Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Sugar Pain por NanaMii

[Reviews - 6]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Holi!
Pues aqui subiré puros one-shots de the gazettE, algo así como la serie de "Dudas".

 

Notas del capitulo:

Título: No en esta vida.

Parejas: AoixKaixReita

Advertencias: Ninguna.

Para todas las edades.

 

 

Primer encuentro.

 

Me duele verte aquí después de tanto tiempo. Has cambiado, lo noto en tu cabello que ahora va teñido de negro y no de ese color rosa chillón que tanta risa me daba, en tu rostro que parece mucho más maduro de lo que recordaba, tus labios son vestigio de los amaneceres que te han visto amanecer, ya no llevas esa argolla en tus labios. Tu forma de vestir también ha cambiado, te vistes más normal… era obvio, después de todo la moda, las nuevas tendencias nos atrapan a todos, después de todo The GazettE estaba en receso... Veo que ya no te maquillas mucho, me encanta más verte natural…sí, aún me robas el aliento.

 

 

Tuve un presentimiento, supe que has sentido una mirada y que voltearas a buscar a quién te observa. Clavo mis ojos en el suelo, es muy interesante mirar las hormigas  llevar migas de pan a su casa. Tus ojos negros se han posado en mí, no te estoy viendo pero…aún me das escalofríos… mi piel no se olvida de tus ojos, aún no.

 

 

Puedo jurar que me has visto, espero que no te atrevas a venir… me dolería ¿sabes? Aún hay veces que despierto en las madrugadas con un nudo en la garganta, a veces también sigo preguntándome que hubiera pasado si… No vengas, solo olvida que me has visto, déjame pensar que ha sido una fantasía.

 

 

—     ¿Yutaka? — La respiración se me corta y alzo la mirada, estas muy cerca de mí…

 

 

—     ¿Yuu? ¡¿Cuánto tiempo?! — Fingir que me alegra verte es lo que debo hacer.

 

 

—     Años, Yuta…años…— Susurras mientras me envuelves en un cálido abrazo que apenas soy capaz de corresponder.

 

 

Nos separamos y veo tu hermosa sonrisa, puedo ver en tus ojos la nostalgia, sé que no sabes que decir. No te preocupes, tampoco yo. No es que… no es que el amor haya resurgido al verte, es que nunca deje de sentirlo. Tampoco es que todos los días, a lo largo de estos dos años, me haya preguntado por tu existencia algunas ocasiones también te me olvidabas, pasaban semanas antes de que la brisa fresca o el olor a madera me recordara a ti.

 

 

—     Está bonito el día… es bueno salir a disfrutarlo ¿Verdad?—Después de un largo silencio, decides cortarlo.

 

 

El clima, el tema de conversación que las personas usan cuanto ya no tienen nada que decir, o quizás es un sistema de escape, de huir para no decir tantas cosas que se aglutinan en la garganta, palabras que no deben ser dichas por que ya no tiene caso.  

 

 

—     Lo es…—Siento como el aire mece mis cabellos y mis ojos se achican por el sol radiante. — No sabía que estabas en Tokio…

 

 

—     Regresé hace un par de semanas, te iba a llamar pero… perdí tu número…—

 

 

Mentías. Sé que mantenías contacto con los demás, incluso con gente de otras bandas. Personas que nos ataban de alguna forma, y que… tenían mi número telefónico. Si de verdad quisieras, tú podrías haber llamado.

 

 

—     No hay problema, lo bueno es que nos encontramos…— No tiene caso pensar en esas cosas.

 

 

—     Sí, me da mucho gusto haberte encontrado, después de tanto…tiempo.

 

 

—     Igual Yuu… ¿Piensas quedarte aquí o regresaras a Francia?

 

 

—     He regresado definitivamente, se extraña a los conocidos después de todo…— Tus labios se curvan en una sonrisa, regresó el gesto, sin saber como sentirme exactamente.

 

 

Los conocidos, en especial yo, te hemos extraño…quise decir.

 

 

—     Es bueno tenerte de vuelta.

 

 

—     Hum gracias… Etto a ver si nos reunimos pronto…— Mi corazón se aceleró, a pesar de que notaba la cortesía en tu voz — Con los chicos…cuando regrese Akira haré una fiesta en mi departamento o en algún bar, debes venir…

 

 

—     Cuenta conmigo, aun que me niego a preparar los bocadillos.

 

 

—     Tonto~ si no eres tú entonces ¿Quién?— Dices riendo y tu risa se cuela en mis oídos, provocando que yo también lo haga.

 

 

—     No sé, me han dicho que Shima ya sabe cocinar.

 

 

—     Lo dudo, nos vimos la semana pasa y…— Titubeas, sé que no querías decir aquello. Sé que en realidad no querías verme. — Bueno, sigue siendo un desastre después de todo.

 

 

—     Me imagino, la verdad no me atreví a comer su arroz…

 

 

—     Qué bueno que no lo hiciste, si no estarías ingresado en el hospital.

 

 

—     No quería morir…— Digo, intentando parecer natural…como si nada pasara.

 

 

El silencio nos abraza nuevamente, te veo menear tu pie izquierdo, estas nervioso y quieres irte. Mi estomago es un revoltijo de sensaciones, en realidad… quiero salir corriendo, pero me da miedo despertar.

 

 

—     Tengo que irme…—Susurras, acomodando tus cabellos. — Te llamo en la semana ¿Sí?

 

 

—     Claro, nos vemos….

 

 

Te despides con la mano e imito tu gesto. Te veo de reojo partir a la dirección contraria. Ni si quiera me has pedido mi teléfono. Mis ojos escocen y al mismo tiempo una sonrisa se planta en mi boca. Ha pasado demasiado tiempo, no tengo por qué seguir sintiéndome de esta forma. No tiene sentido, en lo absoluto. Me giró, se me ha olvidado comprar el vino…seguro mañana, que es domingo, no hay nada abierto.

 

 


La luz de la luna tiñe mi corazón,
Este dedo es desatado.
Aunque la eternidad perezca,
Detén este momento.

 

 

 

 

Intermedio.

 

 

 

Siguió caminando, no es que estuviera evitando al menor es solo que… le daba ¿Lastima? Ver esos ojos de nuevo, o quizá su conciencia no lo dejaba en paz… Y es que, no es que se excusara, pero nada dura para siempre. Él había amado al menor, los momentos que pasaron juntos habían sido maravillosos pero el tiempo no perdona, el mundo no deja de girar, ni las cosas de mutar.

 

 

Un día despertó y supo que no era lo mismo, supo que si no quería hacerle más daño tenía que dejarlo ir. Lo quería, aun lo quería pero ya no lo amaba. Estaba seguro que Yutaka, siendo la maravillosa persona que era, encontraría a alguien que pudiera darle lo que él...ya no podía.

 

 

Así, fue como una mañana, justo después del desayuno, decidió dar por terminada aquella relación que duró más de cinco años.  Y, aun que le dolió mucho, también le hiso feliz el receso de la banda, le daba tiempo al menor de olvidarlo por que… sí, sí  notaba aquellas miradas de tristeza y ese dolor que emanaban esos ojitos color café que algún día tanto amó.

 

 

Los remordimientos del pasado se removieron, era obvio que el menor aún lo amaba, lo notó en seguida. Sintió culpa solo de pensar que el baterista aún siguiera esperándolo, que aun pensara que algo iba a suceder. Sintió lástima, culpa y remordimiento…pero así era el amor. A veces se gana y otras se pierde.

 

 

 

 

Regresó.

 

 

 

Destapaba con cuidado una botella de vino, bastante cara. Era un día importante y por ello en su departamento reinaba un ambiente bastante agradable, la casa estaba más limpia, el aire olía a deliciosa comida que ya estaba puesta en la mesa. Puso la botella en una charola para después agregar un par de copas a la misma.

 

 

Dejó el vino y el par de copas en la mesa y se sentó, descubriendo una charola con el plato fuerte.

 

 

—     Hice tu favorito…— Sonrió al ver la mirada que el otro dirigió a los alimentos. — Espero que te guste…—Murmuró el baterista antes de comenzar a cortar la carne y ponerla en un plato.

 

 

—     Extrañé tanto esto…—Susurró el bajista con ternura mientras daba una probada a su plato. — Aun que le faltó sal~

 

 

—     Idiota…—El castaño le lanzó una servilleta, sabía que a Reita le encantaba molestarlo.

 

 

—     Así me amas cariño mio…— Alardeó triunfante el de la bandita, que no traía en ese momento.

 

 

—     Eso crees, eso crees

 

 

—     ¡Oye! No seas malo conmigo, estuviste tres días sin mí y ¿ya me olvidaste?

 

 

—     Nunca…— Sus mejillas se tiñeron de rojo al decir aquello. — Pero me agrada más el Reita cariñoso…

 

 

—     A mi me agrada molestarte…—El baterista rodó los ojos, y siguieron comiendo.

 

 

 

 

 

 

Segundo encuentro.

 

 

—     Vamos a llegar tarde…—Gritaba el guitarrista desde la sala. — ¡Yutaka!

 

 

Resopló frustrado antes de echarse unas cuantas gotas de perfume en su cuello. Salió a la sala donde lo esperaban Uruha y Reita, este último sin querer disimular lo fastidioso de aquella situación. Ninguno de los dos, baterista y bajista, querían ir, pero el hermoso y entrometido de su amigo había ido prácticamente a sacarlos de su casa.

 

 

—     ¡Por fin! Te ves igual que hace unas horas, no sé por que tardaste.

 

 

—     Shima, es en serio tu voz empieza a darme dolor de cabeza.

 

 

—     Pendejo…—Dijo mientras se ponía de pie. — Vámonos.

 

 

Se subieron a la camioneta del bajista, recorrieron la ciudad y llegaron al bar donde tenía que llegar. Bajaron y el rubio tomó la mano del castaño oscuro. Kai pudo notar la inseguridad en los ojos de su pareja, no podía culparlo…él había sido el encargado de juntar los pedazos de lo que, se supone, era Yutaka, lamió sus heridas y espero a que estas…por lo menos dejaran de sangrar. Fue testigo de lo mucho que el menor había amado aquel idiota, era quién ese momento tenía dudas… tenía miedo de perderlo, de qué aún amara a Shiroyama.

 

 

Entraron al bar, el moreno y el vocalista los saludaron con las manos desde unos sillones, los recién llegados se sentaron y así comenzó la noche, dando paso a un reunión normal; con platicas sencillas de nuevos y viejos tiempos, donde tomaron y contaron aquellas anécdotas que ya habían escuchado más de mil veces pero que aún, después de tantos años, lograban hacerlos llorar de la risa.

 

 

 

 

Realidad.

 

 

Su cuerpo se movía a la par que la música, mientras sentía el cuerpo de una bella señorita pegarse al suyo. Sonrió coqueto y se movió un poco para delante, para estar mas pegados. No estaba muy alcoholizado, solo lo suficiente para que bailara música que ni le gusta y mucho menos conocía. Casi se había olvidado por completo de sus amigos, seguro ellos habían hecho lo mismo –pensó-. Equivocado.

 

 

Dejó de oír la música, dejó de moverse sensualmente a su ritmo y sus ojos se abrieron, su mente había dejado de procesar aquello. No, no y no…no podía ser verdad. Una risa ardiente salió de su garganta y sin más comenzó a caminar, sin embargo de detuvo en seco al percatarse de que estaba por romper ese ardiente beso.

 

 

 

No, Yutaka no estaba soltero.
No, Yutaka no lo había esperado durante todos esos años.
Sí, Yutaka era prácticamente devorado por los besos del bajista.
Sí, le dio en la madre y le dolió.

 

 

 

 

 

Perdido.

 

 

Quisiera pedir que fueras parte de mi futuro y sin embargo solo puedo dar las gracias por haber sido parte de tu pasado, pedir que no me olvides, que me recuerdes como alguien importante…

 

 

Sus manos se aferran al volante de su automóvil, sus uñas se encajan en aquella piel sintética. Sus ojos se llenan de lágrimas, que no derramará.  Sus labios tiemblan casi imperceptiblemente; en su interior, aquel hueco que se negaba a atender, cobró fuerza y le robó la respiración.

 

 

Recargó su cabeza en aquel volante, para después suspirar pesadamente. No tenía derecho a sentirse así, se supone que…no tenía por qué sentir celos, no debía por qué todo había terminado, él lo había querido así…Se supone que no debía doler como lo estaba haciendo.

 

 

Suspiró profundamente antes de poner en marcha su automóvil, no quería que lo vieran ahí y mucho menos tener que encontrárselos. Los automóviles, las personas pasaban a su alrededor y él, apenas fue consciente de todo aquello. Se encontraba en modo automático, aguantando el huracán de emociones que estaba sintiendo en aquellos momentos.

 

 

Llegó a su departamento y el miedo lo invadió. No quería entrar, no quería por que todo le recordaba a él, no quería que más películas de momentos felices pasaran por su cabeza, no quería que su consciencia le recordara todo aquello que…había perdido.

 

 

Y, mientas se rendía a la batalla, lágrimas gruesas mojaron sus mejillas. Quizás solo eran celos, quizá solo quería que nadie lo tuviera y, aun que le doliera aceptar esa posibilidad… Quizás se había equivocado y sí lo amaba. Se acostó pensando en todo y en nada. ¿Con Akira? Si ellos se llevaban mal, si el bajista no era tan bueno en la cama, si… decidió cerrar los ojos, no debía de pensar en, tal vez, el error mas grande  de su vida.

 


Se regañó mentalmente, siempre pensó que Yutaka sería solo suyo, maldita costumbre del ser humano, pensar que las personas nos amaran siempre, aun en ausencia.

 

 

Se sintió estúpido. Quizás pensaría en algo, o quizás solo lo dejaría ir… no lo sabía, mañana con un buen café tomaría la decisión.

 

 

El delineador que se corrió, hizo que cayeran lágrimas negras.
Luz que se refleja en el ojo, la estela que continúa hacia el cielo.

 

 

 

 

 Ya lo he dicho.

 

 

—     Estas raro…—Dijo con voz adormilada, haciendo círculos con sus dedos en el pecho del bajista.

 

 

—     No lo estoy…

 

 

—     Si lo estas…—El otro bufo suavemente ante la insistencia del otro.

 

 

—     Según tú ¿Cómo es que estoy?

 

 

—     Raro…

 

 

—     ¿Raro? ¿Así raro, como enojado?—Preguntó tiernamente, acariciando esa espalda desnuda

 

 

—     Mmmm… no, si estuvieras raro-enojado no me hubieras hecho el amor, es solo que estas muy cariñoso…

 

 

—     Tonto…—Le dio un golpe suave en uno de sus glúteos. — Siempre soy cariñoso…

 

 

—     No así…

 

 

—     ¿Pero te gusta?—Cuestionó con miedo, era verdad estaba raro. Estaba muerto de celos y el pánico lo invadía.

 

 

—     Sí, pero sé extraño al Rei-chan insoportable.

 

 

El bajista lo envolvió con sus brazos y le dio un beso en la frente, tenía miedo de preguntar aquello pero aun así lo hiso, era mejor salir de dudas y si tenía que terminar, que terminara.

 

 

—     ¿Sentiste algo…cuando lo viste?

 

 

El baterista se guardó un suspiro. Sabía que esa pregunta llegaría tarde o temprano. Se acomodó para quedar encima del rubio, con su mentón y su propio pecho recargados en el ajeno.

 

 

—     Claro que sentí… fue mi primer amor, fue un gran amigo pero…

 

 

—     ¿Pero?—Dijo tímido, e inconscientemente apretó mas al baterista como atándolo más a si.

 

 

—     Pero ya fue Rei… ahora estoy contigo, ahora al que amo eres tú…

 

 

—     ¿Seguro?

 

 

—     Tan seguro como que ahora mismo quiero que me hagas el amor…

 

 

 

Juntó sus labios con un beso. Lo había pensado bien, el pasado era eso… ya era hora de ver hacia delante, de ver a un lado y de valorar a la persona que ahora estaba acariciándolo tan ardientemente. Ya. Estaba seguro de que no, no lo amaba. Quizá solo amaba lo que fue alguna vez, aquel recuerdo de un viejo amor… solo eso.

 

 



El juego de las escondidas se repite sin cesar,
Es la intersección de la luz y la oscuridad.
La línea límite entre tú y yo,
La línea es dibujada y separa a dos personas.



 

 

 

Tercer encuentro

 

 

Fue al súper a comprar la despensa, y caminaba bajo la luz del crepúsculo, cargado un par de bolsas transparentes. Lo vio nuevamente, sintió algo pero se obligó a cambiar la dirección de sus pensamientos. Formó una sonrisa y notó que no fue fingida.

 

 

—     Buen día Yuu…

 

 

—     Hola Yuta...— Él si sonrió fingiendo. Las ganas de tomar al otro lo embargaron pero se contuvo, aún no era el momento. — Veo que el ramen también se te ha terminado…

 

 

—     Sí… eso y muchas cosas más…— Dijo haciendo una mueca.

 

 

—     Ya veo…

 

 

Silencio, Yutaka decidió que no se quedaría escucharlo. No lo merecía y ya no tenía la necesidad de escucharlo.

 

 

—     Voy con algo de prisa…nos vemos luego.

 

 

El mayo sabía de sobra que el otro quería evitarlo, sabía que no sería por siempre, no cuando la banda estaba por reanudad actividades.

 

 

—     Nos vemos entonces Yuta~

 

 

El otro asintió y siguió su camino.

 

 

—     Kai…— Escuchó detrás de si. — ¿Ya me olvidaste?

 

 

Detuvo sus pasos, aquella pregunta le robó la respiración. Preguntada tan directamente… no era fácil de responder.

 

 

—     No en esta vida…

 

 

Susurró con la voz algo cortada, para después reanudar sus pasos. El guitarrista sintió algo cálido embargarlo, estarían juntos. Lo sabía. Se encargaría de ello… Yutaka, era suyo. Solo suyo.

 

 



Mi deseo no es una estrella fugaz, por favor deja que te alcance.
Si todos están solos, nosotros no podríamos habernos conocido.

Es una lluvia de polvo de estrellas en el espejo,
Hacia las estaciones mezcladas una vez más.
Después de un tiempo, la luz irá del pasado al futuro,
Así que adiós por ahora.

 

 

 

 

Notas finales:

La traducción de la canción Mirrorball de alice nine fue tomada de http://fantasy-alicenine.blogspot.mx/ los creditos para ellas que hacen un gran trabajo owo.

 

Pues espero que les haya gustado, tengo mil one-shots guardados y quizá los desempolve y los ponga aqui. Este es una secuendia de drabbles pero me dio flojera subirlos poco a poco, más bien no tendré tiempo XD así que lo subi completo.

 

Cuídense! Me gustaría saber sus opiniones,si no de igual forma gracias por leer :3

 

 

bye bye


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).