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Rojo Fantasía por Glax Trancy

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Notas del capitulo:

¡Bendita actualización, aquí estás!

•De vuelta a casa•

 

 

 

 

 

 

Entre besos, abrazos, caricias y empujones, logramos finalmente salir del ascensor. Arien terminó llorando en el restaurante y yo tuve que sacarlo a rastras de allí.

 

Éramos el centro de atención.

 

 

 

-Sí, ¡claro que quiero!

 

-Ven aquí. –Dijo el mayor atrayendo a su hermano de los hombros y plantándole un beso con extrema necesidad.-

 

-Te amo, Itszván… T-Te amo…

 

Y luego de un abrazo duradero, el menor de los hermanos Rourke, estalló en llanto bajo la atónita mirada de cada persona dentro del lugar. Itszván le guió hasta las afueras del recinto y entre besos y palabras dulces, logró finalmente calmar al pequeño pelirrojo.

 

-Itszván…

 

-¿Si?

 

-No crees que… pues… ¿no crees que es tiempo de hacer el amor como una pareja formal? –Sus mejillas se sonrojaron. Arien nunca era el tipo de persona daría el primer paso, pero luego de una abstinencia auto-impuesta de 3 días, ya sentía la necesidad inundarle hasta los poros.-

 

-¿Hablas en serio? –Preguntó su hermano más que sorprendido.-

 

-¿Qué? ¿Acaso no quieres?

 

Y luego de una sonrisa, Itszván finalmente llevó al pelirrojo hasta el interior del edificio donde se encontraban sus respectivas habitaciones. Le empujó dentro del ascensor ignorando las miradas reprobatorias de la recepcionista, y una vez las puertas se cerraron, el pelinegro tomó con impaciencia los labios de su hermanito, dejando de fondo, sólo sus agitados intentos por respirar y la suave música de fondo en el elevador.

 

-Itszván… cierra la puerta. No quiero que Angello esté de curioso.

 

-No lo estará, tranquilo. Evónne y él han estado muy ocupados últimamente.

 

-Ya, no quiero que hablemos sobre ellos en este momento. Ven aquí, Aleksandre… -Y moviendo su dedo índice, fue sentándose en la cama, mordiendo su labio. ¿Acaso existía una mejor manera de excitarme?-

 

Luego de hacer el amor repetidas veces en estos últimos días, Arien descubrió que me resulta extremadamente excitante que me llame por mi segundo nombre. Es extraño, pero sólo él me llama así, quizás por eso me gusta tanto… y que muerda su labio, es sólo otra de las muchas cosas que me encantan sobre él. Tanto así, que he llegado a una conclusión.

 

Me he vuelto adicto a mi hermanito.

 

 

-¿Vienes, o no? –Dijo sonriendo. Debo dejar de pensar tanto, y actuar más.-

 

Me acerqué lentamente, posando mi frente contra la suya, colando mis manos bajo su camisa. Desatando el nudo del lazo que llevaba alrededor de su cuello, desabotonando su camisa, acariciando su pecho. Besé su cuello, orejas, ojos, su cuello de nuevo, pecho y lamí sus pezones. Todo él era rosadito, suavecito y tierno… incitaba a que le violasen. Me separé para quitar mi propia camisa y al intentar besarle de nuevo, me detuvo.

 

-Itszván, espera. Yo… bueno, quiero intentar algo. ¿Puedo?

 

Le miré confundido. ¿Se habrá arrepentido de esto? Suspiré y asentí esperándome lo peor.

 

-Yo quiero tener el control hoy. ¿Puedo?

 

Estaba sentado en la cama, con la camisa a medio poner, con sus pequeñas manos entre sus piernas y mirándome como si estuviese a punto de llorar. ¿Y aún así me pedía tener el control?  Estaría insinuando que... bueno, que yo sea quién… ¿recibe?

 

-¿A qué te refieres? Mira que intento comprender, y sólo logro ponerme nervioso… explícate. –Crucé mis brazos frunciendo el ceño un poco y el rió por lo bajo, mirando al piso.-

 

-Me refiero a que quiero tener el control. No te estoy pidiendo que… ehh… eso. ¡Ya sabes de lo que hablo! Sólo quiero intentar algo. ¿Puedo?

 

-Está bien, pero no te pases de listo. ¿Okay? –Sonreí y el desvió la mirada nuevamente. Comenzaba a sonrojarse, y aunque yo estaba perdiendo la excitación, todo este asunto, me divertía.- ¿Y bien? Estoy esperando por ti. –Extendí mis brazos, y giré, sonriendo.- Ven por mí.

 

-¡Cállate, tonto! No me hagas esto más difícil… por favor, cierra los ojos.

 

Hice caso sin protestar, mi hermano suspiró, y al fin luego de varios segundos de lucha contra mí mismo por no abrir los ojos, le escuché hablar.

 

-Siempre he querido hacer esto.

 

Iba a replicar, pero el tacto tibio de los suaves labios de mi hermano recorriendo toda la extensión de mi cuerpo, me desconcertó un poco. Recorría todo mi abdomen con su legua, rodeando mi ombligo moviéndola circularmente arrancándome suspiros y resoplidos por saber lo que se aproximaba. Su lengua bajaba un poco más hasta llegar a mis ingles, lamiendo sobre la tela de mi pantalón. Intenté despojarme de ellos, pero las manos de Arien me lo impidieron, para ellas, hacerse cargo de esa labor. Deshizo el agarre del botón y de una manera muy sensual, utilizó sus dientes para bajar la cremallera, bajando el bóxer también de un solo tirón. Comenzó de nuevo a besar mi abdomen bajando y le dando pequeños mordiscos hasta llegar a mi, ya nuevamente erecto, pene. Dio varios besitos, intentando molestarme y yo, ya pasado de excitación, decidí abrir mis ojos para encontrarme con la imagen de mi hermano con los ojos cerrados y bastante ruborizado, mientras metía en su boca todo lo que podía y lo succionaba mientras yo le revolvía su largo, lacio, y rojo cabello.

 

Jamás imaginé que Arien haría algo como esto. En todas las veces que estuvimos juntos, le he pedido varias veces un oral, y se ha negado rotundamente, así que luego de la tercera vez, decidí desistir. Y ahora, él sólo había planeado todo esto, porque lo había planeado, ¿cierto?

 

Posé mis manos en su cabeza, y pude sentir como se tensaba. Acaricié su cabello y sus mejillas y el abriendo sus ojos por fin, sonrió mientras aceleraba el movimiento con su boca; aprisionando de una manera cruel más de la mitad de mi miembro. Pasó sus manos alrededor de mis caderas, impulsándose aún más, acelerando ese endemoniado movimiento, haciéndome gruñir en un intento por reprimir mis ganas de tomarle del cabello y marcar el ritmo de su trabajo oral.

 

Sencillamente me sentía en el paraíso, tocando el cielo, flotando, etc. etc. etc. La sensación del frío acero del Piercing de Arien, me estaba volviendo loco. Frecuentemente rozaba mi glande haciéndome sentir demasiadas cosas como para expresarlas.

 

De pronto sentí que mi piel se erizaba, una corriente eléctrica azotaba mi espina dorsal, y mi pene se hinchaba un poco y se hacía un tanto más grueso, hasta que me invadió esa sensación tan increíble del orgasmo. Los espasmos recorrían todo mi cuerpo y las rodillas me temblaban un poco. Fue uno de los orgasmos más abundantes que había tenido hasta ahora.

 

Miré finalmente a Arien, y tenía sus manos tapando su boca. Sus mejillas estaban sonrosadas y ya me imagino que era lo que se escurría por su barbilla. Lucía condenadamente erótico.

 

Me miró y yo hice lo mismo. No quería asustarle ni nada parecido, dejaría que el llevase la riendas aunque fuese sólo por hoy. Claro, bajo ninguna circunstancia le dejaría penetrarme. Se levantó finalmente, terminando de quitarse la camisa, empujándome hacia la cama, no tenía ni pálida idea del porqué, pero esto se veía prometedor.

 

Se agachó recogiendo algo del piso, ocultándole tras su espalda, y con una sonrisita que jamás había visto en él, le escuché decir un muy sexy: “Recuéstate”. Arien me volvería totalmente loco.

 

Le hice caso, y me acosté dejando expuesta mi desnudez. Arien se sentó sobre mí con su pantalón aún puesto, y moviendo sus caderas sobre mi pobre y flácido miembro, logró distraerme a tal punto que no logré sentirle hasta que el nudo alrededor de mis muñecas se hizo bastante apretado.

 

El muy condenado inteligente se las ingenió para amarrarme a la cama mientras yo, como un idiota, miraba sus movimientos de caderas.

 

-Arien, ¿qué se supone que haces?

 

-Tranquilo, no te haré nada malo. –Quizás le hubiese creído, de no ser por esa sonrisa que llevaba ya rato mostrándome. Me estaba poniendo nervioso.- ¿No confías en mí?

 

-En ti sí confío, pero en lo que me puedas hacer, no.

 

Sonrió de nuevo, y comenzó a mover sus caderas, logrando excitarme nuevamente. ¿Qué coños le pasa a este mocoso del infierno?

 

-Arien, basta… necesito hacerte mío de una vez. Vamos, desátame.

 

-Eso nop. Hoy yo tendré el control, ¿recuerdas?

 

Se giró un poco y terminó levantándose para quitarse lo que le quedaba de ropa, pero antes de poder ver su maravilloso cuerpo desnudo, me lanzó las sábanas directo a la cara. Sentí como se sentaba sobre mí de nuevo, hablando cerca de mi oído.

 

-Esta vez, no te dejaré espiar. –Quitó las sábanas que cubrían mi visión, y cuando yo creía que me dejaría follarle por fin, colocó el corbatín que minutos antes tenía en un lazo alrededor de su cuello, sobre mis ojos. ¿También me privaría de la vista?- Te dije que cerraras los ojos, y no hiciste caso. Este es tu castigo por no ser romántico conmigo.

 

Genial, estaba atado, sin visión alguna, y a merced de un loco Arien buscando venganza. Esto no era exactamente lo que me imaginaba cuando me habló sobre nuestra primera noche de sexo siendo una pareja “formal”.

 

Sentí sus manos recorrer mi cuerpo desde el cuello, hasta mis muslos. Me sentía impotente, no podía tocarle, ni ver lo que hacía. Arien podía llegar a ser muy cruel algunas veces…

 

A continuación, un peso en mi pecho y unas pequeñas manos aprisionando mi miembro, fue lo que sentí. Aquel que dijo por primera vez que estar privado de la vista, era un detonante para las sensaciones, era un maldito genio. Arien sólo rozaba mi miembro y yo me sentía en el paraíso.

 

Intenté mantenerme controlado para no lastimarme en un impulso por hacerle mío, pero cuando sentí algo demasiado estrecho aprisionar mi glande, me sentía a punto de derretirme. Pero Arien no terminaba de auto-penetrarse. Simplemente ponía la punta dentro, y luego la sacaba soltando gemidos y suspiros bajos. ¿Qué intentaba? ¿Matarme?

 

-¡Joder Arien! ¡Termina de hacerlo, me estás matando!

 

No escuché replica sino una risita y un gemido largo y ahogado, cuando de un solo movimiento, mi hermanito quedó sentado sobre mí literalmente, penetrado. Qué increíble sensación. Lo escuchaba todo mejor, más claro. Sus manos en mi cuello las sentía más tibias y anhelantes. Sus labios en mi cuello emitiendo jadeos y exclamaciones de placer eran mejor que cualquier afrodisíaco jamás inventado. Simplemente, me sentía derretir como helados bajo el sol. Y se sentía increíble. Se sentía demasiado bien para ser verdad. Sólo había algo, que no me gustaba.

 

Yo no podía tocarle.

 

Que frustración.

 

-Arien… por favor… -Exclamé entrecortadamente. El ritmo que él llevaba, era muy lento, demasiado para mi gusto, pero aún así me estaba llevando a lo más alto de la excitación.

 

Y como sabiendo a qué me refería, desató mis manos torpemente para seguir con su movimiento sube y baja en mí. Retomando el control de mis manos, y por ende, de la situación; me quité aquello que cubría mi visión y cambiando de posiciones, dejé a mi hermano bajo de mí. Me miró suplicante, sabía que él no quería perder el control de la situación, pero yo no podía aguantar mucho más de esa manera.

 

Le giré y besándole larga y profundamente, acomodé una almohada bajo sus caderas, subiendo una de sus piernas a mis hombros.

 

Llegué mucho más profundo dentro de él.

 

Arien se deshacía en gemidos mientras yo, haciendo lo mismo, le penetraba fuerte e intensamente. ¿Él quería venganza? Pues la tendría. Ya mañana nos preocuparíamos por el dolor. Seguí moviéndome sin cambiar de posición, tomando entre mi mano derecha su mano izquierda, y entre la que me quedaba libre, su miembro. Cada vez se contraía más y sus jadeos, gemidos, y suspiros se hacían más largos, más frecuentes y más audibles. Sabía que el final estaba cerca, y no me detendría hasta llegar a él. Arien me miraba con los ojos entrecerrados y sus labios semi abiertos. Temblaba ligeramente, y ese adorable sonrojo en su cuello, distribuyéndose hasta su pecho, me hizo sentir tan excitado, que volteándole para que quedase boca abajo, di unas cuántas embestidas más y me vine dentro de él.

 

Estaba cansado, adolorido, con un fuerte ardor en las muñecas… pero nada de eso tenía importancia mientras contase con la sensación de tenerlo a él junto a mí. Era el hombre más feliz del mundo. O quizás sólo del piso donde se encontraba nuestra habitación.

 

-Eres… -Comentó jadeando, girando su rostro para verme, pues yo aún seguía sobre, y dentro de él. Apoyándome en su cuerpo, acariciando su despeinado cabello.- Eres un animal… brusco y bruto.

 

-Vaya, sí que me halagas. –Sonreí y deposité un beso en su cuello.-

 

-Es la verdad… pero también admitir que quizás me gusta un poco.

 

-¿Sólo un poco? Entonces la próxima vez, quizás deba ser mucho más rudo contigo para estar totalmente seguros. ¿No lo crees? –Reí un poco y él, molesto y avergonzado, me empujó hasta el borde de la cama.- ¡Joder Arien me vas a matar! ¿No sabes que hay más muertes por caídas de camas que por ataques de leones?

 

-Itszván, eres un idiota. Pero… te amo. Te amo más de lo que debería.

 

Cerró sus ojos y apoyándose en mi pecho, se quedó dormido. Arien era una especia de mezcla rara entre un chico pelirrojo de mirada excitante, con un alma ya no tan pura, pero de muy buenos sentimientos. Una mezcla rara entre un cuerpo erótico y exótico y una mentalidad inocente. Toda una bomba a decir verdad; y me alegraba de tenerle conmigo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

-¿Qué haremos ahora?

 

-Pretender que nada sucedió. Eso haremos.

 

-Ah, ya veo… e-está bien, supongo. –Le vi bajar la mirada, y cubrirse la boca con su mano como tenía acostumbrado. Quizás no debí decirle eso, pero era lo mejor para ambos.-

 

-Escucha, Arien… sabes que te amo, y sé que tú también me amas. Pero…

 

-¿Pero qué?

 

-Joder Arien, faltan menos de 2 horas para llegar a casa. Tenemos que actuar “normal” delante de mamá y las demás personas. Pero apenas tenga un tiempito, te arrastraré a mi habitación para hacerte mío durante toda la noche.

 

-Eres un pervertido… -Rió y me dio un “golpe” en el pecho.-

 

-Oigan, está bien que ya sean pareja y todo el rollo, pero estamos en un carro, sólo nosotros cuatro. ¿Pueden mantenerse tranquilos sin nada de perversiones?

 

-Ya Evónne. –Dijo Angello mirándola de reojo.- Sabes que si Itszván estuviese manejando, tú y yo probablemente estaríamos en la parte de atrás actuando como conejitos.

 

-Sí, pero no lo estamos. –Dijo ahora ella, cruzando sus brazos.- Es injusto.

 

 

Arien sólo rió bajito, y yo le seguí mientras le atraía hacia mí.

 

Teníamos alrededor de 3 horas viajando en un barco privado, pues el idiota de Angello no quiso irse en avión. Según él, necesitaba más tiempo para estar con Evónne. Llevaban ya, casi el mismo tiempo que Arien y yo estando juntos. Pero a diferencia de nosotros, ellos no eran una pareja formal. Gracias a eso, pasamos 3 putas horas en un pedazo de metal que se movía de una manera que me revolvía hasta el cerebro. Aunque gracias a eso, pasé uno de mis mejores días junto a Arien. Luego de nuestra mejor noche, era ya tiempo de marcharnos y gracias a que el pedazo de metal en el que Angello nos obligó a viajar tenía excelente vista al mar, Arien y yo pudimos pasar una excelente mañana mirando a los delfines mientras hablábamos de cualquier cosa, comíamos dulces y no faltaron las caricias subidas de tono que terminaron en un regaño por parte de Evónne.

 

Fue así que luego de un viaje e 2 horas en auto –en el que dormí todo el camino- finalmente habíamos llegado a nuestra casa. Me alegraba, claro. Pero extrañaría las piscinas, los servicios, el no tener que hacer nada, las comida, las bebidas y hasta al chico Gastón, por el cual logré poner celoso varias veces a mi Arien cuando éste se me acercaba más de la cuenta. Estaba muy seguro de que yo podría ser su pasivo. Sí, claro.

Entramos en el auto alquilado al garaje, y luego de bajarnos nosotros, y a nuestro respectivo equipaje, sentí una revolución en mi estómago. Estábamos de vuelta en casa, en nuestro hogar. Donde debíamos actuar como lo que realmente éramos.

 

Sólo hermanos…

 

Sentí mi mano ser aprisionada y me encontré siendo analizado por unos bellos ojos azules. Arien me miraba intentando comprender en qué pensaba, pero cuando mamá salió a nuestro encuentro, pensé que Arien soltaría mi mano y se marcharía. Pero al contrario, la estrechó más entre la suya y sonriendo se apoyo  en mi hombro.

 

-Estamos juntos en esto, ¿vale?

 

Sonreí y le besé la frente. Ese estúpido enano me hacía sentir muy bien.

 

 

 

 

 

 

Entre risas, anécdotas, resúmenes del viaje, miradas entre Arien y yo, miradas entre Evónne y Angello, más la entrega de unos regalos para mamá, se nos fue gran parte de la tarde. Estaba ya oscuro y de repente recordé aquellos regalos que compré para mi hermanito.

 

-Arien –susurré en su oído cuando mamá se fue a su habitación- tengo algo para ti. ¿Vienes?

 

-Espero que no sea más sexo, por favor. –Me respondió riendo, pero también en un susurro.-

 

-No, no lo es. ¿No confías en tu hermano? Ven, sé que te va a gustar.

 

Tomé su mano y casi corriendo, le arrastré hasta mi habitación. Me dirigí hasta un armario y saqué una bolsa negra con un moño azul y una caja forrada en color rosa.

 

-Ten, son para ti. Pensaba dártelos en tu cumpleaños, pero pensé que sería un buena regalo para mi nuevo novio.

 

Ante mi sonrisa, mi hermanito se ruborizó y apresurado, abrió ambos regalos casi al mismo tiempo. Se quedó con la boca abierta, y una mirada indescifrable.

 

 

¿Le habrán gustado?

 

 

 

 

 

Notas finales:

¡He vuelto! Casi una semana tarde, pero lo logré. Al fin he actualizado xD (de nuevo fuera de horario, pero... ¿A quién le importa?)

 

Gracias, muchas gracias por sus reviews chicas hermosa. Me inspiraron bastante a continuar con la historia que ya debería estar terminada xd pero bueno, un trato es un trato. Ando que me caigo del sueño, la conti ya estaba casi lista, pero necesitaba más acción. Sin embargo, no estoy del todo convencida.

 

Ustedes dirán.

 

como ya les he dicho, ando que me duermo parada, así que los reviews prometo responderlos TODOS en el próximo capítulo. ¿Ok? Tengo que vencer el sueño, antes de qu él me venca a mí xD así que les hablaré de algunas cosillas.

 

Primero, como ya les había dicho, Arien, Itszván, Angello, Evónne, Sussana, hasta el chico Gastón, son reales. Pero por motivos personales, no puedo decirles dónde viven ni sus mails ni nada de eso u.u (No es que no quiera, es que me matan xD) 

Segundo, me he creado un blog muy tonto. (Muy pero que muy tonto a decir verdad) Pero es sólo para subir las fotillos que les he prometido. Actualmente tengo 2 nada más, y que no se ven muy bien que se diga... Pero ahí vamos.

Tercero, si no es mucha molestia, les agradecería que me ayuden a mantener el blog vivo. No tengo idea de cómo funciona eso T_T vamos que Glaxx es una -pésima- escritora, nada más. Así que quién me quiera, ayudar, se los agradecería.

Cuarto, ¿Tienesn curiosidad sobre el regalo de Arien? Ay pues yo sí *-* es una cosita hermosa, en serio. Así que para concluir las cuatro noticias, les dejaré otro chantaje.

 

Si recibo más de 50 reviews (sí, claaaro) en este capítulo, les mostraré una foto de Arien con su regalo, y una de Itszván sin camisa.

 

¿A qué no les da curiosidad? xDDD 

 

Vamos, es Arien en fase tiernita e Itszván mostrando sus atributos. 

 

¿No les pica la curiosidad? o:

 


Entre tanto hablar y hablar creo que casi me duermo xD en fin, lo prometido es deuda. Acá les dejo el link para mi graaaan blog donde encontrarán las 2 fotos. Ari & Itszván. <3

 

Si quieres ver, click ahí ---> Ari&Itszván

 

eso es todo. 

 

¿Les gustó? Dejen Reviews.

 

¿No les gustó porque Glaxx escribe muchas pendejadas y no escribe buenos lemons? Dejen un review con su opinión. Me alientan bastante :'3

 

Sin más nada que aportar, 

Glaxx• fuera. <3

 

 


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