Syusuke llegó en tiempo récord al aeropuerto y buscó a Ryoma, que estaba tranquilamente sentado jugando con una pelota de tenis, el enano parecía todo menos mal. El castaño se acerco y se sentó a su lado con el ceño ligeramente fruncido – no se supone que te sentías mal? Dejé solo a Eiji... - pregunto, mientras lo veía sonreír con su expresión traviesa.
Me sentí mal por un momento, cuando vi a nuestro supuestamente fuerte buchou huyendo como cobarde, no me le pude quedar callado – apoyo su cabeza en el hombro del castaño mientras detenía la pelota en su mano y se la guardo en el bolsillo. Miro los hermosos ojos azules de su novio y sonrío – salio corriendo como un loco – señaló hacia la salida del aeropuerto – por un momento creí que de verdad se marcharía, ya estaba casi embarcándose... y de pronto echó a correr en la dirección opuesta – se encogió de hombros y lo miro, sonriendo – no creí que fuera buena idea que estuvieras allí en su momento especial – dijo el peliverde y logró sacarle una sonrisa a su novio.
El Tensai asintió – le quiero partir la cara cada vez que lo veo – después de ver a Eiji llorar tanto no estaba seguro de que fuera tan buena idea dejar que Tezuka siguiera a su lado, pensaba que lo haría sufrir una y otra vez... y eso no iba a tolerarlo. Nadie tenía derecho a hacer sufrir a su neko amigo de esa manera.
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
Eiji estaba paralizado allí, en el umbral de la puerta, viendo a su amado a quien creía en el aeropuerto o tal vez en un avión rumbo a Alemania. Sus ojos estaban hinchados y rojos por el llanto que apenas había logrado controlar para ir a abrir la puerta y las lágrimas volvían a agolparse en ellos, nublándole la vista y provocando que el pelirrojo bajara el rostro y mirara al suelo – n-no te fuiste... - dijo en un débil susurro, ahogado por la angustia que sentía. Su voz se quebraba por el llanto.
Tezuka veía a su precioso pelirrojo y se odiaba por haberle causado tal sufrimiento, dio un par de pasos hacia el y lo rodeo en un cálido y protector abrazo, mientras el menor se abandonaba nuevamente al llano, aferrado a su camisa y hundiendo el rostro en su pecho – lo siento, Eiji... no me iré, voy a quedarme contigo. No importa lo que suceda, renunciaré a todo lo que tengo... menos a ti, nunca más renunciaré a ti, no te abandonaré – acariciaba su espalda, intentando reconfortarlo. El más joven de los Tezuka había tomado una resolución y se mantendría firme por él, por su neko, para volver a verlo reír con toda la alegría de siempre.
Kikumaru alzó el rostro, empapado de lágrimas y tomando su mano lo guió hacia el interior de la casa, lejos de miradas indiscretas. Lo abrazó entonces por el cuello y poniéndose en puntas de pie lo besó, lo besó con ansias, con amor y descargando en ese beso todas sus emociones. Había sentido tanto dolor y tanta angustia, tanto miedo... y ahora todo eso no importaba pues el castaño lo había elegido a el. Haría que no se arrepintiera nunca, era lo único en lo que pensaba.
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
Al día siguiente el club entero se arremolinaba en torno a tres chicos en el centro de las pistas, Inui que revisaba a un desmayado Kikumaru y Tezuka que haciendo uso de todo su esfuerzo lograba mantener a medias la calma mientras lo ayudaba. Algo le pasaba al muchacho de rojiza cabellera y no sabía qué.
Fuji estaba tan preocupado como él, esperaba que no fueran efectos del jugo de Inui, más le valía al chico de lentes que no fuera así. Vio a Tezuka ponerse de pie y mirar a todos, no pasó por alto su ceño fruncido y la expresión de molestia en su rostro y de pronto su voz que resonaba por todas partes – ¡¿que esperan para comenzar el entrenamiento!? Los de primero, 50 vueltas, los demás 100, los titulares a practicar para el enfrentamiento contra Hyotei, no toleraré que pierdan el tiempo cuando estamos tan próximos a nuestro próximo juego. Inui, llévalo a la enfermería y regresa rápidamente, Horio, ve con el y quédate con Kikumaru – el capitán daba órdenes como siempre, aunque se lo notaba nervioso, cosa que no era común en el siempre firme y tan estoico titular de tercero.
El loco de los datos cargo a Kikumaru para llevarlo a la enfermería. Fuji, aunque aún enfadado con él, aprovechó este momento para llamar al capitán, Ryoma a su lado con cara de que se le vendría una avalancha encima. Y es que seguramente así sería, en cuanto Syusuke le dijera a su buchou lo que había pasado... bueno, daba igual, no consideraba haber hecho algo malo, no era su culpa que Eiji razonara de forma tan estúpida las cosas.. ¿¡a quien se le podría ocurrir beber 6 jarras de ese asqueroso líquido radiactivo!? A veces se preguntaba cómo es que Kikumaru podía ser tan tonto. Aunque bueno, el haría lo mismo si estuviera en su lugar, cualquier cosa para no alejare de su Tensai.
Fuji, Echizen y Tezuka se reunieron algo alejados de los demás, mamá Oishi se preocupaba pero por la cara de su mejor amigo decidió esperar y retener a Momoshiro que iba a preguntar. La víbora siseaba a su lado, molesto por toda esa situación. Ellos tres y Kawamura comenzaron a practicar tiros, enfrentándose entre sí.
Ryoma se sentó mientras escuchaba a su novio explicarle al capitán la posible causa del desmayo de Eiji. Este miraba ahora en completa confusión al menor de los tres – embarazado? Imposible – claro que era imposible, Echizen era un chico, pero Fuji no parecía estar mintiendo. Tezuka se sentó a su lado, con absoluto desconcierto. Ni siquiera podía reclamarle a Echizen lo que había hecho, estaba demasiado sorprendido por todo lo que le contaban – Inui... ese demente...
Fuji se sentó también, suspirando – es muy poco probable que Eiji también lo esté, pero... Ryoma incluso perdió la memoria por ese jugo, Eiji tomo el triple que el, no sabemos que efectos tendrá. Yo acompañaré a Ryoma al médico mañana, es necesario ver que todo esté bien y... y que también el bebé lo está. Inui le explicará todo a la doctora y decidirán que hacer con Eiji, seguro mandarán a analizar el jugo y le harán estudios a Eiji – el Tensai estaba preocupado también, no se perdonaría que algo le sucediera a su mejor amigo y en especial no se lo perdonaría a Inui.
Ryoma bostezó con pereza y se estiró – iré a calentar, y no comiences a regañarme, si Eiji-senpai no puede participar en el partido contra Hyotei... los dobles se verán en riesgo no? – dijo el menor y tomando su raqueta llamó a Momoshiro para practicar. A Fuji no le gustaba la idea, pero sabia que era inevitable, ese mocoso no iba a dar el brazo a torcer ni muerto, ya todos sabían lo obstinado que podía ser.