Miraba por última vez la escuela donde había pasado tantos años, aunque en realidad no sentía nostalgia alguna de irse de ahí. Tenía buenos compañeros que se habían despedido de él, deseándole la mejor suerte del mundo. Pero al fin y al cabo eran compañeros y no amigos. Sus mejores amigos tenían tres años de haberse graduado y el lugar donde se habían ido a estudiar le quedaba algo lejos. Por lo general eran ellos quienes lo iban a ver, aunque ya había pasado mucho tiempo desde su última visita.
Cuando su padre le había dicho que se mudarían, la idea no le desagrado por completo. Tal vez un nuevo cambio era lo que necesitaba en su vida. Sobre todo desde que ‘ella’ se fue. No quiso ponerse melancólico, miró su reloj y se dio cuenta de que iba tarde para su cita con el director de la nueva escuela. Tuvo que llegar en taxi hasta allá. Después de aburrirlo con el sin fin de normas de aquel colegio, el director le dijo que un compañero le enseñaría las instalaciones.
Espero sentado en el pasillo, hasta que un chico de aspecto distraído y amable sonrisa, apareció frente a él.
- ¿Choi Minho? Soy Lee Jinki, el encargado de mostrarte la escuela.
- Mucho gusto Jinki-sunbae – Minho hizo una pequeña reverencia.
- Si quieres puedes decirme Onew- El chico sonrió ampliamente - ¿Te molestaría si esperáramos a otro chico? Se supone que debía guiarlo por la escuela de manera oficial hace un mes que empezaron las clases.
- Si, por mi no hay problema.
En el tiempo que esperaron se entero de que su nuevo hyung, iba en el último curso. Onew era en verdad, una persona muy agradable. Otra sonrisa se escapo de sus labios, la escuela no estaba mal y se podría decir que ya tenía un amigo, un ruido se escucho desde el pasillo. Ambos corrieron a ver que sucedía. Minho se adelantó.
Había dos chicos molestando a otro que parecía de menor de edad. Uno de los tipos lo aprisionaba contra los casilleros. Minho lo empujo y ambos salieron corriendo. Onew llego después y ayudo inmediatamente a incorporarse al menor.
- ¿Estas bien Taemin? – Jinki estaba realmente preocupado.
- Si – Taemin miro fijamente a su salvador. ¿Cómo puedes sentir que una persona es especial con tan solo verla un segundo? Una nueva sensación lo invadió. Se levanto para presentarse.
- Soy Lee Taemin, gracias por ayudarme…
- Minho.- Ambos se quedaron viendo fijamente. Onew interrumpió esa situación.
- Vamos tengo que enseñarte todas las instalaciones. ¿Vienes Taemin?
- Claro, hyung.
Los tres avanzaron. Onew estaba un poco decepcionado, Taemin y Minho parecieron caerse demasiado bien desde el primer momento. Recordó cuanto le había costado relacionarse con el menor, recientemente había logrado que le hablara con más familiaridad y confianza. Aunque realmente eso no tenía que importarle, por supuesto si olvidaba el pequeño detalle de que aquel chico le gustaba demasiado.
- Entonces ¿no tienes amigos aquí?
- Se podría decir que ahora ya tengo dos- Taemin se alegró por las palabras del chico, no podía decir que en esa escuela tenía muchos amigos y mucho menos después de lo que le acababa de suceder.
Onew aclaró un poco su garganta habían llegado al gimnasio del colegio, un lugar espacioso, con iluminación perfecta aunque parecía un poco solitario a pesar de que estaba en buenas condiciones. Se encontraba un poco alejado de los salones, primero se tenían que cruzar las canchas de fútbol.
- Y este es el gimnasio, no tenemos partidos este año así que esta un poco abandonado, y como es primavera las clases de educación física son afuera.
Minho observó detenidamente aquel lugar, a su parecer era muy agradable la idea de pasar ahí todas las tardes.
- Tengo entendido que eras muy bueno en los deportes en tu antigua escuela Minho-ssi – Preguntó Onew, quería saber si los rumores eran ciertos.
- Si, de hecho esa es mi actividad favorita- Dijo con toda sinceridad- ¿A ti que te gusta hacer Taemin?
- Bailar… además un amigo y yo venimos a practicar aquí casi todas las tardes. Deberías conocerlo, verás que es alguien genial, me ayudo a adaptarme a la escuela. ¿Qué te parece si nos vemos aquí después de clases?
A Minho apenas y le había dado tiempo decir que sí cuando un timbre resonó en el lugar…
- ¡Oh! Olvidé que tenía examen de ciencias sociales, nos vemos- Taemin arrancó a correr.
Minho vió la silueta del chico atravesar el campo rápidamente, de alguna manera le hacía recordarse a sí mismo, cuando conoció a sus primeros amigos en su anterior colegio, el tiempo pasa muy rápido…
Onew tenía una expresión seria pero la suavizó un poco, y se arrepintió de actuar cortante con Minho, después de todo él no tenía la culpa de que Taemin lo prefiriera.
- Bueno, ahora nos toca… la cafetería –
Minho Agradeció que ese fuera el siguiente lugar, esperaba por lo menos comprarse algo sencillo para comer ya que no había desayunado, pero Onew estaba muy insistente en que debían avanzar rápidamente así sólo pudo comprar un jugo de uva, no había mucha variedad en esa cafetería.
Ambos dieron la vuelta en un pasillo algo estrecho, Onew hablaba sin parar sobre algunos profesores, sobre la horrible comida de la cafetería y sobre las tareas, en realidad Minho no le prestaba atención estaba más ocupado tratando de abrir aquel jugo como si fuera lo más importante de vida en ese instante. Del otro lado del pasillo, en dirección contraria a la de ellos, dos chicos aparecieron, ambos se abrazaban por el hombro, los cuchicheos de algunas jóvenes se dejaron escuchar.
Justo cuando Minho se llevaba un sorbo a la boca, este quedó regado por su blanca playera. Había chocado su hombro contra uno de los tipos. Quiso ver quien había sido la distraída persona que no se fijaba por donde andaba, y lo vio si, antes de dar vuelta. Por unos escasos segundos su mirada se cruzo y entonces vio esa descarada sonrisa, supo que jamás la olvidaría, no reaccionó al instante, para cuando recuró sus sentidos el ya se había esfumado. Las risas de unos cuentos se hicieron oír y Onew volteó para ver qué era lo que pasaba. Casi se partía de la risa cuando vio como había quedado Minho y tal vez hubiera seguido pero el chico le dirigió una mirada no muy amigable.
- ¿Quiénes eran ellos?- Minho preguntó ya más calmado, generalmente ese tipo de gente era con la que no se llevaba y entre menos contacto tuviera con ellos sería mejor.
- Pues ellos son… El dúo dinámico de la escuela- Anunció casi de manera triunfal Onew, su acompañante lo miró extraño por lo que recobro la compostura- Pues ellos dos son mejores amigos y muy populares en la escuela, el más bajo se llama Kim Jonghyun, tiene una actitud un poco arrogante pero es buena gente si lo conoces más a fondo. No es el mejor estudiante pero canta muy bien, así que siempre que tengamos eventos culturales lo verás ahí, además es hijo de un funcionario de gobierno muy importante… El otro chico el que choco contigo se llama… - Y por enésima vez en el día sonó el timbre para indicar que todos debían ir a la siguiente clase, era muy tarde y ni siquiera estaban un poco cerca del salón de Minho. Onew lo tomo del brazo y casi volaron hasta llegar al lugar.
- Nos vemos luego – Onew corrió hacia su propio salón reflexionando como rayos había aceptado ser el guía de los alumnos nuevos.
El joven Choi por fin entró a su salón, se presentó amablemente y las chicas murmuraban aunque no precisamente sobre la mancha en su playera. Los asientos eran compartidos por lo que opto por sentarse en una mesa que estaba completamente vacía… Para su buena fortuna, el profesor comenzó repartiendo unos ejercicios de matemáticas que debían ser entregados antes de la prueba a fin de mes, la buena noticia era que podían entregarlos por pareja, ahora lamentaba no tener a un compañero a su lado. Mientras se debatía entre resolver el numero 15 o el tres, un chico llego al salón; se excuso con el profesor y avanzó lentamente hasta llegar justo donde estaba Minho.
- ¿Será que puedo sentarme en mi lugar? – dijo aquel muchacho con un deje de soberbia en su voz.
Minho levanto lentamente la mirada, ese cabello, esa mirada afilada, las absurdas perforaciones en los oídos, ¡Era él! el chico del pasillo. De mala gana quito su mochila del lugar vacío y se hubiera cambiado de lugar pero resultaba que precisamente el único lugar disponible era junto a él.
- Lindo estampado – rió el chico, no podía ser que tanto descaro existiera en una persona.
- Tenemos que hacer esto…
- Kibum
¿Cómo decirlo? Minho aceptaba que era malo en matemáticas, pero ese chico Kibum era pésimo y no suficiente con eso era bastante necio, perdieron una hora entre los “No, así no se hace” y “Déjame resolverlo” de Kibum. Al final de la clase el profesor les dijo que tenían todo el mes para entregar el trabajo… ¿Trabajar juntos? Ese sí que sería un gran reto…
***
Salió de esa clase para dirigirse a la de inglés, esa materia no estaba tan mal. Además era en un salón con alumnos de diversos grupos y grados dependiendo su nivel, por lo menos sentiría el gran alivio de no tener que verle la cara a su molesto compañero. Justo cuando se sentó, Kibum y una chica de cabello corto y linda sonrisa atravesaron el umbral de la puerta, ambos se sentaron detrás de él. Aún cuando el profesor llego y empezó a hablar, esos chicos no paraban de platicar.
- ¿Lo conoces Bummie? – preguntó alegre la chica refiriéndose a Minho.
- Si, pero te aseguro que no es una persona agradable.
- A mí me parece buen chico, preséntamelo…
- No digas que no te lo advertí…
Minho escucho absolutamente todo lo que estaban diciendo: Que si había escuchado la canción de ese grupo tan famoso, que si deberían ir el fin de semana al cine, que parecía que iba a llover, y por último eso de que la chica quería conocerlo. Y es que era prácticamente no escucharlos hablaban incluso más fuerte que el profesor. Solo iba a dar vuelta para pedirles que se callaran, cuando la voz del profesor se hizo presente:
- Veo que le gusta mucho platicar, y me supongo que es porque ya conoce perfectamente el tema que estamos discutiendo, señor… - miro su lista un segundo y Minho sonrió ante la idea que ese tipo recibiría su merecido.
- Choi Minho, entonces creo que podrá realizar una traducción completa del capitulo 3- El chico estaba incrédulo…
- Pero… - Apenas pudo decir Minho
- Antes del examen- y el profesor salió apresurado del salón.
- ¡Demonios! – exclamo enojado el joven.
- Suerte con tu ensayo – se burló Kibum antes de salir.
- Gracias por no acusarnos – la chica hizo una pequeña reverencia.
- ¡Oh, ese tipo! – mascullo Minho, un día se las pagaría…
*************
Su siguiente y última clase era educación física, no dejaría que nadie lo arruinará esta vez. Se cambió de ropa y rápidamente avanzó hacia la pista para correr que rodeaba el campo de fútbol. Kibum estaba ahí, sería mejor que se acostumbrará a esa pequeña molestia por lo que ya no se sorprendió tanto.
Primero harían un pequeño calentamiento: cinco vueltas a la pista. Estaba claro que quien mejor condición tenía en esa clase era Choi Minho, los rumores eran ciertos: él era excelente en las competencias.
Apenas iban en la tercera vuelta y parecía que Kibum ya había perdido todo el aliento, se doblo apoyándose sus manos sobre sus rodillas para poder recuperar un poco de aire. Minho lo observó y corrió hasta donde estaba, tan solo quería burlarse un poco de él y ese momento era perfecto.
Se coloco en la misma posición que él.
- ¿Cansado? – pregunto Minho sarcásticamente, para después irse corriendo. Nadie, absolutamente nadie se atrevía a retarlo, y él no iba a ser la excepción.
El profesor propuso hacer carreras de relevos.
- Kibum, ¿a quién escoges?
Minho solo sintió una mano tocando su hombro.
- Escojo a Minho-ssi
Realmente no entendía la razón de por qué Kibum lo había escogido. Pronto se dio cuenta. La carrera comenzó pero Kibum no avanzaba rápido, parecía que era lento a propósito. Incluso dejo que el relevo se le cayera varias veces de las manos.
Kibum había dado en el punto débil de Minho: odiaba perder. Bien si ese era su juego, por lo menos le quedaría el consuelo de verlo morir al dar las diez vueltas de castigo que debían dar si perdían.
Apenas habían dado una vuelta cuando Kibum, se torció el tobillo.
- ¿Estás bien? – El profesor se acercó y lo ayudo a llegar a las gradas.
- Si, pero creo que a Minho no le importaría correr mis diez vueltas.
Si con eso pretendía dejarlo ver como un perdedor entonces estaba muy equivocado, sin embargo eso no era lo pensaba Kibum, sabía exactamente que era lo que haría. Minho decidió correr las otras diez vueltas, antes de dar la última el profesor se fue. Correr esa pista veinte veces fue demasiado, incluso para él. Empapado en sudor, se agacho, recuperando poco a poco el aliento. Kibum se acercó, la escena le parecía muy divertida, lo miró fijamente.
- ¿Cansado? – le preguntó.
- Tú… realmente… - pero para cuando quiso reclamar el chico ya iba muy lejos, con una sonrisa satisfactoria en sus labios.
¿Acaso todo tenía que salir siempre a su favor?...