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La última cena por EsperanzaKapranos0

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Notas del capitulo: Dedicatoria: Bogus, Seiyaryu.
Última Actualización: 04/12/2011.
* * * * * *


Miraba a travs de la madera de la ventana el incipiente amanecer, cuyas tonalidades apenas tocaban la nieve del suelo que pronto brillara con timidez. Su resplandor dorado se abra camino a travs de los rboles desnudos del bosque y la oscuridad del cielo, mientras el murmullo de los grillos iba desapareciendo por el canto de los pjaros silvestres.

“Hermoso” –Pens sonriendo y cerr los ojos.

Subi su abrigo hasta sus hombros y cerr los brazos frente a su pecho, recogiendo las piernas para obtener ms calor. Sentado sobre el mueble de la ventana, recordaba los aos anteriores a que la desgracia llegara a su morada, cambindole la vida totalmente.

Nunca olvidara la salvaje mirada que le dirigi al percibir que haba sido salvado por la hermana de un Heer (1). Sonri burln como aquella vez. La esvstica no representaba nada para l aunque perteneciera a la Wehrmacht (2) de Alemania.

Abri los ojos, ya sin sonrisa.

Las cosas se haban puesto difciles desde entonces.

* *


Esmeralda cruzaba el Tiergarten (3) en compaa de una amiga cuando unos gritos y pisadas fuertes en las cercanas, les alert que estaban persiguiendo a alguien. Se escondieron detrs de unos robles y guardaron silencio.

A unos metros se detuvo un hombre alto y robusto, moreno y de cabellera azulada. Se apoy sobre sus rodillas tratando de recuperar el aliento. Mir hacia los lados decidiendo qu camino iba a tomar cuando not una cabellera rubia sobresaliendo en medio de la oscuridad.

Se escucharon un par de disparos y se agach con violencia. Cuando volvi a mirar la rubia ya no estaba.

“Diablos”

Mir hacia atrs. Se estaban acercando cautelosamente, ocultndose detrs los rboles.

Volvi a mirar al frente y entonces, corri.

Durante unos minutos slo se escuch el fuego cruzado entre el fugitivo y los otros. Cuando las balas se acabaron, slo hubo silencio.

Sin embargo, los disparos no tardaron en reanudarse. El hombre, ahora ms cerca de ellas, haba cado herido.

Esmeralda mir de reojo a Pandora. Estaban a punto de ayudarle cuando hubo un grito de advertencia.

“Dios mo, nos vieron!” –Pens pegndose contra el roble, cerrando los ojos y apretndolos con pnico.

Estaba rogando por su vida cuando una mano le tom por el hombro y la otra tap sus labios. Abri los ojos asustada a punto de gritar.

Era Pandora, haba corrido a su lado evitando ser vista.

– Son militares –Susurr con seriedad.

Esmeralda volvi a tensarse.

Pandora la solt con lentitud y ambas miraron al sujeto en el suelo. Sus ojos grises brillaron a la luz de la luna al igual que su desesperacin.

Entendi entonces por qu lo perseguan, era un judo.

* *


Gir la cabeza y mir hacia la cama. All estaba, durmiendo enredado con el edredn y acurrucado por el fro, seguramente con el ceo fruncido. Conforme la guerra haba avanzado, el invierno pareca haberse vuelto ms implacable y l, lo sufra cada vez peor.

De no haber sido por la insistencia de Esmeralda, jams lo hubiera conocido y tampoco lo que conllev despus.

Se levant y camin hasta la cama descalzo, quedndose de pie observndole dormir. Ahora el sol entraba con ms intensidad a la habitacin, a travs de los huecos en la madera e iluminaba parte de las sbanas y su hombro desnudo. Bostez y tembl por un escalofro metindose de golpe a la cama con abrigo y todo. Observ por un rato su espalda morena, con un par de cicatrices, antes de atreverse a acariciarla.

Y as, se qued dormido.

* *


Llegaron a casa de Esmeralda. Bajaron del auto y consigo arrastraron al hombre del parque.

La rubia se asom por una ventana viendo a su hermano cocinar con un ridculo delantal que, en otra ocasin, le hubiera ocasionado una gran carcajada que durara por el resto de la noche. Mir a su acompaante y asinti abriendo la puerta en silencio.

Entraron cuales fugitivas y bajaron casi corriendo hacia el stano, de paredes blancas y carentes de ventanas sin contar con la mala iluminacin.

– Espero que esto sirva por ahora –Murmur la mayor alzando una ceja inconforme.

Aquel stano no tena nada. Absolutamente nada. Bueno, aparte de la calefaccin y la base de la chimenea de la sala.

Lo dejaron tendido en una vieja cama que chill con su peso, al igual que l. Era de metal y de un colchn bastante delgado. La rubia y delgada muchacha sali de nuevo de la casa para fingir una llegada ruidosa, como era su costumbre. Mientras tanto, la otra de cabellera negra y ojos color uva, se encarg de retirarle la ropa con rapidez para ver la gravedad de sus heridas.

La mayor provena de la parte posterior de su hombro derecho. La bala no lo haba atravesado y no pareca profunda, con suerte no tendra muy lastimado el trapecio. Sin embargo, cuando revis su espalda se encontr con mltiples heridas pequeas como fragmentos de algo.

– Qu pas? –Susurr la rubia al volver.

Dej una olla con agua caliente sobre la mesa de madera junto a las escaleras donde se encontraba la cama.

– Mira –Se apart un poco mientras ella se acercaba– Le dispararon con un Stumgewehr 44 (4), sabes?

– S, es un rifle de asalto –Asinti con seriedad– y por el resto deben haber utilizado un Krummlauf (5).

La Stumgewehr 44 (o StG 44) era un rifle de asalto que los nazis haban diseado ante las dificultades del ejrcito en la guerra. Por su parte, el Krummlauf era un accesorio que permita atacar desde una esquina sin necesidad de exponerse. La ms comn fue la versin “I” que usaba la infantera de 30. No era muy til, las balas se fragmentaban (tal como lo mostraba el pobre hombre) y tena apenas 300 disparos.

– Gracias a Dios que no los tena demasiado cerca –Coment Esmeralda ayudando a Pandora con la tarea de atenderlo.

– S o estara muerto…

* *


Cuando abri los ojos deban ser las diez de la maana, segn dedujo por la altura del sol que se reflejaba en la pared de enfrente. Escasamente tal vez, comparado con aos anteriores cuando no tena que temer por su vida ni por el caonazo de un tanque.

“Triste, la verdad” –Opin girndose con lentitud en la cama.

Lo sinti pegado a su espalda abrazando su pecho y sonri. Adoraba despertar y sentirlo tan cerca, sin barreras de por medio. Su respiracin acariciaba su cuello al igual que su desordenada cabellera. Para ser militar tena bastante largo el cabello, el mechn ms largo le llegaba hasta la barbilla. Y eso porque su hermana se lo haba cortado en luna nueva, que a segn lo haca crecer ms corto o algo por el estilo.

A veces la extraaba, a su amiga tambin. Gracias a ellas era que contaba an con vida contrario a lo que les sucedi. Estaban en el sitio equivocado a la hora equivocada. Hubo una redada repentina a las afueras de Berln, las tomaron por judas y al no tener tarjeta alguna, las mataron. As, sin ms y sin dolor.

Desvi sus pensamientos al notar movimiento en su acompaante. Pareca que iba a despertar pero solo se acomod sobre su hombro. Ahora que vea, estaba envuelto en una tela gris aislante de fro.

“Diablos, se me volvi a olvidar el nombre. Cmo es que era?” –Se pregunt sentndose con cuidado en la cama, retirndole la prenda sin despertarle.

Lo que menos quera era una pelea por una sbana a esas horas de la maana. S, hombre. No seran las tres de la madrugada pero a nadie le gustaba despertar peleando ni muerto de calor o del fro. En cuanto la retir, la dobl y la dej en la mesita de noche volviendo a taparlo.

Se visti y baj a la cocina con pistola en mano.

Das atrs haban tenido un incidente con un par de intrusos que se estaban robando sus provisiones. Se colaron por una ventana y al no encontrar nada de valor (ms que un refugio provisional) bajaron al stano donde encontraron dinero, provisiones y otras cosas que valan oro en tiempos de guerra. Ambos haban salido a darle una vuelta al bosque de alrededor de la casa como parte de su rutina. Aquel da se retrasaron tratando de cazar un animal con tal de no seguir comiendo grasa, era insoportable y a l, particularmente, le provocaba nuseas.

Arrug la nariz, le daba asco aunque tuviera que comerla.

En fin, el hecho era que el rubio casi los mata por robarse su comida.

– Si ya saba yo que era un glotn, hecho el pendejo –Murmur divertido entrando a la cocina.

De la nevera sac la racin del desayuno de ambos y se puso a cocinar. Apenas haba terminado de servir la mesa cuando el otro apareci por la puerta.

– Hyoga –Salud colocando una jarra con agua.

– Ikki –Respondi en medio de un bostezo.

Por lo general, luca elegante y presentable pero la guerra lo haba cambiado al igual que a los dems. Ya no luca su uniforme con orgullo, no poda mantener una buena higiene ni un cuerpo envidiable pasando hambre y comiendo grasas. Tambin estaba el hecho de que haba perdido a su hermana y a una amiga ganando un judo en su casa indefinidamente.

“De perlas” –Ironiz alzando una ceja.

– Deja de pensar y come –Rega Ikki dndole un manotazo en la mano.

Recibi una mala mirada y tomando su trozo de pan le sac la lengua mordindolo con enfado, todo para provocarlo, y bien que lo lograba aunque no exactamente para lo que l quera.

Desayunaron en silencio con la radio de fondo y tras una precaria ducha, iniciaron su rutina. Hyoga realiz el inventario de los vveres y el dinero mientras Ikki se en cargaba las armas. No eran muchas slo las suficientes para su seguridad personal como para las ventas clandestinas. Todos requeran de proteccin, o al menos, de su sensacin.

Unas horas ms tarde, salieron a recorrer los terrenos del bosque a buscar huellas animales o humanas frescas, algn arma perdida entre la nieve y a inspeccionar desde la distancia los caminos que daban a Berln y por ende, a su casa.

S, l senta ese lugar como suyo.

– Encontr algo –Grit el rubio, metros ms adelante.

Se acerc y observ el cuerpo de un hombre perteneciente a la Wehrmacht.

– Lo deben estar buscando –Opin el rubio agachndose para registrarlo.

– No lo creo pero los matones s deben andar por aqu –Coment mirando a su alrededor.

Hyoga guard en su bolso las pocas pertenencias del hombre. Sus provisiones, el abrigo, las botas y los calcetines ya no estaban, slo una tarjeta de identificacin y un par de chocolates bien escondidos.

Se acomod su gorro y se levant siguiendo un grupo de huellas, separndose de Ikki quien hizo lo mismo con otras. Una fila llevaba hacia Berln, otra vena de all y del otro lado pareca ser lo mismo. El pueblo estaba demasiado lejos como para caminar todo ese trayecto a pie y menos en pleno invierno. Guard su pistola y se cruz de brazos, observ de nuevo el suelo siguiendo con la mirada el recorrido, se desvi hacia la carretera para observar mejor la va. No haba nada ni nadie en cientos de kilmetros o al menos, hasta donde sus ojos pudieron distinguir.

Si an continuaban a pie no estaran muy lejos.

Frunci el ceo.

Se devolvi al bosque camino al lago congelado a un par de kilmetros. No lleg ni a la mitad cuando oy un ruido en las cercanas, se agach de inmediato y posicion la mano sobre la pistola. Gir hacia la derecha por donde se haba ido el moreno y no lo vio, deba estar demasiado lejos para haberlo odo.

Esper unos minutos y no escuch nada.

Sac la Luger (6) con el dedo en el disparador y la izquierda sujetando su mano (7), apunt hacia el suelo delante de sus pies y comenz a andar agachado. No vea al judo por ninguna parte ni al muerto de hambre que deba rondar cerca. Estir el cuello por encima de unos arbustos y visualiz a tres hombres, uno era Ikki que estaba agachado revisando algo en el suelo y los otros dos eran oficiales alemanes que deban haber sobrevivido (y huido) a una batalla en las cercanas.

‘Berln, seguramente.’

El moreno se levant revisando la etiqueta de un alimento cuando se oy un disparo.

Estaban tan nerviosos y desesperados por la comida que l revisaba que uno de ellos se precipit.

– Lo mastate! –Susurr preocupado el alemn jalndose los cabellos.

Aquel le mir con tal locura y desesperacin en sus ojos que le pareci peligroso.

Llevaban meses sin comer apropiadamente, las reservas corporales ya se haban consumido y las provisiones se haban acabado ms de una vez, as que ser paciente no era una opcin.

Hyoga dispar dos veces y se ocult esperando su prximo movimiento. Recibi una rfaga de disparos sobre su cabeza que de no haberse acostado sobre la nieve pudieron haberle herido. Oy como gruan y forcejeaban por el arma que se accion un par de veces sin xito. Se haban quedado sin balas. Sin embargo, un disparo le roz el rostro y frunci el ceo, estaba decidido a acabar con ellos. Se asom con cautela y pudo ver que Ikki an permaneca en el suelo, adolorido segn los tenues gemidos que soltaba. No lo vio bien pero la sangre le pronostic lo peor. Apunt con la Luger y dispar acabando con los desertores. Se acerc a los cados verificando su muerte, no encontr pulso alguno.

Revis a Ikki con la mirada para comprobar su estado y lo que vio no le gust.

– Tenemos que irnos –Anunci robando las pocas provisiones de los alemanes.

* *


Pasaron los das y el japons tuvo una recuperacin irregular en la herida de su hombro.
A veces luca una mejora, dejaba de sudar y delirar para mostrarse bromista y de gran apetito. Sin embargo, en su visita a la ciudad poco haba conseguido para ayudarle adems de las provisiones de siempre. No haban vendas ni medicinas suficientes y mucho menos un doctor que quisiera ayudarle an as sigui las instrucciones que un buen hombre entrado en sus aos le haba dado.

Con el tiempo se reanud el campo de batalla en Berln y no era seguro permanecer en la planta superior, as que bajaron al stano que Hyoga acondicion para su acompaante. Los tanques, las bombas y el fuego cruzado se estaban acercando y con ello iban acabando con sus nervios mientras se las ingeniaba para mantener clido el ambiente.


Lleg agosto y con l su cumpleaos.

– Ikki –Llam asomndose a la sala.

– Dime –Contest sin apartar la mirada del libro.

– Ir al pueblo por vveres, quieres algo? –Se acerc colocndose una chaqueta.

– Chocolate –Dijo sin prestarle mayor atencin.

El rubio frunci el ceo y mir alrededor consiguiendo un par de medias hechas una bola que le tir a la cara.

– Hey! Qu te pasa? Qu asco! –Se quej sobresaltado por el susto que le peg.

– Mrame cuando te hablo –Demand alzando el rostro con prepotencia.

El moreno lo mir como si estuviera loco y sonri macabro. El otro se sinti palidecer. Tom la media y la tir al aire, le peg con el libro y se la devolvi al rubio greudo ese dndole directo en la cara.

– No, hombre para qu? –Retom su lectura– Si ya te la veo todos los das –Sonri de lado con disimulo.

El ruso infl las mejillas, apret los puos y enrojeci como un tomate, saliendo hecho una furia de la casa hacia la ciudad en bicicleta. Mientras llegaba medit qu le comprara.

‘Debera darle veneno a ese desgraciado’ –Pensaba rabioso a punto de echar espuma como dira l.

Bien que recordaba la primera vez que lo vio desnudo.

* *


Se atragant al ver un hombre alto, moreno y fornido cruzar la cocina de SU casa desnudo y saludando a Esmeralda y Pandora con coquetera. El vaso de vidri se le cay y de inmediato se levant con la cara morada apuntndole con un arma.

– Qu ests loco? Baja eso! –Orden Esmeralda asustada metindose en medio.

– Qutate!

– Qu le vas a hacer? Lo hemos metido nosotras –Declar Pandora, la ms calmada de todos.

– Cmo?! –Senta la vena de la frente palpitar.

– Pandora! –Rega la otra mujer.

– Qu? Es verdad –Se encogi de hombros tratando de no manifestar el miedo que tena.

Hyoga no sola ser un hombre impulsivo pero esta vez pareca haber explotado todo el estrs que tena encima por la guerra.

– Tranquilo, rubio! Slo vengo por agua –Dijo el desconocido levantando las manos.

– Agua mis cojones, largo de aqu! –Se apret la entrepierna con una mano como gesto obsceno y le seal la puerta.

Lo peor vino cuando not que su hermana le sujet por una nalga para que no se moviera del rango de proteccin que le brindaba.

Y para colmo a un judo!

Sinti un bombeo en sus sienes que le indic que la tensin arterial estaba subiendo peligrosamente.

Pandora se levant de golpe al mismo tiempo que el timbre de la casa sonaba. Permanecieron unos segundos en completa tensin y al escuchar unos pasos giraron la cabeza hacia la puerta de la cocina. Se encontraron con un hombre de larga cabellera azulada y uniforme negro, ste alz una ceja extraado por la escena que se haba encontrado.

‘Cachonda’ –Pens frunciendo el ceo y bajando el arma.

* *


– An no s cmo diablos salimos vivos de all –Murmur recordando el evento con cierta gracia.

De vez en cuando en el pasado, al moreno pasear por la casa desnudo le susurraba al odo: ‘con gusto te hubiera chupado por completo los cojones’, y no poda evitar enrojecer al imaginarse en semejante situacin... y posicin.

Sacudi la cabeza y se detuvo al final de una larga cola para comprar vveres y un poco de contrabando: chocolates, licores, libros y un pastel o al menos los ingredientes para hacerlo, entre otras cosas. Volvi a casa de inmediato rogndole a Dios no toparse con nadie de la Wehrmacht.

Lo encontr dormido en el sof de la sala bien abrigado y con la chimenea apagada.

Ocult el contrabando en los estantes areos de la cocina donde Ikki no los podra alcanzar sin su estricta ayuda y guard el dinero en el stano. Reciba una paga mensual como miembro de la Fuerza Armada gracias a una treta hecha por Saga, un amigo de la infancia, y como matn o centinela por vivir a las afueras de la ciudad y mantener alerta a la escaza poblacin que all resida junto a un par de rebeldes que se las daban de hroes o soldados de guerra.

Acomod los vveres en la mesa y se sent a revisar los libros de racionamiento (8) de ambos lo que le permita acceder a una cantidad limitada de: carnes, jamn, mantequilla, margarina, grasa o tocino, t, azcar, mermelada, queso, dulces, cebollas. Adicionalmente estaban los enlatados y secados. Eso sin contar la leche y los huevos, los ms difciles de conseguir. La leche se distribua 1.7 litros a la semana si no haba el paquete en polvo mensual y el huevo: uno semanal o una docena al mes.

Quin demonios iba a tomar un litro de leche a la semana? Y ni se diga de comer un huevo en toda ella…

– A la puta madre con las guerras y sus racionamientos –Murmur molesto cerrando los libros.

Distribuy los alimentos en un par de alacenas y sac la racin de ropa.

Oh s, eso tambin.

Apart la ropa nueva de Ikki –que le tocaba para ese mes– ms su regalo que inclua una camisa, un pantaln (ambos de algodn) y unos zapatos negros de vestir una talla ms grande. Los envolvi en una hoja de papel y lo cerr con una tira delgada marrn metindolo en el estante de una esquina.

Encendi la chimenea y luego la radio para estar al tanto de las noticias mientras preparaba algo para cenar.

* *


Aquel da cuando despert supo que era su cumpleaos por el ruido que perciba desde abajo en la cocina. Sonri cerrando los ojos de nuevo. Hyoga deba estar preparando algo grande para esa noche pues llevaba semanas todo misterioso leyendo un libro de recetas, si mal no recordaba.

Ese da le recibi un desayuno a su gusto con ciertos lujos.

– Y este milagro? Quin se muere hoy? –Sonri irnico tomando su lugar.

– Pues ojal fuera el bigotudo –Gru el rubio sirviendo agua a los vasos.

Rio un poco negando con la cabeza bebiendo un poco de agua antes de empezar a comer. Al terminar, recibi un gran paquete de papel y unos zapatos negros de vestir. Por lo visto, tena una cmara y pensaba guardar un bonito recuerdo de ese da.

– Gracias –Susurr en tono ntimo con cierta dificultad.

Estaba por enrojecer pero no pudo sino rerse al verle las mejillas coloradas al ruso del demonio. Le tom del rostro y bes sus mejillas mientras lo dejaba sorprendido y ms rojo que antes.

Las prendas negras y de algodn lucan cmodas y de su talla contrario a los zapatos que se midi de inmediato.

– No haban ms pequeos –Justific con pena el rubio.

An quedaba un saco oscuro relleno de piezas viejas de ropa de una tienda de costura, lo que le brindaba calor al rato.

Volvi al rer al ver que Hyoga desviaba un poco el rostro de su figura desnuda frente a l. Se midi la ropa recibiendo una mirada hambrienta de parte del menor.

‘Al diablo con todo’

Y se abalanz contra el rubio.

Acarici sus labios buscando ese cosquilleo ansioso en su estmago y la calidez atrapada entre sus finas lneas. Cerr los ojos con pasin al encontrarla. Le prodig un calor intenso a travs de las yemas de sus dedos mientras la recorra subiendo por sus brazos hacia sus hombros para detenerse en su cuello propiciando un encuentro ntimo entre sus bocas. Pronto se sincroniz con su boca ardiendo de impaciente inexperiencia, no necesit de presiones ni permisos para acceder a su interior y encontrarse con aquella delgada lengua que tanto so desde que le conoci. Se lo comi a besos con la ardiente espera, con la pasin nunca manifiesta ante sus inocentes ojos azules. Apret un poco los cabellos que caan libremente ms all de su cuerpo alborotando hasta la ltima clula de su ser.

Le hizo levantarse lentamente para rodearlo en un abrazo tan necesitado que casi le hizo llorar. Estaba viejo y sensible, haca tanto desde el ltimo que recibi que entre la neurosis causada por la guerra, la persecucin y un amor que jams crey correspondido baj sus defensas, mezclando el alivio de su alma a travs de lgrimas saladas y la adrenalina de saberse afortunado por no morir sin conocer el amor del que escriban los poetas, sin vivir los placeres de la carne que proporcionaba otro ser…

‘Todo de l me encanta’

No saba qu le gustaba ms.

Si la mirada azul que le dedicaba cada maana al despertar, la sonrisa esplndida que brindaban sus finos labios, la manera en que se revolva su cabellera por la travesura del viento en su camino o quizs la manera en que el sol y la luna acariciaban su silueta hacindole suculento a ms que deseos carnales.

El amor tena un significado mucho ms profundo para l y le haba costado comprenderlo.

Haba vivido de fantasas y autocontrol, de la soledad de estar a su lado siendo alguien menos que no quera ser. La amistad distante ya no fue suficiente ni la cercana a su cuerpo en su misma cama que no fuera en condicin de amantes.

‘Deb sospecharlo entonces…’

Sonri un poco sujetndole las mejillas separndose tras un casto beso.

Le mir y recibi un cielo azul despejado lleno de brillo, l le sonri con la dulzura de la que no era consciente. Pase sus pulgares por los pmulos rosados sobre su piel ya no tan suave y tersa como en aos anteriores. Cerr los ojos y uni su frente a la suya percibiendo de l lo mismo.

Oy un suspiro enamorado que le aceler el corazn y se lo paraliz al saberse abrazado por su persona refugiado en su pecho. Con los minutos, se rod hacia su hombro y dej el rostro contra su cuello para hacerle vibrar de placer y regalarle unos tenues besos que subieron hasta su mandbula. Abri los ojos con lentitud y le mir de una manera tan especial que un escalofro le recorri el cuerpo.

Se neg a vibrar y bien pudo resistir un poco ms de las atenciones que le daba.

El pastel y el resto del da deban esperar ahora…


FIN
Notas finales: 1“ Heer: Ejército alemán.

2“ Wehrmacht: Fuerzas armadas de la Alemania nazi (1935 “ 1945).

3“ Tiergarten: Es el parque (bosque, según algunos) más grande Berlín.

4“ Sturmgewehr 44: Rifle de asalto. El primero en el mundo.

5“ Krummlauf: Cañón curvo de 30º a 90º con dos versiones, I” usada por la infantería con 300 disparos y “P” usada por los cañones con 160. Letal a los 100 metros o menos.

6“ Luger: Pistola semiautomática accionada por retroceso con larga vida útil aunque muy decadente en disparos en modos automático.

7“ Apuntando con una pistola: http://img707.imageshack.us/img707/5341/25540703.jpg

8“ Libro de racionamiento/Comida en la SGM:
http://www.historiacocina.com/especiales/articulos/militar4.htm
http://es.wikipedia.org/wiki/Racionamiento_en_Reino_Unido_durante_la_Segunda_Guerra_Mundial
http://www.goafenix.com/foro/la“comida“de“los“alemanes“en“la“ii“guerra“mundial“t1083.html

Fuentes:
http://www.forosegundaguerra.com/viewtopic.php?t=7151
http://www.forosegundaguerra.com/viewtopic.php?f=42&t=14208

Uniforme:
http://img64.imageshack.us/img64/3739/walkiriatomcruise.jpg
http://i62.photobucket.com/albums/h120/Hastenburg/osprey1.jpg

Insignia Heer: http://www.militarymedals.com.au/german_bdge_wwII/P1010077a.jpg

Wehrmacht: http://es.wikipedia.org/wiki/Wehrmacht

Tiergarten:
http://www.blogviajesyturismo.com/wp“content/uploads/2010/08/tiergarten.jpg
http://www.viajaraberlin.com/?page=tiergarten.php

Krummlauf:
http://en.wikipedia.org/wiki/Krummlauf
http://amazings.es/2010/09/20/krummlauf“historia“de“la“bala“que“doblo“la“esquina/
http://es.wikipedia.org/wiki/CornerShot
http://www.warhistory.ie/world“war“2/images/krummlauf“5.jpg
http://s3.subirimagenes.com:81/privadas/previo/thump_1219201240httpa323.jpg
http://farm5.static.flickr.com/4092/5056128927_eeb9161023.jpg

Sturmgewehr 44:
http://es.wikipedia.org/wiki/Sturmgewehr_44
http://ligavirtualww2.blogspot.com/2011/07/el“sturmgewehr“44“el“primer“rifle“de.html
http://www.wehrmacht“info.com/stg44.html

Luger:
http://es.wikipedia.org/wiki/Luger_P08
http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/0/02/Parabellum_1586.jpg/300px“Parabellum_1586.jpg

Agachado: http://www.ecomodelismo.com/ECO_imgArt/DOUG/DOUG“35021.jpg

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