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Experimento Letal por Tsubame Asakura

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Notas del capitulo:

volví! acá dejo otro poco y ya veremos cuando subo más... xD es que depende de mis locuras y ultimamente mi musa se está poniendo demasiado vaga.

Pasados 2 días más la memoria de Ryoma estaba regresando lentamente y por el bien de todos era mejor que la recuperara por completo rápidamente pues esa tarde tendrían que enfrentar por tercera vez en el año a sus temidos rivales, el Hyotei.

- ochibi, no nos contaste qué fue lo que te pasó ¿por qué desapareciste así? - preguntó Eiji.

- mmm recuerdo que el jugo de Inui que tuve que tomar cuando perdí en los dobles con Fuji-senpai me quemaba por dentro así que fui al bebedero pero creo que me desmaye, luego Fuji-senpai me encontró y me hizo reaccionar pero como estaba muy enojado con él me marché rápidamente… y después no recuerdo cuando me subí al tren y me fui a Kanagawa ni lo que hice mientras estuve allí, sólo se que desperté en el jardín de Yukimura y después Fuji-senpai fue a buscarme… y yo no recordaba nada - respondió Ryoma tratando de recordar lo sucedido.

- ¡¡lo sabía, fue por los jugos venenosos de Inui, te drogaron y te hicieron perder la memoria!! - acusó el neko.

- creo que sí - afirmó Ryoma - aún me siento extraño, creo que estoy mutando, avísenme si me salen orejas o cola o un tercer ojo - rió bromeando junto a su mejor amigo y al neko. Cada día el pequeño era más abierto cuando de socializar se trataba.

Poco a poco todo volvía a la normalidad excepto por la relación entre el Tensai y el novato, si bien antes de la desaparición de Ryoma ellos no tenían una amistad muy estrecha, desde que el pequeño había regresado ya ni siquiera se dirigían la palabra.

Syusuke jugaba su partido de entrenamiento contra Kawamura, estaba siendo más cruel que de costumbre con su amigo, jamás jugaba por encima del nivel de su contrincante pero en esa ocasión estaba dejando salir todo lo que tenía guardado, estaba enojado por el rechazo de Ryoma, no, más bien era dolor, se sentía dolido por la forma de actuar del pequeño, tan esquivo, tan lejano.

El novato del este competía en velocidad contra Kikumaru, ganarle al neko en eso era casi imposible sin embargo al usar el Hyakuren en sus piernas el pequeño lograba hacerle buena competencia. Fuji lo observaba tras haber derrotado completamente a Kawamura, de verdad, ahora que la memoria de Ryoma había vuelto casi por completo la situación sería más complicada pues el ochibi normal era muchísimo más cruel y frío que el que no recordaba nada.

- Fuji ¿sucede algo? - preguntó Oishi que también miraba la carrera, los ojos azul cielo del Tensai se abrieron para lucir una mirada de esas que nadie quiere recibir, capaz de estremecer hasta al más duro - L-lo siento, no era mi intención molestarte - dijo retirándose el oji verde. Tezuka observaba la situación desde un par de metros de distancia, según él era más que obvio que algo no andaba bien entre los otros dos miembros del “trío Seigaku” y era algo para preocuparse, esos dos eran los más fuertes del equipo, junto a él por supuesto, y debían ser buenos compañeros, eran ejemplos para el resto del club.

- Fuji y Echizen, 100 vueltas - dijo cuando el más joven terminó su carrera contra Eiji ganándole, los dos lo miraron sin entender pero aquellos serios ojos marrones decían “sin explicaciones” así que sencillamente resignados ambos comenzaron a correr, a una buena distancia el uno del otro pero siempre parejos sin permitir que el otro lo superara - Kikumaru, Kawamura, Oishi, 150 vueltas al igual que el resto de los que fallaron - ordenó el capitán y tras llamar a Kaidoh ambos comenzaron a practicar reflejos para mejorar los del futuro buchou.

Otra tarde en la que Ryoma se marchaba solo a casa, Momoshiro tenía prohibida la comida chatarra por 3 semanas por lo que la rutina de ir a comer hamburguesas se había roto. Syusuke estaba parado junto al muro de la entrada de la escuela, su decisión era firme, no se marcharía de ahí hasta que Ryoma llegara, debían hablar y arreglar su situación de una vez por todas. El peli verde finalmente avanzó hacia la salida con toda la parsimonia del mundo, como si el regreso a casa fuera un suplicio, queriendo alargar el tiempo antes de tener que ver la cara de “ese” que no hacía más que llamarlo enano y que encima le había robado la cama y el lugar en la mesa.

- O-oye ¡suéltame! Fuji-senpai me arrancas el brazo ¡que me sueltes! - chillaba el pequeño tratando de zafarse del agarre de su superior, este lo arrastraba de regreso hacia los vestidores del club de tenis, le había quitado la llave a Oishi sin que se diera cuenta hacía sólo unos instantes y se había tomado el tiempo de esperar a que todos se marcharan, incluso los demás novatos.

- cállate, si no vas a decir nada útil sólo cierra la boca - dijo secamente el Tensai tras cerrar la puerta de los vestidores con seguro. Ryoma no sabía cómo actuar, Fuji estaba actuando muy extraño, hasta violento por la forma en que lo había arrastrado hasta allí.

- ¿Qué quieres? - preguntó seriamente el menor mientras se sobaba el brazo donde los dedos del oji azul se encontraban firmemente marcados.

- arreglar las cosas, no se cómo ni que debería hacer pero… no soporto más esta situación, quiero que todo vuelva a ser… como antes… no quiero perder la poca amistad que teníamos - respondió Fuji sin voltear a verlo, sin despegarse de la puerta, con las manos y la frente sobre esta y el cabello cayendo sobre su rostro, ocultando las lágrimas que inevitablemente salían al escuchar el frío tono de Ryoma.

El novato se tiró en un banco con la cabeza hacia atrás recostada a la pared mientras lo veía de reojo, ¿qué responder ante algo así? Aquella noche había podido soportar las lágrimas del Tensai haciendo uso de todo su esfuerzo pero ahora, una vez más el sonido del llanto de ese chico, imaginar su rostro empapado por lágrimas que él mismo le obligaba a dejar salir, era algo contra lo que no podía, por algún motivo algo se removía en su interior al escucharlo llorar, no quería eso pero tampoco sabía como actuar en una situación así.

- si sigues llorando lloraré - dejó salir de buenas a primeras al sentir que también comenzaba a ser invadido por las lágrimas - lo digo en serio, no quiero que llores - insistió pero Fuji ni siquiera se movía ni dejaba de llorar, simplemente no podía pues a pesar de que había decidido enfrentar a Ryoma y tratar de arreglarlo todo no sabía qué hacer, qué decir para evitar empeorarlo todo.

Nuevamente el ochibi se puso de pie, con lentos pasos se acercó a su superior y tras hacer que volteara a verlo lo abrazó, ¿qué más hacer? No quería ser el causante del sufrimiento del oji azul y ni siquiera sabía por qué se había enojado tanto aquella vez, sólo había sido un beso, uno dulce y en el que el Tensai había depositado los sentimientos más hermosos que alguna vez le hubieran dado.

- ¿qué puedo hacer para que me perdones? No quiero que me odies, no lo soportaría por más tiempo… por favor, no me odies - pedía suplicante el Tensai, si Ryoma llegara a odiarlo nada ni nadie podría sacarlo del pozo depresivo en el que estaba cayendo minuto a minuto desde aquella noche.

- eres tonto - respondió riendo levemente el menor - solo debes dejar de llorar y todo estará bien… Mi Tensai Fuji no suplica, no se rinde y lucha hasta el final por conseguir lo que quiere, mi Fuji jamás pediría que no lo odie porque se daría cuenta de que no puedo hacerlo, no gastaría saliva en algo tan tonto, el verdadero Fuji sabría que si me alejé no fue porque lo odiara sino que sólo tenía miedo - dijo Ryoma abrazándolo más fuerte buscando lo mismo por parte del castaño - aún tengo miedo pero creo que ya no es algo malo -

Syusuke no podía creer lo que escuchaba, el niño que tanto lo había martirizado durante 2 días, sí sólo 2 aunque parecieran una eternidad, ahora le decía que todo estaba bien, que no había por qué llorar y además…

- ¿mi? ¿Mi Fuji? Ryoma… - no más lágrimas, esas palabras bastaban. Rápidamente buscó esos ojos, tomó entre sus manos el pequeño rostro levantándolo para ver aquellos grandes ojos hazel que lo observaban tímidamente, empapados pues como bien había dicho, si Fuji seguía llorando él también lo haría.

- baka, me hiciste llorar - se quejó Ryoma con una media sonrisa. Syusuke lo abrazó con todas las fuerzas de su cuerpo, era suyo, de verdad era “su” pequeñín.

- es tu culpa por hacerme sufrir durante tanto tiempo - acusó Fuji aún abrazándolo.

- exagerado, si sólo fueron 2 días - refutó el ochibi.

- una eternidad - aseguró el Tensai riendo, la tristeza estaba desapareciendo, sólo faltaba una cosa, sólo necesitaba una cosa más para estar seguro de que lo que ocurría no era fruto de su imaginación - Ryoma… - se separó un poco de él tomando nuevamente el rostro de su niño.

Las mejillas del menor rápidamente se tornaron de un color rojo intenso a medida que el castaño se acercaba lentamente. Un beso, sólo uno bastaba para saber que todo aquello era real, Fuji quería un beso, Ryoma estaba dispuesto a dárselo pero no por ello dejaba de sentirse nervioso a tal punto de temblar, pero su mirada era la de siempre, segura, no titubeaba puesto que no había por qué temer, era su Fuji después de todo, sabría cómo cuidarlo.

- no hay por qué temer, Ryoma… te amo tanto… - susurró ya contra los labios del pequeño antes de unir sus bocas en el beso más tierno que hubiera imaginado darle. Un par de gruesas lágrimas cayeron por las mejillas del peli verde, las últimas pues después de eso un inmenso sentimiento de paz inundó todo su ser, entregándose completamente a aquel beso en el que Syusuke le transmitía tantos sentimientos que no era capaz de describir. Sólo sabía una cosa: es realmente hermoso sentirse amado.

Notas finales:

listo por hoy!

dejen review que no cuesta NADA porfis porfis xD

chaito!


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