CAPITULO 2: Chantaje
Kibum se había negado a cambiarse de escuela por todos los medios posibles, e incluso había sugerido la idea de mudarse solo a un departamento para no tener que viajar desde tan lejos, pero obviamente su madre no se lo permitió, además de nada servían sus objeciones ya que su uniforme estaba preparado desde antes de que él pudiera oponerse a la idea, o sea que prácticamente le estaban informando que se cambiaría de escuela, en ningún momento le estaban preguntando si estaba de acuerdo en cambiarse.
El lunes por la mañana sonó su despertador y con mucha pesadez se levantó de la cama, se ducho y después se coloco su nuevo uniforme color gris, << que mal gusto>> pensó al ver el color tan horrible de la ropa que llevaba puesta, pero ignorando aquello arregló rápidamente su cabello y bajo a desayunar, junto con los demás. Al salir de la habitación se encontró con Jonghyun, quién también salía en ese momento de su cuarto – el cual quedaba justo enfrente del suyo, para su mala suerte-; de pronto sintió nerviosismo, pero intento calmarse, después de todo, desde el día en que Jonghyun le había amenazado no se había vuelto a meter con él y eso lo tranquilizaba mucho. Jonghyun le dedico una mirada de desprecio y después se dispuso a seguir su camino; Kibum decidió esperar un poco a que el otro se fuera, quería pasar el menor tiempo posible cerca de él, aún le preocupaba que cumpliera su amenaza por lo que creía prudente guardar distancia.
Cuando llegó al comedor su padrastro y su mamá ya se encontraban desayunando, charlaban animadamente mientras se llevaban pequeños bocados de comida a la boca, se quedo parado por unos instantes al ver que Jonghyun también se encontraba con ellos platicando muy alegre; de alguna manera sentía que no encajaba por completo en ese cuadro familiar, eso le molestaba mucho, y aunado al hecho de que Jonghyun lo veía de muy mala manera cada que se cruzaba en su camino lo hacía desear no tener que sentarse en la misma mesa que los demás.
-Buenos días- saludó cuando se hubo sentado a la mesa.
Alcanzó a ver como Jonghyun hacia una mueca de molestia, mueca que decidió ignorar, se había prometido a sí mismo no tomar en cuenta a ese molesto chico por mucho que le diera coraje sus desplantes.
-Buenos días Hijo- musito Yong Hee.
-Buenos días Kibum- Dijo el señor Kim –Estaba pensando que sería bueno que hoy los llevara a la escuela, después de todo es el primer día de Kibum así que supongo que debe sentirse nervioso- Sugirió.
En un principio el rubio pensó que no sería muy agradable que a su edad –dieciséis años- lo llevarán a la escuela, pero después, al pensar que iría solo con Jonghyun en el mismo auto no le pareció tan mala la idea, sin embargo, cuando estaba a punto de decir que si , Jonghyun interrumpió diciendo que sería mejor que ellos fueran solos y así de paso se conocían más; Kibum sintió como un escalofrío le recorría el cuerpo, de ninguna manera quería ir con ese loco a la escuela, ya que no sabía lo que pasaba por su mente, quizá y planeaba tirarlo del auto cuando este estuviera en movimiento y después diría que él se había lanzado por su propia voluntad. Su cabeza era un mar de ideas descabelladas y al final con tanto pensar en lo que podría pasarle si se iba con Jonghyun no logró negarse a aquello porque todos habían decidido que así sería; además no era como si pudiera decir que no, aquello significaría explicar el motivo por el cual no quería ir con Jonghyun y por lo tanto traería problemas a la relación de su madre.
Termino su desayuno lo más rápido posible –tanto que sintió que se atragantaba-, salió rápidamente detrás de Jonghyun porque el de menor estatura apenas hubo terminado se levantó rápidamente para marcharse, sin siquiera darle tiempo al rubio de que comiera tranquilamente.
Vio estacionado fuera de la gran casa un auto negro muy bello, no supo exactamente de qué clase de auto se trataba debido a que no estaba interesado en vehículos, pero aún sin ser un conocedor de eso pudo darse cuenta que era muy costoso; Jonghyun lo saco de sus cavilaciones cuando le aventó una pequeña piedra a la cabeza, el rubio lo miró con reproche, pero no le dijo nada y simplemente subió al auto. Durante el camino Kibum se preguntaba qué clase de truco había tras todo eso, él estaba seguro que aún le seguía cayendo muy mal a Jonghyun -la piedra que le había aventado se lo había demostrado- sin embargo él mismo Jonghyun se había ofrecido a llevarlo a la escuela, e incluso había dicho que se encargaría de que su estancia en la escuela fuera agradable –lo cual no creía para nada- Kibum seguía pensando en las posibilidades de que las palabras del castaño fueran verdaderas cuando sintió un jalón en el cabello que le causo un leve dolor, se tocó con la mano el lugar afectado y volteó a ver con el ceño fruncido al de menor estatura; Jonghyun simplemente mantuvo una sonrisa arrogante y después salió del auto; Kibum sin entender nada de lo que sucedía miró a su alrededor y vio varios alumnos con él uniforme de la escuela, así que comprendió que habían llegado a su destino.
Bajo de inmediato y al hacerlo la alarma del auto comenzó a sonar, lo cual ocasiono que varios de los estudiantes que llegaban voltearan a verlo y comenzaran a murmurar cosas; busco con la mirada a Jonghyun, pero no lo vio por ningún lado, comenzó a sentirse nervioso por el escrutinio de los estudiantes y junto con el molesto sonido del auto se sintió más nervioso.
-¡¿Qué demonios hiciste?!
Escucho el grito de Jonghyun detrás de él, sintió alivio, sin embargo también se sintió más nervioso ya que habían comenzado a llamar la atención de más personas, e incluso unas se habían detenido a ver qué ocurría.
-Yo no hice nada- respondió Levemente, sintiendo que su rostro se había vuelto de un intenso color rojo.
-¡Quítate estorbo!- Espetó Jonghyun. Paso junto al rubio, empujándolo con uno de sus hombros.
Cuando Jonghyun detuvo aquel molesto sonido, tomó a Kibum de la mano y comenzó a jalarlo para que lo siguiera; él rubio no comprendió la actitud del castaño, pero sabía que estaba molesto y el hecho de que lo llevara casi a rastras se lo confirmaba y le hacía temer por su bienestar; cuando se detuvo vio que se encontraban detrás de unos salones, no pasaba absolutamente nadie y Jonghyun lo miraba molesto, o al menos lo hizo durante unos segundos porque después en su rostro se dibujo una sonrisa soberbia, Kibum retrocedió esquivando la mirada del castaño, odiaba sentirse indefenso y dejar que aquel enano lo intimidara, pero esa manera de actuar era una forma de defenderse, si volvía a responderle a aquel castaño quizá podría llegar a golpearle, y él jamás había sido bueno en peleas, ni siquiera había tenido problemas con alguien, por lo que jamás se había visto en la necesidad de defenderse.
-¿Acaso me tienes miedo pobretón?- Cuestionó Jonghyun burlonamente.
Kibum retrocedió nuevamente y Jonghyun avanzó hacia él, sin quitar esa sonrisa altanera de su rostro; el rubio vio con molestia al de menor estatura, estaba a punto de perder el control, quería decirle muchas cosas al enano pero la idea de que su rostro fuera golpeado lo hacía contenerse.
-Mis sospechas eran correctas, aparte de estúpido, eres mudo y sordo- comentó él castaño.
Kibum apretó los dientes fuertemente y después tomó un profundo suspiro, desvió su mirada hacia otro lado y relajo su cuerpo, <<cálmate, cálmate, tan solo es un idiota que quiere hacer que sigas su juego, pero tú eres más inteligente Kibum>> se repetía mentalmente una y otra vez.
Cuando Jonghyun se dio cuenta de que su jueguito no estaba funcionando dejo en paz al chico, de todas maneras molestarlo por la mañana no era parte de su plan, pero ver su expresión de ratón atrapado le parecía sumamente divertida, y después de que ese día acabara todo sería mucho mejor, realmente disfrutaría aquello.
-Bien, parece que no responderás niño estúpido- Exclamó Jonghyun. Se separó del rubio y dio la media vuelta, pero antes de irse dijo algo más – Ya verás que después me responderás con mucho gusto.
Kibum vio al chico castaño alejarse y respiró aliviado, aunque solo por unos segundos, las últimas palabras de Jonghyun lo habían hecho preocuparse, sin embargo ese enano bien podía meterse sus infantiles amenazas por donde mejor le cupieran porque él no respondería con gusto nunca, ni siquiera en sus más locos sueños aquello sucedería.
Para su mala suerte no llegó a tiempo a la primer clase debido a que se había perdido, no había conseguido encontrar el camino de regreso y esa escuela era tan enorme que llegó a pensar que nunca volvería a casa, pero gracias a una chica que no había entrado a clases –porque supuestamente no le servían de nada por su gran inteligencia- logró llegar a tiempo a la segunda hora. Comenzaba a odiar a Jonghyun con todas sus ganas, gracias a él ahora pensarían que era un alumno problema y que se saltaba las clases, además de que ya había dado una escenita por la mañana con el asunto del auto y varios alumnos ahora le reconocían y murmuraban cosas a su espalda para después reírse de él; comenzaba a extrañar su antigua escuela y a sus amigos, ahí jamás lo habían visto mal, nadie lo molestaba, sus maestros lo apreciaban, y sobre todo, no tenía que estarse cuidando las veinticuatro horas del día de un enano que le hacía la vida imposible.
Cuando llegó la hora del receso, guardo las cosas en su mochila y se recargó en el pupitre, dejo caer su cabeza hacia atrás y exhalo, se encontraba muy cansado, esas clases habían sido demasiado difíciles; no cabía duda que esa era la mejor escuela de todo el país, y a pesar de que Kibum era muy inteligente se sentía como un completo tonto en ese lugar. De pronto se incorporó en el asiento porque sintió que alguien lo observaba; por su mente paso la idea de que era el molesto de Jonghyun que iba a fastidiar, sin embargo cuando volteó vio a un chico pelirrojo muy delgado y con aspecto delicado que le veía con mucho detenimiento; se sintió un poco incomodo, pero considerando que ninguna persona lo había visto sin reírse de él o murmurar cosas en lo que iba del día, decidió dedicarle una sonrisa, y en cuanto hizo aquello él pelirrojo se levantó rápidamente para acercársele.
-Hola- saludo sonriente aquel chico de aspecto delicado. Kibum no dudó ni un segundo en responderle, estaba harto de estar solo y la compañía de alguien no le vendría para anda mal.
-Hola-Respondió sonriéndole de igual manera.
El chico pelirrojo se sentó en el asiento que estaba enfrente del de Kibum y se giró levemente para poder conversar a gusto con el rubio; desde que había visto al rubio entrar por la puerta del salón le había parecido sumamente atractivo y estaba seguro que sería perfecto para su proyecto.
-Me llamó Lee Taemin, mucho gusto- le extendió la mano y el rubio no dudo en tomarla.
-Yo soy Kim Kibum-respondió. Hubo un pequeño silencio hasta que Taemin comenzó a hablar de nueva cuenta.
-¿Por qué te transferiste de escuela?, ¿es cierto lo que dicen los rumores? ¿Es verdad que eres el nuevo hermano de Kim Jonghyun?- Cuestionó Taemin con mucho entusiasmo.
Kibum no pudo evitar sentirse un poco aturdido con la cantidad de preguntas que estaba soltando aquel delgado chico; así que antes de responder intentó asimilarlas para saber que debía responder.
-Me transferí porque mi madre se casó nuevamente y mi casa queda muy lejos de mi antigua escuela, además mi padrastro insistió en que asistiera a la misma escuela del enan…
Kibum hizo una pausa rápidamente, se dio cuenta de que estuvo a punto de llamar enano a Jonghyun, y realmente no le hubiera importado llamarlo de esa manera si se tratará de gente ajena a ese círculo social, pero en ese caso no sabía si Taemin era amigo de Jonghyun, y si el castaño se enteraba de que le había dicho así sus problemas con él aumentarían.
-Mi padrastro quería que estuviera con Jonghyun en la misma escuela- sonrió fingidamente después de decir aquello.
Taemin lo miro suspicazmente y comenzó a reír, había alcanzado a comprender que Kibum iba a llamar a Jonghyun enano.
-Yo también creo que es un enano- Dijo el pelirrojo riendo- No te preocupes de llamarlo así, la mayoría lo piensa, aunque nadie se lo dice porque todos le respetan mucho.
-¿Lo respetan?
Cuestiono Kibum lleno de curiosidad, y la verdad es que no le extrañaba en lo mas mínimo que le respetaran, con lo imbécil que era Jonghyun cualquiera le tendría miedo.
-Sí, es muy amable con la mayoría y siempre ayuda a todos, por eso es que lo respetan, de hecho debo decirte que las chicas y por supuesto algunos chicos ya te odian, por eso es que se ríen de ti, no cualquiera tiene el privilegio de vivir con Jonghyun.
<< Genial, ese idiota enano causándome problemas otra vez >> pensó Kibum al escuchar la causa de que sus compañeros le vieran de mala manera y de que se rieran de él; ciertamente eso no le extrañaba para nada, desde su llegada Jonghyun había arruinado todo, pero lo que si le parecía imposible de creer era que la gente le respetara porque era amable; aunque si lo pensaba bien, incluso a él lo había engañado la primera vez que lo vio, el muy maldito Jonghyun se encargaba de engañar a todos con esa cara de niño bueno que se cargaba.
-Uy si, un gran privilegio- Dijo Kibum con cierto sarcasmo, que para su suerte, Taemin no notó en lo absoluto, ahora más que nunca tenía que hacer algo con el problema de Jonghyun, estaba seguro que él castaño podría fácilmente hacer que todos en la escuela le odiaran si era cierto que lo querían tanto.
-¿Cómo es Jonghyun en la casa?- cuestionó el pelirrojo. Coloco ambas manos en el respaldo del asiento y puso una cara llena de ilusión, una que Key detesto, ya que parecía que ese chico estaba muy interesado en Jonghyun y lo que él mas quería era no pensar en el castaño, pero tal parecía que el destino se empeñaba en ponerlo en su camino.
-Es un déspota, engreído e idiota que solo se ama a sí mismo y que además disfruta de hacerme la vida imposible solo porque cree que le estoy quitando a su papi y su dinero- Hizo una pausa y agregó algo más –ah, y disfruta llamarme pobretón solo porque mi familia no nació “bendecida” como la suya.
La cara que tenía Taemin en ese momento era de completo desconcierto, Kibum supo que no debió decir aquello, pero mientras más pronto SU amigo dejara de admirar a ese enano su vida sería más feliz; deseaba más que nada en el mundo revelar la clase de idiota que era Kim Jonghyun.
Kibum se sentía un poco mejor al decir aquello, de alguna manera se había quitado un gran peso de encima; decirle a alguien tus problemas siempre era algo liberador.
Cuando escucho que Taemin comenzaba a reír sintió un gran desconcierto así que se apresuro a preguntar el motivo de su risa.
-¿De qué te ríes Taemin?
-De lo que acabas de decir de Jonghyun, tienes un gran sentido del humor Kibum, con la seriedad que lo dijiste casi me creo que Jonghyun es así de malo como lo describes.
El rubio se sintió frustrado, no creía lo que escuchaba, ¿acaso Jonghyun le había lavado el cerebro a las personas de ese lugar?, ¿cómo es que nadie veía que tras esa cara de niño lindo y bueno se escondía el demonio en persona?.
-Si verdad- respondió el rubio forzadamente mientras soltaba una pequeña risa nerviosa –La verdad Jonghyun es un buen hermano- agregó.
-Bueno, basta de hablar de él- Dijo Taemin sonriéndole.
<< Por fin Dios escucha mi plegarías >> pensó Kibum
-Quiero proponerte algo- agregó el pelirrojo
Un extraño brillo apareció en el rostro de Taemin, un brillo que hizo a Kibum sentirse incomodo; el pelirrojo lo veía de una manera un tanto extraña, casi como si fuera comida, y eso lo inquietaba.
-No te asustes- Se apresuró a decir Taemin al ver la expresión en el rostro del rubio, quién se veía rígido.
-Mira, lo que quiero pedirte es algo muy importante y me parece que eres perfecto Kibum, no es fácil encont…
Pero el gritó de un chico llamando “ricitos de oro” a Kibum interrumpió el discurso del pelirrojo; Kibum se sintió tan avergonzado que no se dio cuenta de nada a su alrededor hasta que Taemin le dijo que lo llamaban en la sala de maestros.
Salió disparado del salón hacia donde le habían indicado, se preguntaba cuál sería el motivo por el cual le hablaban, fue entonces cuando a su mente vino lo sucedido en la mañana, probablemente fueran a regañarlo por saltarse la primera hora. Maldijo en un susurro a Jonghyun antes de entrar al salón; se extraño cuando al entrar no vio a nadie, así que decidió esperar, se sentó en un pequeño sofá y observo con detenimiento el lugar, realmente no había nada fuera de lo común, estaba lleno de computadoras, papeles y percibía un fuerte olor a café.
Estaba sentado tranquilamente cuando escucho unas voces acercarse, supuso que eran profesores, pero esa idea se esfumo cuando vio a tres alumnos entrar a toda prisa, lo observaron durante un instante y comenzaron a murmurar unas cosas que Kibum no alcanzó a escuchar y que ciertamente no le importaban, probablemente se trataba de alumnos problema que fueron citados ahí al igual que él.
-¡Hey tú!
Escuchó que uno de los chicos le llamo, así que dirigió su mirada hacia él; en la voz de aquel alumno percibió agresividad por lo que pensó que sería adecuado no responder, pero al final termino haciéndolo tomando en cuenta que ese tipo de personas se ponían muy violentas cuando las ignorabas.
-¿Qué sucede?- Inquirió viéndolo sin inmutarse ni un poco por la cara de pocos amigos que se cargaba el otro.
-Sal de aquí, no creo que te guste ver mi puño enterrado en tu rostro- Dijo mostrándole el puño de su mano.
Kibum suspiro profundamente, les dedico una última mirada y salió de ahí, no quería agregar más problemas a su larga lista y ciertamente no tenía ganas de ponerse a debatir con esos tres. Decidió esperar afuera del aula de maestros por si los profesores regresaban pronto, por algún motivo le habían citado ahí, así que debía esperar.
Escucho un gran jaleo dentro del lugar después de unos diez minutos de estar ahí fuera, parecía como si revolvieran papeles y abrieran y cerraran cajones, pero lo que lo hizo sobresaltarse fue el sonido de algo rompiéndose, seguramente había sido algo enorme porque el sonido fue impactante, pero lo ignoró porque aquello no le incumbía; segundos después de aquel ruido salieron los tres alumnos corriendo a toda prisa, parecían asustados.
Kibum entró con cautela al salón del cual habían salido esos tres y lo que vio lo dejo sorprendido; por todas partes había papeles tirados, parecía que un huracán había pasado por ese lugar, pero lo que más le sorprendió fue ver una de las costosas computadoras completamente destrozada en el piso, se agacho para ver si tenía algún arreglo, pero obviamente no lo tenía. No daba crédito a lo que veía, esos tres seguro estarían en problemas cuando los profesores vieran aquello; pensaba en eso cuando el sonido de una cámara fotográfica lo hizo voltearse rápidamente para ver de dónde provenía el ruido, y lo que vio lo dejo helado, Jonghyun estaba parado en el marco de la puerta, viéndolo con una sonrisa arrogante en el rostro mientras sostenía una cámara fotográfica en la mano.
-Vaya, vaya- musito Jonghyun mientras comenzaba a adentrarse en el aula -Quién diría que Kibummie es un niño revoltoso- Dijo burlonamente.
El rubio se había quedado sin palabras, no sabía qué hacer, ni qué decir, es más, su cerebro parecía haberse detenido y no procesaba la situación tan comprometedora en la que se encontraba.
-Muy Mal- dijo Jonghyun negando con la cabeza.
Tomó con delicadeza la mano de Kibum y lo ayudo a incorporarse. El rubio estaba en trance, no podía creer que tuviera tan mala suerte… si tan solo no hubiera entrado ahí…
-Yo no fui- Dijo una vez que se hubo recuperado. Alejo su mano de la de Jonghyun rápidamente y se mostro firme.
-Pues está foto que tome dice lo contrario, y yo soy el encargado de revisar que los estudiantes se comporten de manera adecuada y según lo que veo aquí- Dijo viendo a su alrededor – tú eres un alumno problema, así que es mi deber reportarlo a los profesores, probablemente te expulsen, es una verdadera lástima que no puedas estar en la misma escuela que yo Kibummie-musito de una manera condescendiente.
Kibum se sintió tan frustrado y molesto, su primer día de clases había sido una verdadera mierda y seguía mejorando a cada segundo. En un principio sintió ganas de llorar, pero después vio el lado bueno de las cosas, si lo expulsaban de ahí tendría que regresar a su antigua escuela y eso lo hacía sentirse reconfortado de alguna manera.
-Bien, felicidades Jonghyun, lo lograste, me van a expulsar- exclamó aplaudiendo -de todas formas no es como si me importara, odio esté lugar.
Jonghyun lo observo durante unos segundos -que al rubio le parecieron eternos- para después comenzar a reír sonoramente.
-¿Quién dijo que yo quería que te expulsaran?- cuestionó Jonghyun –Yo jamás dejaría que expulsaran a mi hermanito, nuestra mami podría ponerse triste Kibummie, y tú no quieres que ella piense que haces esto para arruinar su nuevo matrimonio ¿o sí?- Dijo de una manera inocente.
Kibum sintió como si le hubieran arrojado un balde agua helada, él no quería que su madre sufriera por su culpa y si lo expulsaban de ahí, ella se pondría triste; fue en ese momento que se dio cuenta de que todo aquello había sido planeado por Jonghyun, y había caído en la trampa , tal y como un pez que es atrapado en una red; busco una solución rápida a aquel problema, pero claramente no había ninguna, todos ahí amaban a Jonghyun, y él simplemente era el chico nuevo que había hecho el ridículo por la mañana, obviamente los profesores le creerían al castaño; suspiro resignado y juntando toda su dignidad comenzó a hablar.
-¿Qué quieres a cambio de tú silencio?- Inquirió con amargura el rubio. Veía con coraje a Jonghyun.
El castaño se acercó hasta Kibum; sonrió complacido de que su plan hubiera funcionado y se acercó hasta la oreja del más alto para susúrrale algo:
-Solo quiero un esclavo hermanito…