Se sentía frustrado, aprovechó su soledad para coger la pelota de tenis que tenía a su lado y lanzar la contra la pared. Así por lo menos nadie podría reclamar le, además era el líder y haría lo que le diese la gana.
Le había jodido que Taeil hubiese dicho que le gustaba la actriz Lee Young Ah. Y lo peor de todo es por que no sabía el por qué.
Soltó un grito de frustración y volvió a lanzar la pelota.
¿Qué mierda se había creído ese cuatro ojos para hacerle sentir así?
Puso la música a tope, sonaba NalinA, okay ¿no había otra?
-¡Radio estúpida!- siseó, aún así no cambió de frecuencia. Sonó el timbre de la casa y el, malhumorado, fue a abrir. Era una chica, más baja que él, la chica abrió los ojos como platos al reconocerle.
-¡Z-zico oppa!- tartamudeó, el nombrado rodó los ojos y le contestó molesto.
-¿Quién eres y qué quieres?- sabía que no debía contestarle así porque se ganaría mala fama, pero estaba demasiado molesto.
-Ah, perdón por molestarle oppa, es que el volumen de la música molestaba y... y me preguntaba si oppa podría bajar un poco el volumen.
Zico pareció relajarse, decidió comportarse mejor con la chica, no era su culpa que Taeil fuese tan sumamente idiota.
-En ese caso, discúlpame a mi. No quería molestar con la música, en seguida la bajo.- le sonrió y fue a bajar el volumen, acto seguido regresó, y al ver que la chica seguía ahí habló.- ¿Quieres pasar? Te invito a beber algo aquí por las molestias.
La chica sonrió tímidamente y se adentró en la casa.
Zico se fijó mejor en la chica, tenía el melo negro hasta los hombros, ondulado en el final, era más o menos de la estatura de Taeil. ¡Mierda! Ya estaba pensando en él de nuevo.
-Y dime, ¿cómo te llamas?- le preguntó curioso llevándola a la cocina.
-Soy Kim Lin Fei.- se presentó tímidamente.-¿ Estás solo?- preguntó interesada.
-Si, los demás salieron a cenar, pero a mi no me apetecía salir. ¿Qué quieres tomar?
-Entonces... ¿no está Taeil? Vaya es una lástima. Uhm, un refresco cualquiera estará bien.- sonrió. Zico apretó los puños oír el nombre del enano, pero enseguida volteó y fue a por dos refrescos y vasos, después, se sentó a su lado.
Zico se fijó como la chica empezaba a tatarear nalinA, que aún se oía ligeramente desde el piso de arriba.
-Así que... ¿te gusta nuestro grupo?- preguntó, la chica le sonrió.
-Ne, me encantan vuestras canciones, y me encanta Taeil oppa.
Taeil esto, Taeil aquello, ¿es que acaso esa chica no tenía otro nombre en su boca?
Esbozó una sonrisa falsa y siguió bebiendo su refresco. Sin decir una palabra más la chica terminó el suyo y se levantó.
-Gracias por el refresco Zico oppa, pero debería irme ya.
-Como quieras- se puso en pie y la acompañó hasta la puerta. Se estaba despidiendo cuando el coche de Taeil llegó. Aparcó y salió de él, miró confuso a la chica que estaba con Zico en la puerta.
-Buenas noches.- deseo al llegar hasta ellos, luego, volvió a mirar a la chica, la cual estaba como a punto de desmayarse.
-¡T-Taeil oppa!- exclamó emocionada.
-Estaré dentro- informó frío el líder. Taeil incrédulo solo pudo ver como el chico subía por las escaleras.
-Ahm...- volvió a mirar a la chica y decidió sonreír le.
-Waaa, soy una fan tuya, ¿puedo abrazarte?
-Eh... no veo por que no.- dijo y pronto se vio abrazado por esa chica.
-Tengo que irme, pero regresaré a verte oppa- volvió a sonreír y salió corriendo. Taeil solo pudo mirar como se iba con una ceja levantada.
-Las chicas están como una cabra.- suspiró y entró en la casa. “Le gustará a Zico esa chica? Eso explicaría porque habló de una forma tan fría” pensó con disgusto.
-Zico- subió las escaleras y se dirigió a la habitación del líder.
-Adelante- oyó desde dentro. Abrió la puerta y abrió.
-¿Estás bien?- preguntó una vez dentro, viendo como golpeaba la pared con la pelota.
-Si, ¿por qué no iba a estarlo?- “No, porque eres idiota!” decía sin embargo su mente.
-No se, como antes hablaste de una forma tan fría pensé que es por que te gusta esa chica y ella se veía muy emocionada conmigo.- Zico desvió la mirada y Taeil abrió la boca con sorpresa y disgusto.- ¿Acerté?- susurró.
-No.- exclamó Zico.- No acertaste. Ella no me gusta. ¡Me gustas tú!- gritó lanzando la pelota a saber a donde. Le agarró de los hombros y lo estampó contra la pared, Taeil se quejó un poco adolorido, atónito por lo que acababa de gritar el rubio.- Maldita sea, Tae Il, ¿es que no te das cuenta?- le miró directamente a los ojos.- ¿No te diste cuenta de como estaba mi cara cuando dijiste que te gustaba esa estúpida actriz? ¿Acaso no viste mi cara cuando dije que me quedaría en casa? ¡Me gustas! ¿Es tan difícil comprender lo?
-Entonces... ¿estabas... celoso?- preguntó Taeil sorprendido.
-¡SI! ¡Y mucho!- Zico se sorprendió cuando sintió los labios de Taeil sobre los suyos. Aflojó el agarre y llevo sus manos al cuello del mayor, quién, a su vez, las llevó a la cintura del menor. Taeil soltó un quejido cuando sintió la lengua del menor introduciéndose en su boca.
Zico profundizó el beso mientras arrastraba al mayor hacia su cama y hacía que se tumbase en ella, se colocó encima suya, procurando no aplastarle y, mientras desabrochaba su camiseta, empezó a repartir besos por el cuello de Taeil, quien de vez en cuando soltaba algún gemido ahogado.
-Gime...- le pidió jadeante mientras se quitaba su camiseta para luego continuar besando su pecho. Taeil, obediente, gimió y llevo sus manos a la espalda de Zico, acariciándolo.
Por su parte, Zico con una de sus manos jugaba con los pezones del mayor, con la otra masajeaba la erección de Taeil por encima de la otra, y seguía dejando un rastro de saliva por su estómago. Taeil no podía dejar de gemir.
-Deja de jugar- le pidió entre gemidos, quitando le los pantalones. Zico sonrió.
-¿Eso deseas?- Taeil asintió masturbando a Zico, quien, por primera vez en todo el rato, gimió. Eso le encantó a Taeil, tomó el control de la situación. Ahora él estaba encima de un Zico totalmente desnudo. Llevó su boca al miembro del menor y empezó a lamerlo. Los gemidos de Zico resonaban en toda la habitación, cosa que excitaba muchísimo al mayor. Taeil introdujo todo el miembro del menor en su boca y empezó a hacer un vaivén exquisito. Zico llevó sus manos a la cabeza del mayor, indicándole el ritmo que debía llevar.
-M-me vengo.- gimió Zico intentando apartar al mayor, sin embargo este no le dejo, y, por el contrario, aumentó el ritmo. Zico se corrió en la boca del mayor, que se separó sonriendo satisfecho. El menor lo fulminó con la mirada e intercambió posiciones, arrancó los pantalones ajustados que llevaba el mayor y le obligó a lamer sus dedos, mientras admiraba su cuerpo. Cuando pensó que ya estaban lo bastante mojados adentró uno en el cuerpo del mayor, mientras le daba un casto beso en los labios para que no estuviese incómodo. Siguió besándole mientras le preparaba. Cuando creyó que ya estaba lo suficiente dilatado sacó sus dedos del culo del mayor, obteniendo un quejido por parte de este. Zico sonrió divertido.
-No te preocupes desesperado, ya voy.- levantó las piernas del mayor y colocó su miembro en su entrada, empezando lo a penetrar. Taeil gritó de dolor y Zico se detuvo.
-Si quieres que pare, dilo y pararé.- le propuso al ver lágrimas en sus mejillas. Taeil negó.
-Solo... espera un momento...-cerró los ojos intentando acostumbrarse al dolor. Unos minutos después movió sus caderas, dándole a entender al menor que ya podía empezar. Zico sonrió y le besó para después empezar a embestirle. Empezó lento, para que Taeil pudiese acostumbrarse a la intromisión, pero la delicadeza terminó cuando este, jadeante y entre gemidos, le pidió más.
Cuando vió que se iba a correr por segunda vez en la noche, llevó su mano al miembro del menor, masturbándole al mismo ritmo que sus estocadas.
Primero se vino el menor, entre sus cuerpos, y por último se vino Zico, dentro de Taeil. El rubio salió de Taeil y se tumbó a su lado, intentando recuperar la respiración. Una vez conseguido el propósito, le abrazó por la cintura y lo acercó a él, le besó y dirigió su boca a la oreja del menor.
-Te amo, hyung...- susurró antes de darle una leve mordida.
-Yo también, Zico.- se volvieron a besar antes de quedarse dormidos, bien abrazados.
Horas después un coche aparcaba fuera de la casa, del cual salían cinco chicos alegres y entraban dentro de la casa.
-¡Ya estamos aquí!- exclamó B-Bomb, se sorprendió al no obtener respuesta.
-Iré a ver si están- sonrió el maknae, dirigiéndose a la habitación del líder.
Abrió la puerta sin llamar y por poco le da algo al ver a sus hyungs dormidos totalmente desnudos en la misma cama. Bajó sonrojado al comedor.
-Duermen- susurró llamando la atención de todos, que miraron a un sonrojado maknae cabizbajo. Entonces lo comprendieron y abrieron los ojos como platos.
-¡¿Es en serio!?- exclamaron boquiabiertos.
FIN