Obligaciones contaminadas
Nuestra vida comienza con obligaciones. Prometemos lealtad a la bandera, juramos devolver los libros de la biblioteca...pero según cumplimos años, hacemos votos. Nos cargan con compromisos. No hacer daño. Decir la verdad y nada más que la verdad. Amarnos hasta que la muerte nos separe. Las promesas se van amontonando. Hasta que les debemos a todos y de pronto pensamos: ¿qué coño?
Gaara y Sasuke estaban en urgencias. El azabache parecía inquieto.
-¿Hay algo?-preguntó el pelirrojo con ansias.
-No. Hubo un caso grave en cardiología, pero murió antes de entrar en quirófano. Mierda. Necesito más operaciones. Solo tengo cien horas de quirófano y se quedarán con los residentes que tengan más horas. Estoy acabado.
-Te comportas como un loco.
-A ti no te han echado de dos servicios en un mes. Shizune no me soporta y Rock Lee se dio cuenta de que los niños y yo no somos una buena combinación. No entraría a un quirófano ni desangrándome. Mi única opción era Kakashi, pero no me quiere bajo su mando, porque según él, plástica no es lo mío. ¿Tú qué tienes?
-Voy a ayudar en un glioma óptico con Naruto- dijo Gaara orgulloso-nunca he visto ninguno.
-A la mierda con mi novio. Si quiere sexo tendrá que darme operaciones-apuntó y se fue dando grandes zancadas.
-¡Gaara!-Kankurô apareció por la puerta de urgencias ayudando a caminar a su padre-un vecino avisó de que no recogía el correo-dijo preocupado.
-Hola...Gaara- a Hashirama parecía costarle hablar-he oído que te has casado...es genial.
-No sé que le pasa- Kankurô estaba histérico.
-¿Lo has encontrado tirado en un bar?-preguntó Gaara, indignado-quizá sea eso.
-No Gaara- dijo su padre-hace...hace tiempo que no bebo. Lo juro-de pronto vomitó sangre en el suelo.
De Hashirama se encarga Kiba. Kakashi tiene un hombre mayor que quiere una prótesis en el pene.
Gaara se encontró a Naruto tras un mostrador.
-Mi padre va a morir-le dijo para llamar su atención. Lo que logró con creces-creí que estaba borracho y empezó a vomitar sangre. Vomitarla y estar desorientado significa...
-Cirrosis avanzada.
-Probablemente va a morir. O necesita un trasplante. Espero que no sea candidato, porque se quedaría en el hospital meses.
-Ah...Gaara...- Kiba apareció a su espalda.
-Necesita un trasplante ¿no?
-Si.
Fueron a la habitación de Hashirama. Kankurô seguía inseparable a su lado. Tsunade y Jiraiya también aparecieron.
-Tiene usted una cirrosis-la encargada de decírselo fue Tsunade- podemos tratar los síntomas, pero lo único que le salvará la vida es un trasplante.
-¿Cómo ha ido tan rápido?-preguntó un hundido Kankurô.
-Desayunando ginebra- soltó Kiba.
-Kiba...-reprendió su novio.
-Tiene razón. No en lo de la ginebra-dijo Hashirama- soy de whisky. ¿Cual es el siguiente paso? ¿iré a una lista?
-La junta de trasplantes tiene sus reglas-informó Jiraiya- un alcohólico debe estar al menos un año sobrio antes de entrar en la lista.
-Llevo noventa días-dijo el patriarca Sabaku No, sabiendo lo que eso significaba.
-Yo lo haré-dijo Kankurô sin pensárselo dos veces, ganándose las miradas de sorpresa de Kiba y Gaara- me haré las pruebas ahora mismo.
-Kankurô...-musitó su padre.
-Te quitan una parte-tranquilizó el chico dándole la mano-mi hígado se regenerará.
-No puedo pedirte que hagas eso...es...una operación seria.
-No me lo has pedido. Eres mi padre. ¿Quieres un riñón?, también te lo daré-añadió el castaño con seguridad.
Al salir de la habitación, Kiba le cogió del brazo y le arrastró hasta que estuvieron a solas-no puedes tomar una decisión tan importante a la ligera. Piénsalo unos días. Hablemos.
-¿De qué quieres hablar?, es mi padre Kiba.
-Es una operación que entraña riesgos. Y es alcohólico.
-Está en rehabilitación-le miró ofendido.
-¿Te arriesgarás sabiendo que puede volver a casa y seguir bebiendo en cualquier momento?¿le darás tu hígado a alguien así?
-¡Si!¡es mi padre Kiba!¡me dio la vida!¡y yo alargaré la suya!...aunque no lo comprendas.
-¿Sabes qué no comprendo?, estamos juntos. Vivimos juntos. Deberíamos decidir esto juntos. No puedes irte y dejarme una nota.
-Estabas en la habitación. Te enteraste de primera mano.
-¡Soy tu novio Kankurô!
-¡Y él mi padre!
Gaara buscó a Sasuke.
-Necesita un trasplante. Kankurô se ha ofrecido como si le hubieran pedido un yen. Yo no he ido. No es mi padre.
-¿Hashirama necesita un trasplante?-preguntó con creciente interés.
El busca del pelirrojo sonó- mmm, tal vez no. Tal vez ya haya muerto-dijo y se fue.
Cuando Gaara llegó, Jiraiya, Tsunade y Kankurô estaban fuera de la habitación de Hashirama.
-¿Ha muerto?-preguntó el pelirrojo como si no le importase demasiado.
-No-dijo Kankurô dolido.
-Han llegado los resultados-informó Tsunade- Kankurô no es compatible.
-Oh, vale.
Jiraiya habló- Gaara te hemos llamado para...hemos pensado que deberías saberlo antes de decírselo.
-Claro, claro. Gracias por mantenerme al tanto. Tengo que prepararme para una operación-dijo y se marchó.
Kiba entró en el laboratorio con una bandeja de comida. Era la hora del almuerzo y Gaara y Sasuke estaban comiendo en una de las mesas, con tarros extraños alrededor.
-¿Por qué estamos comiendo rodeados de órganos enfermos?-preguntó el castaño.
-Yo me escondo de Kankurô y de su triste mirada de quiero a mi papá, porque ya no lo aguanto más-dijo el pelirrojo.
-Yo me alegro de que no sea compatible-confesó Kiba- si algo saliese mal...no te ofendas, pero yo he visto varias veces a tu padre borracho y no me hacía gracia que mi novio le diera parte de su hígado.
-No es mi padre. Así que no me ofendo.
-Oye, ¿Kankurô no es compatible?-cuestionó Sasuke.
-Y encima es mi paciente, así que el trasplante lo habría tenido que hacer yo-siguió el Inuzuka.
-¿Te harás las pruebas?-dijo el azabache a su mejor amigo.
-Apenas conozco a ese tío.
Naruto estaba haciendo pruebas al paciente del glioma. Gaara fue con el.
-¿Es el del glioma óptico?
-¿Quieres hacerlo?, habrá muchos más-dijo el rubio comprensivo.
-Todo el mundo me mira como si yo le debiera algo. Pero él sigue siendo el malo.
-No le debes nada a tu padre-dijo y le besó en la mejilla.
Gaara siguió su camino, hasta que Kankurô le abordó con unos papeles en la mano.
-Van a echarme-dijo el castaño-he hecho muchas idioteces hoy. Incluido, robar tu historia- Gaara abrió los ojos de par en par.
-Kankurô...
-Quiero que me escuches. No quería hacerlo. No quería recurrir a ti para nada. Nunca. Y pensé que si veía tu grupo sanguíneo y no era compatible, se acabaría. Podría dejar de pensar en ello. Pero no puedo. Porque tienes su grupo. Ya sé que no es tu padre-estaba al borde de las lágrimas-que nunca has podido contar con él. Y nunca te pediría que le dieras nada. No se merece nada de ti. Nada, pero...va a morir Gaara. Lo que te pido es que me des algo a mi. Te pido...te suplico que me des a mi padre. Porque todo lo malo que fue para ti, fue maravilloso para mi. No se perdió ninguna de mis representaciones con marionetas...estuvo en mi graduación...sé que para ti no es real, sé que no es tu padre. Ya lo sé. Y sin embargo...tú tienes su sangre y yo no. Te lo suplico. Dame a mi padre.
A la mañana siguiente, Hashirama despertó. Estaba solo en la habitación, salvo Gaara, que permanecía de pie junto a su cama.
-Gaara...
-Tenemos un hígado-informó.
-¿Qué?
-Tenemos un hígado de un donante. Así que te operaremos esta noche.
-Es fantástico, pero...pensaba que no me dejaban entrar en esa...lista de trasplantes.
-No es de la lista. Soy yo-soltó sin más. Hashirama se quedó boquiabierto-me han hecho las pruebas y somos compatibles. Así que voy a ingresar y lo haremos-concluyó dispuesto a irse.
-Oye...soy un borracho Gaara...soy culpable. Me busqué estar en esta cama. Me destruí. No puedo...no permitiré que me cures tu...bastante te he hecho pasar...eres muy generoso, pero...no puedo aceptarlo.
Gaara salió de la habitación y se acercó a Kiba, puesto que fue al primero que vio-he sido bueno. Estoy libre. He hecho lo que debía. Me ofrecí. La Madre Teresa estaría orgullosa.
-Tienes que volver-dijo el castaño.
-¿Para qué?¿para llamarle papá?
-Él es el enfermo. Está enfermo, tú no. Kankurô está hundido y si Hashirama se muere yo te culparé a ti. Porque su dolor es mi dolor. Debes obligarle a que lo acepte.
-Kiba, lo intenté.
-Insiste. Por mucho que lo niegues, tú tampoco te perdonarás si se muere.
Tras cavilar un rato, Gaara vuelve a la habitación de Hashirama. Allí está Kankurô también.
-Eras quien me daba los cereales por la mañana-dijo el pelirrojo-es todo. Solo recuerdo eso de ti. No eres mi padre. Solo el que me daba los cereales. Y si mueres, mi vida no cambiaría mucho-miró a su hermanastro-pero la de Kankurô si. Si mueres lo destrozarás. Y no dejaré que lo hagas. No sé qué es tener un padre, pero sí que es tener un hermano. Y es bueno. Si superamos esto, la puerta estará abierta para conocernos. Estará abierta.
Sasuke finalmente opera con Kakashi al hombre que quiere la prótesis de pene. Y Gaara, con Naruto inseparable a su lado y su padre son llevados a quirófano.
Jiraiya estaba lavándose las manos al terminar de operar, cuando Sasuke entró.
-Señor...
-No es momento Uchiha.
-Tengo buenas manos, rápidas, diestras. Hechas para coser y para operaciones complicadas, éstas manos son de cirujano-las levantó y las miró-hoy deberían de haber estado salvando una vida, en vez de levantando penes.
-¿Qué pretendes?
-¿Qué pretendo?...¿sabe?, écheme.
-¿Qué?
-Del programa. Debe echar más gente y debería irme yo. Porque si no puede darme un cardiocirujano brillante que esté dispuesto a enseñarme, no tendré lo que necesito de este lugar. Todos tienen miedo de perder su trabajo. Yo también. Pero si no puedo utilizar mi don, no creo que...eso asusta aún más. Eso pretendo.
Cuando eres cirujano, todos quieren una parte de ti. Hacemos un juramento. Y de pronto, las obligaciones nos abruman. Hacia nuestros pacientes, hacia nuestros colegas, hacia la medicina. Hacemos lo que haría cualquier persona en su sano juicio. Huir de nuestras promesas, esperando que las olviden. Pero tarde o temprano, nos alcanzan.
Naruto miraba a través del ventanal de la habitación donde Gaara dormía. Sonrió. Kankurô dormía sentado a su lado, con la cabeza sobre la camilla.
El pelirrojo despertó y el otro también al sentir su movimiento-hola, has despertado...hay agua por si tienes sed-dijo el castaño.
-¿Llevas toda la noche encima de mi?
-Si, he estado entre tu y papá. Está bien.
-Vale, vale, me alegro.
Y a veces, ves que la obligación a la que más pavor tienes, no merece que huyas de ella.
Kakashi ya iba a irse, pero decidió esperar a su novio para volver juntos a casa. Así que, aprovechando que hacía un radiante sol esa mañana, se sentó en un banco fuera del hospital. Se acomodó, cerró los ojos y respiró hondo. Pasó así varios minutos, hasta que...
-¿Está ocupado?-escuchó una voz masculina, demasiado cerca, así que abrió los ojos y vio que la pregunta iba dirigida a el. Era un chico de cabello largo y oscuro y de profundos ojos negros.
-Ah, no-miró a ambos lados del banco y se rodó levemente para que el otro pudiera sentarse. Entonces se fijó en que los demás bancos de su alrededor estaban vacíos, cosa que le extrañaba.
-¿De visita?-preguntó el chico con voz amable sacándole de sus pensamientos.
-No...trabajo aquí, pero ya terminé mi larga jornada-dijo el peliblanco agotado.
-¿Trabajas aquí?-eso parecía haber acrecentado su curiosidad.
-Si. Soy médico.
-Vaya...
-¿Y tú?, ¿vienes a ver a alguien?¿o vienes a una consulta?
-Digamos que...vengo de visita-sonrió. Parecía una persona encantadora, al menos a primera vista. Y extrañamente familiar-¿especialidad?-el joven no apartaba la mirada en ningún momento.
-Ah-rió orgulloso-plástica. Soy cirujano plástico.
-Mmm- amplió su sonrisa-está bien saberlo-se levantó-bueno, debo entrar. Ha sido un placer...ahm...
-Kakashi.
-Kakashi...yo soy Itachi- le guiñó un ojo y se alejó caminando hasta el interior del hospital.
Continuará...