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Oscuridad por earendyll

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El abrir los ojos de nuevo tuvo gran importancia para él. Lo que antes veía negro ahora lo veía con un punto luminoso por donde se perdían sus ojos. No pudo evitar hacer un ligero esbozo de sonrisa, ciertamente aun le costaba pero algo revoloteaba contento en su pecho. Aun recordaba el abrazo. En realidad fue más bien su abrazo, aunque aun no puede contener la alegría de como esos fuertes brazos le envolvieron tímidamente.


Ser sincero le costaba, y mucho pero realmente valía la apena. Y ayer fue una clara muestra. Por Kurogane valía la pena.


El peso que llevaba en los hombros se aligeró un poco con ello pero realmente... todo seguía igual que antes.


Los sentimientos no cambian


Y ya sabía de antemano lo que sentía Kurogane por él. Ciertamente, si kurogane le hacia mas caso no era por un cambio de parecer en su corazón, sino miedo a perder a un compañero, camarada... amigo quizás.


Su respiración se volvió mas lenta y mientras abría los ojos con cansancio admirando el techo de su habitación. Su esbozo de sonrisa fue desapareciendo de forma gradual hasta apretar los labios y fruncir el ceño con dolor.


No lo amaba. Él no le amaba.


Aunque las palabras no salieran de su boca las sabía. Kurogane era transparente en cuanto a sentimientos se tratase. Era la persona más sincera que jamás hubiese conocido en su vida. Sincero de corazón, de acciones y de palabras. Era impulsivo por esos pequeños mandatos que le dictaba, no la cabeza sino su pecho, y que hacían a Kurogane tan especial. Kurogane...¿Que hago? Estar aquí sabiendo que no iba a ser correspondido era realmente doloroso...




  • ¿Piensas quedarte todo el día durmiendo?




La voz de Kurogane le hizo sentarse en la cama asustado. El ninja venía algo sudado y con la ropa de entrenamiento. Realmente se estaba asegurando de dejarlo solo el menos tiempo posible. Eso solo le hacia recordar aun más su error




  • Es medio día ¿Vamos a comer? Tomoyo nos espera




Tomoyo... Realmente sentía la preocupación que le estaba dando a la joven princesa. Era una persona maravillosa de alma gentil y tierna.




  • Vístete




La voz y el hecho de que le tiró un puñado de ropa a la cara mostraba que realmente la paciencia no era un punto fuerte del ninja




  • Voy, voy




Y aunque se echó contra la pared mirando al techo no pudo evitar fijarse en que la mirada de Kurogane lo inspeccionaba desde su posición intentando hallar algo




  • ¿Por que me observas tanto kurorin? - decía con voz juguetona- no será que te gusta verme desnudo ¿verdad?- dijo con una sonrisa pícara




Kurogane bufó exasperado mientras daba media vuelta y salia de la habitación refunfuñando “afuera te espero”. Que fácil era cabrear al ninja pensaba para si mientras sonreía suavemente.


 


Ya listo salió de la habitación y empezó a andar sin esperar a Kurogane, sabía que lo seguiría muy de cerca. Y no se equivocó. Apenas puso un pié fuera de la habitación Kurogane le seguía a una distancia mucho más pequeña de lo que el ninja solía acercarse, con sus hombros rozándose a cada paso.




  • Te vuelvo a notar extraño




Así que era por eso por lo que Kurogane estaba ahora tan cerca de él. ¿Tanto preocupaba al ninja? ¿Debería de actuar mejor? ¿Se tragaría Kurogane su actuación? Seguramente no.... y eso lo angustiaba porque aunque ya no tenía esos instintos suicidas de hace poco dudaba que su corazón sanase estando cerca de la persona que no puedes tener.




  • no es nada




Sin dejarle que le preguntara nada más se marchó a paso rápido hasta llegar al comedor donde Tomoyo los esperabas con algunas personas más. Ella al verlo venir le sonrió y le indicó el asiento a su lado. A pesar de la confianza que se tenían desde que empezó como su consejero era extraño que ella cediera el asiento de al lado a él y no a Kurogane. Sospechoso...


A pesar de todo en la comida no pasó nada extraño aunque pudo ver claramente que Tomoyo deseaba hablar con él de algo que parecía incomodarla




  • Sensei...




Un muchacho de unos 15 años moreno y de piel tostada apareció en el comedor




  • Lo necesitamos en el dojo...-dijo refiriéndose a Kurogane mientras hacía una leve reverencia hacia todos los presentes




Con un asentimiento de cabeza el moreno se levantó y se fue seguido de el muchacho que lo miraba con cierta admiración.


Apenas cruzó la puerta corredera Tomoyo agarró la mano de Fay y lo miró a los ojos. Necesitaba decirle algo y estaba angustiada por ello.




  • Fay, necesito decirte algo...




Sus ojos estaban fijos en los de la princesa. Ambos sabían sobre a quien iba a girar esta conversación. Le incomodaba, la verdad y  veía las dudas en sus ojos, en esos bonitos ojos grandes.




  • Se lo que piensas de la relación de Kurogane conmigo




Tragó saliva. Aunque sabía por donde iba la conversación no pudo evitar ponerse tenso. Iba a ser incómodo.




  • Y se también que has visto que a él le doy un trato especial.... yo... - parecía que se estaba tomando su tiempo, respiró profundamente y soltó el aire despacio- yo... sentía algo por Kurogane




Oirlo salir de sus labios le partió el corazón y lo peor es que lo hizo sentir realmente culpable por sus propios sentimientos. Los ojos de ella lo miraron con cierta pena, una pena que fue como ácido para sus entrañas.




  • Fay ¿Me has oido bien? -los ojos de Fay la miraron martirizado ¿Como no oirla?. Ella también se sentía mal pero había que afrontar las cosas de cara – Fay...he dicho sentía




Los ojos de Fay lo miraron atormentado parecía que poco le importaba el verdadero significado de esas palabras ¿Que intentaba Tomoyo con esta confesión?¿Mentirle...?




  • Tomoyo, por favor, no hace falta que...




  • ¿Mienta? Nunca miento y lo sabes. Al principio, cuando lo envié en vuestro viaje había una conexión profunda entre ambos. Yo de inmediato supe lo que sentía por él... pero nunca dio muestra de que sintiera lo mismo que yo, simplemente tenía la necesidad de protegerme a mi y a su país.


    No voy a mentirte como ya te dije. Tenía la esperanza que al volver él sintiese algo por mi... Se me mostró el futuro y fue ahí cuando supe que él nunca llegaría a estar conmigo


    Me dolió pero no era yo su persona destinada. Lo quería y lo seguiré queriendo como un guerrero y como un fiel amigo... porque no puedo amarlo de otra forma. No debo amarlo de otra forma. El destino ya está decidido...




Fay la miró entristecido. Le dolía su dolor tanto o más como el suyo propio.




  • Fay lo que vi en mi sueño no fue a Kurogane conmigo... - los ojos de ella lo miraron con dolor




  • Asi que él esta ligado a otra persona...




  • Si, por eso no quiero que te detengas por mi




  • ¿Estas diciendo que lo intente con él? Eso es ridículo




  • Fay...




  • Él es una persona sincera, no le he visto brillar los ojos por mi, no siente más que compañerismo ¡Ni si quiera creo que halla pensado en estar con un hombre!




  • Ya, pero...




  • ¡No! No pienso arruinar mi relación con él por algo que no tiene sentido ni futuro.




Se levantó de la mesa. La gente que estaba sentada lo miraron extrañado mientras se iba con una ligera reverencia y un “buen provecho” que casi ni se le oyó.




  • ¡Fay!




Dios, las cosas se estaban complicando más de lo que ella pensaba que se podían complicar. Todos la miraban sin comprender ¿Habían discutido?¿Por qué?


Tomoyo apaciguó el ambiente con una sonrisa que hizo que todos volvieran a lo suyo. Sus grandes ojos quedaron fijos en la puerta por donde se había acabado de ir. Realmente lo comprendía. Le dolía tener que dejar escapar a la persona que amaba porque sabía que su corazón nunca sería suyo. A pesar de la sinceridad de Kurogane necesitaba un empujón para hacerle abrir los ojos.




  • Eres tú el elegido para el... solo hace falta que él mismo se de cuenta de sus sentimientos...




 


 


 


 


¡Maldita sea! Había dado el espectáculo. Caminaba como un torbellino por los pasillos. ¿Tomoyo iba a decir lo que el se imaginaba que iba a decir? Y un escalofrío le subió por la columna vertebral, imposible, simplemente imposible. Esto realmente dolía, dolía mucho. Kurogane... que pasa por tu mente... Kurogane... eres todo un misterio


Se fue parando lentamente y cerró los ojos con dolor mientras levantaba la cabeza hacia el techo y apretaba fuertemente sus puños. Tomoyo... sus palabras le dejaron sin aliento. Ella lo amaba o lo amó... y sin embargo no podía estar con él... La muchacha era de corazón fuerte y en verdad esperaba que encontrara la felicidad de una pareja aunque se imaginaba que era una persona que solo entregaba el corazón una vez.


Sus palabras...


Fay lo que vi en mi sueño no fue a Kurogane conmigo...”


¿Estaría intentando decirle lo que él se imaginaba?


De solo pensarlo su pecho se encogió de alegría, tanto que tuvo que agarrarse la ropa en torno a su corazón. Dolía pero de la alegría de imaginarse...¡imaginarse! No podía pensar esas cosas. Tenía que dejar de lado sus sentimientos y avanzar. ¡Avanzaría!




  • En verdad no te puedo dejar solo ni un instante. ¿En que piensas?




La voz de Kurogane le hizo abrir los ojos con sorpresa mientras su determinación se iba al traste. Lo amaba maldita sea ¡¿Que tenía de malo amar a otra persona?!


 


Lo que vió Kurogane en esos ojos eran furia. Al principio lo veía alicaido y ahora estaba furioso. Esa cabeza que tenía el mago era un caos.


 


¡Lo amaba! ¡Lo amaba! ¡Lo amaba! Solo quería que su piel estuviera junto a su piel. Apresar sus labios contra los suyos. Sorber su lengua y mordisquearle con sus dientes. Sentir su calor, su respiración contra su oido, el latir de su corazón ¡Quería todo de él!


Antes de que se diera cuenta sus pasos lo llevaron frente a Kurogane y con fuerza apresó sus labios contra los suyos. ¡Lo quería!¡Lo necesitaba!¡Lo amaba!


Kurogane por instinto intentó apartarse y Fay al darse cuenta se alzó sobre sus puntas y rodeó su cuerpo con sus brazos mientras profundizaba con fuerza el beso. ¡Lo necesitaba! Aunque fuese una maldita vez necesitaba sentirlo. Sentir su calor, su piel, sus finos labios. Su lengua ávida ingresó en la boca del contrario que no mostró ningún síntoma de querer corresponderle. Le mordió con sensualidad el labio inferior mientras se separaba de él para darle seguidamente un beso menos hambriento, mas suave y tranquilo. El primero le demostró la furiosa pasión que despertaba dentro de él y el segundo le demostró... la sinceridad y ternura de sus sentimientos...


 


¡Lo amaba!


 


Con un fuerte bofetón fue apartado de Kurogane. Su rostro se mantuvo ladeado con la mejilla enrojecida y empezando a hincharse. Esa bofetada no le dolió en la mejilla, más bien notaba su corazón resquebrajarse de dolor. El pánico empezó a invadirle. ¡Lo había besado! Y lo había rechazado. Necesitaba verle los ojos a Kurogane, necesitaba saber en que pensaba


Y lo que vió lo espantó


La incredulidad y el asombro era lo que predominaba en el rostro del moreno. Le cayó como agua fría y sin embargo ¿Que esperaba? ¿Que le correspondiera y sonriera? Él que siempre pensaba las cosas y no se dejaba llevar por el corazón tenía la necesidad de ser sincero con su pequeño órgano casi marchito y avanzar según sus sentimientos, según sus deseos ¿Pensaba que de esa forma iba a calar en el corazón del ninja? Ciertamente tenía la esperanza que así fuese y ahora ¿Que? Su relación se había roto como tanto temía


La desesperación comenzó a embargarle. El cuerpo le temblaba. No solo había arruinado todo por sus malditos sentimientos sino que había involucrado a terceras personas. Sus piernas cosquilleaban pero necesitaba...necesitaba huir...


¡Tenía que huir!


Con rapidez echó a correr hacia su habitación y le dolió cuando vió que Kurogane seguía apalancado en el mismo sitio y lo dejaba correr sin atraparlo, sin seguirlo, sin detenerle. Fue un necio al pensar que Kurogane podía llegar a sentir algo por él. Lo había arruinado todo ¡Maldita sea! Se detestaba ahora más que nunca


 


 


Kurogane seguía en el sitio con la piel ardiendo donde él le había tocado. ¿Que había pasado?¿por qué Fay le había besado? Lo que le había transmitido en ese beso... fue una mezcla de sentimientos abrumadores: Deseo, ternura, furia...amor. Le dejó sin palabras. ¿Fay lo amaba?¿era eso lo que le atormentaba? Pero él no lo amaba. Maldito mago, todo lo complicaba




  • Ve a por él




Miró espantado hacia atrás y estaban la princesa y Souma. ¿Ir a por el?




  • ve a por él ¿O piensas dejarlo marchar?




¿Marchar? Esa simple palabra hizo que corriera como hacia mucho que no corría. Aun no entendía a ese mago pero no lo dejaría que huyera como siempre


 


 




  • Princesa...




  • Dime Souma




  • ¿esta sonriendo? - La pequeña sonrisa que enmarcaba la boca de Tomoyo era realmente sincera




  • Si... parece que al fin todo va a tomar su curso. Espero que ahora no sea Kurogane quien lo arruine todo




  • ¿Está segura de esto?




  • Si, seran felices




  • ¿Y usted? - Cerró los ojos y sonrió de nuevo




  • También intentaré serlo...




 


 


 


En unos segundos llegó a su cuarto y con desesperación empezó a recoger toda la ropa del armario. Necesitaba irse. Tenía que huir. Marcharse lejos


Huir


Huir


Huir


Su cuerpo iba más rápido conforme ese pensamiento ahondaba en su cabeza. En menos de 5 minutos ya había empacado lo suficiente en un maletín de mano. Al querer salir por la puerta se lo encontró


Sus ojos se abrieron sorprendidos...¿ lo siguió? Pero los ojos de Kurogane no mostraban los sentimientos que él esperaba encontrar en ellos...


De reojo vio la ventana de su dormitorio abierta por donde entraba suavemente una cálida brisa. Su mente comenzó a llenarse de nuevo con ideas de marchar. ¡Necesitaba huir! No quería ver esa mirada en los ojos de Kurogane ¿Y si lo odiaba? Con rapidez se dirigió hacia la ventana y saltó


Antes de que su cuerpo llegará a salir su brazo fue apresado con fuerza y arrastrado de nueva cuenta hacia el interior de la habitación.


Se quedaron así durante un tiempo. Fay dándole la espalda al ninja que lo mantenía sujeto agarrándole el brazo. Kurogane al darse cuenta de su cercanía con el mago lo soltó con rapidez como si el contacto con él le crease ardor. Eso al rubio le dolió igual que la bofetada de antes...




  • ¿Otra vez huyendo?




  • ¿Y tu porqué me detienes Kurogane?




El silencio se hizo de nuevo. La frialdad en la voz del mago le sorprendió y mucho. Así que el beso de antes iba en serio. Le estaba demostrando sus sentimientos... y él de una bofetada lo apartó, pero ¿Que hacer? Nunca imaginó una situación similar




  • Aun no lo se. Pero no quiero que te marches




Un suspiro se le escapó entre los labios a Fay. Esto estaba haciendo las cosas más difíciles. Las cosas estaban claras para él. Lo siguió como seguirías a una persona importante que quiere huir, pero eso no significaba que sus sentimientos fuesen los mismos.




  • ¿No estas siendo egoista? Pedirme que me quede a tu lado cuando tu me rechazas...




  • No es lo mismo




  • Kuro...




  • ¡Callate maldita sea! Eres demasiado extremista, eres un loco y ya no se ni lo que hago ¿porque te he detenido? Para que no hagas ninguna locura ¿Porque quiero mantenerte a mi lado? Eso... aun... no lo se...


    No te entiendo Fay ¿Porque hiciste aquello en el pasillo?




Notaba lo incomodo de Kurogane. El como evitaba decir beso y lo sustituía por “aquello”




  • Porque te amo




Sin rodeos y sin tapujos. Iba a ser sincero. Con él iba a serlo.




  • Fay...




  • ¡Te amo!




  • ¡Ambos somos hombres!




  • ¡Eso no te impide amar! Me enamoré de tí ¡¿Qué mas dá que seas hombre o mujer?!




  • Maldita sea Fay, estas delirando




  • Te amo




Le dijo y le miró a los ojos. Transmitiéndole todo lo que sentía. Le abrió su corazón. Era hora de hacerlo... aunque volvieran a partírselo de nuevo...




  • Te besé porque te amo.




La franqueza, la determinación. Todo en Fay le parecía extraño. ¿Le amaba? ¿Pueden amarse dos hombres?¿Podía amar a una persona como Fay? ¿A alguien que tenía tantas cosas que odiaba?




  • Quedate




  • Kuro...




  • Quedate -le interrumpió de nuevo- Prometo pensar en tus palabras y darte una respuesta sincera




  • Gracias




 


 


 


Tomoyo observaba el cielo, aun estaba el día claro pero pronto vendría la noche. Rezó para darle fuerzas a su espadachín, para que eligiese el camino correcto. Kurogane siempre se guiaba por su corazón y confiaba en él. Quería su felicidad, igual que la de ese mago que era ahora su consejero. Ambos habían sufrido de jóvenes. Sus caracteres eran diferentes, dos caminos diferentes ante el dolor de perderlo todo. Sin embargo nunca vió dos personas que pudieran conectar tan bien. Lo que le faltaba a uno lo tenía el otro: La tranquilidad contra la tempestad, la frialdad contra el sentimentalismo, la necesidad de seguir contra la de desear que te lleven...




  • Que pareja tan complicada -dijo con una sonrisa mientras escuchaba el susurro de la hierba, olía el aire y miraba el paisaje. Todo saldría bien


     




 

Notas finales:

Aqui os dejo otro cap. Espero que os guste tanto como a mi escribirla :) - Esta vez me he inspirado en una cancion_ The song froma a secret garden que si podeis oir os la recomiendo, si os gusta las bso claro.

Adoro a todos los personajes. La Tomoyo dispuesta a darlo todo por sus subditos. Kurogane leal a sus creencias y a su gente. Y fay que es un simple desastre hasta que no se estabilice emocionalmente jajajajajaja.

Espero que el proximo capitulo llegue pronto- ¡Hasta la proxima!


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