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Espejismo perfecto por niky-cham

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Notas del capitulo:

Feliz, feliz, feliz, es probable que ustedes no lo esperaban, quizas pensaron... ¡el final nunca va a llegar! Pero era mentira, aqui estoy con el capitulo final :D

¿Estan emocionados? Yo siiii :3

Antes de pasar a leer el final solo quiero decir gracias, mis trabajos no serian nada sin ustedes, sin gente que los lea y este junto a mi en todo este proceso, justamente por ellos es que quiero dar las gracias a todos, desde ese que comento "quiero conty" y no aparecio nunca mas, hasta esas personitas que me apoyaron capitulo a capitulo sin faltas :D

Cirnoskawaii, babylon, saori, BUBU30, Tama-chan, sackis, kaikuroi, clara, Yuesakura, ayame Uchiha, Akira-chan22, estherkyubi, blackDay, sara, sra. de Uchicha, aidil97, bell, Umiko, Tuitty, Maky, Sunny_Lu, neko_neko, kiki, chibiyurika, Gato negro, Genion, Nasu-chan, sasuki harumi, Cossete-Ai02, atashii_miiyu, sayuri99, Ayame-chaan, Unluckycat, mikan, hinachan, haruki, Anitakiss546, Pinsilas, Kitsune loli, Aby Black, Milipow, saphire 69, miluuu, 1827Forever1827, Hizaki, Chu, Rey, Dark, Lain Elrick, nanami-chan, Anna, Haruka Esastwood, Karin Kusama, Kobato, Sakura kagamine, mitsukichan, Elsa, kobato7, hikaari, Karen. <3

Mis especiales agradecimientos a paychan, ATHANIH, monrose, yaoi_lovers, Fer lopez, zanzamaru, Rosa Geraldine Haobrannato, misakixusagi-san, Misaki Blue Croszzeira, Aiary, Terry Kisa Kou, Girlutena, sayax369, maria angel-chan, havi, Kotokokiari_Ai_shiteru y gracias a mi muy persistente Gotentrunks55 que dejaba como tres comentarios por cap

Muchas gracias a todos por seguirme hasta ahora, espero que les encanteb este nuevo capitulo y ultimo :D

Recuerden que este es un trabajo hecho a mano, asi que lamento si me equivoque en escribir sus nombres o me salte a alguien :S

Capítulo 39: Seremos una familia feliz.

-Creo que ya… Quiere conocernos. –

-¡No puede ser, no puede ser! –Exclamo alterado levantándose de la cama –Recién has cumplido los ocho meses  ¿Cómo va a querer conocernos tan pronto? –Pregunto casi desesperado.

-Es un niñito impaciente –Sonrió el rubio, el dolor ya habían pasado, quizás de hecho solo fuera otra falsa alarma más, pero por alguna razón tenía ese sexto sentido de madre, ese que te dice “este es el momento”.

-¡No lo puedo creer! Na…Naruto ¡¿Que haremos?! –Rebuscaba entre el armario ropa como para tres meses en una isla desierta, como si estuviese desorientado, sobre que sucedía y como debía de actuar en esa situación.

-Para empezar, creo que deberías llevarme al hospital –Recomendó el rubio aun sonreído por las actitudes del Uchiha.

-Cierto –Musito convencido –Debería llevarte al hospital –Concedió y como si fuera una caballo de carrera con un único y solemne objetivo en mente, agarro al rubio entre sus brazos y lo dirigió a la puerta de salida.

-¡Espera! –Exclamo el blondo agitando los brazos y las piernas.

-No te muevas tanto, podrías caer y se harían daño –Regaño el pelinegro sin dejar de caminar y por supuesto sin tomar en consideración las peticiones de su rubio amado.

-¡Basta Sasuke! Esto deja de ser gracioso –Refuto molesto –Déjame en el sofá y piensa un poco, estoy seguro de que aún tenemos tiempo –Asevero – ¿Qué pretendes llevándome así nada más? Debes ir por el bolso del bebé, un cambio de ropa para mí, algunas cosas de uso personal, y por favor ¡Cámbiate de ropa! –Exclamo apuntando al pelinegro, quien por supuesto pretendía irse a la clínica medio desnudo, ya que dormía seductoramente con nada más y nada menos que un pantalón corto de seda negra.

Por supuesto Sasuke había oído lo que dijo Naruto, de pronto y en medio de las palabras de su amado un ataque de ansiedad le sobrevino, las manos le temblaron, todas esas cosas hacían del acontecimiento algo tan real ¡Dios iba a ser padre! De pronto se planteó ese momento en el pasado, cuando Karin estuvo camino a la clínica él ni siquiera se había desesperado, estuvo nervioso si, quizás hasta emocionado, pero nada en comparación con el cumulo de sensaciones que se agolpaban en ese momento dentro de su cuerpo.

-Debes calmarte un poco Sasuke. –

-¿Qué sucede? –Era lógico se alarmara, la voz de Naruto había sonado mucho más contenida, incluso algo ahogada.

-No es nada, creo que estoy en una mala posición –Musito acomodándose en el sofá.

-Te ayudo –Sasuke corrió a su encuentro y le agarro de la cintura, la barriga no era grande, más si algo bultosa, Naruto además de todo eso no había pasado un buen embarazo y si a eso le sumabas que tenía ocho meses, bueno la preocupación del Uchiha era capaz de subir hasta la nubes.

-El canal –Balbuceo el blondo –Esta incomodidad Sasuke, es el canal –Ahora quien estaba nervioso era Naruto, ya no había sonrisa jocosa, ni molestia regañona, solo estaba esa expresión compungida y nerviosa de todo primerizo.

El canal de los donceles, consiste en una pequeña abertura, normalmente plana y de pequeño tamaño, que se estira y ensancha durante el segundo trimestre del embarazo, aunque sigue manteniendo su forma aplanada, sin embargo cuando llega el momento de alumbrar, ese mismo canal comienza tomar una forma mucho más tubular, los músculos son estimulados por las misma contracciones, formando de esa forma la vía de salida para el prenatal.

-Iré por tus cosas y las del bebé –Por fin era capaz de comprenderlo un poco, ya había espabilado de su sueño y ahora que veía a Naruto en esas condiciones, es que entendía que no era momento de ser el papá gallina de siempre, Naruto también debía estar nervioso, mil veces más que él, por lo tanto quien realmente necesitaba soporte era Naruto.

Sasuke beso sus frente antes de marcharse a la habitación, sus movimientos no fueron acelerados, pero no se detuvo un solo momento, primero echo en un bolso todas las pertenencias que el rubio pudiera necesitar, un rollo de papel higiénico, cepillo de dientes, sus zapatos de despertar, una bata de levantarse y también un pijama, entre otros detalles casi sin importancia. Luego fue a la habitación del bebé, donde para su suerte estaba el bolso preparado, “segundo estante del armario”, se dijo a sí mismo y desde ese lugar indicado extrajo todo lo que sería necesario para los primero dias de su bebé, comprimidos en un pequeño bolso con diseños infantiles.

-Tsunade. –La medica por sus años de experiencia ya no tomaba rondas nocturnas, tampoco hacia turnos éticos, era una veterana y gracias a sus largos años de servicio, podía darse el lujo de definir por ella misma su jornada laboral, cosa que por supuesto era una suerte para la rubia, pero una desgracia si su querido e impaciente hijo decidía nacer un mes antes y en plena madrugada.

No tenía tiempo que perder, una llamada rápida y un regaño de aquellos por haberla despertado, luego de conseguir que la rubia se calmara repitiendo un sinfín de veces las palabras “Naruto y parto” en la misma oración, por fin Tsunade reacciono a su llamado, con voz profesional dijo que se arreglaría en unos minutos y que estaría en la clínica cuanto antes, cosa que relajo a Sasuke, puesto que la rubio vivía a tan solo cinco minutos del establecimiento.

Resuelto ese problema, por fin agarro ambos bolsos y regreso a la sala, donde su amado estaba esperando.

-¿Qué tienes? –Pregunto al rubio con tono suave y amoroso, Naruto en ese momento se encontraba en cogidito y tensionado. Sasuke no sabía que tan doloroso podría ser la abertura del canal, así como tampoco estaba seguro de que ese fuera el malestar de su rubio.

-Contracción –Musito con los dientes apretados.

Sasuke cerró los ojos impotente de calmar ese dolor, cuando los abrió de nueva cuenta, solo pudo a ver a Naruto recogerse un poco más y gruñir quedito ante la potente molestia.

-Vamos a esperar que pase y luego nos iremos a la clínica –Hablo el pelinegro, sus manos se pusieron sobre el vientre de su amado y con precaución comenzó a aplicar un suave masaje en la parte baja de este.

-Bien. –El rubio no tenía ánimos de comenzar a hablar, pero agradecía en el fondo de su corazón que Sasuke se hubiera calmado, sentía como esas manos que masajeaban su vientre temblaban con frecuencia, al levantar la vista con sus ojitos azules, era capaz de apreciar también como Sasuke se mordía el labio inferior. Por supuesto el Uchiha no había sido capaz de alejar sus nervios, más si pudo contenerlo y ser de esa manera un soporte y una ayuda para su amado rubio.

Pasaron unos minutos antes de que Naruto comenzara a extender poco a poco sus extremidades, levanto el rostro y con una sola mirada le expreso a Sasuke que ya estaba listo y era momento de proseguir.

-¿Estás seguro de que quieres caminar? –Consulto el Uchiha agarrando a Naruto por la cintura.

-Si me siento débil, me sostienes, pero yo creo que puedo llegar al auto por mi cuenta –Externo un poco más tranquilo.

-Te tiemblan las piernas –Apunto el Uchiha llamando a elevador.

-Pero no siento que vaya a caer –Explico Naruto sin perder la compostura.

-Un hijo impaciente y un esposo terco ¿Ustedes no son una buena combinación para un parto adelantado y un papá gallina como yo? –Soltó sin ánimos y por primera vez en toda la noche, una carcajada tierna y angelical se dejó oír en el pequeño elevador.

-Por lo menos aun conservas tu sentido del humor –Comento el risueño Naruto.

-No era una broma –Se quejó Sasuke haciéndole reír mas de ser posible.

-Vamos a ver a nuestro bebé, papá gallina, ¿No te pone eso contento? –Consulto recuperando algo de la vitalidad pérdida en su última contracción.

-Más que ningún hombre en este planeta, siento que explotaría de emoción, de no ser porque quiero ver el rostro de mi rubiecito antes –Palpo el vientre de Naruto.

-¿Qué te hace creer que será rubio? –Pregunto el menor divertido, Sasuke siempre hablaba con tanta seguridad.

-Que soy un cabeza hueca confiado –Nuevamente hizo reír a su esposo, lleno sus pulmones de aire mientras que esas carcajadas se llevaban el recuerdo de Naruto encogido y dolorido en el sofá, sabía que muchas contracciones más vendrían por delante el resto de esa noche, pero al menos por unos minutos, quería sentirse dichoso, gozar de esas risas y sonreír el mismo con relajación.

Las puertas del elevador se abrieron dándoles paso al estacionamiento, Sasuke comenzó a caminar con pasos pausados, Naruto iba agarrado de él, y sostenido aun por la cintura, Sasuke abrió el auto y subió a Naruto en el asintió del copiloto, reclinándole para su comodidad y pasando el cinturón de seguridad por encima de su cuerpo.

El camino aunque se les torno largo, fue tranquilo, Naruto no sufrió contracción alguna en un lapso de quince minutos, favorablemente por el horario las calles se encontraban vacías y el tráfico de vehículos era completamente sereno, el pelinegro tampoco apresuro más de lo indicado, “es mejor perder un segundo en la vida, que la vida en un segundo”, pensaba para sí mismo.

-Ya estamos llegando ¿Cómo te sientes? –Sasuke retiro unos cabellos de la frente del rubio, de esa forma pudo ver su rostro medio acobardado y rojo.

-Me siento bien –Respondió tranquilo acomodándose un poco en el asiento, mientras Sasuke continuaba estacionando el auto.

-No lo creo así, parece que te subió la temperatura –Indico, puesto que Naru tenía sus mejillas sonrojadas y la frente perlada en sudor. Termino de estacionarse y por fin se dio el tiempo de revisar a Naruto con mayor detención –No está muy alta. Yo te cargare hasta la entrada Naruto, ya llevas mucho tiempo sin sufrir contracciones en cualquier momento puede suceder –No era una propuesta, ni tampoco una orden, Sasuke simplemente expresaba lo que iba a hacer, puesto que era lo más lógico para el momento y las circunstancias.

Naruto por supuesto no tenía nada por lo que refutar, Sasuke realmente tenía buenas razones, por lo tanto espero quieto a que el Uchiha sacara los bolsos de la parte trasera y luego le cargara entre sus brazos en dirección a la entrada de la clínica, donde fueron recibidos por un par de enfermeras.

-Hola, ustedes deben ser Sasuke y Naruto –La joven de cabellos negros se acercó con paso tranquilo y permitió que Naruto se sentara en una silla de ruedas, para la satisfacción del pelinegro, el doncel no hizo mayores quejas –Tsunade-sama aún no ha llegado –Indico –Pero hace poco hable con ella y ya estaba en camino, por el momento acomodaremos a Naruto en una habitación y tomaremos algunos de sus signos vitales, al igual que monitoreare el estado del bebé.

-¿En cuánto tiempo crees que llegue Tsunade? –Consulto el Uchiha, puesto que él creía que para cuando ellos llegaran Tsunade ya tendría todo preparado.

-Hable con ella hace unos cinco minutos, seguramente ya debe estar llegando –Sonrió para ofrecer tranquilidad al moreno –Pero no te preocupes, he asistido cientos de partos junto a la doctora Tsunade, confíen en mi… ¡Oh, que descuidada soy! Mi nombre es Shizune y asistiré el parto de Naruto. –Sonrió de nueva cuenta.

-Es un gusto… Shizune –La manos de Naruto se cerró fuerte, apretando los dedos de Sasuke, nuevamente el rubio se encogió un poco y Sasuke al instante se agacho junto a él.

-Moveré la silla de ruedas Naru, lo mejor será acomodarte en una habitación –Realmente no quería mover a Naruto en plena contracción, pero de alguna manera sentís que esa incómoda posición, encogido sobre la silla de ruedas no ayudaba al rubio en lo absoluto.

Naruto asintió permitiendo que le movieran, Shizue indico el pasillo y en cosa de minutos llegaron a una habitación grande, el área de maternidad era bonita, al contrario de las otras habitaciones, esta no poseía el típico blanco inmaculado de hospital, por el contrario las paredes de un suave color melón daban aspecto de calidez y comodidad.

-¿Quieres acomodarte de inmediato en la cama? –Shizune hablo con tono bajo y comprensivo, seguro Naruto no lo estaba pasando muy bien, y lo dejo bastante claro al negar con la cabeza, decidiendo quedarse el resto de la contracción encogido sobre la incómoda silla. –Está bien, yo regresare enseguida, no se alarmen, solo quiero ir a buscar algunos implementos para tomar todos los signos vitales. –

Sasuke no tomo muy en cuenta las palabras de Shizune, solo asintió por inercia y camino lentamente hasta su pareja, agarro a Naruto por los hombros y así se mantuvo sin decir absolutamente nada, esperando paciente a su rubio le hablase una vez que se sintiera mejor.

La contracción no duro mucho tiempo, sin embargo el resentimiento quedaba marcado en cada uno de sus músculos. Naruto comenzaba a estirarse lentamente, como si cuidara de que el mismo fuera a romperse, Sasuke reacciono al movimiento y con la misma delicadeza, le sostuvo hasta que Naruto estuvo conforme.

-¿Quieres que te cambie ya? –Pregunto consciente de que Naruto seria quien definiría cuando, como y hacia donde lo movían. El rubio por supuesto asintió y se dejó hacer por los brazos de Sasuke que cuidadosamente le pusieron sobre la cama.

-No puedo creer que ya esté pasando –Musito sorprendido, el pelinegro al oírle abrió los ojos con impresión, luego simplemente sonrió y le agarro una de sus manos, besando el dorso de la misma con amor y devoción.

Los dos se sumieron por breves segundos en un silencio cómplice y agradable. Los orbes azules chocaban contra aquellos ónix profundos y misteriosos, aunque en ese momento los ojos de Sasuke no escondían secreto algunos a los orbes de Naruto, por el contrario esa mirada cálida y emocionada no había más que expresarle a su esposo lo feliz que estaba por vivir ese momento junto a él. Su tierno encuentro no fue interrumpido por ninguno de ellos, dos, tampoco fue una contracción la que se puso entre las miradas de aquellos padres primerizos, quien interrumpió el momento fue una voz seria y decidida de la profesional.

-¡Vamos a ver como esta ese mocoso! –Exclamo ingresando en la habitación, y luego sonrió a los padres, en especial a Sasuke quien debía calmar su furia por haber llamado a su pequeño tesoro “mo-co-so”.

-Tsunade-sama compórtese por favor –Rogaba Shizune caminando tras de ella con una serie de implementos entre los brazos.

Ocho meses, eso siempre era un problema. Tsunade se había preparado para una situación muy crítica, sin embargo entre más avanzaban con sus exámenes, mas conseguía respirar tranquila, los latidos del bebé eran sanos y constantes, la presión de Naruto estaba en rangos normales, la contracciones avanzaban conforme a lo esperado, lo único fuera del rango normal era su temperatura, y aun así no era grave, de hecho no supera los 38°.

-Te veo tranquilo –Comento Tsunade sonriendo mientras conectaba un medicamento sumamente suave para bajar la temperatura.

-No estoy tranquilo –confeso de inmediato Naruto –De hecho siento muchos nervios, pero no puedo ponerme a gritar, tampoco quiero hacer muchos berrinches, estoy a punto de convertirme en mamá, siento que debo darle un ejemplo a mi bebito. –

-Es una manera especial de pensar, espero que continúes así de centrado el resto de tu trabajo de parto –Esta vez era Shizune, ella también sonreía con la tiernas palabras de su paciente.

-No me siento centrado. –Externo Naruto riendo –Es más, de verdad que hago un esfuerzo enorme por mantener la compostura –Tsunade rio por lo bajo, observándole de soslayo. Sasuke beso sus manos y le susurro en el oído un dulce: “Lo estás haciendo de maravillas”.

Para su lamentable suerte, el bebé estaba apurado por llegar, pero la espera no se les hacía tan corta como esperaban, Naruto cumplió unas cinco horas trabajo, sin avanzar mucho, en un comienzo todo había ido sensacional, pero de pronto la dilatación decidió detenerse en unos malditos siete centímetros, y las contracciones cada cinco minutos, no hacían las cosas más fáciles.

-Viene otra –Murmuro Sasuke observando un monitor, Naruto se preparó nuevamente y agarro la mano de su pareja comenzado a apretarla cada vez con mayor fuerza. Sasuke no se quejaba en lo más mínimo, sabía que el dolor que podía sentir en su presionada mano, no era ni siquiera comparable con los dolores del parto que sufría Naruto.

Para sorpresa de todos el hiperactivo rubio se había mantenido sereno en todas esas largas horas, quizás con el estrés de las contracciones se había vuelto un poco más agresivo, pero prácticamente no era de importancia, considerando su situación.

-Ya paso mi cielo ¿Quieres un poco de agua? –Tal vez Naruto se había mantenido así de tranquilo, no solamente por darle ejemplo a su hijo, sino porque realmente se veía en extremo agotado, gastar sus pocas energías en hacer escándalos y amenazar a Sasuke con “castrarlo” después de ese parto, no estaba en las cosas lógicas que tenía en mente, aunque claro pasaría una largar década antes de que deseara pasar por ese sufrimiento otra vez.

-Quiero que nazca pronto –Musito el rubio en respuesta, presionando la mano.

-Lo se mi vida, yo también quiero que llegue pronto, no soporto verte más tiempo así –El pecho del rubio subía con irregularidad, sus rostro se había tornado rojo y sudoroso por el esfuerzo de soportar las contracciones, las piernas le temblaban y…

-Creo que es momento de que apliquemos la epidural –Hablo Tsunade –Llamare a un anestesista y Shizune te pondrá un intravenosos con medicamentos para apresurar las contracciones y la dilatación –En un principio Naruto se había mostrado reacio a aceptar todo eso, sin embargo a esas alturas de la espera, lo único que deseaba era tener a su hijo en los brazos, ya no podía aguantar un segundo más en trabajo de parto.

La posición fue incomoda y el tamaño de la aguja aterrador, pero después de superar ese miedo y mantenerse quietecito en el proceso, por fin la tranquilidad vino a él, tenía las piernas entumidas, observaba como el monitor marcaba las contracciones, sin embargo él no podía sentir el lacerante dolor que provocaban.

Y todo parecía marchar de maravillas, contracciones cada tres o dos minutos, dilatación de nueve centímetros y aún quedaban horas para que la anestesia cediera…

-¿Vas a revisar nuevamente? –Pregunto Sasuke al ver como la rubia se posicionaba entre las piernas de Naruto y levantaba un  poco las sabanas que le cubrían.

-Avanza rápidamente, es lógico con que revise con frecuencia –Respondió tranquila la rubia, Sasuke no dijo nada, solo se quedó observando el rostro sonrojado de Naruto, habían hecho eso toda la noche y parte de la mañana, pero aún no se acostumbraba a la sensación... –Diez centímetros. –Soltó la médica.

-¡¿Qué?!- Hace tiempo que estaban esperando eso, pero no dejo de ser sorprendente.

-Ya está listo, vamos a cambiarlo de cuarto… Tú, ve a cambiarte de ropas, deja a Naruto conmigo y dile a Shizune que te prepare para entrar. –

Sentía  como si todo fuese una película, transcurriendo frente a sus ojos, sin pausas, ni contemplaciones, como si no fuera el mismo quien estaba a punto de ser padre, tantos meses de sufrida espera, tantas horas en trabajo de parto y a pesar de repasarse la misma escena cientos, de veces, no sabía bien cómo reaccionar ante el ineludible hecho… En cosa de minutos seria papá.

Asintió un par de veces medio en trance, su vista se clavó sobre Naruto y con una sola mirada le expreso todo lo que sentía en esos momentos, lo último que vio antes de marcharse, fue a Tsunade desconectando algunas cosas y antes de salir de la habitación, dos enfermeros entraron para hacer apoyo.

-Ven, por aquí –Shizune tenía sobre una pequeña mesa de metal, un conjunto de color celeste. –Antes de que te cambies, déjame explicarte el lavado de manos. –Apunto a un lavabo y luego camino con él, una serie de pasos importantes, luego tendría que ponerse los guantes, sin duda alguna, la medicina era demasiado complicada.

Pantalones, una bata extraña que se abrochaba por la espalda, gorro y mascarilla, sobre sus zapatos colocaron una malla con elástico en los bordes y una vez que estuvo listo, Shizune le condujo a la sala de parto.

Allí estaba su rubio, sudaba copiosamente, Tsunade estaba entre sus piernas, revisaba ciertas cosas, ella también llevaba ese traje extraño y esterilizado, Shizune estaba vestida así desde hace un tiempo, solo eren ellos cuatro en la habitación.

-Ponte en el cabezal de la camilla y dale apoyo a su esposo –Apunto la rubia con experiencia. Sasuke corrió y se puso justo en el lugar indicado.

Los cabellos rubios se le pegaban en la frente, tenía sus pálidos y algo resecos, los ojos azules se veían vidriosos y aun en su deplorable estado, el rubio sonrió e hizo un comentario algo jocoso.

-Te ves bien –Susurro sacándole una sonrisa traviesa a Sasuke.

-Tu no estas nada mal –Respondió el pelinegro, a sabiendas de que el rubio llevaba tan solo una bata de hospital, esas que se abrían por la espalda y dejaban a la vista su redondo trasero. Naruto sonrió ante la pirada picara de Sasuke.

-Naruto presta atención –Regaño la médica –En la próxima contracción que tengas debes pujar, quiero que pegue tu mentón al pecho y escuches mi conteo, cuando yo te de él aviso dejaras de pujar y tomaras un descanso para recobrar el aliento ¿Entendido? –El rubio asintió y todos se prepararon para ese momento -¡Ahora! –

-Ngh… –Siguió las instrucciones al pie de la letra, pego su mentón al pecho y allí se mantuvo, pujando tanto como le era posible, la anestesia paliar el dolor, sin embargo su cuerpo agotado y falta de sueño comenzaban a hacer mella en sus pobres energías.

-Muy bien, descansa. –Apenas dejaron pasar un par de minutos y nuevamente tuvo que volver a pujar, la respiración se le hacía errática y Shizune estaba cerca de él indicándole como coger y luego soltar el aire. El proceso se había repetido tantas veces que ya había perdido la cuenta, aun así no sucedía nada, estaba agotado y comenzaba a desesperarse.

-Sasuke... –Musito con su vocecilla cansada –Algo anda mal –Las orbes de vieron aguadas por las lágrimas, el mayor levanto la vista y observo a Tsunade ella negó con la cabeza.

-Todo está bien mi vida, lo estás haciendo excelente. Has un intento más, por nuestra familia ¿Quieres? –Sasuke estaba igual de nervioso, sin embargo no era momento para comenzar a llorar, ni dar marcha atrás, solo podía estar allí junto a Naruto, darle ánimos y sostener sus manos.

-¡Ah, umhhh! –Exclamo el rubio volviendo a pujar, mientras que a sus espaldas oía a Sasuke decir: “Eso es, tu puedes con esto, sigue así”. Cayó tendido sobre la camilla y volvió a coger aire con fuerza, no supo cuánto tiempo paso, pero al sentir la contracción, no lo pensó, ni se lamentó, no escatimo en esfuerzos, levanto la cabeza, pego su mentón al pecho y volvió a dar un gran empujón.

-¡Viene la cabeza! –Exclamo Tsunade para darle ánimos, los ojos del rubio se abrieron con impresión y Sasuke sonrió complacido por las fuerzas del rubio.

Fue cosa de tiempo y esfuerzo para que el pequeño Uchiha Uzumaki estuviera berreando con fuera en la habitación.

-¿Oyes eso? –Pregunto Sasuke con emoción – ¡Tiene unos pulmones de acero! –Naruto sonrió al oír el fuerte llanto de su bebé, aun no podía verlo, Sasuke tampoco había alzado la vista, no iba a ser injusto con Naruto, ambos lo conocerían al mismo tiempo.

-Aquí está el pequeño impaciente –El bultito envuelto en una manta blanca fue puesto sobre el pecho de su madre, ya no lloraba, pero tenía su naricita encogida y sus labios bien apretaditos, medio enfurruñado por que le habían despertado de sus placido sueño.

Naruto cogió aire, tantas veces había oído en boca de otros, el placer y la dicha que significaba traer una nueva vida al mundo, y aunque se le había imaginado desde el momento en que se embarazo, nada, nada en su vida se comparaba con ese momento, el calor y orgullo que le llenaba el pecho, esa felicidad inmensa que llenaba sus ojos de cristalinas lágrimas, un gemido escapo de sus labios y beso la frente de su hijo con devoción, pensado que esa era la criatura más hermosa que había visto en toda su vida.

-Es mío… Mi hijo, nuestro hijo –Sasuke también se encontraba en shock, viejos recuerdos cargados de melancolía y tristeza acudían su mente, ese momento pasado en el que con orgullo había esperado a un niño que no era suyo, esos cabellos canos, esa mirada violeta, no había nada más que el vacío de un hijo que jamás fue suyo. Sin embargo esa no era la imagen que estaba frente a sus ojos en ese instante, por el contrario, allí en el pecho de su esposo estaba un niño bello, con sus cabellos negritos y revueltos, tenía sus mejillas regordetas y las manitas pequeñas hechas puño. –Gracias –Susurro besando la frente de su esposo.

Los embelesados padres fueron separados por largos minutos de su pequeño tesoro, Tsunade termino de cerrar la herida, mientras que Si zuñe se había llevado al recién nacido para tomar sus datos y cambiarle ropa. Al tiempo cambiaron a Naruto de habitación, Sasuke estaba junto a él agarrándole la mano y esperando a que su hijo volviera con ellos.

Dos kilos, novecientos gramos, cuarenta y tres centímetros, envueltos en un trajecito celeste claro, la personita más pequeña y amada de todo ese hospital, o al menos así era a la vista de sus padres.

-¿No vas a descansar un poco? –Consulto Sasuke.

-No quiero cerrar los ojos, creo que este pequeño me tiene hechizado –Contesto el rubio, su hijo dormía con la boquita abierta y aun no se había dignado a mirar a sus padres.

-¿Has pensado en un nombre? –Consulto Sasuke de nueva cuenta.

-Lo he hecho, pero ninguno me parece lo suficientemente bueno. –El pelinegro sonrió, admitiendo que a él le sucedía exactamente lo mismo.

-No le hemos avisado a nadie que estamos aquí –Suspiro el pelinegro.

-No les digas aun, quiero estar un rato más con ustedes a solas –Sonrió el doncel.

-Me alegra que lo digas, yo deseo lo mismo –El silencio los invadió de pronto, ambos se en concentraron en la respiración del bebé, ese suave suspiro que soltaba a ratos tenia sabor a gloria.

Sasuke desvió la vista un momento y rebusco entre sus ropas.

-Sé que no es el momento indicado pero... –Naruto aun miraba al bebé. Escuchaba a Sasuke sin prestarle mucha atención –Todo lo que hemos pasado el último tiempo me ha hecho entender que no persona en esta tierra que me haga más feliz que ustedes dos, que no hay otra vida, ni otra dicha más grande que apreciar a mi familia y velar por todo lo bueno que tengo –Por fin Naruto había levantado su vista, observo a Sasuke y sus ojos se agrandaron al ver la cajita de terciopelo rojo, el pelinegro jalo de esta lentamente, un anillo de oro blanco con incrustaciones de diamantes se dejó ver en el centro de la misma – ¿Quieres renovar tus votos de matrimonio conmigo?

El tiempo se detuvo en un segundo, Naruto cogió aire y observo a Sasuke y al anillo intercaladamente, su corazón latía a mil. El Uchiha había sido un energúmeno, se hsbia portado como un total imbécil, fue agresivo y lo perdió todo por su propia estupidez. Pero también fue inteligente, supo ganarse nuevamente su amor con entrega y cuidados, el Sasuke que tenía en frente no era el mismo que le había perdido ser su novio, tampoco era el mismo que había pedido su mano hacia años, ni el mimo energúmeno con el cual convivio los peores años de su vida, el Sasuke que tenía en frente era un hombre amable, tierno y educado, un padre devoto, la persona más magnifica para criar a su hijo, para curar sus heridas…

-Si quiero. –

-Los amo. –

FIN.

Notas finales:

Eso fue todo.

¡Increible! ¿No? Despues de un fic tan intenso, tenemos un final cargado deeee Ternura. Sip me gustan los finales felices, en especial sentia que este fic, merecia terminar de esta forma.

Espero que no les de diabetes por tanta azucar y caramelitos de este capi :3

Aprovecho para hacerme un poquito de propaganda :D

¿Quedaron con gusto a poco y sienten que deben leer otro Sasunaru ahora mismo? Pues les recomiendo un One-shot que subi hace poco, es mi finalalterno de Naruto: http://www.amor-yaoi.com/viewstory.php?sid=143210

Volvere pronto con un fic que se llamara "Dios maldiga a los rubios", yo creo que en un mes mas ;)

antes de despedirme quiero decir que no se en cuanto tiempo, pero bueno ademas de el final yo siempre subo un capitulo extra-epilogo, asi que esperenlo :D


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