Luna llena y Fuegos Artificiales
Aquella noche podría haber sido la mejor de mi vida, la mejor de todas en compañía de mi ser más amado, pero todo se me paso por la cabeza menos que ese noche había Luna Llena. Debía haber tomado en cuenta ese detalle, esa fecha tan importante dentro de mi vida, pero el saber que había aceptado, que podría estar una noche a su lado había resultado ser la cosa más increíble que me podría pasar.
Aquella mañana de aquel fatídico día me hablaste entusiasmado, me dijiste que no podías seguir durmiendo pensando que en tan solo unas pocas horas ibas a estar conmigo, que no sabías si haber llamado había sido buena idea, pero todo en ti quería escuchar mi vos, no supe que responder y solo atine a decirte que te tranquilizaras, que entre menos esperaras más pronto se pasaría el tiempo, reíste torpemente y me dejaste volver a mi mundo de sueños, pero antes de poder cerrar los ojos por completo me cruce con mi verdugo, aquel tonto calendario que tenía marcado en rojo todas y cada una de las Lunas Llenas que habían en el año, me levante de golpe y con los ojos bien abiertos, tome aquel calendario confirmando que hoy era ese día tan despreciable para mí, no lo podía aceptar y con tal negación corrí a verificar la fecha en mi celular, en la computadora, el reloj, en cada maldito lugar que mostraba la fecha y pareciera que todos estaban en mi contra ya que ninguno se había apiadado de mi, la sangre me estaba bombeando con fuerza en la cabeza, no sabía que pensar y mucho menos que hacer, camine con pasos pesados y lentos de regreso a mi cama, me deje caer sobre ella abatido por el terrible dolor de cabeza que ya había logrado crearme.
No recuerdo cuantas horas pase sobre mi cama sin intención de moverme, pero conforme estas comenzaban a avanzar el dolor que amenazaba a mi cuerpo en cada día como hoy comenzaba a aumentar, suspire por enésima vez en el día y decide que l0 mejor que podía hacer era llamarte y decirte que me sentía mal, que aunque quisiera no podía salir contigo, que me perdonaras, tan solo pensar todas esas palabras provoco que mi corazón se comprimiera y doliera, no tuve las suficientes agallas para hacerlo y deje que los planes siguieran su curso, ya pensaría algo con lo cual justificar mi falta.
Las horas seguían su curso y cuando menos lo pensé ya era la hora acordada y mi tiempo siendo humano se disminuía, salí con solo unas bermudas y me dispuse a ir a la playa en donde toda la feria iba a ocurrir. Te mire a lo lejos, tu cabello brillaba con la luz de la Luna, tus ojos tenían una expresión expectante, y aquella sonrisa boba que estaba en tu rostro fue la cosa más hermosa que jamás había visto, el verte revisar la hora constantemente me hizo sentir mal, pero el ver que comenzabas a derramar lagrimas me partió el corazón y me hizo sentir peor que escoria, en ningún momento te moviste de tu lugar, abrasaste tus piernas contra tu pecho cual niño pequeño y no quería hacer otra cosa que no fuera darte cobijo en mis brazos y frenar tu llanto y sufrimiento, pero aquello no era posible no a tan pocas horas de que mi cambio se efectuar .
Te vi tiritar un poco, pero aun así seguías ahí, con la mirada cristalina y perdida en la inmensidad del mar, observe como sacabas tu celular y tecleabas algo, al poco tiempo el mío sonó, leí con lentitud las palabras que habías puesto y cada una de ellas destrozo lo poco que quedaba de mi alma, no sabía donde terminaba el dolor que provocaba mi transformación y donde iniciaba el que era provocado por tu imagen en la playa y palabras dichas en aquel mensaje.
Todos y cada uno de mis músculos se tenso, mis huesos dolían, la piel me quemaba y los sentidos agudizados no ayudaban en nada a que mi mente no pensara en el dolor. Sentí como aquel lado salvaje despertaba en mi y sabía que aquello solo podía significar que el final de mi transformación y la peor parte de la misma estaba por llegar; no tolere más y solté un aullido más animal que humano, me tumbe por completo sobre la arena tratando de calmar el dolor en mi cuerpo pero aquello fue en vano, la adrenalina recorría todo mi cuerpo, mi pelaje me cubría, mi cerebro reconocía mis extremidades y al sentirme a salvo y tranquilo me puse en mis cuatro patas, me coloque la correa del celular alrededor del cuello y decidí salir de mi escondite, me sacudí la arena del pelaje y eché a correr, todos mis músculos se desentumieron, me volvía a sentir con vida, libre, hasta que me tope con tu silueta, no te habías movido para nada y aquello comenzaba a preocuparme, me acerque con paso cauteloso esperando que no te asustaras y salieras corriendo, cuál fue mi sorpresa al ver que clavabas tu mirada triste sobre la mía, no hubo ni una sola parte de mi que no hubieras visto.
Me aleje un poco y aquello te entristeció más, no podía soportarlo, simplemente aquel dolor que me causaba el verte así era mucho peor que el de mi transformación en lobo, me volví a acercar a ti y tu extendiste tu brazo intentando acariciarme, no me moví para brindarte un poco de confianza y funciono, me atrajiste hacia tu cuerpo y me envolviste entre tus brazos, hundiste tu cara en mi pelaje y comenzaste a llorar, me removí nervioso y comencé a producir sonidos, tratando de decirte que me perdonaras, que era un idiota, que te amaba con todo el alma, que me partía el verte así y me hacia odiarme por ser el causante de tu sufrir; te alejaste un poco de mí y me miraste de forma analítica.
-Me recuerdas a alguien, tiene la misma mirada fría y llena de superioridad, el color de tu pelaje es del mismo color que la de su cabello y tal vez será que yo lo extraño demasiado pero despides el mismo aroma que él.
El escuchar aquellas palabras tenso cada uno de mis músculos y tú lo sentiste, me miraste incrédulo y esperaba que no fueras a hacer alguna barbaridad como era común en ti, sentí como quitaste uno de tus brazos y lo llevaste hasta tu celular, pulsaste un solo botón y mi celular comenzó a sonar, abriste los ojos incrédulo y te alejaste de mi, una de mis pesadillas se estaba convirtiendo en realidad justo enfrente de mis ojos, te paraste y seguiste tu camino lejos de mí, no me atreví a moverme ni un poco, solo sentía que mi corazón se rompía en miles de pedazos, pedazos que tu recogiste en el momento en que sentí que un globo con agua golpeaba mi lomo y mojaba parte de mi ser, te mire extrañado y tú me mostraste esa sonrisa que tanto amaba acompañada de un monto de globos, moví la cola con emoción y eche a correr y tu detrás de mí, tu risa inundo el ambiente y la felicidad que sentía en ese momento no se podría comparar con nada de lo que había vivido. Te salte cuando te distrajiste haciendo que todos los globos salieran volando, caíste sobre la arena aun sonriendo y comenzaste a acariciar mi lomo.
-Pensé que me habías dejado plantado, que no querías verme-tu semblante se mostro triste-Es más ni sé porque esa idea cruzo por mi cabeza, fue como si algo dentro de mi gritara que eras tú- moví la cola con emoción, aquello te hizo sonreír más- Es algo descabellado pero, no me importa que seas medio animal, eso siempre lo pensé-reíste ante mi reacción-Aún así me alegro que estés aquí conmigo.
Después de todo eso, decidiste que era mejor regresara a casa, que aunque había sido divertido no podías hacer algunas cosas conmigo en ese estado, regresaríamos al festival al día siguiente.
Me miraste con inseguridad y en tu cara pude distinguir la incertidumbre de algo que te preocupaba, regresaste a mi lado y te pusiste a mi altura, acariciaste mi cabeza y preguntaste aquello que te preocupaba.
-¿Te quedas aquí afuera a espera el cambio?-yo solo asentí-Mmmmm-pusiste tu pulgar sobre tus labios y después de un rato tu mirada brillo- Ven conmigo, a mi casa, así ya no te quedaras aquí a fuera- pensaba decirte que no, no toleraría que vieras por lo que tenía que pasar al momento e la transformación pero al ver esa radiante sonrisa en compañía de aquellos ojos me fue imposible negarme, asentí levemente, me abrazaste y diste un beso en la cabeza, estabas feliz.
Una vez en tu casa te cambiaste y me dejaste vagar por ella, metí la nariz en todos los lados, observe a detalle cada lugar y aunque ya conocía tu casa en aquella forma la podía apreciar mucho mejor, regresaste deslumbraste, parecía que el saber que estaba en tu casa y que me iba a quedar ahí hasta le otro día te hacía más que feliz. Regrese a tu lado y con un movimiento de tu mano me indicaste que me subiera al sillón, no pensé que aquello fuera correcto pero no quería dejar de ver esa sonrisa tuya así que acate la indicación.
-Sabes me gustas de ambas formas, humano o lobo, sigues siendo el mismo teme del que me enamore- te di con el hocico y tu solo te reíste- Aunque de esta forma te puedo insultar más fácil. No me mires con esos ojos que de esta forma no me das miedo- agache las orejas y puse cara de gato con botas versión Sasuke lobo-Sasuke eso es jugar bajo- me acariciaste detrás de la oreja y yo recargue mi cabeza sobre tu pierna, si tan solo fuera humano esta situación sería diferente.
Desperté agitado, mi cuerpo comenzaba a doler, aquello solo podía significar una cosa; te mire dormir plácidamente y me arrepentí de no poder sacar una foto de aquello pero era más importante salir de tu agarre antes de que regresara a mi forma humana, con cuidado me deslice hacia el baño y me deje caer el la regadera, trate de controlar mi respiración y mantener mi mente concentrada en algún lugar que me trajera paz pero el dolor era más fuerte y el sentir como mis articulaciones regresaban a su forma natural, mandíbula y dientes se contraían y las orejas se hacían pequeñas y cambiaban de forma solo lograba hacer que yo aullara o gruñera. Poco a poco mis quejidos se volvieron más humanos hasta el punto en que deje de producirlos.
-Sasuke- escuche tu voz desde l otro lado de la puerta te escuchabas preocupado -¿Estas bien?
-Si- murmure
-Abre- no quería que me vieras de esa forma, más por orgullo que por otra cosa
-No, dame unos minutos y saldré
-Uchiha te he dicho que abras esta puerta
-No la voy a abrir dobe
-Si serás orgulloso- te oí alejarte aunque a los pocos minutos regresaste –No quisiste por las buenas teme pues será por las malas- metiste la llave y quitaste el seguro y aunque trate de impedir que abrieras las puerta mi cuerpo se encontraba lo suficientemente adolorido como para ejercer fuerza alguna por lo cual entraste sin problema alguno
-¿Contento?
-Sasuke- tenías los ojos abiertos de par en par y me suponía que era causa de las marcas de mi espalda –Tu… espalda esta…
-Desde hace años esta así, tú mejor que nadie sabe que mi familia fue asesinada por lobos- asentiste- No era lobos comunes, yo solo sufrí una mordida ya que mi hermano evito que terminara con mi vida, sin embargo esa mordida me marco de por vida y al ser un cachorro me volví en presa fácil para los más grandes, el resto te lo puedes imaginar- me extendiste una mano
-Ven vamos a desayunar, después ya veremos en que perdemos el tiempo de aquí a que son los fuegos artificiales- me sonreíste como siempre y aquello fue más que suficiente para sentirme como nuevo
Desayunamos tu tan preciado ramen y como dijiste después perdimos el tiempo haciendo cualquier cosa, ya fuera en los videojuegos, viendo películas o incluso discutiendo pero siempre tratábamos de estar lo más cerca posible, cuando al fin nos dimos cuenta de la hora estábamos a escasos minutos de que el espectáculo que tanto ansiabas ver diera comienzo. Tomamos solo una chamarra y salimos de tu casa.
Caminos uno a lado del otro, no cruzábamos palabra alguna provocando un silencio que resulto ser de lo más cómodo, sentí tu brazo rozar el mio y con precaución deslice mi mano hasta la tuya para poder entrelazarlas, acción que correspondiste con gusto.
-vamos teme- apretaste el agarre y echaste a correr-Falta poco para que inicie y quiero tener la mejor vista.
Corrimos por entre los puestos y procuramos no empujar a muchas a personas. Llegamos a la misma playa que la noche anterior y esta vez tenía planeado llevar a cabo los planes para la noche anterior.
-Dobe- me miraste con esos azules ojos que tanto amaba –Veras yo…- la boca la tenía más que seca y aunque no lo quisiera admitir estaba más que nervioso
-Hay teme- reíste levemente y te acercaste a mi hasta que juntaste mi frente con la tuya –Lo tuyo nunca a sido el romanticismo, aunque ayer casi te lo creo
-¿Qué insinúas usurantokachi?- desapareciste la distancia que había entre nosotros cuando juntaste tus labios con los míos, una corriente recorrió todo mi cuerpo, mi corazón latió con fuerza y mis mejillas se sonrojaron levemente
-Que no hay necesidad de que me digas un montón de cosas que solo te van a llevar a unas cuantas palabras- lo bese con toda la intención de frenar sus palabras
-Te Amo. Te amo como nunca podré amar a nadie, en un inicio no te toleraba pero no se en que momento esa rivalidad se volvió atracción y me hizo sentir un completo idiota a tu lado; no puedo imaginarme con alguien más que no seas tú y después de lo de ayer comprobé que tú eres para mi- sonreíste, tus ojos brillaron con intensidad y aquello color carmesí que adornaba tus mejillas te hizo ser la imagen más hermosa que había contemplado en mi vida.
-También te amo Sasuke, no se porque, simplemente sé que estoy perdidamente enamorado de ti y que no telero ver como alguien más se te trata de acercar con otras intención y que yo no podía hacer nada por ser tu mejor amigo, ayer comprendí que no me importa lo que seas, solo me importa que seas tú, ese bastardo creído, orgulloso que me robo el corazón.
Te volví a besar con pasión tratándote de transmitir todo lo que me provocabas y al sentir que tú hacías lo mismo me sentí la persona más feliz de este planeta; nos alejamos con pesadez ambos con una sonrisa boba en el rostro, no hubo necesidad de decir algo simplemente te recargaste en mi hombro y contemplamos los fuegos artificiales que ya habían comenzado.
No sabía que nos depararía el futuro, pero mientras estuviera a tu lado aquello era lo de menos, me bastaba con formar parte de tu vida y tú de la mía.