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Wonderful tonight por KyoYuy

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Notas del fanfic:

Lo escribí para Aida porque ella me enseña a amar esta pareja y adora B1A4 como yo! Aun así espero que os haya gustado, aun soy novata con fics de estos chicos ^w^

 No es que fuese un gran día, no hacía sol,pero tampoco hacía frío a pesar de que estaba lloviendo; más bien era esa clase de días en los que no sabes muy bien que hacer; esos días en los que te pasas aburrido mirando por la ventana sujentado la cabeza sobre la mano resoplando e hinchando los moflestes para pasar el rato.

 

No es que yo lo hiciera pero sé de mucha gente que lo hace, como por ejemplo Gongchan; y en ese mismo momento lo estaba haciendo. Estaba sentado cerca de la venta de la sala apoyado en una de las mesas con los brazos en aquella posición; el derecho como soporte para su cabeza y el otro con un dedo estirado jugueteando sobre la superficie de cristal llena de bao.

 

Parecía tranquilo pero lo más seguro es que en aquella cabecita traste e imparable estaría maquinando cualquiera de esas bromas pesadas que tanto le encantaba gastar y de las cuales un servidor solía ser una de sus víctimas preferidas; supongo que parezco más indefenso de lo que realmente soy. Pero si Gongchan quería jugar conmigo realmente no me importaba.

 

Caminé un poco hasta llegar a la entrada de la sala y me apollé contra el marco de la puerta, reposando mi espalda en la superficie de madera y cruzando los brazos sobre mi pecho sin dejar de mirarle.

 

Parecia tan absorto en sus pensamientos que ni si quiera se dio cuenta de mi presencia; podía percibir su respiración calmada golpear el gristal, hacía frío, creo que debíamos encender la calefacción o algo así.

 

Tenía la vista perdida en algún punto entre la realidad y su imaginación y yo intentaba descifrar sus pensamientos a través de esos preciosos ojos rendondos y llenos de luz; deseaba estar cerca suya y abrazarle, tomarle por el mentón de esa carita de bebe que me estaba volviendo loco y obligarle a mirarme, solo a mi.

 

No sabía exactamente cuando había comenzado con aquellos sentimientos, cuando de repente y sin avisar un día sin más me había levantado había cruzado una mirada con Channie y me había dicho a mi mismo “tiempo detente”.

 

Era raro pero así había sido, y sin explicación, sin un motivo aparente, sin algo con lo que poder escusarme me encontraba así; queriendo que los ojos del pequeño maknae me mirasen unicamente a mi tal cual como yo lo hacía con él.

 

Algo dentro mia me decía, que era un idiota y por ello me había dedica a hacerlo de esa manera, a escondidas, sin que se diera cuenta, aprovechando las milésimas de segundo en las que nos cruzábamos, atesorando los momentos en los que una sonrisa esquiva se deslizaba delante mía, cuando nos cruzábamos en el pasillo, al hablarle de cualquier cosa trivial; me sentía un traidor a mi amigo; y una especia de ladrón, porque en aquello era lo que me había convertido, en un ladrón de miradas.

 

Pero como no hacerlo, le adoraba.

 

Adoraba como se empequeñecían sus ojos cada vez que sonreir, como apliaba aquella sonrisa que ya de por si era preciosa; adoraba su voz tierna que casi en susurrros caturreaba en las mañanas; adoraba esa piel acariciada por el sol; adoraba esos labios que me mentían y luego se reían de mi; adoraba esas piernas largas y esbeltas, su cuerpo de modelo, sus manos de dedos largos; adoraba a Gongchan; a mi Channie; a...a nuestro Channie.

 

Jin pasó por mi lado como un espectro y se acercó al pequeño sentándose a su lado, “muy bien hecho Shinwoo” me dije; nuevamente ahí estaba yo dejando la vida pasar, dejando que todo fluyera y solamente observando; “eres demasiado lento”.

 

La voz de Sandeul a mi lado me trajo de vuelta al mundo; me giré y le miré sorprendido; él no me devolvió la mirada, estaba demasiado ocupado atándose uno de los cordondes de sus botas pero aun así continió hablando.

 

-Te gusta, se te nota demasiado, pero siempre haces lo mismo, te quedas mirando y no haces nada, no sé que es lo que estás esperando, si le quieres ve a por él- levantó la cara y me miró sonriendo; jamás había imaginado que el pato pudiera dar tan buenos consejos.

 

-Sandeul- comencé pero él me interrumpió poniendo uno de sus dedos sobre mis labios,

 

-No digas nada bobo-sonrió de nuevo.

 

Asentí todavía sin comprender muy bien porque había hecho aquello y miré nuevamente para los dos tortolitos; Gongchan siempre parecía tan feliz al lado de Jin; bajé la mirada y suspiré, ¿relamente tenía algo que hacer?

 

Pasó un rato hasta que Jin se marchó dejando nuevamente a Gongchan a solas; caminé hasta él y me senté a su lado sin llamar mucho su atención, no empezamos como me gustaría pero...yo soy de esta manera.

 

Quise carraspear para llamar su atención pero no lo hice; no sé porque pero no quería molestarle; me gustaba estar así a su lado, sin hablar, sin decir nada, disfrutando de su presencia, de la sensación de tenerle a mi lado, de la tranquilidad y del silencio, de la paz que me daba estar así con él.

 

Podía haberme quedado así para siempre; sin decir nada, en silencio a su lado observando la mirada perdida de Gongchan, el subibaja de su pecho al respirar, la salidas esquivas de su lengua para mojar los labios resecos y sería feliz.

 

Queria hablarle pero al mismo tiempo sentía que no debía, que si lo hacía rompería aquella magia, aquella ilusión que mi torpeza había creado y entonces lo sentí; su mano sobre la mía.

 

No me miraba, ni si quiera se había girado hacia mi, pero su mano amarraba con fuerza la mia como si de esta manera quisiera decirme algo para lo cual no tenía palabras; sentí el apretón entre los dedos y sonreí mirando para nuestras manos.

 

-Yo también- le susurré al oido lo más bajo y tierno que pude.

 

Channie no me miró pero pude observar como la comusira de sus labios se curvaba en una sonrisa y dejó que su cabeza se apollara en mi hombro.

 

No dije nada pero también sonréi, la noche se había echado lentamente sobre nosotros, y la vista a través de las ventanas empapadas había oscurecido bastante pero aun así mi pequeño travieso y yo no nos movimos.

 

Algunas personas pasan los días como aquel mirando por las ventanas empapadas por la gotas de lluvia, los días normales y corrientes en los que no hay nada que hacer, yo no suelo hacerlo, pero conozco a gente que lo hace, como Gongchan; sé que esta noche será una noche maravillosa y que nunca más soltaré su mano.


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