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Experimento Letal por Tsubame Asakura

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Notas del capitulo:

Bueno, me tardé otro poquito pero ya aquí está la continuación. espero que les guste.

Saludos!

Ryoma y Fuji salieron juntos a comer, la hora del almuerzo había llegado, pronto iniciarían las actividades del club de tenis pero ninguno de los dos tenía muchas ganas de ir, no con lo insufrible que se encontraba su capitán desde el martes. Avanzaban tranquilamente con sus bentos buscando una zona tranquila en los jardines cercanos a las pistas de tenis, a esa hora allí no era común que hubiera mucha gente aún. De pronto Ryoma se detuvo, Fuji frenó sus pasos volteando a ver a su pequeño novio que miraba con preocupación hacia la derecha, donde se supone que se encontraba el estacionamiento de bicicletas.

- ¿ocurre algo? - preguntó el Tensai.

- creo que sí. Eiji-senpai… - respondió el pequeño señalando hacia una mata de pelo colorado que se distinguía tras un arbusto.

Ambos se acercaron al pelirrojo para encontrárselo echo un mar de lágrimas.

- ya neko, tranquilo, cálmate… por favor, Eiji cálmate y dime que es lo que sucede - pidió el Tensai abrazándolo mientras Ryoma sólo observaba recostado a un árbol pues se sentía mareado nuevamente.

 - no me deja, no quiere que lo haga… prefirió dejarme ¿por qué? ¿Por qué es así? - Eiji respondía cosas que para el castaño no tenían ningún sentido.

- Eiji-senpai, cálmese y explíquenos lo que ocurre - dijo Ryoma acercándose a los de tercero, a fin de cuentas también era su amigo y últimamente se sentía muy apegado a sus amistades y ese deseo de ayudarlos y protegerlos comenzaba a hacerse muy frecuente.

- ochibi… ochibi dime… ¿tú que harías si Fujiko tuviera que dejarte porque como eres un chico no puedes darle hijos? - preguntó el pelirrojo y los otros dos comprendieron entonces que la relación entre el capitán y el neko estaba cayendo, o ya había tocado fondo, se había acabado. Ryoma no sabía que responder ante la pregunta del nervioso Eiji por lo que simplemente optó por el silencio - Yo haría lo que sea, ¡lo que sea! Pero él no quiere… dice que no debo sacrificarme por él, me dejó porque su familia quiere que se case con alguien que pueda darle hijos… y debe comprometerse pronto. ¡Odio a su familia! ¡¡Detesto a todos los Tezuka!! - expresó Eiji llorando más intensamente aún.

Fue cuestión de segundos, cuando se dieron cuenta Fuji ya no se encontraba en el lugar.

- ¡¡¡Tezuka Kunimitsu!!! ¡¡Grandísimo idiota!! - esas únicas palabras resonaron en toda el área de los vestidores del club de tenis antes de que el castaño más alto cayera de bruces al piso, sintiendo su labio partido y un fuerte ardor en toda la zona de la boca. Escupió un poco de sangre y procuró no reflejar el dolor que sentía, pronto tuvo a Fuji sobre él golpeándolo con furia, con una fuerza nunca antes vista.

Tezuka se dejaba hacer, de defenderse ni hablar, no creía que su compañero fuera a escuchar una excusa hasta haberse descargado completamente y tampoco tenía intención de ponerse a pelear con él, simplemente dejaría que el Tensai se calmara, después de todo no tenía excusa para haber ignorado la advertencia del oji azul.

- te lo dije Tezuka, te dije que no te atrevieras a hacerle daño a Eiji… ¿sabes cuanto odio verlo llorar? ¿Lo sabes? Yo sabía… no debí permitir que Eiji y tú estuvieran juntos, sabía que contigo sólo iba a terminar sufriendo… es mi culpa también por no evitarlo pero tú… - las palabras de Fuji no eran lo más doloroso para el castaño, ni los golpes recibidos que por fin habían cesado aunque el más bajo aún lo mantuviera en el piso y fuertemente agarrado del cuello de su uniforme, lo que realmente le dolía era saber que el oji azul tenía razón y escuchar el resentimiento en la voz del menor, ver esa mirada de odio que turbaba los bellos ojos del Tensai, el chico a quien consideraba uno de sus mejores amigos - si sabías que esto iba a pasar… ¿para qué te acercaste a él? ¿Para que lo enamoraste? No, debería preguntar ¿qué sientes realmente por él? Porque si no eres capaz de luchar por Eiji entonces no lo amas -

- te equivocas, amo a Eiji como no tienes idea - expresó el capitán tratando de no sonar débil a la vez que se presionaba la herida en el labio.

- si prefieres ser el obediente hijito perfecto en lugar de continuar siendo la persona más importante para el neko… no lo mereces, ni mereces sus lágrimas ni su dolor. Sólo mereces su odio y créeme que conseguiré que te deteste con la misma intensidad con que ahora te ama, ese será tu castigo - concluyó el Tensai poniéndose de pie, dejando allí al perturbado y sangrante Tezuka que no se levantó, por el contrario, cerró los ojos y en cuanto sintió que el otro se marchaba dejó escapar dos grandes lágrimas entre lamentos y maldiciones cargadas de dolor, palabras que fueron seguidas por un intenso llanto que nadie más oyó, nadie excepto el mismísimo Fuji que aún se encontraba lo suficientemente cerca como para escuchar a su capitán maldecirse y llorar, algo que nunca creyó posible que pudiera suceder tratándose de una persona como Kunimitsu pero que en ese momento lo hacía sentir satisfecho.

Avanzó serio pero con esa mirada de satisfacción y diversión en iguales cantidades que siempre se presentaba en él tras cumplir una venganza.

- sufre Tezuka Kunimitsu, sufre como está sufriendo Eiji - susurró. De pronto en su campo de visión aparecieron Eiji y Ryoma con caras de preocupación.

- Eiji ¿estás mejor? No quiero que sufras neko, Tezuka no lo merece, no te merece. Eres demasiado bueno para un tipo como él - susurró el Tensai abrazando a su tan querido mejor amigo, ese chico de alma pura y frágil al que consideraba como un hermano.

La mirada de Ryoma no era precisamente la mejor, observaba serio al castaño con cara de pocos amigos y con un movimiento de ojos le dijo que se marchara con Kikumaru. Fuji, sin reprochar simplemente se llevó al pelirrojo a lavarse la cara, Ryoma se quedó allí unos instantes y luego se apresuró en llegar a los vestidores de donde estaba seguro que el Tensai había salido.

- ¡Tezuka-buchou! - exclamó alarmado el pequeño al ver al castaño en la misma posición en que había quedado cuando Fuji se fue - buchou ¿se encuentra bien? - se acercó rápidamente a su gaveta y tomó de allí un pañuelo para limpiar la sangre y una toalla en la que puso algo de hielo de las hieleras de Inui donde estaban esos asquerosos castigos.

- no te preocupes, Echizen… Estoy bien. Por favor, vete - pidió el castaño sin preocuparse en que tal vez estaba siendo grosero con su kohai.

- ni hablar, voy a ayudarlo… esto lo hizo Fuji ¿verdad? No puedo dejarlo así - no importó cuanto insistiera el castaño en que el menor se marchara del lugar, sabía que en cuanto a terquedad no le ganaba nadie, ni él mismo.

El entrenamiento del día comenzó, la herida de Tezuka ya había dejado de sangrar pero aún le dolía al igual que el pecho y el estómago, donde Fuji le había propinado más golpes. El murmullo era general, ¿Qué le había sucedido al capitán? Pero claro, este inmediatamente puso en orbita al club entero con sólo 6 palabras, un fuerte grito: ¡¡20 vueltas a la pista, ya!!

Comenzaban a correr cuando Tezuka percibió a Fuji jalando de un brazo al menor de los titulares hacia la maya que rodeaba las pistas, lejos de donde los demás corrían.

- tú te quedas ahí, ni se te ocurra correr o esforzarte demasiado hoy… guarda tus energías para mañana, ya que será la última vez que te deje jugar por un tiempo - ordenó autoritario el Tensai, Ryoma lo miró de mala manera por esa actitud que estaba tomando con él, pero en el fondo estaba alegre de ver que su novio se preocupaba tanto por su salud y la de ese bebé que estaba creciendo en su interior. Disimuladamente acarició su vientre.

- si papá - dijo en tono burlón antes de sentarse en el suelo y dedicarse a perder el tiempo.

Syusuke se sonrojó levemente por ese comentario. Papá, aún no se asociaba a sí mismo con esa palabra, le parecía increíble. Sonrió antes de alejarse y unirse a la maratón. Minutos después Eiji se sumó al rincón de los vagos, aconsejado por su mejor amigo pues el neko no se sentía muy bien ese día como para estar corriendo, se sentía débil y decaído y en esas condiciones era mejor que no se forzara, al día siguiente tendrían que enfrentar a Hyotei por última vez en el año.

Tezuka no se acercó a los chicos que se encontraban sentados contra la maya observando a sus compañeros correr, simplemente suspiró y se resignó, no quería más problemas con Fuji mientras estuvieran en ese lugar, ante todo estaba el entrenamiento y la mirada que el Tensai le había dirigido al pasar cerca de él le había advertido de que debía dejar pasar la situación por esa vez, sus excusas debían tener esos dos por estar haciendo el vago.

- ¿no crees que Tezuka está actuando algo raro hoy? Y Fuji también, Echizen y Kikumaru… todos están muy raros, hasta momo - decía Kawamura tras terminar su veinteava vuelta junto a Oishi - además… que a Tezuka lo golpearan así… ¿Quién y por qué? -

- si, tengo que hablar con ellos, quiero saber que está sucediendo - respondió el sub capitán, él también estaba preocupado. Así, armándose de valor, se acercó al volátil capitán que parecía a punto de explotar.

- ¡¡¡Inuiiiiiiii!!! - resonó en todo el lugar, era la voz del neko del equipo que de un salto se había puesto en pie y corría a toda velocidad hacia el chico alto que estaba siendo acosado por un Fuji extra sádico y ansioso por venganza.

Detrás del pelirrojo Fuji divisó una sonrisa traviesa en el rostro de su amado, como cuando un niño se siente orgulloso de su travesura.

- ¡me lo robaré un momento! - anunció a viva voz el chico, con una enorme sonrisa en su rostro - ¡camina, camina, camina! Sólo tu puedes ayudarme ahora - apresuró el paso arrastrando con él al chico de lentes cuadrados y dejando completamente atónitos a sus compañeros, especialmente a Tezuka quien inmediatamente comenzó a sentir unos celos letales.

- esto ya es el colmo… - gruñó Tezuka molesto, Oishi retrocedió sobre sus pasos abandonando completamente su idea de hablar con el capitán.

- Ryoma… se que hiciste algo, dime qué es - pidió Fuji acercándose al peli verde, este aún sonreía divertido, en su cabeza se formaba la imagen de un Tezuka muy atareado, cargado de pequeños pelirrojos alegres y saltarines.

- ¿hacer? Nada… sólo… le conté a Eiji-senpai que vamos a ser papás - dijo el pequeño terminando la frase en un susurro únicamente audible para el Tensai que se encontraba a su lado.

- ¡¿Qué hiciste qué?! - gritó el castaño sobresaltando a todo el club mientras Ryoma dejaba salir una intensa carcajada.

- ¿acaso estamos en el parque? ¡Esto es un entrenamiento! ¡¡Mañana nos enfrentaremos a Hyotei, los quiero a todos bien preparados! - comenzó a gritar Tezuka furioso - ¡¡150 vueltas alrededor de las pistas, ya!! - ordenó finalmente.

A Fuji no le quedó más remedio que obedecer pues ese enano del demonio que aún reía con ganas, aunque tratando de contenerse, le puso “ojos de cachorrito” pidiéndole que no lo regañara y que mejor no hiciera enojar más a Tezuka o sus gritos “espantarían al bebé”.

- enano inteligente, ya sabes como utilizar todo a tu favor… cuando nazca tú correrás 500 vueltas alrededor de mi casa, ya verás - susurró Fuji odiando tener que correr tantas vueltas extra y todo por una tontería de su novio.

- ay bebé, tu papi me está amenazando… suke hiciste que el bebé se ponga triste - reprochó en broma el pequeño acariciando levemente su vientre, tratando, claro está, de que nadie más lo notara.

- si, claro… como sea, deja de hacer tonterías, por favor - pidió el castaño iniciando su primera vuelta ante la fulminante mirada de Tezuka.

- lo siento, Tezuka… ya le puse un alto - dijo Syusuke señalando a su pequeño y distraído Ryoma - no volverá a hacer tonterías durante la hora del entrenamiento… por cierto, te sangra el labio otra vez - finalizó y con una sonrisa de lo más “natural” prosiguió su camino. Mientras Tezuka simplemente echaba chispas, Fuji continuó corriendo, simplemente no se arrepentía ni por un instante de haber golpeado a su capitán y aún no estaban en buenos términos, de eso ni cerca, pero era la hora del club, los entrenamientos, el tenis y como capitán Tezuka tenía el deber de mantener el orden mientras Fuji, como alumno de tercero y como titular, tenía la responsabilidad de dar el ejemplo frente a las futuras generaciones de capitanes y titulares.

Notas finales:

Hastá ahi por hoy ^^

¡dejen rev! por favor ¿siiiiii?

saa, matta ne!


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