Ahora o nunca
Los médicos pasan mucho tiempo pensando en el futuro. Planeándolo. Trabajando para el. Pero de pronto te das cuenta de que tu vida está pasando ahora. No después de la universidad ni de la residencia. Ahora mismo esta es tu vida. Está aquí. Parpadea y la perderás.
Todos dormían alrededor de la camilla de la pelirrosa esperando a que se despertara. Sasuke en una incómoda silla. Kiba en un sofá. Y Gaara en una butaca.
A urgencias llega un paciente en estado crítico atropellado por un autobús, con la cara destrozada y muchas heridas. Le atienden Neji, Shikamaru, Kankurô, Naruto, Kakashi y Gaara. Al parecer le atropellaron por evitar el atropello de otra persona.
Sakura despierta, pero tiene pérdidas de memoria a corto plazo.
Kiba se pasa la mañana ignorando a Kankurô, así que el chico le aborda en urgencias.
-A ver, hablaste de vivir juntos y de casarnos, y yo te di largas. Te sientes avergonzado y no me miras a los ojos porque crees que yo llevo las riendas de la relación. Pero no quiero llevarlas, eso no me gusta nada. Va más contigo. ¿Nos saltamos esta parte?
-Cose la herida de la paciente de la tres-dijo. Iba a irse, pero volvió sobre sus pasos para seguir hablando con el otro-las personas me lo dicen a mi, yo no lo digo. Vivamos juntos...eso jamás debió salir de mis labios.
-¿Quieres una casa?, cómpratela- dijo molesto el interno y se marchó con la paciente de la tres. Pero Kiba le sostuvo de la muñeca a medio camino.
-Estoy viendo casas. Ya he empezado a verlas, antes de comentártelo a ti. Una tiene chimenea y me gusta, pero otra tiene un inmenso jardín.
-¿Te la vas a comprar enserio?
-Si...no sé como la pagaré, pero si.
-¡Vaya!, eso es...
-Voy a comprarme una casa. Los precios están bajando mucho.
-Solo me dices que te vas a comprar una casa para hacerme sentir mal. Quieres demostrarme que vas a seguir tu vida sin mi para que me arrepienta y cambie de opinión.
-¿Esto es lo que se supone que haces cuando dices que vas a seguir con tu vida?¿ofenderte?
-Si, no piden una hipoteca por hacerlo, pero...
-Es patético. Voy a seguir con mi vida. Soy mejor novio que tu-dijo y se fue.
No paran de hacer operaciones al anónimo atropellado por el autobús y Sasori no aparece por ninguna parte.
Gaara estaba con el anónimo cuando ya la tarde caía, debía prepararle para operarle de nuevo. Y cuando el chico despertó le cogió la mano.
-Sé que tienes miedo-dijo el de ojos aqua para tranquilizarle- pero hay un gran equipo esperándote-entonces el paciente empezó a mover los dedos sobre la palma de su mano, como si escribiera sobre su piel-¿quieres escribir algo?...cero...cero...¿siete?. ¿007?-el paciente le apretó la mano con fuerza y Gaara sintió recorrerle un escalofrío al mirar aquellos familiares ojos café-dios...oh dios mío...
Sakura tiene un paro cardíaco y no pueden hacer nada porque firmó la orden de no resucitar. Gaara corría con todas sus fuerzas por el hospital gritando que el paciente anónimo era Sasori, y le llevan al quirófano con urgencia.
¿Lo has dicho?. Te quiero. No quiero vivir sin ti. Has cambiado mi vida. ¿Lo has dicho?. Haz un plan. Márcate un objetivo. Intenta lograrlo. Pero de vez en cuando mira a tu alrededor. Vive a fondo.
Sakura subió en el ascensor, emocionada. Llevaba su precioso vestido rosa del baile y los relucientes zapatos plateados. No dejaba de mirar los números que se iluminaban a medida que iba bajando de planta en planta. Hasta que, antes de llegar a su destino, las puertas se abrieron de par en par.
Al otro lado estaba Sasori. Llevaba su uniforme azul claro y la bata blanca. Ambos se sonrieron al verse y el pelirrojo entró, se puso a su lado y le dio la mano. Ese roce era cálido. Le daba seguridad. El ascensor seguía bajando y los dos amigos se miraban a los ojos sin parpadear apenas. Como si mantuvieran una conversación silenciosa.
Las puertas entonces volvieron a abrirse y el de ojos café salió del ascensor.
-Sasori...-pronunció la pelirrosa con tristeza. Pero enmudeció al ver quien esperaba a su amigo en ese lugar. Su padre. Sonriente le recibió con los brazos abiertos y se abrazaron. La chica solo pudo contemplar la escena con emoción, cuando las puertas volvieron a cerrarse nuevamente.
Por alguna razón no había podido seguir a su mejor amigo. Algo le decía que aquella no era su planta.
Finalmente, llegó. Las puertas se abrieron después del característico ¡ding!. Era la planta baja del hospital. Estaba llena de globos blancos y plateados. Además de luces y adornos. Y allí, tal como la veía por culpa de su tumor, estaba Ino. Vestida de impoluto blanco, sonriente.
Corrió hacia ella.
-Te dije que te enseñaría mi vestido.
-Mejor que una novia-dijo Ino sin dejar de sonreír.
Y cogidas de la mano, salieron del hospital, donde les recibió una brillante luz.
Porque esta es tu vida y quizá mañana se acabe.
Continuará...