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A little bit of love for everyone por niinonew

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Notas del fanfic:

Hello~ Aquí un desafío por parte de una amiga, aunque ella no lo pueda leer ya que no habla español LOL.

Espero que les guste ^^

 

29 - Felicidad

Definitivamente una de las tardes más frías en Seúl. La gente caminaba rápidamente a sus hogares, a excepción de algunas parejas que parecían disfrutar las bajas temperatura. ¿Y cómo no? Si hasta el polo sur es un lugar cálido cuando tienes a esa persona especial entre tus brazos, respirando el mismo aire congelado, pero el calor de sus manos unidas es suficiente para crear un fuego imaginario entre sus cuerpos.

Todo parecía ser un día normal, y de cierta forma lo era. Posiblemente, la mayoría de la gente no recordaría que estaban haciendo este viernes, un día como cualquier otro.

Jinki observaba como el viento soplaba hojas sobre aquellas felices parejas, sonrió sin darse cuenta, probablemente recordando tiempos parecidos.

Observó el reloj pegado a la pared, 7pm, hora de volver a casa. De manera imprevista la ansiedad se apoderó de su mente, un brillo que mostraba nerviosismo y anticipación llenó sus ojos. Lanzó una última mirada a través de la ventana hacia la calle ahora vacía y sonriendo salió de su oficina. Antes de entrar a su auto, se detuvo a contestar el aparato que insistentemente sonaba en su bolsillo. Se tomó un par de segundos para disfrutar de la dulce melodía proveniente de su celular, al parecer el universo estaba empeñado en llenar su mente de recuerdos esta noche.

“¿Jinki? ¿Por qué no contestabas?” Kibum sonaba preocupado.

“Iba un  poco distraído, lo siento” Jinki respondió calmadamente para poder bajarle los nervios a su diva.

“Oh... está bien. Sólo me preguntaba cuando ibas a llegar”

“Aww ¿Acaso mi hermoso novio ya me extraña?” Sin necesidad de verlo, estaba seguro del sonrojo en las mejillas contrarias.

“¡No es eso! Es sólo que es-”

“No te preocupes, tu príncipe estará junto a ti en 45 minutos mas o menos”

Escuchó una suave risa a través del teléfono, Kibum se encontraba de buen humor.

“Bueno, te espero”

“Nos vemos pronto”

“¡Jinki!” escuchó antes de que pudiera acabar la llamada.

“Te amo... y no sabes cuánto”

Antes de poder evitarlo, sus labios ya habían formado una gran sonrisa que no se borraría fácilmente.

“Te amo Kibum... mas de lo que mi mente puede soportar”

Escuchó nuevamente aquella suave risa y un segundo después la llamada se acabó. Seguramente Kibum necesita tiempo para que su cara vuelva a su color natural.

Jinki entró a su auto rápidamente, el frío era más que perceptible. Manejó hacia su departamento como lo hacia de lunes a viernes, por la misma ruta de siempre, a la misma velocidad. Al fin y al cabo nada hacía de este día uno diferente al resto. Nada aún.

En el departamento, las cosas con Kibum no eran diferentes. Había llegado del trabajo hace ya tres horas y como siempre se encontraba preparando la cena para cuando Jinki llegara. Durante su jornada de trabajo todo fue igual, pero aun así, no podía desaparecer esas molestas ganas de que el tiempo avanzara más rápido, de poder llegar a casa pronto, en su estómago sentía el apuro de querer estar con Jinki.

Probablemente cuando llegara harían lo de siempre. Un dulce y perfecto beso de bienvenida, luego cenarían mientras conversaban sobre cosas que aparezcan en el momento. A las 9 daban las noticias. Se irían a la cama entre las 9.30 y las 10 dependiendo de la televisión. Era una noche normal, pero al escuchar la puerta abrirse, su estomago se contrajo de una manera no muy natural que digamos, sus ojos brillantes se dirigieron automáticamente al rostro de quien había deseado ver  y la razón por la cual había mirado el reloj con ciertos desafiantes ojos, tratando de apurar el paso de los segundos.

Se acerco a Jinki lentamente, llevando sus cálidas manos a aquel hermoso rostro helado, se sonrieron de manera dulce antes de juntar sus labios en un beso que desprendía calidez y amor. Jinki pudo sentir en sus manos la suave piel de Kibum antes de separarse y ser arrastrado a cenar.

Sentados en sus puestos habituales, con Kibum quejándose de cómo el frío estaba arruinando sus horas de sueño y Jinki riendo y respondiendo que gracias al frío podían estar más juntos en las noches, compartiendo el calor de sus cuerpos y de las quinientas mantas que utilizaban con estas temperaturas. Siempre habían sido así, el razonable y el soñador. El de actitud genial y el extremadamente romántico. Y ninguno de los dos desearía ser de otra forma. Jinki tenía una biblioteca llena de palabras dulces y frases cursis; y aunque Kibum no lo admitiera, moriría sin esas empalagosas oraciones que llenan sus oídos al despertar, y que son lo ultimo que escucha antes de dormir.

La cena terminó y antes de que Kibum pudiera levantarse, Jinki ya había retirado los platos y se encontraba lavándolos. No hubo forma para evitar la sonrisa que se formo en sus labios al recordar la primera vez que el mayor lavó los platos, había que admitir que había mejorado considerablemente, Jinki no será un experto, pero al menos ahora sólo los platos se encuentras empapados.

Jinki pudo percatarse de la sonrisa nerviosa que se dibujó en el rostro del menor al mirar el reloj, 9pm. Ambos se acomodaron en el sofá frente al televisor, el cuerpo de Kibum parecía deshacerse tratando de disimular la inquietud que lo invadía, cambiaba de posición frecuentemente, desquitándose con los cojines que él mismo compró años atrás.

“Quédate quieto” murmuró Jinki sin dejar de mirar la pantalla, a la vez que deslizaba sus brazos alrededor de la cintura contraria, logrando acercar el cuerpo del menor al suyo, para terminar con Kibum sentado en su regazo. Ninguno de los dos era realmente fan de ver el noticiero; demasiadas noticias tristes que podían deprimir al individuo más optimista del mundo. Pero el día de hoy al parecer era diferente, y aunque no hayan dicho una palabra sobre el tema, ambos esperaban una información en particular.

“En otras noticias, esta tarde se aprobó con un 72% la ley que permite el matrimonio homosexual en nuestro país. El gobierno fue felicitado por parte de diversos dirigentes internacionales, gracias a este ‘paso al futuro’ como fue calificado por la cabeza de la nación. Cientos de per-”

Jinki apagó el televisor, miró de reojo a la persona abrazada a su pecho, la cual lucía perdida en su propio mundo, mirando fijamente la pantalla frente a ellos. Pudo disfrutar de la sensación que invadía su cuerpo. Una cálida felicidad que pocas veces se repetía y que estaba estrechamente relacionada con una persona en particular. Este maravilloso sentimiento apareció desde que Kibum llegó a su vida. Cuando se conocieron; la primera vez que conversaron a solas, la primera cita romántica, el primer beso, aquel te quiero murmurado con vergüenza, el momento en que juntos decidieron comenzar una relación. Todos esos momentos pasaban como una película por la mente de Jinki cuando el menor giró su rostro, su cabeza nublada por recuerdos y sensaciones similares.

Kibum también sentía esa extraña pero perfecta felicidad cuando estaba con el mayor. Recordó el cosquilleo en su estómago cuando lo conoció; la primera vez que el mayor le dedicó una de esas brillantes sonrisas, aquella inmensa felicidad cuando Jinki lo proclamaba como su novio, cuando llegaron a la conclusión que debían vivir bajo un mismo techo… la primera noche juntos. La dulce ocasión cuando ambos derramaron lágrimas después de una agria pelea que duró más de dos meses, seguida de la promesa de no separarse nunca más. Porque siendo honestos, no hay forma en que podrían sobrevivir sin el otro.

El tiempo que pasaron sentados en el sofá perdidos en recuerdos pareció golpearlos de vuelta a la realidad cuando el teléfono comenzó a sonar. Rápidamente Kibum contestó, algo fastidiado por el ruido que perturbaba el perfecto silencio.

“¿Aló?”

“Kibum, con Tae-”

“Mañana hablamos” cortó la llamada, y con la misma velocidad de antes volvió a su lugar junto al mayor. Sonrió tímidamente antes de dejar descansar nuevamente su cabeza en el pecho ajeno, justo sobre el corazón que desde años ya le pertenecía.

Ninguno dijo nada durante el resto de la noche.

Kibum no se quejó del frío mientras se preparaban para dormir y Jinki no desperdició ni un segundo en abrazar fuertemente a su novio una vez acostados. Ambos acercaron sus rostros en busca de un dulce beso, que termino en una sonrisa, la cual decía todo lo que no expresaban con palabras.

¿Qué sería de su relación ahora? Es una pregunta que no necesita respuesta. Es suficiente con ver sus rostros cuando están juntos y las pequeñas grandes acciones que hacen por el otro. La respuesta está escrita en el amor que comparten, en la vida que construyeron juntos y en una pequeña caja con anillos que Jinki ha guardado durante cinco años. 

...

 

Notas finales:

Primer capítulo dedicado a Noa. Even if you don't understand what it says xD


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