitantes en el contorno de sus tetillas, mientras su ano lo recibía de forma amante, entregada, incluso cuando el sexo de Camus toco ese punto intimo, a pesar de ello, se dejaron perder por el romance de tenerse uno en el otro…

/…/

Sus pisadas sonaron con rapidez, llego hasta la biblioteca

-¡Radamanthys!-el solo volteo y la vio… ella fue hasta el y lo abrazo-No vayas… no vayas cuando falta tan poco para la 6 luna nueva de este año

-Debo ir Pandora.

-¡¡No!! ¡¡Es la Luna Sangrienta!! , en algunos meses será La Luna sangrienta, ¡¡No vayas!!

/…/

-Ca…-la garganta de Mu se apretaba cuando las embestidas habían aumentado el ritmo, siempre rozando ese punto exacto en su próstata.

/…/

-Tengo que ir Pandora, aunque trates de retenerme ire de todas maneras.-se soltó de la dama de cabellos negros, tomando el libro que necesitaba y encaminándose hasta la salida de aquel lugar.- partiremos en una semana mas, si los planos son los correctos, llegaremos en un mes en el mejor de los plazos, de ahí, a poner fin con esto.

-¡¡No!!-se interpuso la mujer entre la puerta de la biblioteca y el.-no me puedes dejar sola… no cuando….-toco su propio vientre…-No nos dejes Radamanthys…

El se acerco hasta la puerta y poso su mano en la manilla de esta, mirando a la dama…

-Escúchame Pandora…

/…/

Camus alzo la vista a los vídriales que dejaban entre ver la noche, y como la luna se dejaba entre ver por las nubes.

Tanto el como el pastor estaban por culminar la copulación que habían iniciado, en esa entrega entre sus cuerpos, Mu se escondía en el cuello del extranjero y gemía a escondidas del mundo, solo siendo el oído de este el que los escuchara, mientras la vista del artista errante, miro nuevamente… y de su ojo izquierdo, cubierto por la venda y que había perdido completamente la vista, se asomo un ojo completamente rojo, inyectado en fuego, mientras el derecho seguía en su mismo azul tono.

Su parte bestia lo llamaba, su parte animal estaba a las puertas de salir…

/…/

-Escúchame Pandora… iré hasta allá, y me traeré a ese que tiene el rostro de Saga, hare que destrone a su propio hermano…Saga ya sabe que quiero su muerte, mas le conviene que yo muera alla, que intentar asesinarme de camino…. Y a ti, no te hara nada… por que en cuanto sepa que estas embarazada, cuidara a ese niño como si fuera su hijo…

-¡¡Pero no es de el!!

-Lo se… se que soy su padre pero deja que lo crea…

-¿Por… por que se lo permitiría?

/…/

Cuando el orgasmo ataco primero el cuerpo de Mu, este sintió un fuerte calor en su cuerpo, tanto que doblo su espalda del placer, curvándola, mirando con fuerza el techo de la iglesia y posteriormente a su compañero, que segundos después, había alcanzado el éxtasis.

Tomo su rostro, aun temblando por el deseo y el placer, cuando vio su rostro… su ojo izquierdo por el cual había perdido la vista Sangraba….

-Camus… ¿Qué pasa?

-Duerme -respondió mientras debajo un beso sobre sus labios, y como si se tratara de un embrujo, los ojos del joven pastor comenzaron a cerrarse…-Duerme Por favor Mu…

/…/

-Permíteselo por que será nuestro hijo, el que nos ayude a acabar con el… Saga piensa que esas bestias en ese pueblo van a morir y asesinar por hambre… yo se que tomare a los enemigos de Saga y sus aliados… y los volveré en su contra… ser la sangre del papa el que se derrame…-un último beso…-cuídalo… cuídalo como si fuera el hijo del papa.


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