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Experimento Letal por Tsubame Asakura

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Notas del capitulo:

hola, perdón por la demora. Ya saben, problemasd u.u pero ya aquí está el nuevo capítulo y ya mañana sale el siguiente, seguro. habrá lemon en el siguiente 7u7

bueno, nos leemos. bye~

Al día siguiente en el club de Hyotei todo el mundo murmuraba sobre el nuevo chisme, alguien del club de tenis de Seigaku iba a quedarse fuera del partido por... ¡estar embarazado! El rumor se había esparcido como el viento y cuando Atobe llegó tuvo que poner a todo el mundo en su sitio, no le gustaban esa clase de chismes falsos en “su” club. Regañó a Oshitari por poner semejantes ideas alocadas en las cabezas de sus compañeros y este solo suspiro, encogiéndose de hombros. Sabía que Atobe no iba a creerlo. No era como si hubiera querido contarles, tampoco era su culpa que Shishido lo escuchara hablar del asunto con Takeshi y luego esparciera el rumor – ahh Momoshiro va a matarme -murmuró bajo pero luego sonrió recordando que esa noche se verían y que no le daría oportunidad al chico para reprocharle nada.

 

Por otro lado Momo estaba explicándole a todo su club lo que sucedía, ya con permiso del peliverde. Tezuka, así como su rival predestinado, puso a todo el mundo en su sitio con un – cincuenta vueltas – con esa voz seria suya. Se lo veía cansado pero eso no hacía que bajara la intensidad de sus entrenamientos. No había que bajar la guardia, nadie debía olvidar eso.

 

Inui, con toda la preocupación del mundo, se acercó a su buchou para preguntar por el estado de Kikumaru, este lo mando al mismísimo polo sur con su mirada de hielo. Estaba realmente enfadado – Inui, no vuelvas a cometer un error así jamás – dijo simplemente mientras el chico se alejaba para comenzar a correr con todos los demás.

 

Tezuka no lo decía, pero Kikumaru estaba bien aunque aún tenía que guardar reposo por un par de días. Los médicos habían descartado daños por ingesta de sustancias tóxicas y en cuanto a su salud general estaba bien. Por el momento no había señales de un posible embarazo y el pelirrojo había sido enviado a casa esa mañana. Eso era un gran alivio para él, un hijo era lo peor que le pudiera pasar en ese momento cuando aún tenía que arreglar toda su situación con su familia. Además el chico neko era todo menos apto para ser padre en esos momentos, si estaba más para ser cuidado que para cuidar de alguien.

 

Kikumaru salió del hospital con una sonrisa, aunque sus esperanzas de estar embarazado se esfumaban con cada hora que pasaba no le importaba ya, Tezuka estaba con él y eso era suficiente para ser feliz. Se aburrió bastante ese día en casa por lo que se puso su uniforme y se marchó aún con todas las quejas y advertencias de su familia y del mismo Kunimitsu. Llegó a Seigaku y se dirigió al club de tenis directamente, listo para entrenar un poco. En cuanto llegó la cara de enfado del castaño hizo que bajara un poco la mirada, mordiéndose los labios. Volvió a verlo y le sonrió – no me digas nada nya, no podía quedarme más en la cama. Estoy bien, además el partido será muy pronto, debo practicar nya – y usando su tono animado de siempre sacó su raqueta y buscó a Oishi para practicar su nueva alineación.

 

Poco tardó Tezuka en impacientarse con el pelirrojo. No estaba haciéndole caso, solo quería protegerlo y el muy tonto no se dejaba, eso lo frustraba, además el buchou parecía preocuparse por cualquier tontería de esas en las que Eiji era experto. No era raro verlo colgado de su compañero de dobles o de Fuji, molestando al “ochibi” o saltando por todos lados, Eiji había pasado todo un día en cama, de ninguna manera podía seguir quieto.

 

El pelirrojo corría de un lado a otro cubriendo el área de la red, luego de un rato se lo veía con pocas energías aunque él seguía queriendo jugar – Kikumaru, ve a descansar, ahora – ordenó el castaño mandamás arreglándose los lentes. Su expresión denotaba enfado y preocupación en iguales proporciones – ya que es imposible tenerte en cama al menos procura cuidarte, no debes excederte – le tendió una toalla y su botella de agua.

 

Eiji, poniendo infantiles morritos, tomó ambas cosas y fue a sentarse a descansar. La verdad era que sí estaba cansado. Después de tanto descanso no debería ser así pero por el momento prefería no sacar más de sus casillas a su novio. Se quedó viendo a sus amigos practicar. Después de un rato Ryoma fue a sentarse a su lado con evidente malestar, estaba algo pálido y ponía severas expresiones de asco – vaya ochibi, el bebé ya está haciendo estragos en ti nya – comentó dándole un poco de agua.

 

El peliverde lo miró y solo se encogió de hombros – ni siquiera puedo imaginar como será todo, pero si va a ser siempre así uff, preferiría que el embarazado fuera él – respondió el menor señalando al Tensai que devolvía un ataque directo del Black Jack Knife de Momoshiro.

 

Ante este comentario el pelirrojo rió divertido – Fujiko embarazado... se vería rarísimo jajaja imposible jajaja – para Ryoma esa risa era algo bueno, le indicaba que su senpai estaba recuperando los ánimos. Suponía que habría estado muy triste al no saberse embarazado pues él sí lo había buscado.

 

La tarde pasó y mientras todos iban a cambiarse Ryoma y su gatuno senpai continuaban conversando – Mitsu tiene que darle un heredero a su familia, sus padres no le dejarán nada si no tiene un hijo para sucederlo. Lo que significa que... tiene que casarse con alguna chica y tener un hijo con ella... si yo pudiera... si fuese como tu y yo también pudiera... Mitsu no tendría que dejarme nunca. Pero yo se que acabará haciéndolo, dice que va a revelarse contra su familia y que luchará por nosotros... pero los quiere mucho, sobre todo a su abuelo, no va a decepcionarlos, al final elegirá ese camino y yo... yo ahí salgo sobrando – el pelirrojo hablaba con lágrimas silenciosas corriendo por sus mejillas, sentado bajo un árbol del patio del colegio mientras el menor permanecía de pie a su lado bebiendo agua sin gas, le habían prohibido las gaseosas que frecuentaba.

 

De pronto sintió un frío descender desde su cabeza y se apartó, viendo como Ryoma miraba hacia arriba como si nada estuviera pasando mientras le echaba agua helada en la cabeza. Le reclamó y este solo sonrió ladino – a ver si así se te enfrían las ideas. Buchou te quiere, prometió quedarse a tu lado. No necesitas más que eso. Disfrútalo mientras dure – dijo y sin más comenzó a caminar hacia donde sus amigos estaban. Ya todos se marchaban a casa – momo, tengo hambre, vamos por hamburgues... – dijo al atravesar la entrada de la escuela, pero se quedó de piedra y algo sonrojado al ver a su mejor amigo acorralado contra el muro y siendo besado de forma hambrienta por aquel peliazul.


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