Vamos a irnos juntos esta noche vestida de carmín…
Después de haber terminado con mi peor enemigo, en este maldito mundo que solo regala desdichas, tirado mirando al cielo, mi miedo a la soledad hace que te pida que si en verdad me amas mueras a mi lado, quédate conmigo porque no quiero afrontar este terrible dolor solo, tengo miedo… pero sé que si mi esencia se va contigo será muy difícil que me pierda en la nada del universo.
Volteo a un lado y un cuchillo lleno de sangre tal vez ajena me hace sonreír pero también sentirme miserable, si es que alguna vez me gravé en la memoria de alguien será mejor que me olvide, pues mi existencia sin sentido me aberra incluso a mí mismo.
¿Qué haces? Deja de mirarme con esa expresión que me comunica que sabes todo lo que este herido corazón encierra dentro. Estos demonios no me dejaran descansar nunca pero quizá la falta de mi cuerpo me haga soportarlo con dignidad, a pesar de que la muerte nunca es digna sé que contigo mi inútil existencia al fin tornará a un tinte más alegre del que siempre ha tenido, mi alma no es pura y sus alas fueron degolladas y maltratadas por la desesperanza pero tu las reparaste lo mejor que tus benditas manos pudieron y no conforme con ese osado acto de misericordia me sostuviste en el aire para devolverme un poco de optimismo, sin embargo yo, ya roto como estaba, apenas si pude asimilar que por primera vez en la vida las lagrimas de sangre que resbalaron por mi corazón no eran de tristeza, pero tampoco de felicidad, el hueco de mi miseria que ya tan profundo había en mí fue reparado cada que tu presencia me bendecía con esa maravillosa forma de ser que me mostraba que los ángeles aun se apiadaban de lo poco bueno que quedaba de lo que alguna vez fui y que el mundo se encargó de desmoronar sin piedad. Me tendiste la mano y mi alma agradecida te miró como su salvación, la única posibilidad que yo creía perdida…
Pero ya vez como yo no estoy bien y el hecho de tenerte cerca me ha hecho enloquecer de felicidad, por eso es que ahora he matado ya casi por completo a quien tanto daño te ha hecho…y si no vas conmigo igual mi alma siempre te cuidará tal y como tú lo has hecho ahora, aunque siempre lo hayas de negar, pero a pesar de todo lo comprendo, sé que soy alguien que a pesar de no merecer ni tu mirada me has dado más que eso…
Antes de dedicar mi último suspiro al único sentido de mi existencia te escucho gritar aterrado:
–¡Idiota!… ¿¡Porqué te has hecho esto?!...- Siempre tú, tan perfecto, no quieres darte cuenta del verdadero motivo…pero yo solo pensaré tranquilamente en cuanto te amo, mientras mi alma se desprende de esta carne inútil. Esta noche carmín definitivamente el rojo fue tu color del día y yo la persona que por lo menos se alegra de que dejó una marca en tu vida…